?lvaro de la Calle cae herido y G¨®mez del Pilar firma una tarde para el recuerdo
El toledano roza la puerta grande ante una interesante, variada y compleja corrida de Jos¨¦ Escolar
La vuelta al ruedo -dos, en realidad- que dio G¨®mez del Pilar con la oreja del tercer toro de la tarde fue todo un clamor. Emocionado, con los tendidos puestos en pie, el toledano recorri¨® el anillo en medio de una un¨¢nima ovaci¨®n tras una de esas faenas que quedan en el recuerdo de una plaza.
Bueno, en realidad, el conjunto de su actuaci¨®n quedar¨¢ para siempre grabada en la memoria de los exigentes aficionados que se dieron cita un a?o m¨¢s en C¨¦ret. Le pidieron las dos orejas, pero el presidente s¨®lo concedi¨® una. Y qui¨¦n sabe cu¨¢ntas habr¨ªa cortado si llega a matar a su segundo.
Sin duda, mereci¨® abandonar la plaza en hombros por la puerta grande. Porque, adem¨¢s de solventar las dificultades de los exigentes toros de Escolar, tore¨®. Y de verdad. Siempre entregado y colocado en el sitio, carg¨® la suerte y se enrosc¨®, hasta la cadera, a sus dos oponentes. ?Qu¨¦ m¨¦rito torear tan bien a toros de verdad!
El tercero, que se dej¨® pegar en el caballo, fue, quiz¨¢s, el mejor del encierro. Un astado noble -que no tonto-, encastado y que humill¨® mucho. Con primorosa suavidad comenz¨® la faena Del Pilar, dobl¨¢ndose y llev¨¢ndolo largo, por bajo. Despu¨¦s, una maciza tanda en redondo, pre?ada de hondura. Y, a partir de ah¨ª, otro pu?ado de buenos muletazos sobre ambas manos.
Desde ese momento, entre torero y p¨²blico hubo una conexi¨®n especial, total, m¨¢gica. Pendiente en todo momento de la lidia, la faena al quinto destac¨® por su naturalidad e inspiraci¨®n. G¨®mez del Pilar ya no ten¨ªa prisas. Para ¨¦l, el tiempo se hab¨ªa parado. Y lo demostr¨® con las sucesivas pausas que dej¨® entre tanda y tanda. Entre muletazo y muletazo.
Siempre en torero, siempre buscando la pureza y la verdad, logr¨® otra notable tanda en redondo en la que tuvo que ganar un paso para colocarse y ligar. Despu¨¦s, emotivos y bellos naturales logrados de uno en uno, cruzado al pit¨®n contrario, con el pecho por delante. Esta vez, sin embargo, pinch¨®.
La tarde hab¨ªa comenzado con la mala suerte del percance de ?lvaro de la Calle, que se la jug¨®, sin trampa ni cart¨®n, ante una verdadera alima?a de Escolar. El veterano diestro salmantino, un habitual como sobresaliente, le plant¨® cara a un peligros¨ªsimo astado que se revolv¨ªa a la velocidad de la luz, reba?ando siempre en busca del bulto.
Pese a su escaso oficio, De la Calle no volvi¨® la cara y consigui¨®, de forma milagrosa, alg¨²n muletazo limpio, sin poder nunca anclar las zapatillas al suelo. Se la ten¨ªa guardada el serio Albaserrada de Escolar, muy abierto de cara, y se cobr¨® la deuda en cuanto pudo. Al entrar a matar, el bicho le prendi¨®, para buscarlo despu¨¦s con sa?a en el suelo. El resultado: una cornada de tres trayectorias en el muslo derecho.
El que tambi¨¦n pas¨® por la enfermer¨ªa, afortunadamente de forma moment¨¢nea, fue Javier Cort¨¦s, que entr¨® en el cartel tras su destacada actuaci¨®n del viernes, como sustituto de Fernando Roble?o, herido en la reciente Feria del Toro de Pamplona.
Como su compa?ero, el madrile?o fue cogido al entrar a matar, en su caso, al manso y descastado cuarto, el m¨¢s deslucido del sexteto, frente al que no tuvo m¨¢s remedio que abreviar.
Tampoco se lo puso f¨¢cil el segundo de la tarde, al que pare¨® de forma soberbia Antonio Molina. Qu¨¦ manera de exponer y asomarse al balc¨®n la suya. Cort¨¦s, que lo hab¨ªa recibido muy meritoriamente con el capote, no pudo terminar de confiarse, aunque logr¨® robarle un pu?ado de naturales largos, ejecutados en l¨ªnea y de uno en uno.
Muy valiente anduvo tambi¨¦n ante el sexto, que tuvo fondo de casta, pero escaso recorrido, y que acab¨® parado, tras acusar el duro castigo que le infligieron en varas. El madrile?o, a base de exposici¨®n y de alargar el brazo, extrajo un buen n¨²mero de estimables naturales.
Al final, s¨®lo dos de los tres h¨¦roes que hicieron el pase¨ªllo abandonaron la plaza por su propio pie. Javier Cort¨¦s y G¨®mez del Pilar. Ambos, al igual que ?lvaro de la Calle, dignificaron su profesi¨®n y se marcharon con el un¨¢nime respeto y admiraci¨®n de toda la afici¨®n. ?TOREROS!
Jos¨¦ Escolar / De la Calle, Cort¨¦s, G¨®mez del Pilar
Toros de José Escolar, bien presentados, serios y en tipo, desiguales en los caballos -aunque la mayoría cumplieron-, encastados, duros y difíciles, en conjunto. Destacó el humillador 3º, de encastada nobleza; el peor, el manso y deslucido 4º.
Álvaro de la Calle: cogido al entrar a matar al primero (ovación que recogió su cuadrilla). Sufrió una cornada de tres trayectorias en el muslo derecho.
Javier Cortés: dos pinchazos, estocada y tres descabellos (saludos); pinchazo y estocada corta (saludos); dos pinchazos y estocada muy atravesada (ovación de despedida).
Gómez del Pilar: estocada (oreja con petición de la segunda y dos vueltas al ruedo); _aviso_ tres pinchazos _segundo aviso_, otro pinchazo y un descabello (vuelta al ruedo).
Plaza de toros de Céret (Francia). 4ª y última de abono. Tres cuartos de entrada.
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