Ma?wenn: ¡°?Problemas con Johnny Depp? En todos los rodajes he vivido tensiones¡±
La cineasta justifica, al estrenar ¡®Jeanne du Barry¡¯ en Espa?a, su agresi¨®n a un periodista porque viol¨® su intimidad, y de la estrella de Hollywood explica: ¡°Llena con su presencia el personaje¡±
Cuando Ma?wenn (Les Lilas, Francia, 47 a?os) conoci¨® a Luc Besson, ella ten¨ªa 12 a?os y ¨¦l, 29. No empezaron a salir juntos hasta que ella cumpli¨® los 15 a?os y, seg¨²n ha contado otras veces, sal¨ªa de una dolorosa relaci¨®n con sus padres, quienes, divorciados, hab¨ªan abusado de ella psicol¨®gicamente, cada uno por su lado. Cuando cumpli¨® los 16 ya hab¨ªa sido madre y viv¨ªa con Besson en Los ?ngeles, abandonando su carrera incipiente de actriz. A pesar de estos datos, Ma?wenn Aur¨¦lia Nedjma Le Besco, su nombre completo, siempre ha afirmado que ha tenido control de su vida, que en la medida de lo posible ha hecho lo que ha querido. ¡°Le¨®n, el profesional [dirigida por Besson en 1994] se basaba en parte en la relaci¨®n entre Luc y yo¡±, ha contado, para dar a entender que no se sent¨ªa tan ni?a en aquellos a?os. Tras su divorcio, retorn¨® a Francia, empez¨® con mon¨®logos de humor, volvi¨® al cine como actriz y empez¨® una carrera como directora que la llev¨® hasta el pasado Cannes, cuando inaugur¨® la 76? edici¨®n con su sexto largo como realizadora, Jeanne du Barry, que ella misma protagoniza junto a Johnny Depp, y que se estrena en Espa?a el pr¨®ximo viernes.
El pasado lunes, cuando Ma?wenn se conect¨® a videollamada para esta entrevista, hab¨ªa pasado tiempo desde aquel mayo, en que la tormenta medi¨¢tica y en redes sociales arreci¨® contra ella por contar con Depp para el papel de Luis XV. El actor a¨²n arrastra el eco de los escabrosos esc¨¢ndalos de su t¨®xico matrimonio con Amber Heard y sus coletillas judiciales. Y por ella misma: tras agredir en febrero en un restaurante parisiense al redactor jefe de la web Mediapart, que est¨¢ destapando en Francia las agresiones sexuales en la industria audiovisual, despu¨¦s de que publicase supuestos abusos, entre ellos una violaci¨®n, de Besson a varias actrices. Entre mayo (cuando se celebra el festival de Cannes) y esta entrevista, los tribunales han absuelto a Besson por tercera y definitiva vez. El cineasta fue a Venecia a presentar su nuevo trabajo, Dogman, y antes de la videollamada, Ma?wenn confirma que no vetar¨¢ ning¨²n tema: habr¨¢ tiempo para hablar de todo.
Empezamos por lo cinematogr¨¢fico, por el reto de llevar a la pantalla un personaje devenido en icono feminista ante la visi¨®n desde el siglo XXI de su lucha por empoderarse en la corte de Luis XV, bisnieto y heredero del rey Sol. ¡°En realidad¡±, arranca la cineasta, ¡°yo no sab¨ªa nada de su existencia. Al ver Mar¨ªa Antonieta, la pel¨ªcula de Sofia Coppola, me pic¨® el gusanillo, y le¨ª una biograf¨ªa fascinante sobre la condesa de Barry¡±. En aquel drama de 2006, a Luis XV le daba vida Rip Torn, y a Barry, la ¨²ltima amante del monarca, Asia Argento: el reparto manten¨ªa en apariencia la diferencia de edad ¡ª33 a?os¡ª entre la pareja, ya que Jeanne du Barry entr¨® en sus aposentos de Versalles con 26 a?os. ¡°En principio yo no iba a encarnar a Jeanne. Siempre estuvo ah¨ª el deseo de hacerla, desde aquel 2006, pero encar¨¦ otros proyectos [Mi amor (2015), en el que a trav¨¦s de una relaci¨®n de pareja refleja la parte m¨¢s siniestra de su matrimonio con Besson, y ADN (2020), en el que explora sus ra¨ªces argelinas] y los a?os pasaron. En cualquier caso, nunca lo olvid¨¦, palpitaba el deseo lejano, y guard¨¦ documentaci¨®n sobre la ¨¦poca. En aquel momento no me sent¨ªa preparada como realizadora, aunque hojeaba y hojeaba el libro y...¡±, recuerda.
