Diego del Alc¨¢zar, CEO de la IE University y novelista: ¡°Las humanidades nos ayudan a abrazar la tecnolog¨ªa de manera cr¨ªtica¡±
Publica la novela ¡®La gen¨¦tica del tiempo¡¯ (Espasa), cuyos personajes reflexionan sobre las consecuencias del uso de herramientas de edici¨®n gen¨¦tica como CRISPR para mejorar las capacidades humanas
As¨ª de sopet¨®n, da un poco de v¨¦rtigo. En el piso 26 del edificio de la IE University, donde las grandes torres al final de la Castellana, se domina la capital desde buena altura: los coches parecen insectos, las personas ni se ven. Diego del Alc¨¢zar (Madrid, 39 a?os) es el CEO de esta instituci¨®n y ha sentido la llamada de la escritura. Su primera novela, La gen¨¦tica del tiempo (Espasa), reflexiona sobre las consecuencias del uso de la edici¨®n gen¨¦tica en un futuro, el a?o 2072, no dist¨®pico, pero lleno de interrogantes. El futuro tambi¨¦n da, as¨ª de sopet¨®n, un poco de v¨¦rtigo.
Pregunta. ?Por qu¨¦ se pone usted a escribir una novela?
Respuesta. Pues me sigo haciendo esta pregunta, la verdad, no voy a enga?ar a nadie. Yo siempre he sido muy aficionado a la lectura, a la literatura de ficci¨®n en concreto. Y mi historia es un t¨®pico: tuve dos hijas, vino la pandemia y me puse a escribir cuentos para ellas. As¨ª me aficiono a escribir. Y leo la biograf¨ªa de Jennifer Doudna, referente de la gen¨¦tica molecular y premio Nobel de Qu¨ªmica. Hay muchos cient¨ªficos cuyas vidas son muy literarias.
P. Uno de los personajes de su novela est¨¢ inspirado en Doudna.
R. S¨ª. Su biograf¨ªa me introduce en un mundo fascinante, desconocido, porque yo no tengo formaci¨®n cient¨ªfica. S¨ª que he estado en contacto con el mundo tecnol¨®gico, pensando en cuales pueden ser las consecuencias sociales de este cambio acelerado en el que nos vemos inmersos. Y es as¨ª como conozco esta herramienta potent¨ªsima, que es la tecnolog¨ªa CRISPR de edici¨®n gen¨¦tica. En mi novela fantaseo con que en el futuro se hace a la gente m¨¢s inteligente.
P. En muchos casos eso har¨ªa falta, s¨ª.
R. Es algo que puede hacer mucho bien, pero tambi¨¦n intento captar esa fina l¨ªnea que separa el bien del mal. Las consecuencias que puede traer mejorar artificialmente la naturaleza humana: a veces personas actuando para lograr el bien, pueden generar efectos negativos. Estamos, adem¨¢s, en un mundo en el que muchas veces se toman decisiones por inercia.
P. Todo esto toca con el transhumanismo, que tanta pol¨¦mica genera.
R. En mi novela hay un personaje, un biohacker, que denuncia una serie de conglomerados empresariales y regulaciones gubernamentales que impiden que se avance todo lo r¨¢pido que podr¨ªa hacerse en la mejora de la humanidad. Los biohackers prueban la tecnolog¨ªa en sus propios cuerpos. La idea de los hackers digitales, que cada uno pueda manipular la tecnolog¨ªa, escribir c¨®digo, ha llevado a grandes avances tecnol¨®gicos. Pero cuando est¨¢ en juego la propia naturaleza humana¡ ?hasta d¨®nde estamos dispuestos a llegar?
P. ?Y usted qu¨¦ opina?
R. Bueno, mi papel es plantear el debate, no mojarme. Pero por dar una pista: creo que todo el mundo querr¨ªa que hubiera tecnolog¨ªa para curar a sus hijos de graves enfermedades. Luego, mejorar artificialmente a los humanos, sin otro motivo, ya es otra cosa.
Creo que todo el mundo querr¨ªa que hubiera tecnolog¨ªa para curar a sus hijos de graves enfermedades. Luego, mejorar artificialmente a los humanos, sin otro motivo, ya es otra cosa.
P. Es que, como usted tambi¨¦n plantea, el mejoramiento puede crear sociedades a dos velocidades: los que puedan pagarlo y los que no.
R. Y no solo se trata de los individuos, sino tambi¨¦n de los pa¨ªses. Los conglomerados de poder que tengan incentivos en la batalla geoestrat¨¦gica. Ahora que estamos con la pel¨ªcula sobre Oppenheimer: la creaci¨®n de la bomba at¨®mica se realiza para evitar que otro lo haga antes. Los desarrollos actuales, como la IA, afectan a escala global: hay pa¨ªses que no est¨¢n preocupados por ponerle normas y est¨¢n avanzando m¨¢s r¨¢pido. Con respecto a la edici¨®n gen¨¦tica, se crea una situaci¨®n donde se puede generar tensi¨®n geoestrat¨¦gica. En t¨¦rminos de ciencia ficci¨®n: imaginemos que algunos pa¨ªses la usan para crear ej¨¦rcitos de supersoldados...
P. En su novela se habla de una vuelta al campo, no solo de las personas, sino de las empresas y las instituciones investigadoras. Concretamente a su querida Navaluenga, en ?vila.
