Muere el gran maestro Arnold Taraborrelli
El bailar¨ªn, core¨®grafo y pedagogo hispano-estadounidense fallece en Madrid a los 93 a?os
Arnold Taraborrelli (Filadelfia 1931), fallecido este mediod¨ªa en Madrid, no era especialmente conocido ni popular para el gran p¨²blico. Algo que ya se ocup¨® ¨¦l de que as¨ª fuera a base de huir de todo aquello que le proporcionara fama; incluso le gustaba ocultar el famoseo de sus alumnos. Ahora bien, si hay alguien mayor de treinta o cuarenta a?os en el oficio de la interpretaci¨®n, la danza e incluso la canci¨®n que no sepa qui¨¦n es, que se lo haga ver. Porque son cientos los actores y cantantes que han pasado por sus manos, por sus clases, por su taller¡ Pero no s¨®lo a dar alg¨²n curso: muchos son los que no abandonaron nunca sus ense?anzas y volv¨ªan una y otra vez a ¨¦l, hasta el punto de que existen alumnos que han recibido sus clases m¨¢s de una y dos d¨¦cadas.
Lo que ¨¦l hac¨ªa era completar la formaci¨®n de actores y cantantes de una manera que casi nadie aborda. El tan manido t¨¦rmino de ¡°expresi¨®n corporal¡± que se incorpor¨® al mundo de la ense?anza en los a?os sesenta y setenta del pasado siglo era una calificativo que Taraborrelli no odiaba, porque se ha ido de este mundo sin saber que es odiar, pero lo cierto es que no le gustaba nada utilizar ese calificativo y menos a¨²n para referirse o que se refirieran a su trabajo. Lo de Arnold era otra cosa, era ense?ar a profesionales que no pod¨ªan prescindir de su cuerpo para contar algo, a saber utilizarlo y, sobre todo, a que los sentimientos, los que fueran, no solo pudieran ser expresados verbalmente o a trav¨¦s de los ojos o el rostro. ?l mostraba el camino para que los andares, los brazos, el cuerpo¡ tambi¨¦n supieran dejar ver el dolor, la alegr¨ªa, la rabia...
Nacido en Estados Unidos, su infancia la pas¨® en Italia sin salir de Filadelfia. En su casa, en su familia, se hac¨ªa vino, se com¨ªa pasta a diario, sin olvidar los raviolis los jueves, y sus padres se negaron a que estudiara danza, cosa que pidi¨® a los 11 a?os, porque aquello ¡°no era de chicos¡±. Hasta que le vieron bailar y triunfar con una amiga en una actuaci¨®n casi de barrio. Logr¨® un beca para Estudiar Bellas Artes, ingres¨® en la Universidad y se traslado a Nueva York donde estudi¨® danza con Jos¨¦ Lim¨®n y Lensky, entre otros. Entre 1954-1964 estuvo con el Ballet de San Juan de Puerto Rico como bailar¨ªn y core¨®grafo, pa¨ªs en el que conocer¨ªa a Lola Flores, que termin¨® atray¨¦ndole hacia Espa?a tras pasar una temporada trabajando en Londres.
En Madrid empez¨® a trabajar en el famoso estudio de Karen Taft en la calle Libertad y poco a poco empez¨® a destacar como core¨®grafo, preparador de actores, escen¨®grafo y cartelista. Pero quiz¨¢ lo m¨¢s determinante en su carrera fue su fruct¨ªfero encuentro con los actores, aunque destacaron m¨¢s como directores, William Layton y Miguel Narros. Junto a ellos se convirti¨® en el m¨¢s destacado profesor de Movimiento y lo hizo a trav¨¦s de varios proyectos puestos en marcha por ellos como el Teatro Estudio de Madrid, el TEM y el TEC, que tanto prestigio adquirieron en el tardofranquismo y posteriormente en el aun reconocido Laboratorio William Layton.
Destacaron aquellos a?os sus habituales trabajos con Jos¨¦ Carlos Plaza, que surgieron durante muchos a?os, aunque tambi¨¦n vol¨® solo con esas clases que dec¨ªa que le daban la vida. Atr¨¢s tambi¨¦n est¨¢n varias colaboraciones con directores como el inolvidable Jos¨¦ Luis Alonso, Fernando Fern¨¢n G¨®mez, Francisco Nieva y tantos otros. Fue de gran importancia su trabajo en montajes que hicieron historia como T¨ªo Vania, Retrato de dama con perrito, As¨ª que pasen cinco a?os, Woyzeck, Carmen, Carmen y El sue?o de una noche de verano, entre otras muchas. Entre sus alumnos pueden citarse los nombres de Nacho Duato, Carmen Maura, Miguel R¨ªos, Miguel Bos¨¦, Luz Casal, Jos¨¦ Pedro Carri¨®n, Elio Pedregal, Carmen Machi, Eloy Azor¨ªn, Alberto Amarilla, o de sagas familiares de actores como Ana Bel¨¦n y su hija Marina San Jos¨¦, o Mar¨ªa Pastor, as¨ª como su madre y abuela que tambi¨¦n fueron disc¨ªpulas suyas. Muchos de ellos han pasado estos d¨ªas atr¨¢s por la Fundaci¨®n Jim¨¦nez D¨ªaz de Madrid, donde ha fallecido
A ellos entreg¨® toda una vida, incluso la ¨²ltima d¨¦cada en la que eran continuas sus di¨¢lisis, pero lo m¨¢s asombroso de Taraborrelli, al que su disc¨ªpulo Jos¨¦ Pedro Carri¨®n defin¨ªa ¡°como una obra de arte andante¡±, es que toda la profesi¨®n y cualquiera que le conociera hablaba maravillas de car¨¢cter, su brillante ense?anza y su bonhom¨ªa
Tal y como quiso Taraborrelli no habr¨¢ ni velatorio, ni entierro (su cuerpo ha sido donado a la ciencia) y pidi¨® que no se le hiciera homenaje alguno. En 2012 ya se le hizo una suerte de homenaje en el Centro Dram¨¢tico Nacional y en su presencia, donde intervinieron Ernesto Caballero, Antonio Onetti, Eloy Azor¨ªn, Ferm¨ªn Cabal, Carlos Hip¨®lito, Carmen Machi y Bego?a Valle, todos ellos profundos admiradores de este hombre al que se le hizo el certero documental Dos palmas, t¨ªtulo puesto en alusi¨®n al gesto sonoro del que siempre se val¨ªa en sus clases. Su conocido sobrino carnal, Jay Randy Taraborrelli (bi¨®grafo de famosos como Michael Jackson, Madonna, Marilyn Monroe o Frank Sinatra) deber¨ªa abordar la biograf¨ªa de este hombre excepcional.
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