La cineasta confiesa un miedo: no quer¨ªa hacer un drama acartonado. ¡°He visto muchas pel¨ªculas de ¨¦poca, algunas me gustaban, otras no. Y cuando comenc¨¦ a escribir el guion, descubr¨ª que las que me gustaban no eran polvorientas, que rehu¨ªan di¨¢logos encorsetados. Se nota mucho cuando el director de un filme hist¨®rico ha intentado contentar a los historiadores. Yo espero que mi pel¨ªcula guste a los historiadores, pero no es para ellos, la Historia no pod¨ªa ser mi br¨²jula. As¨ª que cog¨ª confianza, sent¨ª que, como siempre, har¨ªan falta trabajo y pasi¨®n¡±.
Ecos de su vida en la de su personaje
?Hay ecos del empoderamiento de Barry en su devenir vital? ¡°Desde luego, Barry es una mujer con impulsos actuales, el filme habla de lo que sienten en este siglo XXI muchas mujeres. De hecho, si piensas en el juicio al que somete la sociedad a las parejas con gran diferencia de edad o de condici¨®n social, el resultado es que solo hablan del inter¨¦s y nunca del amor¡±. Ma?wenn volvi¨® a Francia tras su divorcio con Besson, y le cost¨® retomar su carrera. ?Encuentra similitud con Barry, a la que asfixi¨® la sombra de Luis XV? ¡°Probablemente, y por ese cap¨ªtulo de mi vida entend¨ª a Jeanne. En mi caso, yo volv¨ª a Versalles, con mucha gente juzg¨¢ndome de manera arrogante. Creo que no podemos valorar ¨¦pocas lejanas desde nuestro punto de vista. Con todo, Jeanne no propon¨ªa nada, solo quer¨ªa estar junto al rey. Y yo ca¨ª en un error parecido a mi vuelta a Francia: se me cerraron las puertas porque yo no propuse. Empec¨¦ a hacer mon¨®logos, a crear mi material, y as¨ª fui aceptada, revalorizada¡±.
Si cuando empez¨® el proyecto no ten¨ªa pensado encarnar a Barry, ?qu¨¦ pas¨® para que cambiara de idea? Ma?wenn, que est¨¢ comiendo durante la charla, se echa a re¨ªr con cierto atragantamiento: ¡°Pens¨¦ en otra actriz, pero ella me decepcion¨® humanamente mucho. Decid¨ª no contratarla. A la vez, cuanto m¨¢s escrib¨ªa, m¨¢s sent¨ªa que yo pod¨ªa hacerla. Pens¨¦ en la posibilidad de que me acusaran de falsa modestia, pero decid¨ª que yo era como otros artistas, Chaplin, Nanni Moretti, a los que les obsesiona tanto una fantas¨ªa que al convertirla en realidad la protagonizan. Fue un rodaje complicado con el salto de un lado al otro de la c¨¢mara, incluso no me gustaba mi voz. Sin embargo, el resultado mereci¨® la pena¡±.
As¨ª llegamos a Johnny Depp. En Cannes, los medios franceses relataron historias de enfrentamientos entre ellos en el rodaje, hasta el punto de que Ma?ween directora separ¨® los rodajes de Ma?wenn actriz y Depp. ¡°Toda filmaci¨®n tiene sus tensiones, y si alguien dice que no las hay, miente. ?Problemas con Johnny Depp? En todos los rodajes hay, insisto, tensiones. Entre actores entre s¨ª, entre actores y directores, entre directores y t¨¦cnicos. Estamos muchas horas juntos durante mucho tiempo¡±. ?No le dio miedo que lo extracinematogr¨¢fico que acarrea Depp fuera a marcar lo intracinematogr¨¢fico? ¡°No, porque lo que importaba es lo que yo deseaba para la pel¨ªcula. Y si el deseo se desvanece, desconecto creativamente. Por eso hay que mantener esa llama. Del resto no te puedes preocupar, ni por pol¨¦micas ni por comentarios externos. Quer¨ªa a Johnny Depp, ¨¦l llena con su presencia el personaje¡±.
