Isa¨ªas Lafuente: ¡°Rajoy ten¨ªa m¨¢s gracia que Feij¨®o a la hora de reconocer el error¡±
El periodista analiza en un libro gazapos ling¨¹¨ªsticos cometidos a lo largo de 20 a?os por periodistas y pol¨ªticos
Cuenta el periodista Isa¨ªas Lafuente (Palencia, 60 a?os) que c¨®mo hablamos nos retrata m¨¢s que ninguna otra cosa. ¡°Vemos a un ser muy bello y en cuanto abre la boca se nos caen los palos del sombrajo, o al contrario: alguien que no nos llama mucho la atenci¨®n, nos conquista con su forma de hablar. La palabra es lo que nos queda cuando estamos desnudos, es lo que nos viste¡±. Para que los compa?eros de la Cadena SER luzcan impecables en antena, naci¨®, en 2004, una secci¨®n donde cada semana repasan errores detectados por los oyentes. En Unidad de Vigilancia Ling¨¹¨ªstica. 20 a?os de gazapos (Aguilar), bien arropado por I?aki Gabilondo ¡ªque escribe el pr¨®logo¡ª y Carles Francino ¡ªque hace el ep¨ªlogo¡ª, Lafuente escoge y analiza entre cerca de 30.000 cometidos en 180.000 horas de radio.
Pregunta. Lleg¨® a Madrid en 1982 para estudiar Periodismo. Cuarenta y un a?os despu¨¦s, ?cu¨¢l es su opini¨®n sobre la ciudad y sobre la profesi¨®n?
Respuesta. Madrid exige constantemente esfuerzos de adaptaci¨®n. Lo que m¨¢s me gusta es las oportunidades que brinda en todos los ¨¢mbitos, y lo que menos, que sobramos unos cuantos, le est¨¢n estallando las costuras. En cuanto a la profesi¨®n, tuve la fortuna de llegar a la SER el a?o que se puso en marcha el Hoy por hoy con I?aki Gabilondo. El periodismo est¨¢ mejor de salud de lo que a veces aparenta. Lo que s¨ª ha cambiado mucho es la precariedad. Cuando yo llegu¨¦, era una ¨¦poca en la que uno pon¨ªa el pie en un medio de comunicaci¨®n y, salvo que hiciera algo tremendamente mal, ten¨ªa una carrera profesional. Ahora gente muy preparada, con madera de periodista, llega con la fecha de caducidad en la frente. Y eso me parece desolador.
P. Acaba de salir la lista de nuevas palabras del diccionario de la Real Academia Espa?ola, que incorpora ¡°machirulo¡±, ¡°perreo¡±¡ ?Para usted es como el d¨ªa de Reyes? ?Alg¨²n capricho, alguna palabra que se pida para el a?o que viene?
R. Seguramente, muchas de las 4.000 nuevas palabras que nos acaban de presentar morir¨¢n o se dejar¨¢n de utilizar, pero ya est¨¢n en art¨ªculos, en novelas... y si un chaval dentro de 20 a?os ve un t¨¦rmino que ya no se usa, podr¨¢ ir al diccionario y encontrarlo. Yo me pido no una palabra nueva, sino un concepto: ¡°violencia de g¨¦nero¡±, que se est¨¢ resistiendo mucho.
P. Est¨¢ disforia de g¨¦nero, pero no violencia de g¨¦nero. Con el matrimonio gay les pas¨® algo parecido, no? La ley se aprob¨® en 2005, pero la Real Academia no incorpor¨® la acepci¨®n hasta 2012.
R. S¨ª. La Academia hizo hasta una reuni¨®n extraordinaria despu¨¦s de la ley de violencia de g¨¦nero para ver si inclu¨ªa el t¨¦rmino, pero han pasado los a?os y no lo ha hecho. Tambi¨¦n tuvieron alg¨²n problema de adaptaci¨®n con el matrimonio igualitario. La Constituci¨®n dice que los hombres y mujeres tienen derecho a contraer matrimonio, pero no dice entre s¨ª y la sentencia del Tribunal Constitucional precisamente apel¨® a la lengua para decir que cab¨ªa perfectamente este matrimonio. A veces, la Academia, se sigue basando en la lengua escrita, que suele ir m¨¢s lenta que la hablada. Tambi¨¦n analizo en el libro la mirada de chiste hacia el lenguaje inclusivo. A veces se estira demasiado la cuerda y eso puede crear rechazo, pero no tengo ninguna duda de que si tuvi¨¦ramos que hacer ahora un idioma de nuevo cu?o, junto al ellos y ellas incluir¨ªamos el elles.
