Agnieszka Holland: ¡°Netayanhu es una tragedia para Israel¡±
La directora polaca, atacada por el Gobierno de su pa¨ªs por su relato del maltrato a los refugiados en la frontera entre Polonia y Bielorrusia, se confiesa esperanzada ante el cambio pol¨ªtico en su naci¨®n, aunque asustada ante el conflicto en Oriente Pr¨®ximo
Sentada en la cafeter¨ªa de un hotel en Valladolid, el aura que emite Agnieszka Holland testimonia su firmeza y sus convenciones: si alguien piensa que la cineasta polaca va a recular o a dudar sobre su cine, y m¨¢s si ese alguien es el Gobierno de ultraderecha de su pa¨ªs, anda muy desencaminado. La vida de Holland (Varsovia, 74 a?os), afamada cineasta y directora de series, candidata al Oscar por el guion de Europa, Europa y a pel¨ªcula de habla no inglesa por Amarga cosecha; auctoritas en el audiovisual europeo como presidenta de la Academia de cine del continente, nunca ha sido f¨¢cil, y su biograf¨ªa est¨¢ marcada por las contradicciones que asuelan su pa¨ªs: su madre, cat¨®lica, fue miembro de la resistencia polaca en la Segunda Guerra Mundial; su padre, un periodista jud¨ªo, fue ardiente militante comunista que acab¨® chocando contra el r¨¦gimen polaco y se suicid¨® cuando su hija ten¨ªa 13 a?os. La misma Holland acab¨® en la c¨¢rcel durante la primavera de Praga, donde estaba estudiando, en 1968 por disidente. De ah¨ª que su cine refleje los conflictos que provoca la identidad.
¡°Y con todo, los peores ataques los he recibido ahora, de un gobierno elegido democr¨¢ticamente¡±, advierte. Se refiere a la ola de amenazas e insultos que ha provocado su ¨²ltimo trabajo, Green Border, pel¨ªcula sobre el maltrato a los inmigrantes en la frontera entre Polonia y Bielorrusia, convertidos en un divertimento que se pasan ¡ªvivos o muertos¡ª por encima de las concertinas los guardias fronterizos de un pa¨ªs perteneciente a la UE gobernado por un partido de ultraderecha y los soldados de un dictador t¨ªtere de Putin. Cuando sirios y afganos pisan Polonia, gritan felices: ¡°Estamos en Europa¡±, sin ser conscientes de que pisan un terreno de exclusi¨®n al que no pueden acceder trabajadores de organizaciones humanitarias: morir¨¢n de hambre, fr¨ªo, ahogados en el lodo o desangrados sin asistencia. Green Border, que se estrenar¨¢ en Espa?a al inicio de 2024, gan¨® el premio del jurado del pasado certamen de Venecia, para ira de Jaroslaw Kaczynski, presidente del partido ultraconservador con tintes xen¨®fobos Ley y Justicia (PiS) y l¨ªder de facto del Ejecutivo polaco, que la defini¨® como ¡°vergonzosa, repulsiva y asquerosa¡±. El 22 de septiembre Green Border se estren¨® en Polonia y ha sido un taquillazo, aunque Holland, que reside en Par¨ªs, tuvo que acortar su visita promocional y llevar escolta. En Valladolid, el filme concurs¨® ayer s¨¢bado en la Seminci.
Pregunta. ?C¨®mo se siente tras las elecciones del pasado s¨¢bado 14 en Polonia [en las que, aunque gan¨®, el PiS no obtuvo una mayor¨ªa suficiente para gobernar, y s¨ª el bloque liberal liderado por Donald Tusk]?
Respuesta. Aliviada. Por otro lado, vivimos momentos convulsos en todo el mundo. Hay un dicho chino que dice: ¡°No vivas en ¨¦pocas interesantes¡±. En mi pa¨ªs, ha habido un suspiro de tranquilidad, porque aunque no fuera un r¨¦gimen totalitario, se comportaba como uno. Ha sido un gobierno inhumano, agarrado a esa idea central del populismo de irradiar odio y que destruye las instituciones. En Polonia as¨ª ha sido, y la reconstrucci¨®n se antoja complicada, porque han colocado minas en el Tribunal Constitucional, en el Supremo, y el presidente sigue siendo Andrzej Duda. Y corremos el peligro de que, al repararlos, las minas exploten. Por eso se cre¨® la coalici¨®n que ahora puede gobernar y llevar a Tusk a ser primer ministro.
