Las seis obras m¨¢s representativas de Milan Kundera
Gu¨ªa de lectura para acercase al mundo literario del escritor checo
De fisonom¨ªa picassiana y digno heredero de Franz Kafka y Jaroslav Ha?ek, y coet¨¢neo de Ivan Kl¨ªma, Imre Kert¨¦sz o Danilo Ki?, todos ellos integrantes de una extraordinaria generaci¨®n de narradores del Este, a Kundera se le vincula con la literatura pol¨ªtica ¡ªporque fue un comunista represaliado en Checoslovaquia tras la Primavera de Praga y fue forzado al exilio¡ª cuando confes¨® en no pocas ocasiones que detestaba la novela de tesis, incompatible para un escritor inquieto y de amplio espectro que ley¨® con aprovechamiento.
En la medida en que su narrativa est¨¢ impregnada de pensamiento pol¨ªtico y filosof¨ªa contempor¨¢nea ¡ªde Nietzsche a Heidegger¡ª, y en que su idea del arte no puede desligarse ni por un momento de la condici¨®n humana y su circunstancia hist¨®rica, no cabe hablar de escisi¨®n entre narrativa y ensayo en una obra como la de Kundera, h¨ªbrida de principio a fin.
Su exilio a Francia en 1975 impuls¨® su creaci¨®n literaria en la lengua de Proust, que domin¨® con la mism¨ªsima brillantez con la que Conrad o Nabokov hicieron del ingl¨¦s el idioma de su narrativa, y Kundera concibi¨® su obra desde una enriquecedora diglosia que lo convertir¨ªa en ejemplo mod¨¦lico de escritor transterrado que se sirve del imaginario de la lengua del lugar que lo acoge. Su literatura, que se ha venido asociando a la s¨¢tira, al humor grotesco de su admirado Rabelais y en algunas ocasiones al realismo m¨¢gico, es fruto de su convicci¨®n de que el rid¨ªculo es una categor¨ªa existencial nacida de la fecunda uni¨®n de comicidad y humillaci¨®n, y la obra de Kundera es sat¨ªrica del mismo modo en que cae con frecuencia en la tentaci¨®n del absurdo o del surrealismo tal y como podr¨ªamos describirlo tras leer a Beckett. Saben bien sus lectores que el erotismo es ingrediente principal en sus textos, siempre un punto esperp¨¦nticos, manchados por cierto esp¨ªritu cr¨ªtico y vodevilesco que hereda de Robert Musil y que obedece a la sordidez emocional de su condici¨®n de transterrado sumido en el desenga?o.
La fiesta de la insignificancia (2014)
Fue su ¨²ltima novela, un libro de chanzas, un min¨²sculo tratado encubierto de ¨¦tica y descreimiento o un ox¨ªmoron inmenso en el que ronda la muerte por la fiesta s¨®rdida y lo epic¨²reo se abraza a lo escatol¨®gico, al destino, dram¨¢tico siempre, del individuo.
Cr¨ªtico excepcional de la idea de Europa, certero analista de las entra?as de la creaci¨®n literaria en ensayos impagables, predicador laico del exilio y de la identidad, Kundera, como en un oficio de tinieblas, ha ido encendiendo luces que iluminan los caminos de la inteligencia. Fue duque en el Reino de Redonda de Javier Mar¨ªas y devoto lector e id¨®latra de Don Miguel de Cervantes.
El libro de la risa y del olvido (1979)
Suerte de poliantea narrativa, a¨²na narrativa, reflexiones, relatos y textos de dif¨ªcil adscripci¨®n gen¨¦rica, conforme a la idea del autor de que todo artista debe siempre tratar de ensanchar los l¨ªmites de su arte y buscar nuevos retos formales. Es la novela en la que define el concepto de litost, un sentimiento de conmiseraci¨®n que padece quien es consciente de su miseria en relaci¨®n con la situaci¨®n de quienes forman su entorno.
La insoportable levedad del ser (1984)
Su obra maestra, sobre la que cae la densa sombra de su propia biograf¨ªa de hombre condenado al ostracismo por un r¨¦gimen totalitario. Ambientada en la Praga de 1968 bajo el socialismo sovi¨¦tico, la novela, de fuerte carga filos¨®fica por su reflexi¨®n existencial, analiza las incertidumbres de su protagonista, exhibidas como en un soliloquio teatral ante el decorado social que lo coarta. El universo entero de Kundera se concentra en las p¨¢ginas de esta obra, una de las novelas de referencia de la narrativa contempor¨¢nea, en la que se entrelaza la vida cotidiana, la experiencia amorosa y la amargura consustancial al siglo XX.
El arte de la novela (1986)
Un t¨ªtulo esencial en su bibliograf¨ªa, a la vez que un ensayo ya cl¨¢sico en torno a la novela ¡ª¡±arte nacido de la risa de Dios¡±¡ª a la que rescata de su descr¨¦dito, a la que vincula para siempre al conocimiento, y en cuyas entra?as escarba con una brillantez inusual. ¡°La obra de cada novelista contiene una visi¨®n impl¨ªcita de la historia de la novela, una idea de lo que es la novela¡±, escribe, convencido de que toda buena novela contiene la r¨¢faga de novelas que han contribuido a su gestaci¨®n: ¡°cada obra es la respuesta a las obras precedentes, cada novela contiene toda la experiencia anterior de la novela¡±. Para muchos, el primer cap¨ªtulo, ¡°La desprestigiada herencia de Cervantes¡±, es imprescindible.
Los testamentos traicionados (1992)
Uno de sus libros mayores. Ensayo sobre la novela escrito a la manera de una novela, indaga en el g¨¦nero contempl¨¢ndolo a la luz de la m¨²sica y de su propia historia contempor¨¢nea, por la que Kafka o Hemingway transitan dejando huella. Se ocupa con inteligencia de la originalidad (¡°la imitaci¨®n no significa falta de autenticidad¡±), de la necesaria separaci¨®n del creador respecto a su criatura y de los devastadores efectos de confundir la biograf¨ªa del primero con la interpretaci¨®n de la segunda, esto es, de la muerte del autor que enunci¨® Barthes, de la legitimidad de Picasso pintando las meninas de Vel¨¢zquez, de la autor¨ªa y del respeto que se le debe y de la complejidad de su significado.
El tel¨®n. Ensayo en siete partes (2005)
Un tractatus en toda regla sobre la semilla que plant¨® Cervantes escribiendo el Quijote, sobre el alcance de la literatura mundial de Goethe, sobre una definici¨®n plausible de novelista y sobre no pocas cuestiones de enjundia que todo buen lector se plantea con inmenso placer.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.