Durante a?os, los periodistas divulgamos el lenguaje de los terroristas¡±
P. Recuerda en el libro los esfuerzos de Vox para referirse en el Congreso a las vicepresidentas como vicepresidentes y a las ministras como ministros...
R. Presidenta est¨¢ en nuestro idioma desde el diccionario de Nebrija [1492]. Puedes llamar a una mujer presidente y no es una incorrecci¨®n, pero cuando insistes, hay una intenci¨®n ideol¨®gica y eso es lo que hay que combatir. Cada ¨¦poca hist¨®rica ha utilizado un mecanismo para incluir. Clara Campamor recibi¨® unas tarjetas de visita que dec¨ªan ¡°diputada¡± y las devolvi¨®. ?Por qu¨¦? Porque en los a?os treinta, todos los femeninos que nombraban cargos o grandes magistraturas en el diccionario eran la mujer de. La generala era la mujer del general, la farmac¨¦utica era la mujer del farmac¨¦utico....
P. Cuenta que despu¨¦s del famoso estar en el ¡°candelabro¡± de Sof¨ªa Mazagatos, dos acad¨¦micos salieron a defenderla. ?Fuimos injustos con la modelo?
R. Es que el candelabro y el candelero son lo mismo. Lo que no s¨¦ es si ella era consciente de las dos posibilidades de la palabra. El cap¨ªtulo que m¨¢s me interesa del libro es el ¨²ltimo, donde registramos errores que un d¨ªa corregimos y que despu¨¦s tuvimos que corregir la correcci¨®n porque la Academia ha terminado normalizando su uso. Estoy convencido de que el ¡°and¨¦¡±, en lugar de ¡°anduve¡± se terminar¨¢ aceptando, como se termin¨® aceptando ¡°iros¡± por ¡°idos¡±. Si dentro de unos a?os alguien echa a mano de la fonoteca de la Unidad de Vigilancia de la SER, encontrar¨¢ un buen arsenal de pruebas de c¨®mo la lengua hablada ha ido imponiendo nuevas palabras, giros y acepciones. Porque la lengua no la han hecho los acad¨¦micos. Los acad¨¦micos llegaron siete siglos despu¨¦s.
P. Ellos fijan y dan esplendor...
R. Ellos fijan, a veces con criterios subjetivos, pero, en el fondo, los que vamos creando las palabras somos los que hablamos.
P. En la Unidad de Vigilancia tambi¨¦n salen muchos pol¨ªticos. Rajoy era un fil¨®n, pero Feij¨®o ha cogido carrerilla.
R. (R¨ªe). S¨ª. Rajoy ha tenido un buen heredero. Lo que le pasa a Feij¨®o es que no es lo mismo estar en tu tierra, con un discurso m¨¢s o menos controlado, que llegar a Madrid, donde el debate pol¨ªtico y la atenci¨®n medi¨¢tica es distinta y tienes que hablar mucho. Y quien mucho habla, mucho yerra. Tiene algunas memorables: lo de 1984 [afirm¨® que la obra de Orwell era de ese a?o] es insuperable y lo de atribuir a Antonio Machado unos versos de Ismael Serrano en el debate de investidura tampoco estuvo mal. Rajoy ten¨ªa m¨¢s gracia a la hora de reconocer el error. Feij¨®o todav¨ªa es un poquito soberbio en ese sentido, pero supongo que terminar¨¢ asumiendo ese talante gallego que ten¨ªa Rajoy.
P. ¡°La humanidad ha manejado el tuit, de una u otra forma, desde que comenz¨® a hablar¡±, dice en el libro. ?Recuerda algunos tuits hist¨®ricos?
R. ?Muchos! La filosof¨ªa y el conocimiento se asientan sobre el ¡°S¨®lo s¨¦ que no s¨¦ nada¡±. El ¡°ojo por ojo, diente por diente¡±, que ahora nos parece una sentencia b¨¢rbara, fue, en realidad, el primer paso para una justicia moderna que buscaba un poco de proporci¨®n...
P. ?Y cree que el contenedor moderno de los tuits ha modificado el modo de hablar y de relacionarse? ??ramos tan vehementes o agresivos antes de Twitter?
R. No creo que Twitter sea m¨¢s agresiva que la sociedad. Miramos m¨¢s esa agresividad, que el cari?o, la inteligencia o el buen humor que hay por toneladas en las redes sociales. Hay algunas setas venenosas, que son preocupantes, pero no podemos identificarlas con todo el bosque, ni criminalizar a una herramienta que ha permitido democratizar la comunicaci¨®n. Que un individuo en cualquier punto del planeta pueda soltar una idea, un argumento, un sentimiento y que alguien lo lea en la otra punta es uno de los grandes saltos de la humanidad.
