Clara S¨¢nchez ingresa en la RAE con un canto a la literatura como ¡°m¨¢quina para mitigar el envejecimiento¡±

A pesar de todos los inventos y avances logrados por el ingenio humano, hay algo que este no ha podido revertir a¨²n: que las personas envejezcan y mueran. Al menos, como consuelo para los amantes de la literatura, queda la imaginaci¨®n para sentir que viajamos atr¨¢s o adelante en el tiempo y que perduramos. Sobre esa idea ha pivotado este domingo el discurso de ingreso en la Real Academia Espa?ola (RAE) de la escritora Clara S¨¢nchez (Guadalajara, 68 a?os), titulado La m¨¢quina del tiempo. S¨¢nchez, elegida el 23 de marzo, se sentar¨¢ en la silla X, vacante desde el fallecimiento de su anterior due?o, el poeta Francisco Brines, el 20 de mayo de 2021.

Las palabras de S¨¢nchez han querido ser un canto ¡°al placer por la lectura¡±, repleto de referencias a autores y obras, de ciencia o de ficci¨®n, que han abordado el paso del tiempo a lo largo de la historia, desde Plat¨®n a la exitosa serie Perdidos. La ya acad¨¦mica ha subrayado que ¡°la imaginaci¨®n ide¨® una potente m¨¢quina del tiempo: la literatura, que mitiga la sensaci¨®n tan insoportable de no poder volver atr¨¢s¡±. Esa m¨¢quina permite, adem¨¢s, burlar al tiempo, ¡°ese fluido monstruoso e invisible al que le echamos la culpa de todo: de envejecer, de enfermar y de morir¡±. Ello es posible desde la escritura, del oficio de ¡°seducir con las palabras¡±, ha a?adido.

S¨¢nchez, nacida el 1 de marzo de 1955, es la und¨¦cima acad¨¦mica del actual pleno, compuesto por 44 miembros (falta por leer su discurso de ingreso el medievalista Pedro C¨¢tedra y est¨¢ vacante la silla de Javier Mar¨ªas, fallecido el 11 de septiembre de 2022), por lo que las mujeres representan ya el 25% de los acad¨¦micos. La mayor cifra y porcentaje en la historia de la instituci¨®n. Con ella son cuatro las que han ingresado de manera consecutiva, junto a Paloma D¨ªaz-Mas, Dolores Corbella y Asunci¨®n G¨®mez-P¨¦rez. Estas dos ¨²ltimas en ingresar en la RAE son las que la han acompa?ado en su entrada al Sal¨®n de actos de la RAE.

La encargada de darle la bienvenida, con un discurso, en nombre de la corporaci¨®n ha sido la acad¨¦mica Soledad Pu¨¦rtolas, que ha se?alado que el papel de los escritores en la RAE es levantar acta del ¡°uso literario de la lengua¡± espa?ola. En el recorrido por la obra de S¨¢nchez, ha dicho que representa ¡°la literatura del presente¡±, con una prosa caracterizada ¡°por la mesura¡±. En sus novelas ¡°es com¨²n la presencia de un personaje que tiene que adaptarse a una situaci¨®n nueva¡±.

La escritora tiene adem¨¢s esta semana otro motivo de satisfacci¨®n por la publicaci¨®n de su nueva novela, Los pecados de Marisa Salas (Planeta), en la que la protagonista narra en primera persona la trastienda del mundo editorial, en una trama con plagios, impostores, venganzas y listas de ventas. Los libros de S¨¢nchez se han traducido a m¨¢s de veinte idiomas, pero es en Italia donde ha cosechado m¨¢s lectores y reconocimientos. Precisamente, este ¨²ltimo se public¨® antes en ese pa¨ªs que en Espa?a. En Italia, Lo que esconde tu nombre es lectura obligatoria en liceos y universidades.

En su repaso a los libros que han fabulado sobre el tiempo, y el espacio, ha destacado el que ha dado t¨ªtulo a su discurso, La m¨¢quina del tiempo, de H. G. Wells, publicado en 1895. En el que ¡°esa m¨¢quina se describe tan bellamente que me encantar¨ªa verla en el sal¨®n de mi casa¡±, ha bromeado. ¡°Hecha de marfil, n¨ªquel, cristal de roca, barras de cristal y carriles de bronce. Wells la imagin¨® como un juguete para hacernos reflexionar sobre la condici¨®n humana, encerrada en su propio ego¨ªsmo y estupidez¡±.

Otro referente es Micromegas, de Voltaire (1752), protagonizada por dos extraterrestres. ¡°Es una delicatessen llena de libertad, atrevimiento y sentido del humor¡±, en la que el escritor franc¨¦s plasm¨® ¡°la relatividad de todo tipo de magnitud¡±. En este sentido, ha hecho hincapi¨¦ en lo complicado que resulta a la hora de contar una historia ¡°el empe?o de volver real la realidad¡±.

Tambi¨¦n cit¨® el cl¨¢sico La invenci¨®n de Morel, de Adolfo Bioy Casares (1940), con su isla con dos soles y dos lunas. Una novela que ¡°parec¨ªa profetizar la deshumanizaci¨®n del ¨¦xito en las redes sociales, la locura de no concebir una vida plena si no es a trav¨¦s de la permanente exhibici¨®n¡±, ha indicado. Es, adem¨¢s, un libro ¡°que ha inspirado pel¨ªculas y series, como Perdidos¡±, de la que se ha declarado fan.

¡°La invenci¨®n de Morel¡¯, de Bioy Casares, parec¨ªa profetizar la deshumanizaci¨®n del ¨¦xito en las redes sociales, la locura de no concebir una vida plena si no es a trav¨¦s de la permanente exhibici¨®n¡±

Clara S¨¢nchez, licenciada en Filolog¨ªa Hisp¨¢nica por la Universidad Complutense de Madrid, fue profesora universitaria durante 17 a?os y ha colaborado en medios espa?oles, como este peri¨®dico, e internacionales. En su trayectoria ha ganado el Premio Alfaguara, por ?ltimas noticias del para¨ªso (2000); el Nadal (Lo que esconde tu nombre, 2010) y el Planeta (El cielo ha vuelto, 2013). Solo ella se ha hecho con los tres.

Debut¨® en la novela en 1989, con Piedras preciosas, a la que siguieron No es distinta la noche (1990, publicada en Debate), El palacio varado (1993, Debate, Alfaguara), Desde el mirador (1996, Alfaguara), El misterio de todos los d¨ªas (1999, Alfaguara), ?ltimas noticias del para¨ªso (2000, Alfaguara), Un mill¨®n de luces (2004, Alfaguara), Presentimientos (2008, Alfaguara, Destino), Lo que esconde tu nombre (2010, Destino), Entra en mi vida (2012, Destino), El cielo ha vuelto (2013, Planeta), Cuando llega la luz (2016, Destino), El amante silencioso (2019, Planeta) e Infierno en el para¨ªso (2021, Planeta). T¨ªtulos a los que se suma su primer libro como acad¨¦mica de la lengua, Los pecados de Marisa Salas.

Y de regreso a la idea central de su discurso, la caducidad del tiempo, ¡°uno de los artificios m¨¢s artificiosos de la vida y la narrativa¡±, viene bien recuperar la reflexi¨®n de san Agust¨ªn se?alada por S¨¢nchez: ¡°?Qu¨¦ es el tiempo? Si no me lo preguntan, lo s¨¦. Si me lo preguntan, lo ignoro¡±.