100 a?os de Lola Flores: 100 historias de la mujer que vivi¨® sin l¨ªmites
Hoy, 21 de enero, es el centenario del nacimiento de la artista. Estos peque?os relatos (unos jocosos, otros tr¨¢gicos) reconstruyen una trayectoria sin parang¨®n
Si su mentirijilla hubiese funcionado, hoy no estar¨ªamos aqu¨ª celebrando su centenario. Durante mucho tiempo, Lola Flores convenci¨® al mundo de que hab¨ªa nacido el 21 de enero de 1928. Incluso organiz¨® una rueda de prensa para ense?ar su pasaporte, que hab¨ªa falsificado a bol¨ªgrafo, convirtiendo el 3 en un 8. Cosas de ella. A?os despu¨¦s, apareci¨® una partida de nacimiento en Jerez de La Frontera, donde se descubri¨® la fecha exacta: 21 de enero de 1923. La artista se hab¨ªa quitado cinco a?os. Poca cosa, dir¨¢n algunos; no para ella. Es dif¨ªcil encontrar a una persona a nivel cultural y medi¨¢tico en Espa?a con tanto carisma como La Faraona. Tan desmesurado era su car¨¢cter, que algunas veces no dej¨® ver n¨ªtidamente un talento para la interpretaci¨®n de un cancionero racial y apasionado. Lola Flores hubiera cumplido este s¨¢bado 100 a?os. Sin embargo, se fue a los 72, en 1995, despu¨¦s de luchar mucho tiempo contra un c¨¢ncer de mama. Pero, ?se ha ido realmente? Hay que concluir que no: su vigencia musical (pregunten a C. Tangana o a Rosal¨ªa) permanece s¨®lida, y su huella como personaje est¨¢ siempre ah¨ª, con docenas de an¨¦cdotas que hoy nos siguen sacando una sonrisa. Y esta es la mejor manera de celebrarla: contando sus inigualables historias. Hasta 100 pueden leer a partir de ahora¡
Los porros y el puchero
Los ciclos de la vida para Lola Flores constaban de cuatro d¨ªas. As¨ª se lo cont¨® a Jes¨²s Quintero en una de sus c¨¦lebres reflexiones: ¡°Se puede hacer de todo en la vida: te das una rayita un d¨ªa, y no pasa nada; te fumas un porro, y no pasa nada; te puedes emborrachar un d¨ªa con vino tinto, y no pasa nada. Todo se puede hacer en la vida¡ con m¨¦todo. Y, despu¨¦s, tres d¨ªas tranquilo bebiendo agua mineral y comi¨¦ndote un pucherito muy bueno con una pring¨¢¡±.
?Pionera del ¡®hip hop¡¯?
Lola Flores empez¨® en la posguerra cantando copla y por el camino fue de las primeras rumberas, adalid de la fusi¨®n flamenca y, dicen los m¨¢s entusiastas, de las primeras hiphoperas. Se refieren a piezas que interpret¨® en los setenta como C¨®mo me las maravillar¨ªa yo, en realidad m¨¢s un trabalenguas chisposo que un hip hop. Pero nos gusta esa idea de ella inventando el hip hop. Pues la compramos¡
Su primer gran ¨¦xito
Fue El Lerele, canci¨®n de Francisco Mu?oz y Genaro Monreal que lanz¨® a la artista en los a?os cuarenta. La letra habla de las tradiciones, los quereles y las supersticiones de la etnia gitana.
El undiv¨¦ de Lola y Rosal¨ªa
Su canci¨®n El Lerele, utiliza t¨¦rminos como Undiv¨¦ (Dios en cal¨®), la misma palabra que canta Rosal¨ªa en su ¨¦xito Malamente. Tanto signific¨® para Lola Flores esa pieza que, en los ochenta, cuando se compr¨® una casa en la urbanizaci¨®n La Moraleja (Madrid) le puso de nombre El Lerele. En la vivienda se criaron los tres hijos que tuvo con Antonio Gonz¨¢lez, todos cantantes: Lolita, Antonio y Rosario. La casa la vendi¨® esta ¨²ltima en 2018 por (dicen las cr¨®nicas de sociedad) dos millones de euros.
Aunque presum¨ªa de ello, no era gitana
Por fisonom¨ªa, actitud y temperamento, ha sido un error frecuent¨ªsimo confundir a Lola con una artista de etnia gitana. Ella lo desminti¨® con m¨¢s frecuencia que ¨¦nfasis, sobre todo porque le parec¨ªa un dem¨¦rito no serlo. Manuel, el abuelo materno, se ganaba la vida como vendedor de aceite y era el ¨²nico que aportaba sangre cal¨¦ al ¨¢rbol geneal¨®gico. Pero en la reivindicaci¨®n y orgullo hacia un pueblo perseguido y tantas veces estigmatizado hab¨ªa tambi¨¦n algo de ese ins¨®lito car¨¢cter contestatario de La Faraona. ¡°Me siento gitana sin serlo, al contrario de lo que le pasa a tanta gente. Ser¨¢ porque una es como el salm¨®n ese¡¡±, presum¨ªa.
Sexo por dinero
Dentro de las vicisitudes por las que tuvo que pasar al principio de su carrera, en los a?os cuarenta, la cantante record¨® un d¨ªa nefasto en el que se acost¨® con Adolfo Arenaza, anticuario y empresario del espect¨¢culo Zambra, protagonizado por Lola Flores y Manolo Caracol. La artista pidi¨® prestadas a sus padres 50.000 pesetas (de los cuarenta) para poder instalarse en Madrid (ten¨ªan un bar en Jerez, que vendieron) y encaminar su carrera. Y quer¨ªa devolverles el dinero cuanto antes. Arenaza se los prest¨® a cambio de una noche juntos.
La copla que burlaba la censura
La copla fue largamente denostada con el regreso de la democracia, cuando una precipitada asociaci¨®n de ideas con el franquismo hizo que la intelectualidad la considerase rancia. En realidad, inclu¨ªa unas dosis de realismo y amoralidad que habr¨ªan reventado todas las alarmas de la censura en cualquier otra disciplina. Y uno de los ejemplos m¨¢s vehementes lo protagoniz¨® Lola en 1946 con La Salvaora, otra de sus piedras angulares. Una escucha atenta destapa un argumento truculento: la protagonista es una mujer malvada y p¨¦rfida, s¨ª¡ cuyo amor se disputan ?un padre y un hijo! El joven parece pecar de inexperto, pero el mayor tambi¨¦n acaba perdiendo la cabeza: ¡°Quien te puso Salvaora / qu¨¦ poco te conoc¨ªa / El que de ti se enamora / se pierde pa toa la v¨ªa¡±.