R. Otro t¨®pico de nuestro tiempo es el redescubrimiento del campo, gracias a la pandemia. Es una de las cosas en las que la tecnolog¨ªa nos ha ayudado, a rehumanizar nuestras vidas saliendo de las ciudades, teniendo experiencias vitales diferentes. Tambi¨¦n en cuanto al talento: hoy parece que haya que ir, no s¨¦, a Nueva York, para encontrar talento. Pero el talento, hoy m¨¢s que nunca, puede estar disperso, formando peque?os hubs. Con el teletrabajo podemos pasar m¨¢s tiempo fuera de la oficina, aunque, ojo, tambi¨¦n puede hacernos estar m¨¢s tiempo conectados. Ah, y el roce en el lugar de trabajo tambi¨¦n es importante. Lo mejor son modelos h¨ªbridos.
P. ?Qu¨¦ es la IE University?
Cumplimos 50 a?os de la IE University, que naci¨® como escuela de negocios en 1973. Es una instituci¨®n innovadora, de mentalidad emprendedora, abrazamos la diversidad en general: 140 nacionalidades, bagajes culturales diferentes, or¨ªgenes muy heterog¨¦neos. En esa experiencia diferente se aprende mucho, no solo lo que se aprende en clase.
P. ?Cu¨¢l es su enfoque?
R. Nuestro valor principal son las humanidades. Vivimos en un mundo muy cambiante, con cambios muy acelerados, donde es importante tener un conocimiento de nosotros mismos, de las personas con las que convivimos, del mundo y de las diferentes culturas. Aunque Nuccio Ordine, recientemente fallecido, defin¨ªa las humanidades como la inutilidad de lo in¨²til. En un mundo tan tecnol¨®gico tenemos que ser capaces de poner la tecnolog¨ªa nuestro servicio.
Tenemos que pasar de una sociedad de la informaci¨®n a una sociedad del pensamiento cr¨ªtico, de un capitalismo de seducci¨®n a un capitalismo m¨¢s humanista
P. Las humanidades digitales, las llaman.
R. A veces separamos el mundo f¨ªsico y el digital, y yo creo que son el mismo mundo ya. Para m¨ª no existen humanidades digitales y humanidades, digamos, f¨ªsicas. La tecnolog¨ªa est¨¢ para abrazarla, pero no para abrazarla incondicionalmente, acr¨ªticamente, y las humanidades nos ayudan a eso. Creo que tenemos que pasar de una sociedad de la informaci¨®n a una sociedad del pensamiento cr¨ªtico, de un capitalismo de seducci¨®n (como dec¨ªa Gilles Lipovetsky) a un capitalismo m¨¢s humanista.
P. Ha mencionado usted la ¡°innovaci¨®n¡±. A veces da la impresi¨®n de que es una palabra sagrada y que toda innovaci¨®n es buena, que toda supone progreso. Pero no siempre es as¨ª.
R. La palabra quiz¨¢ est¨¦ manida, y se usa para cualquier cosa. Pero el concepto en s¨ª es muy importante, porque en un mundo con un desarrollo tecnol¨®gico tan acelerado, donde los cambios se nos imponen tan r¨¢pido, debemos tener la capacidad de adaptarnos a esos cambios. Y eso se hace con una mentalidad innovadora.
P. El futuro da mucho miedo. Hace no tanto era un lugar apetecible, hoy ya no tanto.
R. Hay que tomarse las amenazas en serio, eso est¨¢ claro. Pero, por otro lado, siempre hemos necesitado narrativas que dieran sentido a nuestras inquietudes existenciales. En el pasado era Dios. Ahora parece ser el futuro lo que nos hace movilizarnos. Antes era el castigo de Dios, ahora son los peligros que nos esperan en el futuro.
P. ?Y la gente joven con la que usted trata en la universidad? ?C¨®mo se llevan con ¨¦l?
R. La juventud siempre tienen inquietudes: son m¨¢s j¨®venes, tienen m¨¢s tiempo por delante. Conocen las amenazas, saben que es un mundo cambiante, tienen muchas preguntas, pero muy pocas respuestas. La formaci¨®n humanista, creo, una vez m¨¢s, que es la soluci¨®n: adem¨¢s de una formaci¨®n profesional ¨²til, hace falta una visi¨®n global del mundo, donde est¨¦ la lectura, el arte, la filosof¨ªa, el contacto con las personas que queremos. Que permita tambi¨¦n disfrutar de la vida.
P. Por cierto, usted proviene de una familia aristocr¨¢tica. ?C¨®mo se conjuga la naturaleza de la aristocracia, tradicionalmente enfocada en el pasado, la herencia; con el mundo de la empresa, enfocado a la innovaci¨®n, el futuro, la meritocracia?
R. Bueno, en realidad lo aristocr¨¢tico es mantener la memoria de un antepasado que hizo algo relevante, en nuestro caso el Marqu¨¦s de la Romana, que fue nombrado grande de Espa?a por su lucha contra la invasi¨®n napole¨®nica a principios del XIX. No tiene m¨¢s connotaci¨®n. De hecho, fue un hombre emprendedor con esp¨ªritu humanista, as¨ª que no hay tanta contradicci¨®n.
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