¡®Golpe a Wall Street¡¯: estupenda comedia sobre la revoluci¨®n francesa de las finanzas

Mientras los ¡°criminales¡± de Wall Street jugaban a la loter¨ªa con las cartas marcadas y las reglas del juego trucadas por medio de sus operaciones en corto, un amplio grupo de peque?os inversores, a los que los milmillonarios de la Bolsa suelen llamar los del ¡°dinero de tontos¡±, se uni¨® a trav¨¦s de las redes sociales como una nueva revoluci¨®n francesa de las finanzas. El hecho es real, de hace apenas tres a?os, estuvo comandado por ¡°un friki de manual¡±, y ya es legendario en la historia de los mercados porque adem¨¢s se produjo en torno a las acciones de una empresa relativamente peque?a, y condenada al agujero de los nuevos tiempos, GameStop, una cadena de tiendas de videojuegos en la era de la pirater¨ªa. ?Qu¨¦ hacer con semejante locura, con el casino de la parte m¨¢s sucia del capitalismo contempor¨¢neo? Craig Gillespie y sus guionistas lo han tenido claro con Golpe a Wall Street: una comedia.

Y eso que el asunto tiene poca gracia, sobre todo para el resto de los mortales, siempre a expensas de que los terroristas burs¨¢tiles y los desmanes bancarios que desembocan en quiebras acaben provocando despidos laborales y crisis econ¨®micas globales. Los legos en el asunto, como el que esto escribe, que no teman: la pel¨ªcula no deja de ser una f¨¢bula de pobres contra ricos, de honrados contra corruptos, de los de abajo contra los de arriba, con la ¨²nica diferencia de que es tan real como la vida misma, y en la que cada t¨¦rmino, cada situaci¨®n y cada consecuencia se termina entendiendo a trav¨¦s de di¨¢logos afilados e ir¨®nicos, en los que las guionistas ni siquiera tienen la necesidad de ser redundantes o ret¨®ricas.

Al fin y al cabo, alrededor de este relato coral de peque?os inversores en Bolsa, analistas financieros, fondos de inversi¨®n y grandes popes de Wall Street siempre hay alguien que tampoco entiende del tema y necesita una clase pr¨¢ctica. Y ah¨ª radica la dificultad, y tambi¨¦n el m¨¦rito, de las guionistas Rebecca Angelo y Lauren Schuker, inspiradas por el libro La red antisocial: la verdadera historia del grupo de peque?os inversores, trolls y antisistema que puso de rodillas a Wall Street, de Ben Mezrich, no por casualidad, el autor de los ensayos que estaban en la base de La red social y 21 Blackjack, otras dos pel¨ªculas sobre la carrera del dinero: Multimillonarios por accidente, El nacimiento de Facebook, y Bringing Down the House: The Inside Story of Six MIT Students Who Took Vegas for Millions.

Que una historia tan especializada sea tan simp¨¢tica, divertida y hasta emocionante es m¨¦rito de los di¨¢logos de Angelo y Schuker, con la complicidad en la puesta en escena del australiano Gillespie, director de la excelente Yo, Tonya. El ritmo es desenfrenado, pero la pel¨ªcula tampoco necesita los continuos efectos de montaje y sonido, y el br¨ªo a veces desbocado de las obras de Adam McKay, autor de La gran apuesta, El vicio del poder y No mires arriba, con las que Golpe a Wall Street encuentra diversas concomitancias: im¨¢genes documentales de los telediarios y las tertulias de aquellos d¨ªas, y comparecencias reales en el momento en que el Congreso de Estados Unidos empez¨® a investigar el asunto.

Estrenada en el festival de Toronto, la pel¨ªcula de Gillespie acaba hablando de la gente, con personajes de carne y hueso, y preciosos, en una lucha desigual con un elemento dram¨¢tico m¨¢s: se produce en lo m¨¢s crudo de la pandemia, con el dolor, la tensi¨®n, la soledad, la muerte y las vidas encajadas en Zoom y las redes sociales. Los que se atrevieron a poner unos cientos de d¨®lares para bregar contra el poder, ganaron decenas de miles; los que se arriesgaron con decenas de miles, ganaron muchos millones. Y con su dinero de tontos paladearon, durante un tiempo o para el resto de sus vidas, el sabor de la derrota por estrangulamiento del villano sin escr¨²pulos y la victoria de los revolucionarios.