La joya muse¨ªstica de Berl¨ªn dice adi¨®s: el Museo de P¨¦rgamo cierra por reformas durante 14 a?os
El edificio, construido hace casi cien a?os para exhibir en todo su esplendor el c¨¦lebre altar que le da nombre, requiere un complejo acondicionamiento estructural completo
Cuesta imaginarse que el Museo Brit¨¢nico, en Londres, o el Louvre, en Par¨ªs, sus museos m¨¢s c¨¦lebres, anuncien su cierre durante 14 a?os. Pero eso es exactamente lo que va a suceder con el Museo de P¨¦rgamo, el equivalente berlin¨¦s de estas dos grandes instituciones culturales. A partir de este lunes, el museo que acoge el c¨¦lebre altar de P¨¦rgamo y otras joyas del periodo helen¨ªstico, Mesopotamia y el Pr¨®ximo Oriente, cerrar¨¢ sus puertas para someterse a una profunda restauraci¨®n que no terminar¨¢ hasta 2037. Eso si se cumplen los plazos, y no ocurre como con otros grandes proyectos de construcci¨®n que han arrastrado enormes sobrecostes y retrasos en Alemania, como el aeropuerto de Berl¨ªn o la estaci¨®n central de Stuttgart.
El cierre total del edificio nunca estuvo en los planes de renovaci¨®n del museo. Sus responsables cre¨ªan que podr¨ªan acometer las mejoras por fases, de forma que al menos una de las tres alas del edificio, construido entre 1910 y 1930, pudiera ser visitada. Sin embargo, el mal estado de la estructura, levantada sobre terreno inestable, bombardeada durante la Segunda Guerra Mundial y p¨¦simamente mantenida durante el r¨¦gimen de la Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana, lo ha desaconsejado. Era demasiado arriesgado seguir el plan original, explica Barbara Helwing, directora del Museo de Pr¨®ximo Oriente, uno de los tres ¡ªjunto con el Museo de Arte Isl¨¢mico y la Colecci¨®n de Antig¨¹edades¡ª que alberga el magn¨ªfico edificio.
El museo en realidad lleva casi una d¨¦cada en obras. El ala que acoge su mayor tesoro, el altar que le da nombre, se cerr¨® a los visitantes en oto?o de 2014 para una restauraci¨®n que en teor¨ªa iba a durar cinco a?os. Mientras tanto, otras partes del edificio seguir¨ªan mostrando piezas tan relevantes como la Puerta de Ishtar de la muralla de Babilonia o la fachada principal del mercado romano de Mileto. El plan consist¨ªa en reabrir el altar en 2019 y empezar entonces la renovaci¨®n del resto. Pero llegados a 2023 los trabajos para acondicionar esta obra con 2.200 a?os de historia siguen en marcha y ahora la fecha de apertura m¨¢s probable es 2027. Al museo le esperan, por tanto, al menos cuatro a?os de cierre completo.
De cumplirse las previsiones, el altar de P¨¦rgamo habr¨¢ estado oculto a los ojos de los visitantes durante 13 largos a?os. Aunque la monumental estructura no puede verse en el emplazamiento que dise?¨® para ella el arquitecto Alfred Messel, la muestra Panorama permite hacerse una idea de c¨®mo era el altar de 35 metros de ancho por 33 metros de profundidad que arque¨®logos alemanes trasladaron pieza a pieza desde el entonces Imperio Otomano a finales del siglo XIX. La exposici¨®n, situada en un edificio temporal levantado justo delante del Pergamon, incluye una espectacular recreaci¨®n panor¨¢mica en 360 grados del altar en la acr¨®polis de P¨¦rgamo realizada por el artista Yadegar Asisi, adem¨¢s de esculturas originales.
El Panorama ha sido un consuelo para los visitantes del Pergamon, la aut¨¦ntica estrella de la Isla de los Museos, un conjunto formado por cinco edificios hist¨®ricos, dise?ados por los mejores arquitectos de la ¨¦poca, clasificado como Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde 1999 que sol¨ªa recibir un mill¨®n de visitantes al a?o. Incluso en 2019, pese al cierre del ala norte, la del altar de P¨¦rgamo, todav¨ªa acudieron m¨¢s de 800.000 personas.
