La tragedia migratoria en Europa: ¨®leo sobre lienzo
El artista espa?ol afincado en Roma Gonzalo Orqu¨ªn retrata a trav¨¦s de su pintura realista el fen¨®meno migratorio y el efecto que tiene en los hombres y mujeres que tratan de alcanzar Europa a trav¨¦s de sus fronteras
No sab¨ªan nadar. En realidad, ni siquiera hab¨ªan visto el mar en su vida. De modo que a las tres de la ma?ana, cuando los traficantes les obligaban a saltar desde el peque?o pantal¨¢n a la embarcaci¨®n de goma con la que deb¨ªan atravesar el Mediterr¨¢neo desde Libia, el horizonte que se abr¨ªa parec¨ªa un inmenso y profundo agujero negro poco esperanzador para la supervivencia. ¡°The sea at night is too big¡± (¡±El mar de noche es demasiado grande¡±), le dijo una vez uno de ellos al pintor Gonzalo Orqu¨ªn (Aracena, 41 a?os) para explicar, en un incorrecto pero muy expresivo ingl¨¦s, el inabarcable horror que se presentaba ante sus maltratadas vidas. El artista decidi¨® usar esa frase como subt¨ªtulo de la exposici¨®n Being Human, que se inaugura el 22 de noviembre en el Migrate Museum Migration (MMM) en Bruselas. Y, de alg¨²n modo, tambi¨¦n como gu¨ªa narrativa para construir un trabajo pict¨®rico sobre las vidas humanas que tratan de llegar a Europa por algunas de sus fronteras m¨¢s mort¨ªferas.
Orqu¨ªn, pintor de car¨¢cter realista afincado en Roma desde el a?o 2004, hab¨ªa ya tratado otras tem¨¢ticas sociales. El retrato de la activista transexual turca Hande Kader, torturada y asesinada despu¨¦s de unas protestas contra la polic¨ªa de su pa¨ªs, hab¨ªa sido uno de sus ¨²ltimos trabajos. Pero abordar el drama de la inmigraci¨®n era otra cosa muy distinta. Especialmente porque el arte, la pintura en este caso, iba a convertirse en una suerte de herramienta de reporterismo. Y exig¨ªa trabajar sobre el terreno, viajar, entrevistar a los personajes y amasar la historia a la manera de un enviado especial.
El proyecto surgi¨® con la periodista de La Stampa Francesca Paci, curtida en mil conflictos internacionales, y comisaria de la exposici¨®n. A?os atr¨¢s, ella hab¨ªa intentado ya embarcar a su amigo artista en un viaje para retratar el horror tras la destrucci¨®n de la ciudad siria de Alepo a manos del ej¨¦rcito de Bachar El Asad. Pero era demasiado complicado trabajar sobre el terreno y, al cabo de un tiempo, la propia naturaleza del conflicto humano que representaba la inmigraci¨®n volvi¨® a unir sus caminos en esa vieja idea. ¡°La pintura de Gonzalo, tan hiperrealista, funciona perfectamente para contar el presente. Pensaba que los rostros de los migrantes, siendo a menudo tratados como n¨²meros, iban a tener otra presencia a trav¨¦s de su obra. Por eso le propuse hacer los retratos a los migrantes. Para contarlos con la dignidad de personas que merecen un retrato y el tiempo y trabajo que conlleva¡±.
El resultado, en realidad, es un experimento que tambi¨¦n explora confines de distintas disciplinas. En este caso los del reporterismo y la pintura. ¡°El arte fija el presente en una dimensi¨®n que menos veloz, lo detiene. Y eso me pareci¨® que pod¨ªa funcionar. Esa fusi¨®n del arte y el periodismo enriquece ambos mundos. La televisi¨®n y los peri¨®dicos muestran instant¨¢neas del momento. Y el d¨ªa despu¨¦s ya es otra cosa. Son fotos superponibles, como las propias tragedias que cuentan. El presente aplasta todo lo que ha sucedido antes. Mira lo que ha ocurrido ahora con la guerra entre Israel y Palestina: ha desaparecido Ucrania. Una emergencia suele tapar otra. Pero llevar a un museo rostros y escenas de ese tipo de conflictos, moverlos por otros lugares narrativos, les confiere otra dimensi¨®n. Son rostros que quedan fijados y no pueden ser superpuestos a otras noticias¡±, explica Paci.
Durante semanas, la periodista y Orqu¨ªn recorrieron la frontera noreste de Italia, la que esboza los l¨ªmites entre Trieste y Eslovenia. El lugar de paso de miles de migrantes que realizan andando la ruta de los Balcanes para llegar a ciudades del norte de Europa. Muchos de ellos atraviesan Serbia, Croacia y Eslovenia por bosques para encontrar una puerta de entrada la Uni¨®n Europea. Orqu¨ªn dej¨® las pinturas en Roma y se arm¨® con una c¨¢mara fotogr¨¢fica con la que document¨® todo el proceso. Incluso grabaron un peque?o documental que se mostrar¨¢ en la exposici¨®n. ¡°Ese proceso me cost¨® mucho porque no soy reportero, y todo el tiempo me parec¨ªa que estaba molestando a la gente. Pero Francesca insist¨ªa en que me metiera entre la gente¡±, apunta el pintor en su estudio del barrio romano de Porta P¨ªa. ¡°El resultado es una exposici¨®n que trata de honrar la tradici¨®n espa?ola del retrato y el realismo y busca dar voz a aquellos que con demasiada frecuencia son invisibles. Intent¨¦ crear un puente de comprensi¨®n y empat¨ªa que nos recuerde que detr¨¢s de cada migrante o refugiado, hay una historia ¨²nica y valiosa que merece ser contada y celebrada¡±.
El trabajo de Orqu¨ªn, que en 2024 inaugurar¨¢ una muestra en Madrid, termin¨® con estos 16 cuadros que componen la exposici¨®n, entre los que abundan los retratos de hombres y mujeres que lograron alcanzar Italia a trav¨¦s de los bosques. Muchas de ellas embarazadas, con los d¨ªas y las horas contados para poder dar a luz en un hospital y no en medio de una carretera. La muestra tambi¨¦n explora el flanco mar¨ªtimo del fen¨®meno con tantos otros migrantes que alcanzaron la Uni¨®n Europea a trav¨¦s de la isla de Lampedusa y que dieron su testimonio en uno de los centros de primera acogida italianos. Un enorme cuadro preside ahora el estudio de Orqu¨ªn y viajar¨¢ esta semana a Bruselas como s¨ªmbolo de la exposici¨®n. Es la escena real de un rescate en la costa de la isla griega de Lesbos. La imagen, en este caso, la obtuvo el fot¨®grafo Francesco Malavolta, que se la cedi¨® al pintor para el trabajo, y representa con toda la crudeza el otro tipo de frontera, la que separa de forma borrosa la vida y la muerte en el viaje de un migrante para llegar a Europa.
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