La folcl¨®rica verde
Cuando pocos utilizaban t¨¦rminos como ¡°cambio clim¨¢tico¡± o ¡°calentamiento global¡±, Lola Flores lo explicaba perfectamente: ¡°Yo no digo nada, pero el hombre est¨¢ acabando con la naturaleza. Lo que hay que hacer es plantarlo en vez de cortarlo, y no echar tantas cosas por lo alto y arreglar el planeta este, Tierra, donde estamos todos¡±.
Contra la ¡°guarrada¡± del destape
El primer trabajo de Lola tras la muerte del dictador fue un espect¨¢culo de variedades estrenado en febrero de 1976 en Xairo, el antiguo club Fontorio, una flamante sala madrile?a que el compositor Alfonso Santisteban hab¨ªa impulsado un par de a?os atr¨¢s (tambi¨¦n con Lola en el plantel). En la entrevista que concede el 13 de febrero al diario Pueblo para promocionar el espect¨¢culo (rescatada por Juan Ignacio Garc¨ªa Garz¨®n en su biograf¨ªa, Lola Flores: El volc¨¢n y la brisa), La Faraona demuestra su disgusto con el curso de los tiempos. ¡°Es una guarrada lo que se est¨¢ haciendo ahora en las revistas y en el cine, hombre. Eso no es arte ni es nada, solo un destape desaforado. El arte est¨¢ en otro sitio, no donde esas creen¡±. Lola desliz¨® que su Lolita acababa de perder tres papeles por no aceptar desnudos.
Y luego pos¨® desnuda
Solo con la parte inferior de un biquini negro. As¨ª sali¨® Lola para la portada de la revista Intervi¨² del 14 de septiembre de 1983. ¡°Perdona la osad¨ªa de romper la frontera de tu intimidad para regalar la geograf¨ªa apasionante, nerviosa y gitana de tu cuerpo¡±, rezaba el rijoso texto introductorio. La publicaci¨®n ten¨ªa apariencia de robado, pero estaba pactado: por lucir ¡°las mamellas¡± (como ella se refer¨ªa a los pechos) cobr¨®, seg¨²n las fuentes, entre cinco y seis millones de pesetas. Y la revista super¨® el mill¨®n de ejemplares de tirada.
La trola de The New York Times
Ahora mismo, mientras usted lee estas l¨ªneas, alguien est¨¢ contando que un d¨ªa The New York Times public¨® sobre Lola Flores: ¡°Ni canta ni baila, pero no se la pierdan¡±. Por muchas veces que digamos que aquello nunca se public¨® en el prestigioso diario, la trola sigue su curso. Como comprob¨® en la hemeroteca del diario Diego A. Manrique en 2016 y refrend¨® Carlos Y¨¢rnoz en 2021 (ambos para EL PA?S), aquello nunca ocurri¨®. Cristina Cruces, catedr¨¢tica de la Universidad de Sevilla, ofreci¨®, tambi¨¦n para este peri¨®dico, la clave de esta historia: ¡°Se trata de una de esas muchas mentiras tan bien tra¨ªdas que merecer¨ªa la pena que fueran ciertas. Pero es mentira¡±.
El personaje por encima de la artista
La jerezana se transform¨®, como tantas folcl¨®ricas espa?olas, en un personaje exagerado y televisivo en los a?os ochenta y noventa. Al mismo tiempo que destaca su repertorio desde los a?os cincuenta a los setenta con ¡°canciones memorables¡±, el escritor Fidel Moreno escribe en su fundamental libro ?Qu¨¦ me est¨¢s cantando?: ¡°La presencia del clan Flores en la prensa rosa y en programas televisivos vulgares hac¨ªa muy dif¨ªcil creer que debajo de esa hojarasca de salero hubiera algo que mereciera la pena¡±.
La muerte de su hermano siendo adolescente
¡°Ojos verdes y moreno. Para m¨ª, el ser m¨¢s bonito del mundo¡±. As¨ª defin¨ªa la artista a su hermano menor, Manolo, cuya muerte por enfermedad con 16 a?os fue la gran pena de su vida.
Las mujeres que marcaron su camino
Sus referentes de ni?a eran Imperio Argentina, Estrellita Castro, Carmen Amaya y Pastora Imperio.
En bautizos y comuniones
Lolita Flores Imperio de Jerez. As¨ª es como se present¨® (nombre por obra de un amigo de la familia) para sus primeras actuaciones profesionales, cuando era una adolescente. Bailaba y cantaba en fiestas populares, bautizos y comuniones.
Turbulenta relaci¨®n con Caracol
Lola Flores y Manolo Caracol fueron exitosa pareja art¨ªstica y tumultuosa pareja sentimental. ?l estaba casado y ella siempre intuy¨® que era una relaci¨®n con fecha de caducidad. Despu¨¦s de la funci¨®n se iban de juerga y la cosa sol¨ªa acabar en trifulcas entre la pareja. Una relaci¨®n t¨®xica en toda regla. Pero en el escenario su pasi¨®n ard¨ªa en unas representaciones que entusiasmaban a un p¨²blico que percib¨ªa esa volc¨¢nica tensi¨®n sexual. Solo hay que ver para comprobarlo estos dos minutos y medio de La ni?a de fuego.
Pidiendo por las casas
En sus primeros y precarios meses en Madrid (a?os cuarenta), su madre y ella se vest¨ªan de luto e iban a pedir por las casas contando que ¡°eran una viuda y su hija y necesitaban dinero para enterrar al padre¡±. Era mentira: el padre estaba vivo, buscando trabajo y confiando en que la madre y la hija consiguiesen unas monedas para que la familia pudiera comer.
¡°Las peleas de gallos ingleses¡±
Cuando Lola Flores hablaba de que Manolo Caracol, adem¨¢s de ser un genio del cante, era un ¡°absolutista y de complicado car¨¢cter¡± se refer¨ªa a esto: ¡°Las cualidades que debe tener un cantaor flamenco son: primero, gustarle el vino, gustarle las mujeres con locura, gustarle el tabaco, gustarle los toros, gustarle las peleas de gallos ingleses¡ y despu¨¦s cantar con el alma y el coraz¨®n¡±. Son palabras del propio Caracol.
