Victoria Amelina, la escritora ucrania en estado cr¨ªtico: de la ficci¨®n a la lucha contra los cr¨ªmenes de guerra
La autora y activista, cuyo libro ¡®Un hogar para Dom¡¯ acaba de ser traducido al espa?ol, result¨® herida este martes cuando cenaba en Kramatorsk con el escritor H¨¦ctor Abad Faciolince
Victoria Amelina, floreciente novelista ucrania, dej¨® de un lado la literatura de ficci¨®n para volcarse en la investigaci¨®n de cr¨ªmenes contra la humanidad. Fue obligada por la invasi¨®n rusa, que tantos destinos ha torcido. La escritora, de 37 a?os, es autora de libros infantiles y dos novelas, muy reconocida con premios como el Joseph Conrad o como finalista del Premio de Literatura de la Uni¨®n Europea. En Espa?a se acaba de traducir su novela Un hogar para Dom (Avizor). Ahora visita algunos de los lugares devastados por la guerra, rescatando historias, haci¨¦ndolas visibles, buscando que alg¨²n d¨ªa se haga justicia.
En una de esas visitas, este martes, una explosi¨®n reson¨® con fuerza cuando Amelina cenaba en la popular pizzer¨ªa Ria de la ciudad de Kramatorsk junto con tres colombianos: el escritor H¨¦ctor Abad Faciolince, el excomisionado de paz Sergio Jaramillo y la reportera Catalina G¨®mez ?ngel. Eran dos misiles que impactaron en el centro de la urbe, en la regi¨®n oriental de Donetsk, una de las m¨¢s convulsas de la guerra. El ataque se cobr¨® la vida de 11 personas, tres de ellos ni?os, e hiri¨® a otras 50. Los visitantes colombianos sufrieron heridas leves y contusiones, pero la ucrania result¨® herida de gravedad. ¡°Fuimos objeto de un ataque de Rusia con un misil crucero lanzado contra el restaurante, que hace parte adem¨¢s de un complejo comercial¡±, dice el comunicado emitido por Abad y Jaramillo.
La escritora fue rescatada de entre los escombros con graves heridas en la cabeza y trasladada al hospital de la ciudad. En la ma?ana de este mi¨¦rcoles, Amelina sal¨ªa en ambulancia de Kramatorsk hacia Dnipr¨®, seg¨²n informa el corresponsal de EL PA?S Luis de Vega. Estaba en estado cr¨ªtico, muy afectada por las heridas, se buscaba alguna soluci¨®n para salvar su vida. Amelina est¨¢ casada y tiene un hijo de 10 a?os.
¡°No creo que el derecho y los derechos humanos sean campos reservados para personas con t¨ªtulos en Derecho. La ley se trata de seres humanos en ¨²ltima instancia, o al menos deber¨ªa tener a las personas en el centro; eso es lo que hace que el derecho se asemeje a la literatura¡±, explic¨® en abril al peri¨®dico Kyiv Independent. Contaba que al comienzo de la guerra le costaba conciliar las im¨¢genes de las c¨¢maras de tortura que iba encontrando en territorios liberados con dar una charla literaria en una confortable librer¨ªa al d¨ªa siguiente. La angustia se iba apoderando de su vida, incluso cuando estaba en zonas pac¨ªficas.
¡°No puedes dejar de pensar que es mejor quedarse en el pavimento y evitar el pasto porque puede haber minas¡±, dec¨ªa Amelina. Incluso paseando por Londres o Berl¨ªn, lejos de las bombas, aquel miedo se quedaba dentro. Dada la situaci¨®n de caos humanitario en la que se ve sumida su pa¨ªs, ¡°es imposible escribir de otra cosa que no sea la guerra y ya hay demasiados periodistas m¨¢s capacitados que yo para contar lo que sucede. Decid¨ª hacer algo por los que ya no se puede entrevistar¡±, dijo al mismo medio.
