Los enfrentamientos entre los disidentes checos alejaron a Kundera del premio Nobel
Jaroslav Seifert recibi¨® el galard¨®n en 1984, pero cre¨ªa que otros escritores checos lo merec¨ªan m¨¢s que ¨¦l
Despu¨¦s de la muerte de Milan Kundera, el pasado mes de julio, o¨ª a mucha gente en distintos pa¨ªses lamentar que el escritor ya no podr¨¢ recibir el Premio Nobel que tanto hubiera merecido. Entonces record¨¦ que, durante mis encuentros con Kundera en Par¨ªs, en los a?os ochenta y noventa, el escritor mencion¨® brevemente, en diversas ocasiones y siempre con la risa a flor de labios, el premio perdido. Su mujer, Vera, y un amigo com¨²n, el periodista checo exiliado en Par¨ªs Anton¨ªn Liehm, sol¨ªan ser m¨¢s expl¨ªcitos sobre los hechos de aquel a?o 1984 y la relaci¨®n del escritor con los disidentes checos, encabezados por el entonces dramaturgo y m¨¢s tarde presidente de la Rep¨²blica Checa, V¨¢clav Havel. Para empezar a entender esa relaci¨®n, he rele¨ªdo la pol¨¦mica entre Havel y Kundera de 1968-1969, o sea, poco despu¨¦s de la invasi¨®n de Checoslovaquia por los tanques rusos. En su art¨ªculo de entonces, un Kundera optimista manifestaba que su pa¨ªs ser¨ªa recordado por la valerosa actitud que demostr¨® durante la Primavera de Praga; un Havel pesimista le repuso que ser v¨ªctima de una agresi¨®n no es raz¨®n suficiente para ser admirado y que un pa¨ªs debe merecerse la atenci¨®n internacional por s¨ª mismo, objetivo que los checoslovacos a¨²n no hab¨ªan alcanzado.
Mi inter¨¦s por lo sucedido alrededor del Nobel me llev¨®, hace un par de semanas, a investigar en Praga, donde durante todo el verano y parte del oto?o del presente a?o las revistas y los peri¨®dicos checos dedicaban p¨¢ginas y suplementos al escritor checo-franc¨¦s. Hojeando la prensa ca¨ª sobre un art¨ªculo revelador, Milan Kundera y la disidencia, publicado en el semanario praguense Echo. Su autor es Milan Uhde, antiguo disidente del comunismo, dramaturgo y pol¨ªtico en la ¨¦poca democr¨¢tica, amigo personal de Kundera. La exmujer de Uhde es la directora de Atlantis, la editorial checa donde Kundera publicaba.
El autor del art¨ªculo ve la primera se?al de desavenencia entre ambas partes no tanto en la pol¨¦mica Havel-Kundera como en el hecho de que Kundera, a partir de los a?os sesenta, reconocido en su pa¨ªs y en Francia por su primera novela, La broma (1967), envi¨® su segunda novela, La vida est¨¢ en otra parte (1969), al editor franc¨¦s Gallimard en vez de publicarla en la editorial clandestina de los disidentes checos, Petlice.
Pero lo que m¨¢s incomod¨® a los disidentes fue el hecho de que cuando en 1980 (cinco a?os despu¨¦s de que Kundera se exiliara en Par¨ªs), tras la publicaci¨®n de El libro de la risa y el olvido, Kundera fue entrevistado por el escritor Philip Roth, el autor checo-franc¨¦s se invent¨® m¨¢s de una mistificaci¨®n bajo la que ocult¨® su verdadera vida: dijo que en su pa¨ªs hab¨ªa sido un desconocido (cuando era una celebridad) y que all¨ª se ganaba la vida como pianista en un bar (cuando se la ganaba, como autor prohibido por el r¨¦gimen, elaborando hor¨®scopos bajo un nombre ficticio). Quien conoce a Kundera y su obra sabe que la iron¨ªa, la broma y la mistificaci¨®n forman parte de su manera de ver el mundo. Sin embargo, esta explicaci¨®n parecer¨ªa fr¨ªvola a los disidentes ¨Desos opositores a los que el r¨¦gimen totalitario llev¨® a formar un gueto al margen de la sociedad y muchos de los cuales sufrieron prisi¨®n y torturas¨D, cuya consigna era ¡°la verdad contra la mentira totalitaria¡±. De modo que los disidentes se tomaron dicha entrevista a mal. Tan mal que, cuando en 1984 la Academia Sueca puso a Kundera en un lugar prominente de su lista de candidatos al Nobel de literatura, ellos, preocupados porque Kundera los silenciara, a ellos y a su lucha, en su discurso de aceptaci¨®n del premio, propusieron a su propio candidato: al poeta Jaroslav Seifert, en aquella ¨¦poca ingresado en un hospital a sus 83 a?os.
Uhde cuenta en su art¨ªculo que ¡°V¨¢clav Havel, en una reuni¨®n con sus colegas disidentes, dej¨® de informar a estos sobre el hecho de que, si firmaban la petici¨®n a favor de Seifert, eso significar¨ªa que Kundera quedar¨ªa autom¨¢ticamente excluido como candidato al Nobel¡±. Adem¨¢s de la declaraci¨®n de Uhde existe otro testimonio, el de la escritora Sylvie Richterov¨¢, que afirma lo mismo: Havel entonces present¨® una candidatura recomendando a Seifert para el premio; en su propuesta, el disidente alegaba que al autor de La insoportable levedad del ser (novela que desgrana la vida de una pareja aniquilada por el r¨¦gimen totalitario), ¡°le daba igual todo¡± (todo lo que ten¨ªa que ver con la disidencia y el r¨¦gimen).
El resultado es conocido: en 1984, Jaroslav Seifert recibi¨® el Premio Nobel de literatura. Cuando, tras conocerse como premiado, EL PA?S me envi¨® a Praga para entrevistar al poeta, este me confes¨® que cre¨ªa que otros escritores checos hubieran merecido el premio m¨¢s que ¨¦l y que, achacoso como estaba, no podr¨ªa hacer un buen uso del dinero recibido. Por culpa de su enfermedad, en Estocolmo recogi¨® el galard¨®n la hija del poeta, que adem¨¢s ley¨® el discurso del Nobel (redactado por un familiar), un discurso que tampoco habl¨® de los disidentes ni ayud¨® a nadie.
De esta manera, los disidentes checos echaron a perder su posible menci¨®n ante el mundo (la cual, me atrevo a decir, Kundera hubiera hecho). Y es por eso que Kundera se qued¨® sin el Premio Nobel.
Babelia
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