Un nombre que no le cab¨ªa en el pecho
Aunque Lola Flores pas¨® a la posteridad con el mismo nombre que figuraba en su DNI, Mar¨ªa Dolores Flores Ruiz, durante los primer¨ªsimos compases de su carrera baraj¨® el sobrenombre de Imperio de Jerez, en homenaje a la bailaora Pastora Imperio (uno de sus grandes referentes en la infancia) y, evidentemente, a su ciudad natal. Incluso sus primeras tarjetas de visita inclu¨ªan la doble denominaci¨®n: ¡°Lolita Flores Ruiz Imperio de Jerez. Bailes y canciones. Sancho Vizca¨ªno, 5. Jerez de la Frontera¡±. Aquel c¨²mulo de bautismos para una misma artista era, claro, un desprop¨®sito que dur¨® muy poco. ¡°Aquel nombre no me cab¨ªa en el pecho ni en el pellejo; ni en los carteles de mano, que eso era lo peor¡±, resum¨ªa la interesada con su caracter¨ªstico gracejo.
Las juergas de la taberna Los Leones
A la ni?a Lolita la ayud¨® sobremanera la tesitura familiar, sobre todo que su padre adquiriese experiencia regentando negocios de tabernas. En Jerez tuvo varias, como El Pavo Real o La Fe de Pedro Flores, e incluso lleg¨® a aventurarse en la calle Sierpes de Sevilla con El Ocho. Pero la m¨¢s determinante acab¨® siendo Los Leones, en la jerezana calle Sol. Lola fue muy elocuente en las memorias que le escribi¨® Tico Medina: ¡°A ese sitio iban a bailar y cantar los mejores gitanos de Jerez, que es como decir los gitanos m¨¢s artistas del mundo. Y ah¨ª estaba yo, vi¨¦ndolo todo, en el para¨ªso. Y participando¡±.
El debut profesional con 16 a?os
Fue el 10 de octubre de 1939, con 16 a?os y en lo m¨¢s crudo de la posguerra. A¨²n como Lolita Flores Imperio de Jerez, a la que se calificaba en el programa de mano como ¡°joven canzonetista y bailarina¡±, aquella chiquilla asom¨® por las tablas del teatro Villamarta, en su ciudad natal, en calidad de telonera de la ilustre Custodio Romero (¡°la Venus de Bronce¡±, le dec¨ªan), que protagonizaba el espect¨¢culo Luces de Espa?a. Aun siendo meritoria, a la joven promesa local le compusieron ad hoc un pasodoble que le titularon ¡ªbuena gana de complicarse la vida¡ª Lolita Flores. Y donde ella se jaleaba con estos versos: ¡°Marecita del Rosario / yo soy Lola, Lola Flores / engarz¨¢ por buler¨ªas / a una estrella de colores¡±. Al estreno le acompa?¨® el ¨¦xito de p¨²blico y cr¨ªtica, que dir¨ªa el cronista cl¨¢sico. En el diario jerezano Ayer escribieron: ¡°Casi una ni?a, Lolita tiene gracia, donaire, desenvoltura y entusiasmo¡±.
Los Lennon y McCartney de la copla
La primera Zambra que compartieron Lola Flores y Manolo Caracol como ¡°soberanos del arte gitano¡± y responsables de una compa?¨ªa propia se estren¨® el 18 de febrero de 1944 (el mismo a?o de Nada, de Carmen Laforet, por cierto), en el Teatro de la Zarzuela, con m¨²sica de los Lennon y McCartney de la copla, los imbatibles Quintero, Le¨®n y Quiroga. Lo primero curioso es que el t¨ªtulo reverdec¨ªa un t¨¦rmino en desuso, el que alude a las reuniones festivas flamencas con bailes, cantes, palmas y guitarra, sobre todo las que se hab¨ªan generalizado el siglo anterior en el Sacromonte granadino para deleite de turistas y viajeros. Aunque muchos ignorasen al principio el significado, lo cierto es que lo de ¡°zambra¡± acab¨® erigi¨¦ndose casi en franquicia: Lola y Manolo acabar¨ªan embarc¨¢ndose, de manera sucesiva, en espect¨¢culos que hac¨ªan hincapi¨¦ en ese sello propio y a los que titulaban, sin mayores miramientos, Zambra 1945, Zambra 1946, Zambra 1947, Zambra 1948 y Zambra 1949.
Las Zambra en la plaza de toros
Ambiciosos y talentosos a partes iguales, Flores y Caracol jam¨¢s imaginaron el ¨¦xito que ir¨ªan cosechando las sucesivas entregas de Zambra. La primera super¨® las 100 representaciones consecutivas en la Zarzuela, un hito inimaginable, y sigui¨® ofreci¨¦ndose a los espectadores en el Teatro Fuencarral cuando el escenario original ya no contaba con m¨¢s fechas disponibles. A¨²n m¨¢s ins¨®lito fue el hito de septiembre de 1945: al programarla en Lorca (Murcia), los artistas y empresarios comprobaron que el teatro se les quedaba peque?o y llevaron el montaje ?a la plaza de toros!
La tensi¨®n sexual de La ni?a de fuego
Lo m¨¢s curioso de La ni?a de fuego, una de las tres o cuatro m¨¢s ic¨®nicas de toda su carrera, es que no fue creada ni concebida para ella, a pesar de que la ardorosa tensi¨®n sexual entre Flores y Caracol hac¨ªa pensar todo lo contrario. La pieza ya se hab¨ªa grabado casi una d¨¦cada antes, en 1935, en los estudios de la ilustre RCA Victor, a cargo de Ni?o de Utrera, luego exiliado en Argentina por su proximidad con el bando republicano. Pas¨® completamente inadvertida, igual que la versi¨®n, ya en 1944, del cantaor Juanito Varea con la guitarra de Manolo Badajoz. El fuego solo parec¨ªa prender en la garganta de Lola, que sublim¨® aquellos versos flam¨ªgeros no solo en Zambra, sino tambi¨¦n en Embrujo, su pel¨ªcula de 1947.
Iron¨ªas del destino
Tras la disoluci¨®n del t¨¢ndem Caracol/Flores, la canci¨®n m¨¢s carism¨¢tica de Lola para la nueva d¨¦cada fue la inolvidable y celeb¨¦rrima ?Ay, pena, penita, pena!, que¡ al igual que en el caso de La ni?a de fuego, ni se compuso pensando en ella ni se le encomend¨® el estreno. La interpret¨® por primera vez, en 1951, Luisa Ortega en el Teatro Calder¨®n, dentro de su montaje La copla nueva. ?Que qui¨¦n era esta Ortega? La hija de¡ Manolo Caracol. En su voz, el nuevo original de Quintero, Le¨®n y Quiroga pas¨® sin pena ni gloria.