Como cineasta, Ma?wenn no siente que haya diferencias entre las obras de hombres y mujeres. ¡°Estoy convencida de que si organizamos una proyecci¨®n sin que se sepa qui¨¦n ha dirigido el filme, un poco como el concurso La voz, casi nadie adivinar¨¢ si es director o directora. Creo que las mujeres debemos proponer todo tipo de historias, no autocensurarnos previamente. Yo he afrontado un thriller sobre una brigada policial de menores en Polisse o este drama hist¨®rico y los he sacado adelante. Las pel¨ªculas no son sobre hombres y mujeres, sino sobre seres humanos. Estamos evolucionando en el cine hacia temas menos gen¨¦ricos y m¨¢s humanos¡±, explica.
Las mujeres debemos proponer todo tipo de historias, no autocensurarnos previamente¡±
La ¨²ltima pregunta tiene que ver con Edwy Plenel, el redactor jefe de Mediapart, al que Ma?wenn agredi¨® en febrero. La cineasta responde en franc¨¦s, se va emocionando y, acabada la respuesta, antes de la traducci¨®n, se levanta y desaparece. El zoom se corta. Resuelto el problema, meramente t¨¦cnico, Ma?ween saluda muy cordial y pide revisar la traducci¨®n de su respuesta, que llegar¨¢ un d¨ªa despu¨¦s por escrito, ¡°por la emoci¨®n del momento¡±.
Los cambios entre lo dicho y lo recibido son m¨ªnimos, solo de matiz. As¨ª que en la respuesta recibida desmenuza su enfrentamiento con Plenel: ¡°No es f¨¢cil responder brevemente a esta pregunta. No niego haberle dado un ligero tir¨®n del pelo y haber fingido escupirle. Y no me disculpo por ello; en ese momento quise responder a la agresi¨®n de la que fui objeto hace ahora m¨¢s de dos a?os y que a¨²n no he superado. No reprocho a Mediapart haber investigado a Luc Besson, pero s¨ª lo que me hicieron. Todo empez¨® en 2018, cuando una periodista de Mediapart vino a mi casa para interesarse por mi punto de vista, pero, desde el principio, dej¨¦ claro que era confidencial. Charlamos durante dos horas en las que me habl¨® del respeto a la verdad, de que siempre comprobaban los hechos y no enjuiciaban a nadie. El art¨ªculo se public¨® a finales de noviembre de 2018 y no tengo nada que reprochar a la periodista. El 15 de junio de 2020, me llamaron de la polic¨ªa judicial para realizar una declaraci¨®n obligatoria, que dur¨® cinco horas, y en la que tuve que contar toda mi vida con Besson, incluso momentos ¨ªntimos. En enero de 2021 Paris-Match public¨® un art¨ªculo de varias p¨¢ginas sobre Besson con parte de mi declaraci¨®n; en marzo de 2021, Mediapart tambi¨¦n incluy¨® parte de mi declaraci¨®n en otro art¨ªculo. Para m¨ª fue una violaci¨®n moral. Llev¨¦ a Paris-Match a juicio, lo perd¨ª por el derecho ¡®a la leg¨ªtima informaci¨®n de todos¡¯. Renunci¨¦ a hacer lo propio con Mediapart. Le propuse a Plenel que habl¨¢ramos, pero ¨¦l quer¨ªa una disculpa. Estoy dispuesta a explicar, no a disculparme. Nada justifica que se viole la intimidad de una mujer, que se abuse de su confianza¡±.
Y acaba: ¡°Plenel considera que representa el Me Too en Francia, pero m¨¢s bien utiliza el movimiento como escudo. Ni invent¨® el movimiento ni lo encarna. Deber¨ªa aplicarse la frase ¡®no es no¡¯. Dije que no quer¨ªa hablar del tema, y no respetaron mi voluntad. Tampoco creo que Edwy Plenel pueda opinar sobre mi relaci¨®n con Luc Besson y menos a¨²n decidir qui¨¦n me agredi¨®. Esto solo puedo decidirlo yo. Y considero que mis agresores son Paris-Match y Mediapart¡±.
Babelia
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