P. Pero usted, hasta ahora, no se hab¨ªa mostrado esperanzada con Tusk.
R. Tusk al menos es un pol¨ªtico serio, con gran experiencia y clara determinaci¨®n y carisma. Es el hombre adecuado. S¨ª, cometi¨® numerosos errores cuando fue primer ministro, probablemente por arrogante, y eso allan¨® el terreno para el triunfo del populismo. Sin embargo, ha aprendido r¨¢pidamente qu¨¦ errores no puede repetir. Al menos, eso espero. Por otro lado, no va solo, sino que lidera una gran coalici¨®n, y eso es un peligro, por si no cuaja, y una ventaja: no puede comportarse como un rey desp¨®tico. Necesita las mismas herramientas que cuando presidi¨® del Consejo Europeo: buscar y negociar compromisos para alcanzar acuerdos. En estas elecciones han votado muchos j¨®venes y especialmente muchas mujeres, que buscan una sociedad m¨¢s inclusiva, en las que se les escuche y se les tenga en cuenta m¨¢s. Lo que me da miedo es que los pol¨ªticos, asustados, retornen a las viejas maneras. Ah¨ª entra la responsabilidad de los medios de comunicaci¨®n y de la sociedad civil.
Es la primera vez en mucho tiempo que he sentido que una pel¨ªcula ten¨ªa un sentido m¨¢s all¨¢ de lo cinematogr¨¢fico o de lo est¨¦tico¡±
P. ?No hay una contradicci¨®n entre la gran cantidad de gente que vota a la derecha y a la ultraderecha en Polonia y el ¨¦xito de taquilla que est¨¢ disfrutando Green Border?
R. Es curioso, s¨ª. Yo he sufrido olas de ataques agresivos desde el partido y los seguidores de Kaczynski. Incluso mucha gente de la coalici¨®n de Tusk estaban asustados y me dec¨ªan que lo mismo no ten¨ªa que estrenar durante la campa?a electoral. Por suerte, su vida arranc¨® en el festival de Venecia y eso le dio una oportunidad. Sin la Mostra creo que ni siquiera hubiera podido terminarla. Con la campa?a de haters que sufr¨ª desde su proyecci¨®n en el certamen, tem¨ª que la campa?a se asemejara a la de 2015, que se centr¨® en el odio a migrantes y refugiados, y los partidos de la oposici¨®n encararon con timidez estos asuntos. Yo cre¨ªa que ten¨ªamos que afrontarlos en el debate p¨²blico m¨¢s all¨¢ de la odiosa narraci¨®n del terror. Por eso mi pel¨ªcula humaniza la historia.
P. Los migrantes no son solo n¨²meros.
R. Exacto. Decidimos estrenar, recibimos el ataque furibundo inicial apoyado en oleadas inform¨¢ticas en redes sociales que al inicio funcionaron bien. Pero exageraron tanto que el odio se convirti¨® en algo tan absurdo y fuera de lugar que la gente lo rechaz¨®. Me he dado cuenta en los coloquios posteriores a las proyecciones que Green Border sirve como terapia colectiva, porque quer¨ªan hablar de temas humanos y no cinematogr¨¢ficos. Es la primera vez en mucho tiempo que he sentido que una pel¨ªcula ten¨ªa un sentido m¨¢s all¨¢ de lo cinematogr¨¢fico o de lo est¨¦tico.
P. La primera vez que oy¨® la expresi¨®n ¡°Solo los cerdos se sientan en el cine¡±, que invent¨® la resistencia polaca contra quienes ve¨ªan cine nazi, en relaci¨®n a su pel¨ªcula, ?qu¨¦ sinti¨®?
R. Se supone que la dijeron los guardias de fronteras antes del estreno, cierto. Al menos as¨ª lo coment¨® el presidente Duda en la televisi¨®n. Lo primero que pens¨¦ fue que hab¨ªan cometido un error enorme. Porque s¨ª, habr¨¢ un 30% de polacos, sus votantes, a los que puedes soltar cualquier cosa. Pero el resto de la poblaci¨®n se sinti¨® inmediatamente ofendida, les estaba llamando nazis. Se convirti¨® en el objeto de millones de chistes, en carne de meme, hubo hasta gente que fue a las salas con caretas de cerdo. Espera, mira.