M¨¢s de 600 coplas
?Cu¨¢ntas coplas distintas lleg¨® a interpretar Lola Flores en sus fren¨¦ticos a?os cuarenta y cincuenta, los de la gran eclosi¨®n de la canci¨®n folcl¨®rica? Dif¨ªcil completar un c¨¢lculo milim¨¦trico, pero todas las estimaciones hablan de m¨¢s de 600. Sobre todo, si tenemos en cuenta que los autores trabajaban a destajo ante la elevad¨ªsima demanda popular: la primera Zambra comprend¨ªa siete n¨²meros o ¡°estampas¡±, pero a la altura de la ¨²ltima, apenas cinco a?os m¨¢s tarde, el espect¨¢culo se alargaba hasta 29.
Lola Flores tambi¨¦n grab¨® m¨²sica disco
Comenz¨® a cantar copla en los a?os cuarenta y estuvo activa hasta poco antes de morir, en 1995. Se atrevi¨® con muchas de las corrientes musicales que fueron surgiendo en esas cinco d¨¦cadas. Atenci¨®n a este Llorando Lola, escrita por un d¨²o de lujo (Jos¨¦ Luis Armenteros y Pablo Herrero, compositores, por poner solo dos ejemplos populares, de Libre ¡ªNino Bravo¡ª o Libertad sin ira ¡ªJarcha¨D) y que es inflamable m¨²sica disco. Est¨¢bamos en 1979 y las bolas de espejos colgaban de las discotecas. Lola estaba ah¨ª, claro.
Casarse a las seis de la ma?ana
La boda entre Lola Flores y Antonio Gonz¨¢lez El Pesca¨ªlla fue casi secreta. Se casaron a las seis de la ma?ana en El Escorial y solo asistieron 22 personas, la mayor¨ªa familiares y alg¨²n amigo artista como Carmen Sevilla o Vicente Parra. El motivo de esta clandestinidad fue que Gonz¨¢lez ya ten¨ªa una hija, de tres a?os, con Dolores Amaya, sobrina de la bailaora Carmen Amaya. Lola Flores, adem¨¢s, estaba embarazada de Lolita, el primero de los tres hijos que tuvo con El Pesca¨ªlla. Todo esto con las estrictas leyes gitanas (El Pesca¨ªlla y los Amaya lo eran) y en 1952 pod¨ªa ser muy escandaloso. La familia de los Amaya hab¨ªa amenazado a Lola si se casaba con El Pesca¨ªlla. Pero a Lola nadie le paraba los pies.
No me llam¨¦is El Pesca¨ªlla
Independientemente de concretar d¨®nde est¨¢ origen de la rumba catalana, sobre el que existen varias teor¨ªas, se puede decir que los m¨¢ximos difusores fueron Pedro Pubill Calaf Peret y Antonio Gonz¨¢lez El Pesca¨ªlla. A este ¨²ltimo le lastr¨® su poca producci¨®n, ya que prefiri¨® ejercer de compa?ero de Lola Flores. Un Gonz¨¢lez, por cierto, que nunca firm¨® como El Pesca¨ªlla, sino como ¡°Antonio Gonz¨¢lez¡±. Eso de El Pesca¨ªlla no le agradaba nada. Su mote original era El Pescadilla (luego se perdi¨® la ¡®d¡¯), que le gustaba algo m¨¢s. Un apodo que le ven¨ªa de tradici¨®n familiar: su abuelo vend¨ªa pescado y a su padre le llamaban El Sardineta.
Su primera pel¨ªcula
El debut cinematogr¨¢fico, aunque en un papel menor, tuvo lugar en 1940 con la pel¨ªcula Martingala, de Fernando Mignoni, un peculiar pintor y cineasta de origen italiano. La acompa?aba al cante Pepe Marchena y su n¨²mero clave era Pimientos morrones. Pero todos quedaban eclipsados en la cinta por el baile de Carmen Amaya.
No solo canci¨®n andaluza
Nuestra Ni?a de Fuego no solo interpret¨® m¨²sica de filiaci¨®n andaluza. En Un alto en el camino, pel¨ªcula de Juli¨¢n Torremocha filmada en 1941, podemos escucharla recreando la canci¨®n popular Castilla, Castilla m¨ªa en una escena rodada en el teatro de Talavera de la Reina que evocaba una jornada de feria ganadera.
¡°Yo contrat¨¦ a Caracol, que era un divo¡±
El hecho de que Manolo Caracol, 14 a?os mayor, fuera un artista ya consagrado cuando comenz¨® a colaborar con Lola Flores siempre ha llevado a imaginarle como el mentor de la folcl¨®rica. Pero Flores desminti¨® esta versi¨®n en una aparici¨®n de 1978 en el programa de TVE Cantares. ¡°Yo fui la que contrat¨¦ a Manolo para mi espect¨¢culo por 550 pesetas cuando ¨¦l ya era un divo¡±, le recalc¨® al presentador, el m¨ªtico Lauren Postigo.
Lola Flores cr¨ªtica con un trabajo de Lola Flores
Embrujo (1947), la consagraci¨®n cinematogr¨¢fica del t¨¢ndem Flores/Caracol, fue una pel¨ªcula c¨¦lebre, pero tambi¨¦n muy controvertida. Su director, Carlos Serrano de Osma, quiso introducir elementos f¨ªlmicos muy experimentales, como un ritmo de c¨¢maras que pretend¨ªa acompasarse con los propios vaivenes del cante flamenco. Era una decisi¨®n est¨¦tica discutible para una pel¨ªcula de esa naturaleza, y entre los detractores abiertos de la pel¨ªcula se situ¨®¡ la propia Lola Flores. ¡°Es un camelo, una pel¨ªcula sin pies ni cabeza¡±, llegar¨ªa a sentenciar. Otro dato para la heterodoxia de Serrano de Osma: hab¨ªa trabajado para el PCE en los a?os anteriores a 1936.
La versi¨®n cutre del Technicolor
El primer largometraje en la era de Suevia Film (productora de Ces¨¢reo), a¨²n con Caracol como protagonista (La ni?a de la venta, 1951), no solo es hist¨®rico por el contrato millonario que lo propici¨®, sino por la utilizaci¨®n pionera del Cinefotocolor: la versi¨®n barata y a la espa?ola del Technicolor que estaban implantando los estudios de Hollywood, pero que supon¨ªa un gasto inasumible para la p¨¢rvula industria ib¨¦rica.
