Solo detalles y pinceladas

Con el encastado primero fue un querer pero no llegar de Cayetano. El toro, muy castigado en varas con un puyazo interminable, sac¨® casta e ¨ªmpetu para que en banderillas la cosa no fuera f¨¢cil. En la muleta tuvo un pit¨®n m¨¢s claro: el izquierdo. Y por ah¨ª intent¨® basar la faena Cayetano. Despegadillo, sin terminar de convencerse, la cuesti¨®n no lleg¨® al tendido. Al toro le acompa?aron aplausos en el arrastre.

El cuarto, muy mal picado, sali¨® del primer tercio con su sentencia aplicada. Al cuarto banderazo que le dio Cayetano, muy en las tablas, se ech¨® sin dar explicaciones. A partir de ah¨ª, ya muy parado el de Daniel Ruiz, Cayetano intent¨® justificar lo que no ten¨ªa justificaci¨®n. Breve trabajo y tambi¨¦n rotundo con la espada. No daba para m¨¢s el asunto.

Seria, centrada, algo de perfil, la faena de Emilio de Justo al segundo. Correcto de presencia y tambi¨¦n con su inter¨¦s este toro. Lo picaron trasero y duro, pero mantuvo el fuelle el resto de la lidia. De Justo, tras unos doblones muy toreros de inicio, lig¨® sobre la derecha en muletazos largos y con mando. Con el toro a su disposici¨®n, la faena no tuvo altibajos y una serie con la izquierda, por donde el toro parec¨ªa m¨¢s remiso, tuvo naturales de excelente corte cl¨¢sico. La estocada fue una magn¨ªfica rubrica: en todo lo alto.

En el quinto, toro de escasa entrega, De Justo tuvo que ponerse a trabajar a destajo y con denodado esfuerzo. Dej¨® que el toro le llegara mucho a la muleta para sonsacarle, pero ni aun as¨ª. Labor peleona, con toreo perfilero y hasta en ocasiones fuera de cacho. Con el toro ya negado definitivamente, De Justo se puso a porfiar de cerca bajo el intento de sacar agua de un pozo que ya estaba seco.

La faena de Ortega al tercero fue de pinceladitas, no lleg¨® a ser de pinceladas. Compuesto, est¨¦tico, sin cogerle de verdad el aire al toro. Obligado a perder pasos entre muletazo y muletazo, las series no salieron completas. La compostura, el detalle concreto, fue la base de una labor con signos de torer¨ªa, pero que no fueron suficientes para calentar el tendido. Remat¨® con una estocada rinconera que fue suficiente para que el f¨¢cil p¨²blico le pidiera la oreja. Por cierto, in¨¦dito con la capa.

Al sexto lo recibi¨® Ortega con un manojo de ver¨®nicas, de las que tres se acercaron a la marca de la casa. Un quite por chicuelinas s¨ª que fue distinguido, por ajustado y llevar bien toreado al toro. Pero ah¨ª termin¨® lo que se daba, pues nada m¨¢s empezar la faena el toro empez¨® a dar muestras de estar lesionado de la pata delantera izquierda. Ortega lo intent¨®, pero todo se qued¨® en eso: intento vano. El de Daniel Ruiz no pod¨ªa y Ortega estuvo breve con la espada.