¡°Lamentablemente, ya no quedan entradas para el museo de P¨¦rgamo¡±, anunciaba un cartel a la entrada este viernes. Muchos se daban la vuelta decepcionados. Las ¨²ltimas semanas se han formado largas colas frente al ya concurrido museo, con todas las franjas horarias reservadas hace tiempo. Sus responsables han ampliado dos veces el horario, primero hasta las siete de la tarde y despu¨¦s de 9 a 21 horas, algo muy excepcional en una ciudad donde los museos suelen abrir de 10 a 18 horas. Thomas M¨¹ller, de 50 a?os, consigui¨® entradas online para ¨¦l y su mujer hace dos meses. ¡°No pod¨ªa perd¨¦rmelo. Es la ¨²ltima oportunidad para ver el museo en mucho tiempo¡±, dec¨ªa este berlin¨¦s el viernes pasado. Unos pasos por delante en la cola, Isabel Weyrauch, tambi¨¦n residente en la ciudad, a?ad¨ªa que consigui¨® entradas de milagro. Eran las ¨²ltimas, le dijeron dos semanas atr¨¢s: ¡°Vengo sobre todo por mi ahijada de 17 a?os, que ser¨¢ adulta cuando vuelva a abrir el museo¡±.
A muchos visitantes les extra?an los largos plazos de la obra, y especialmente los berlineses, que ya han visto c¨®mo los trabajos del ala norte se eternizan y acumulan sobrecostes, se muestran muy esc¨¦pticos con el calendario. La segunda fase incluye la renovaci¨®n del ala sur, la construcci¨®n de una cuarta ala y la conexi¨®n con los edificios aleda?os de la Isla de los Museos, los museos Bode y Neues (donde se exhibe el c¨¦lebre busto de Nefertiti). El llamado Plan maestro de la Isla de los Museos dise?¨® a finales de los a?os noventa una conexi¨®n subterr¨¢nea entre todas las colecciones, el llamado ¡°paseo arqueol¨®gico¡±. El exterior tambi¨¦n se remodelar¨¢ con un puente de acceso sobre el Kupfergraben, como se conoce el brazo izquierdo del r¨ªo Spree que da forma a la isla.
El mal estado del Pergamon se aprecia a simple vista. En la fachada redes met¨¢licas previenen la ca¨ªda de cascotes y es f¨¢cil ver agujeros de proyectiles de la Segunda Guerra Mundial. ¡°Estas cicatrices permanecer¨¢n visibles tras la reforma; queremos que la gente pueda apreciar que este museo sobrevivi¨® a una guerra¡±, explica Helwing durante una visita con corresponsales extranjeros. Lo m¨¢s complicado de las obras ser¨¢, sin embargo, lo que no se ve. La Isla de los Museos est¨¢ construida sobre terreno inestable, por lo que tambi¨¦n ser¨¢ necesario asegurar los cimientos. Adem¨¢s, debido a una mala impermeabilizaci¨®n, los muros de carga del s¨®tano hace a?os que presentan humedades y cada poco aparecen nuevas goteras en los techos de cristal del edificio.
El objetivo de las obras es garantizar que las joyas que contiene no sufran ning¨²n da?o en el futuro, dice Helwing. ¡°La rehabilitaci¨®n es muy, muy complicada¡±, subraya para justificar el porqu¨¦ de los largos a?os de cierre. El museo de P¨¦rgamo es muy particular. A diferencia de otras instituciones, que primero construyeron el edificio y despu¨¦s colocaron dentro los objetos, Messel y el primer director, Walter Andrae, dise?aron el espacio pensando en crear una experiencia inmersiva.
El edificio se construy¨® alrededor de las obras, que m¨¢s que expuestas, est¨¢n integradas en la arquitectura. Buen ejemplo en el camino procesional, que discurre entre temibles leones que representan a la diosa babil¨®nica Ishtar hechos con azulejos de colores en el siglo VI antes de Cristo hasta llegar a la impresionante puerta azul brillante de Ishtar, donde se escuchan los ahs y ohs de los visitantes. Helwing destaca que es una experiencia ¨²nica en el mundo. ¡°Si vas al Louvre, al Museo Brit¨¢nico, ves relieves asirios en estrechos pasillos colgados en la pared, colocados unos encima de otros como en estanter¨ªas. Aqu¨ª uno se encuentra como en un teatro y puede imaginarse lo que es ser una persona peque?a frente a esta arquitectura monumental e inmensa¡±. Andrae, que fue tanto arquitecto como arque¨®logo ¡ªparticip¨® en excavaciones en Babilonia y en Assur, la primera capital del imperio asirio (situadas en el actual Irak)¡ª ¡°quer¨ªa exponer un mundo vivo por el que un berlin¨¦s de 1930 pudiera pasar e imaginarse en el espacio geogr¨¢fico e hist¨®rico de la antig¨¹edad¡±, destaca la directora. ¡°Y queremos que eso siga formando parte de la exposici¨®n en el futuro¡±.
La complejidad de la reforma va en paralelo a su coste. La primera parte lleva gastados 489 millones de euros; para la segunda se calculan 722,4, y hay una bolsa de 296,6 millones para ¡°riesgos y subidas de precios¡± que se da por hecho que deber¨¢ emplearse. En total, 1.500 millones de euros para devolver al c¨¦lebre Museo de P¨¦rgamo el esplendor de su magn¨ªfica inauguraci¨®n en 1930.
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