Como una estrella del rock
La hoja de ruta de Lola en su desembarco americano (abril de 1952) dejar¨ªa en pa?os menores la agenda de cualquier estrella actual del rock. Lola aterriz¨® en M¨¦xico, pero el periplo inclu¨ªa, de manera ininterrumpida, La Habana, R¨ªo de Janeiro, S?o Paulo, Buenos Aires, Montevideo, Lima, vuelta a M¨¦xico, Nueva York, Venezuela, Colombia, Puerto Rico y, de nuevo, Cuba.
Con la bata de cola por Am¨¦rica
La agenda promocional mientras hac¨ªa las Am¨¦ricas era tan extenuante que la tonadillera no pod¨ªa desprenderse del engorroso traje de gitana en bata de cola en casi todo el d¨ªa. Para paliar esta circunstancia, solo pod¨ªa ir cambiando de un traje a otro: hasta tres al d¨ªa.
Su debut ella sola
El primer espect¨¢culo teatral de Lola en solitario no llegar¨ªa hasta 1954. Se titul¨® Copla y bandera, por aquello de ahondar en la veta m¨¢s racial; lo rubricaban (c¨®mo no) Quintero, Le¨®n y Quiroga y el estreno, en el Teatro Calder¨®n, se quiso hacer coincidir con la emblem¨¢tica fecha del 12 de octubre. Copla y bandera arras¨®, evidentemente.
Persiguiendo a Imperio Argentina
La fascinaci¨®n, puede que mezclada con algo de envidia, que Flores sent¨ªa por la figura carism¨¢tica de Imperio Argentina la llev¨® en 1954 a abordar su propia versi¨®n de Morena clara, el m¨ªtico filme (1936) de Flori¨¢n Rey, que ha pasado a la historia como el m¨¢s taquillero del periodo republicano en Espa?a. Flores quer¨ªa incorporar a su repertorio las tres celeb¨¦rrimas canciones que arroj¨® aquel musical, El d¨ªa que nac¨ª yo, La falsa moneda y ?chale guindas al pavo. Eso s¨ª, su aproximaci¨®n al personaje de la gitana Trinidad Vargas era m¨¢s humor¨ªstico y sainetero que la concebida casi dos d¨¦cadas antes por Imperio.
?Cu¨¢les eran las inclinaciones pol¨ªticas de Lola Flores?
As¨ª zanj¨®, por supuesto por las bravas, el asunto pol¨ªtico en 1994 (un a?o antes de morir) en la serie de Antena 3 Coraje de vivir: ¡°He actuado ante pol¨ªticos de todas las ideas. Y no me he metido en pol¨ªtica porque nunca fui a la universidad por falta de recursos. Hoy puedo criticar al pol¨ªtico que me d¨¦ la gana porque todo me lo he ganado a pulso. Y aparte de lo de Hacienda y otras cosas que he pasado por el camino, aqu¨ª en Espa?a estar¨¦ siempre, mande quien mande, porque estoy orgullosa de ser espa?ola¡±.
Lola, monja
Casi todos los papeles cinematogr¨¢ficos de Lola eran, en mayor o menor medida, trasuntos de su propia figura art¨ªstica. La excepci¨®n m¨¢s clamorosa la encontramos con La hermana Alegr¨ªa (Luis Luc¨ªa, 1954), que nos permiti¨® descubrirla en el papel de monja. Eso s¨ª, la figura de una monja agitanada y risue?a despert¨® los recelos de la censura, una circunstancia infrecuente en la biograf¨ªa de la jerezana.
?De d¨®nde viene eso de La Faraona?
Es, de largo, el sobrenombre m¨¢s exitoso y extendido, proviene de la pel¨ªcula La Faraona que Flores protagoniz¨® en 1956 a las ¨®rdenes de Ren¨¦ Cardona. La sonoridad y el poder¨ªo que evocaba el apelativo acab¨® resultando una combinaci¨®n imbatible para el imaginario popular.
Tres tonadilleras de a¨²pa
Los t¨ªtulos de cr¨¦dito de El balc¨®n de la luna (Luis Saslavsky, 1962) plantearon un dilema terrible a Ces¨¢reo Gonz¨¢lez, su productor: ?a qui¨¦n colocar primero en aquel explosivo tridente que integraban Lola Flores, Paquita Rico y Carmen Sevilla? La ins¨®lita soluci¨®n pas¨® por mostrar los nombres de las tres tonadilleras girando en forma de aspa.
A tu vera gan¨® el pulso
La pasi¨®n por Carmen, Paquita y Lola era tan desbocada que muchos espectadores acud¨ªan a las proyecciones para ensalzar a su favorita y aplaudirla con m¨¢s fervor que a las otras dos rivales. Pero quiz¨¢ debamos admitir, con la perspectiva de los a?os, que esta batalla tambi¨¦n la venci¨® la de Jerez: el n¨²mero musical m¨¢s inolvidable de aquel filme fue suyo, nada menos que A tu vera.
Pasi¨®n por Lorca
A Lola tambi¨¦n le atra¨ªa la figura de Lorca, aunque en algunos momentos hayan podido parecer perfiles antag¨®nicos. Lo demostr¨® al incluir en su disco Lola Flores recita poemas de Rafael de Le¨®n (Belter, 1967) el emotivo R¨¦quiem por Federico, que a?os despu¨¦s escenificar¨ªa en un m¨ªtico homenaje al poeta granadino. En concreto, el 29 de diciembre de 1984, en la conmemoraci¨®n del 50 aniversario de Yerma que dirigi¨® Miguel Narros en el Teatro Espa?ol de Madrid.
Pel¨ªcula franquista
En 1964, Lola y El Pesca¨ªlla aceptaron protagonizar una pel¨ªcula de n¨ªtido corte nacionalista y af¨ªn a la dial¨¦ctica franquista. Se titulaba Sinfon¨ªa espa?ola y contaba, eso s¨ª, con las partituras de un ilustr¨ªsimo: Crist¨®bal Halffter. No olvidemos que aquel a?o el r¨¦gimen conmemoraba los llamados ¡°25 a?os de paz¡± y que Jos¨¦ Luis S¨¢enz de Heredia, primo de Jos¨¦ Antonio Primo de Rivera, aprovech¨® para erigir el paneg¨ªrico cinematogr¨¢fico Franco, ese hombre.
Los a?os setenta flamencos
En los a?os setenta mantuvo Lola el estandarte de las funciones flamencas, aunque sean mucho menos recordadas. La m¨¢s importante: Ella, la de ayer, la de hoy, la de siempre¡ Lola, estrenada el 12 de marzo de 1974 en el Monumental de Madrid, con m¨²sica y letras de Solano, Le¨®n y Quiroga. La core¨®grafa y escen¨®grafa era nada menos que Pilar L¨®pez, la hermana de La Argentinita.