P. En el libro queda claro que no ¨¦ramos conscientes de la importancia que tienen las comas, las pausas, sobre todo en la radio.
R. S¨ª, y el orden de los factores, que en la lengua s¨ª altera el producto. Hay un gazapo maravilloso de una exposici¨®n sobre igualdad que seg¨²n nuestra compa?era se titulaba Mujeres Odiosas cuando en realidad era Mujeres o diosas. Y hay una moda en la radio y en la televisi¨®n de embutir el nombre de quien nos va a informar en el titular de lo que estamos contando, de forma que Isa¨ªas Lafuente, que va a contarnos la detenci¨®n de un asesino en serie, de repente es asesino en serie. A Javier Ruiz le hemos hecho robar millones de euros...
P. Y el peligro del corrector ortogr¨¢fico, que ha jugado malas pasadas incluso al BOE.
R. S¨ª. Hay una errata muy divertida del BOE, que, en una relaci¨®n de individuos, en lugar de Diego puso Digo y el que lo corrigi¨® lo hizo con toda la intenci¨®n humor¨ªstica, diciendo que donde dec¨ªa Digo deb¨ªa decir Diego.
P. En EE UU, William Safire public¨® durante 30 a?os una columna dedicada a analizar las tendencias del lenguaje oral y escrito y redact¨® una serie de reglas destinadas a los que escriben para otros, como evitar el abuso de met¨¢foras y de los clich¨¦s¡ En EL PA?S tenemos a ?lex Grijelmo y en la SER, la Unidad de Vigilancia de la SER. ?A?adir¨ªa alguna regla m¨¢s a las de Safire?
R. A m¨ª no me gusta mucho, por ejemplo, el campo de las citas.
P. Es un campo de minas, como hemos visto.
R. S¨ª, porque puedes citar mal, pero sobre todo, porque denota vagancia. A veces las citas empobrecen nuestra condici¨®n de creadores de palabras e ideas. En todo caso, para m¨ª, el error fundamental, que es una buena fuente de tropiezos, son las prisas. Hay un gazapo memorable, que a Francino, le encanta: ¡°Cuando las barbas de tu vecino veas... apl¨ªcate las tuyas¡±. Empiezas a decir un refr¨¢n, no te acuerdas de c¨®mo termina y lo rematas de cualquier manera. El 80% de los tropiezos que cometemos vienen por ah¨ª: por situar la palabra antes que el pensamiento.
P. Repasa tambi¨¦n gazapos en canciones, como el famoso ¡°contestastes¡± de Mecano, que por cierto, fue advertido antes de que saliera la canci¨®n, pero no hubo manera...
R. S¨ª, me escribi¨® Jos¨¦ Mar¨ªa Fraguas, hermano de Forges, porque estaba al lado del estudio donde estaban grabando la canci¨®n, lo oy¨®, se lo advirti¨®, pero no lo corrigieron. Con el paso de los a?os, Ana Torroja ya ha hecho versiones en las que lo corrige. Los errores en las canciones me parecen sorprendentes por la cantidad de controles de calidad que pasan. Y de las buenas noticias que ha tenido la secci¨®n ha sido encontrarnos con una persona como Miguel R¨ªos, que es seguidor de la Unidad, escuch¨® el gazapo y a partir de ah¨ª lo corrigi¨®: Ya no iba ¡°adentro¡± del autob¨²s, sino dentro.
P. Denuncia en el libro expresiones de ETA que se han impuesto como ¡°impuesto revolucionario¡±, ¡°tregua¡±¡
R. No es un impuesto revolucionario, es una extorsi¨®n. No es una tregua porque no hay una guerra. Tampoco existen los ¡°da?os colaterales¡±. Los periodistas deber¨ªamos hacer un lenguaje para traducir todo: el lenguaje cient¨ªfico, el econ¨®mico y por supuesto este tipo de lenguajes perversos que lo que intentan es blanquear lo que no puede ser blanqueado. Cuando asumimos su jerga, la divulgamos. Habl¨¢bamos desde los medios como hablaban los terroristas. Hoy esas informaciones producen cierto estremecimiento, pero no ¨¦ramos conscientes.
P. Y desde que empez¨® la Unidad de Vigilancia, ?se cometen m¨¢s errores o menos?
R. Cada semana rellenamos media hora, o sea que el nivel es semejante. Somos perseverantes en el error. Hablamos 24 horas al d¨ªa durante todos los d¨ªas de la semana. Es mucho tiempo de exposici¨®n. Muchos oyentes pueden pensar que menudos indocumentados somos, pero son un peque?o n¨²mero de gazapos si lo comparamos con la cantidad de horas de emisi¨®n.
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