Una siesta de casi dos horas y cuarto
Burdiel y Pe?aranda saludan sendas ovaciones ante una seria, noble y descastada novillada de Guadaira
Los aut¨¦nticos triunfadores del segundo festejo de la Feria de Oto?o fueron aquellos espectadores que consiguieron no dormirse durante el transcurso del mismo. Hab¨ªa que estar muy descansado o ir hasta arriba de cafe¨ªna para aguantar semejante aburrimiento sin ni siquiera pegar una cabezada.
Dos horas y 13 minutos, exactamente, dur¨® aquel suplicio. Y, todo, con un calor m¨¢s propio del mes de julio. Si no llega a ser porque los toreros llamaban continuamente su atenci¨®n, hasta los benditos animales que salieron por toriles se habr¨ªan marchado al refugio de tablas, a la sombrita, a sestear pl¨¢cidamente.
Llevaba Alejandro Pe?aranda un buen rato dando muletazos al soso y blandito quinto, cuando un vecino de localidad, tras incontables esfuerzos por mantener la compostura, se lanzaba finalmente a los brazos de Morfeo. Mientras, otros tantos com¨ªan pipas, miraban el m¨®vil, o persegu¨ªan con la mirada las palomas que sobrevolaban los tejadillos de Las Ventas. Cualquier cosa, menos prestar atenci¨®n a lo que suced¨ªa en el ruedo.
Y el porqu¨¦ de tan triste escena se resume en una palabra: emoci¨®n. O, en este caso, la falta de ella. Ni los tres novilleros ni los utreros de la ganader¨ªa de Guadaira despertaron ese imprescindible sentimiento en los presentes. Unos, por su frialdad y conformismo; los otros, por su notoria falta de fuerza y casta.
No fue mala la novillada del hierro sevillano, seria y astifina por delante. La mayor¨ªa de los seis ejemplares tuvo nobleza, buen fondo, y hasta movilidad, pero, igualmente, una insoportable soser¨ªa. La transmisi¨®n que da la casta, una vez m¨¢s, no hizo acto de presencia.
Pero es que tampoco puso demasiado de su parte la terna actuante. Algo m¨¢s de voluntad demostr¨® el debutante Ismael Mart¨ªn, tan bullicioso como vulgar y falto de oficio. Con poco acierto clav¨® banderillas y, despu¨¦s, ya muleta en mano, fue cogido en un par de ocasiones por un novillo manso, que se movi¨® mucho, pero sin clase ni entrega.
Adem¨¢s, en un mal movimiento al descabellar, se lesion¨® el hombro derecho y tuvo que marcharse a la enfermer¨ªa, visiblemente dolorido. Y ah¨ª acab¨® su tarde.
A ese animal lo remat¨® ?lvaro Burdiel, que tambi¨¦n se tuvo que hacer cargo del sexto. La suya fue una actuaci¨®n correcta, que cont¨® con retazos de buen gusto, pero nada m¨¢s. Tiene personalidad, s¨ª, pero se conforma con poco. Una vez m¨¢s, no dio el paso necesario para despertar a la parroquia.
Y a¨²n m¨¢s vac¨ªa de alma result¨® la actuaci¨®n de Pe?aranda, que no dijo nada y anduvo por debajo de un lote que mereci¨® m¨¢s.
Con las campanillas de las mulillas, dispuestas a arrastrar al ¨²ltimo novillo a eso de las ocho y cuarto de la tarde, muchos aficionados despertaron del letargo y se dispusieron a volver a casa. ?Lo malo? A ver qui¨¦n es el guapo que duerme esta noche tras semejante siesta...
Guadaira / Burdiel, Pe?aranda, Mart¨ªn
Novillos de Guadaira, bien presentados (a excepción del abecerrado tercero), serios y astifinos, desiguales en los caballos, nobles, blandos, sosos y descastados. Destacó la movilidad del segundo y el buen pitón derecho del cuarto.
Álvaro Burdiel: bajonazo trasero (silencio); estocada caída (saludos tras petición minoritaria); pinchazo y pinchazo hondo (silencio).
Alejandro Peñaranda: estocada ligeramente delantera y contraria —aviso— y un descabello (saludos); estocada desprendida (palmas).
Ismael Martín: pinchazo, estocada muy atravesada que hace guardia, un descabello —aviso—, otros dos descabellos y se lesiona. Remata al novillo Burdiel de otros cuatro descabellos (silencio). Ismael Martín sufrió una luxación del hombro derecho de pronóstico reservado.
Plaza de toros de Las Ventas. Segundo festejo de la Feria de Otoño. Más de media entrada (14.169 espectadores, según la empresa).
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.