Su ¨²nico chasco art¨ªstico
?Un fracaso en la carrera de La Faraona? Alguno hay, aunque sea dif¨ªcil encontrarlos. El m¨¢s doloroso, seguramente, el de Candelas, un espect¨¢culo folcl¨®rico escrito por Rafael de Le¨®n, aunque prefiri¨® ocultarse bajo el pseud¨®nimo de Abraham Vilor. Ni siquiera la direcci¨®n y coreograf¨ªas de Antonio Ruiz Soler (Antonio El Bailar¨ªn) obraron el milagro: el estreno, el 17 de noviembre de 1977 en el Teatro Calder¨®n, se vio opacado por el recelo social, en plena transici¨®n, hacia un g¨¦nero que en aquel momento se desde?aba como r¨¦mora del franquismo.
La frustrada Bodas de sangre
Lola ten¨ªa tanta fe depositada en Candelas que anunci¨® el espect¨¢culo como ¡°el comienzo de una nueva etapa en que interprete m¨¢s y cante menos¡±. Embalada, lleg¨® a anunciar su anhelo de erigir una versi¨®n de Bodas de sangre junto a su marido y su primog¨¦nita, Lolita. Nada de eso aconteci¨®.
Una astracanada con Jos¨¦ Luis L¨®pez V¨¢zquez
El mejor y peor a?o (a la vez) de la filmograf¨ªa de Flores, en t¨¦rminos cin¨¦filos, debemos atribu¨ªrselo a 1983. Aquella temporada sublim¨® su faceta dram¨¢tica en Truhanes, la memorable pel¨ªcula de Miguel Hermoso. Mucho m¨¢s dif¨ªcil, en contraposici¨®n, resulta ahora mismo reivindicar Juana la Loca¡ de vez en cuando, una astracanada (muy popular en su d¨ªa, admit¨¢moslo) en la que compart¨ªa cartel con Jos¨¦ Luis L¨®pez V¨¢zquez, Juanito Navarro, Quique Camoiras o Manolo G¨®mez Bur. Dej¨¦moslo en que ha envejecido mal.
¡°Cuando yo llegu¨¦, ella ya era moderna¡±
Lola no solo propici¨® el alumbramiento art¨ªstico de sus tres hijos, todos ellos de trayectorias muy relevantes. Tambi¨¦n ejerci¨® el madrinazgo con su paisano Tom¨¢s Moreno Romero, alias Tomasito, un heterodoxo radical del cante y el baile. Tomasito debut¨® en las tablas como bailar¨ªn, con apenas 10 a?os, a la vera de Lola. Corr¨ªa el a?o 1980. ¡°Cuando yo llegu¨¦, ella ya era moderna¡±, resumir¨ªa el iconoclasta cantante sobre aquel bautismo ante los focos.
En el Olympia con Georges Brassens
El ascendente internacional de La Faraona no fue solo iberoamericano. El 21 de enero de 1960, Flores debut¨® ante una audiencia at¨®nita y arrebatada en el Olympia parisino, un escenario que ocup¨® durante tres semanas consecutivas junto a un ilustr¨ªsimo de la chanson, Georges Brassens. Fue la primera salida al extranjero de la ni?a Lolita, que entonces apenas sumaba a?o y medio pero ya era la salsa en todas las conversaciones. En las comidas, por ejemplo, no dejaba de trastear con los saleros. ¡°Es que mi ni?a no puede ver er durse. Lo que le gusta es la sal¡±, exclamaba su orgullosa madre.
La receta que le dio a Brassens
Lola Flores y Brassens establecieron una ins¨®lita complicidad, a pesar de que ten¨ªan que comunicarse siempre por se?as o a trav¨¦s de un int¨¦rprete. A Lola le preocupaba que el autor de La mala reputaci¨®n acabara siempre ¡°hecho porvo¡± de la garganta, as¨ª que le conf¨ªo su personal¨ªsima reseta para aguantar los rigores de la interpretaci¨®n vocal en vivo. ¡°Cortar una buena rebanada de pan, bien ancha. Luego se tuesta y empapa en vinagre hirviendo, se la pone uno en la garganta y se la l¨ªa en una bufanda. As¨ª se cura en un voleo¡±. La an¨¦cdota la relat¨® la inmortal cronista Josefina Carabias en las p¨¢ginas del diario Ya. Y a?adi¨®: ¡°Brassens comprendi¨® la extra?a receta gracias a que dispon¨ªa de un buen int¨¦rprete de andaluz-franc¨¦s que se la transmiti¨® minuciosamente¡¡±.
Friendo sardinas en un hotel de lujo en Par¨ªs
Las estancias de los Flores en la capital francesa siempre ten¨ªan lugar en el imperial hotel Jorge V, que le hab¨ªa recomendado su amiga Gloria Lasso. Pero las primeras noches de estancia fueron bastante azarosas, sobre todo para la direcci¨®n del establecimiento. Los m¨²sicos de la compa?¨ªa de Lola, todos enraizados en las costumbres gitanas, decidieron reunirse en la habitaci¨®n de uno de ellos, levantar el colch¨®n y liarse a fre¨ªr sardinas sobre el somier. La humareda consiguiente hizo que saltaran todas las alarmas, reales y metaf¨®ricas.
El d¨ªa que la matriarca se arranc¨® a cantar
Quienes la conocieron siempre anotaron que do?a Rosario, la madre de la artista, era mujer de voz muy hermosa (a diferencia de Pedro, el padre, que cantaba fatal). El problema de Rosario Ruiz era, qui¨¦n lo podr¨ªa imaginar, su enorme timidez. El milagro lo propici¨® Fa¨ªco durante la gira neoyorquina de 1960. El 5 de octubre de aquel a?o, y en plena Quinta Avenida, el bailar¨ªn anim¨® a la matriarca a que se arrancase con alg¨²n cante flamenco, ¡°aprovechando que aqu¨ª no se va a enterar nadie de lo que dice¡±. Y Rosario asombr¨® a todos los privilegiados testigos canturreando aquello de: ¡°Qu¨ªtate de la esquina / barbero loco / que mi madre no quiere / ni yo tampoco¡±. Las cr¨®nicas cuentan que el corrillo aplaudi¨® con entusiasmo mientras ella enrojec¨ªa de puro pudor.