En busca de la verdad
La actividad de Amelina en la Ucrania en guerra, como parte del grupo de investigadores Sabuesos de la Verdad, transcurre en dos direcciones. ¡°Por un lado, ella y otras escritoras ucranias, porque los hombres est¨¢n movilizados, quer¨ªan levantar acta del patrimonio cultural que est¨¢ destruyendo la guerra, los museos, las bibliotecas, los teatros¡±, dice Jos¨¦ Manuel Cajigas, editor de Avizor, que ha publicado su novela Un hogar para Dom, con traducci¨®n de Oksana Gollyak y Frederic Guerrero Sol¨¦. La novela narra la historia de una familia ruso-ucrania a trav¨¦s de la mirada de un perro con mucha perspicacia y olfato; otra manera de comprender la historia del pa¨ªs y el problema de identidad que sufren muchas familias, que vivieron las d¨¦cadas sovi¨¦ticas, y que est¨¢, de alguna manera, en el fondo de esta guerra.
¡°La otra actividad que lleva a cabo Amelina es dejar constancia de los cr¨ªmenes contra la humanidad cometidos, ya fuera por soldados o civiles, ucranios o rusos: violaciones, robos, asesinatos de inocentes, robos de ni?os, destrucci¨®n de hogares. La gente humilde de la zona desconfiaba, no cre¨ªa que hablar sirviese para nada, pero Amelina y sus compa?eras defienden que alg¨²n organismo internacional har¨¢ justicia despu¨¦s de la guerra¡±, dice Cajigas.
¡°No hay garant¨ªa de que castigaremos a todos los perpetradores¡±, declar¨® Amelina a The Irish Times, ¡°algunos continuar¨¢n y vivir¨¢n sus vidas despu¨¦s de esto y pretender¨¢n ser buenos esposos y padres. Pero es muy importante acercarse a los sobrevivientes, por ejemplo, las madres de quienes han sido torturados y asesinados, y simplemente escucharlos y hacerles saber que a alguien le importa¡±. Uno de los hallazgos de la escritora fue el diario del escritor ucranio ejecutado Volod¨ªmir Vakulenko, que hab¨ªa enterrado previamente, al verse amenazado, en el jard¨ªn de su casa familiar envuelto en celof¨¢n. Antes de que los rusos le matasen. Solo se lo hab¨ªa contado a su padre y a su t¨ªo, y estos parec¨ªan haberlo olvidado hasta que Amelina lleg¨® a su casa, realizando sus investigaciones.
It's me in this picture.
— Victoria Amelina ?? (@vamelina) June 7, 2022
I'm a Ukrainian writer. I have portraits of great Ukrainian poets on my bag. I look like I should be taking pictures of books, art, and my little son. But I document Russia's war crimes and listen to the sound of shelling, not poems. Why? #StopRussiaNow pic.twitter.com/R50RqacXSZ
El editor Cajigas estaba precisamente hablando por WhatsApp con H¨¦ctor Abad Faciolince cuando este le inform¨® de que los estaban bombardeando y, dos horas despu¨¦s, de que Amelina corr¨ªa riesgo de da?o cerebral. ?Qu¨¦ hac¨ªan all¨ª los colombianos? Una de las obsesiones de Amelina era que escritores de renombre de otros pa¨ªses visitasen la zona e informaran en sus pa¨ªses de lo que estaba pasando. ¡°Pero no debemos pensar que Abad o Jaramillo estaban de aventura o eran inconscientes, esa zona era en teor¨ªa segura. Pero cayeron misiles¡±, aclara el editor. Abad y Jaramillo est¨¢n en camino de abandonar el pa¨ªs hacia Polonia. La reportera Catalina G¨®mez se embarc¨® en la ambulancia con Amelina con destino a Dnipr¨®.
Cajigas recuerda un discurso de Amelina ante un p¨²blico entregado en la pasada Feria del Libro de Londres. ¡°Estaba convencida de que Ucrania iba a ganar la guerra y de que esa victoria ser¨ªa tambi¨¦n beneficiosa para los rusos, que se librar¨ªan de Putin¡±.
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