Holland saca el m¨®vil y busca una foto. En ella se ve al presidente polaco sonriente en un cine, y a su lado, en cada butaca, un cerdito rosa.
P. ?Mantiene su denuncia de difamaci¨®n contra el ministro de Justicia por llamar nazi a su pel¨ªcula?
R. S¨ª, solo ha cambiado la cantidad de dinero que pido. Ahora le pido 30.000 euros que, obviamente si gano, no ser¨¢n para m¨ª.
P. Usted ha reflexionado en su cine sobre el hecho de ser jud¨ªo, su madre salv¨® durante la guerra a decenas de jud¨ªos y por eso recibi¨® la medalla israel¨ª de Justo entre las Naciones, que honra a los no jud¨ªos que ayudaron durante la persecuci¨®n nazi... ?Qu¨¦ siente ante el conflicto en Oriente Pr¨®ximo?
R. Me siento realmente mal. Es la cr¨®nica de una muerte anunciada. Me asusta la cantidad de pol¨ªticos israel¨ªes que han estado completamente equivocados en las ¨²ltimas d¨¦cadas. Tambi¨¦n es cierto que no ha habido un pol¨ªtico o partido palestino cre¨ªble en cualquier di¨¢logo. Netanyahu es una tragedia para Israel. Lo que ¨¦l ha hecho exactamente es igual que lo que pasar¨ªa si Rusia ataca a Polonia. Porque Kaczynski cre¨® un caldo de cultivo donde solo sus intereses y sus reflexiones cuentan, y la realidad ni importa. Netanyahu ha polarizado la sociedad israel¨ª y ha destruido su sistema judicial para protegerse. La tragedia de los palestinos es que nadie les quiere. Israel est¨¢ bombardeando Gaza, devenida en gueto, y empujando a su poblaci¨®n hacia el Sur, y Egipto no abre el paso fronterizo. Los palestinos han sido traicionados por todos y por eso est¨¢n ahora a merced de los terroristas, porque la desesperaci¨®n y la rabia crecen, y eso alimenta al terrorismo. Tengo miedo de que esta vez s¨ª, esta vez estemos viviendo el inicio de una guerra global.
P. ?Pueden hacer algo m¨¢s los Gobiernos europeos?
R. No creo, porque nadie tiene una soluci¨®n r¨¢pida. Cuando los acuerdos de Oslo, tuvimos a Arafat y a Rabin; ahora est¨¢n Hezbol¨¢ y Ham¨¢s en un lado, y, en el otro, Netanyahu y sus jodidos nacionalistas. ?Qu¨¦ hacemos con esto? Necesitamos pol¨ªticos con grandes miras, que piensen m¨¢s all¨¢ de sus mandatos de cuatro a?os, con aproximaci¨®n human¨ªstica a los problemas e imaginaci¨®n art¨ªstica.
Cuando los acuerdos de Oslo, tuvimos a Arafat y a Rabin; ahora est¨¢n Hezbol¨¢ y Ham¨¢s en un lado, y en el otro Netanyahu y sus jodidos nacionalistas¡±
P. Su filmograf¨ªa, ?no es una gran clase de Historia?
R. No s¨¦. La Historia es una gran profesora, pero ?qui¨¦n la escucha? Siempre me he visto como una peque?a alertadora que se?ala los peligros. Una pel¨ªcula no va a cambiar el mundo. Aunque hace poco o¨ª una frase de Vasili Grossman. No s¨¦ si la dijo o la escribi¨®, pero era algo as¨ª como que la vida no es la lucha entre el bien y el mal, sino que la vida es la batalla entre el mal y diminutos granos de bondad que hay en el ser humano. Y si esos granos perviven, la humanidad no estar¨¢ perdida. Mi ambici¨®n es ser uno de esos peque?os granos. Por lo dem¨¢s, soy pesimista, porque desafortunadamente la humanidad ha olvidado la lecci¨®n que nos dej¨® el Holocausto. Aquella vacuna ha desaparecido. Llegar¨¢ un nuevo desastre que nos ense?ar¨¢, otra vez, que si queremos sobrevivir, tenemos que colaborar.
Babelia
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