300 kilos de peso en maletas, m¨¢s que Cocha Piquer
Muchos paralelismos se han establecido entre el car¨¢cter pionero, explorador e intr¨¦pido de Concha Piquer y Lola Flores, dos mujeres corajudas, hechas a s¨ª mismas y enormemente valientes, audaces y adelantadas a sus tiempos. Entre las semejanzas conviene anotar lo voluminoso de sus equipajes. Mientras do?a Concha populariz¨® la expresi¨®n ¡°el ba¨²l de la Piquer¡±, la de Jerez admit¨ªa que su juego de maletas rondaba en cada gira los 300 kilos de peso (entre otras cosas, porque inclu¨ªa tambi¨¦n comida que le preparaba amorosamente su madre). Al regreso hab¨ªa que descontar el peso de las tarteras¡, pero a?adir el de las compras.
¡°No me he arreglado para reservados¡±
Como es conocido, a Lola le tiraba la noche. Hab¨ªa veces que se presentaba, sola, en una discoteca madrile?a de moda porque sab¨ªa que all¨ª se encontrar¨ªa a su hijo Antonio y a los amigos de este. Para ir de juerga con ellos. Cuando llegaba el revuelo era grande porque todo el mundo la conoc¨ªa. Una vez, Antonio le dijo: ¡°Vamos a la parte de arriba, que hay un reservado¡±. Y ella respondi¨®: ¡°Yo no me he arreglado y pintado para reservados. Quiero que la gente me vea¡±.
Piropo falangista: ¡°Lola, eres la verdad de Espa?a¡±
El ejemplo m¨¢s expl¨ªcito de adhesi¨®n del oficialismo franquista a la figura de Lola Flores lo encontramos el 12 de abril de 1962, cuando el r¨¦gimen concedi¨® a la artista el Lazo de la Dama de Honor de la Orden de Isabel la Cat¨®lica, una distinci¨®n que le otorgaba el tratamiento de ¡°Muy Ilustr¨ªsima Se?ora¡±. El encargado de hacer entrega del galard¨®n fue el ministro secretario general del Movimiento, Jos¨¦ Sol¨ªs Ruiz. ¡°Lola, eres la verdad de Espa?a frente al continente hispanoamericano¡±, la pirope¨® aquel falangista al que apodaban ¡°la sonrisa del r¨¦gimen¡± y que pas¨® a la posteridad por su lema ¡°m¨¢s deporte y menos lat¨ªn¡±.
El dinero que perdi¨® en el casino
El matrimonio entre El Pesca¨ªlla y Lola se prolong¨® ¡°contra viento y marea¡± durante m¨¢s de tres d¨¦cadas, hasta el fallecimiento de la folcl¨®rica, pero sufri¨® sus peores turbulencias all¨¢ por 1966. Antonio Gonz¨¢lez se hab¨ªa sentido atra¨ªdo por una mujer ¡°de vestidos ajustados¡± con la que coincid¨ªa en las funciones de La guapa de C¨¢diz, y su esposa, atormentada por la crisis conyugal, se refugi¨® en el juego. Primero fueron las tragaperras, y a rengl¨®n seguido la ruleta y el bacarr¨¢. Aquella adicci¨®n le cost¨® perder no menos de 250.000 pesetas de la ¨¦poca, seg¨²n acabar¨ªa confesando en sus memorias.
Las joyas de Lola
Siempre le volvieron loca las joyas, una pasi¨®n que nunca disimul¨® y que hizo expl¨ªcita en la memorable escena televisiva de 1977 en que pierde un pendiente de un mill¨®n de pesetas (¡°mi trabajito me cost¨®¡±) en plena actuaci¨®n para Esta noche, fiesta, el programa que presentaba en directo Jos¨¦ Mar¨ªa ??igo desde el Florida Park. El valioso ejemplar ser¨ªa recuperado aquella misma noche junto a la mesa del empresario discogr¨¢fico Enrique Mart¨ªn Garea.
El talism¨¢n que le dio a sus nietas
Los pendientes no solo eran adornos y s¨ªmbolos de prestigio a los ojos de Lola, sino tambi¨¦n talism¨¢n. Por eso les prestaba los suyos desde muy peque?itas a Elena Furiase (actriz, hija de Lolita) y Alba Flores (tambi¨¦n actriz, ¨²nica hija de Antonio Flores) mientras les repet¨ªa: ¡°Las artistas m¨¢s grandes del mundo van a ser mis nietas¡±. Era pasi¨®n de abuela, s¨ª, pero tambi¨¦n olfato. ¡°Mi abuela, como artista, me aport¨® todo lo que tenga que ver con transgredir¡±, resumi¨® Elena Furiase en una edici¨®n de Imprescindibles, el programa de TVE.
Su canci¨®n m¨¢s disparatada
No hay candidato m¨¢s irrefutable que Mi mundial 82, el himno oficial de la selecci¨®n espa?ola para el Mundial 82, el que se celebr¨® en Espa?a con Naranjito como mascota. La m¨²sica se la hab¨ªa compuesto Luis Cobos y el estribillo dec¨ªa: ¡°Gol, gol, gol, mi Mundial-82 / Para la furia espa?ola, Lola Flores / Viva Espa?a, viva el pueblo / Gol, gol, gol¡±. El papel del combinado nacional en aquella cita acab¨® siendo igual de funesto que la canci¨®n.
La Barbie gitana
En los a?os en que deca¨ªa su esplendor art¨ªstico, Flores busc¨® f¨®rmulas ingeniosas y hasta estramb¨®ticas para encontrar nuevas fuentes de ingresos. El 31 de enero de 1986, por ejemplo, present¨® unas mu?ecas con su figura que hab¨ªan creado los chiclaneros hermanos Mar¨ªn, una especie de Barbie gitana que pod¨ªa atraer tanto a sus seguidores locales como a los for¨¢neos que visitaran las tiendas de souvenirs. Las r¨¦plicas pod¨ªan adquirirse, adem¨¢s, con varios trajes diferentes que hab¨ªa confeccionado Tom¨¢s, el modisto de cabecera de la artista. El ¨¦xito de la iniciativa fue muy discreto.
El mejor tributo a La Faraona no fue en Espa?a
Seguramente el mejor tributo en vida del que disfrut¨® Lola tuvo lugar el 13 de mayo de 1990 en el James Knight Convention Center de Miami (¡°qu¨¦ pena que no fuese en Espa?a¡±, reproch¨® la homenajeada). Lo concibi¨® el c¨¦lebre directivo discogr¨¢fico Tom¨¢s Mu?oz, que propici¨® el repaso de los grandes ¨¦xitos de la artista a d¨²o con grandes artistas invitados. El primero en confirmar fue, c¨®mo no, Julio Iglesias, pero en la ilustre n¨®mina tambi¨¦n acabar¨ªan figurando Roc¨ªo Jurado, Celia Cruz, Raphael, Jos¨¦ Luis Perales o Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez El Puma. El ¨¢lbum resultante, Homenaje (1990), le servir¨ªa para relanzar su carrera discogr¨¢fica.
Su amigo Jes¨²s Gil
Las primeras calles con el nombre de Lola Flores se inauguraron en su Jerez natal y en Benalm¨¢dena (M¨¢laga). Pero la m¨¢s aparatosa tuvo lugar el 16 de agosto de 1994 con la inauguraci¨®n de la Avenida de Lola Flores en las inmediaciones de Puerto Ban¨²s, en Marbella. La placa la descubri¨® el entonces alcalde de la localidad, el controvertido Jes¨²s Gil y Gil. Y la homenajeada, a la que flanqueaban sus nietas Elena y Alba, le respondi¨® con alabanzas: ¡°Agradezco a este ni?o grande todo lo que hace por Marbella y por m¨ª¡±.
Amortajada con la mantilla de Carmen Sevilla
La capilla ardiente de Lola se instal¨® el 16 de mayo de 1995 en el Centro Municipal de la Villa (hoy Teatro Fern¨¢n G¨®mez) por decisi¨®n del entonces alcalde de Madrid, Jos¨¦ Mar¨ªa ?lvarez del Manzano, pese a que la artista hab¨ªa expresado su preferencia por el Teatro Calder¨®n. S¨ª que se cumplieron otros dos de sus deseos: aparecer descalza y que la mortaja se realizara con una mantilla blanca que la familia le pidi¨® prestada a Carmen Sevilla.
Separaci¨®n de bienes
Pocas personas famosas ofrecieron tantos detalles de su vida como Lola Flores. Lleg¨® a contar c¨®mo y con qui¨¦n perdi¨® la virginidad (con el guitarrista Ni?o Ricardo, casado y bastante m¨¢s mayor que ella) y tambi¨¦n que ten¨ªa separaci¨®n de bienes con su marido, Antonio Gonz¨¢lez. As¨ª lo explic¨® en sus memorias, Lola en carne viva: ¡°El amor aparte, yo estaba bien aconsejada. ?l trajo al matrimonio lo que ten¨ªa, su patrimonio entero, su guitarra. Y yo llev¨¦ lo m¨ªo, que era mucho, a lo que ¨¦l renunci¨® en su momento: mis alhajas, mis pisos, mis bienes¡±.
Lola la l¨ªa en el Mu?oz Seca
Era verano de 1977 cuando Lola acudi¨® al teatro Mu?oz Seca de la capital para ver la obra Madrid, pecado mortal. Dentro de la trama aparec¨ªa ella, interpretada por el pionero del transformismo Paco Espa?a. A la jerezana no le gust¨® nada c¨®mo estaba representada y la lio. Par¨® la funci¨®n para quejarse de la interpretaci¨®n, luego acudi¨® a la cola de la taquilla para decir a la gente que era ¡°una basura¡± y m¨¢s tarde se lanz¨® a los camerinos a increpar al elenco, en especial a Paco Espa?a, al que le exigi¨® que dejara de encarnarla. El propietario del teatro puso una demanda contra la artista y el juez la conden¨® por ¡°alterar el orden p¨²blico¡±. Dos d¨ªas de arresto domiciliario y 250 pesetas de multa.
Las noches de Antonio en el cuarto de Lola
Antonio Flores y su madre pasaban muchas noches juntos en la habitaci¨®n de ella de El Lerele hablando de lo divino y lo humano. Ten¨ªan una potente conexi¨®n. Consum¨ªan horas charlando del cosmos, la espiritualidad, la muerte, el arte¡
¡°M¨¦teme lo mismo que te metes t¨²¡±
Lola Flores sufri¨® como nadie la adicci¨®n de su hijo Antonio. Una fuente recuerda esta escena para un reportaje de EL PA?S: ¡°Lola le mostr¨® el brazo y le dijo: ¡®M¨¦teme lo que t¨² te metes y nos morimos los dos. Venga, chulito, a ver si te atreves a ver c¨®mo tu madre se mete lo que t¨²¡±.
El after de los famosos
Cuentan (y nadie de los implicados lo desminti¨®) que hab¨ªa una serie de famosos que (en los cincuenta y los sesenta) acababan vi¨¦ndose en el aeropuerto de Barajas, el ¨²nico sitio donde te pod¨ªan servir una copa cuando todos los garitos de Madrid cerraban. All¨ª coincid¨ªan, entre otros, los actores Paco Rabal y Fernando Fern¨¢n G¨®mez, el cineasta Jes¨²s Franco y, por supuesto, Lola. Barajas convertido en un after de famosos.
Recitar con el pu?o cerrado
?Qui¨¦n puede recitar un poema sobre el amor con m¨¢s pasi¨®n y garra de Lola Flores? Nadie. Se puede comprobar en esta actuaci¨®n de 1984 sobre un texto de Rafael de Le¨®n. ¡°Un beso as¨ª no quiere decir nada, es ceniza de amor¡±, recita con el pu?o cerrado en primer plano. Y como esta mujer ten¨ªa una energ¨ªa inagotable, al final se marca una versi¨®n rumbera de Hey, de Julio Iglesias. Arranca con un impetuoso llamamiento: ¡°Jei, Jei¡¡±.
Rapt¨® a un jugador del Atl¨¦tico de Madrid
Una de las m¨²ltiples relaciones de Lola fue con Gerardo Coque, futbolista del Atl¨¦tico de Madrid durante los cincuenta. ?l estaba casado, pero rendidamente enamorado de Lola. Esta le dijo: ¡°Coque, ?cu¨¢nto te paga el Atl¨¦tico por temporada?¡±. ¡°250.000 pesetas¡±, le dijo el futbolista. Y ella le present¨® la soluci¨®n: ¡°Vete del club, yo te pago ese dinero y nos vamos juntos a M¨¦xico¡±. Y as¨ª se hizo. La mujer de Coque le denunci¨® y el juez dict¨® que el jugador deb¨ªa pagar 150.000 pesetas a su mujer por abandonar el hogar. ?A qu¨¦ no saben qui¨¦n las abon¨®? Efectivamente: Lola.
Aburrida y sin amor
¡°Yo tan joven, con tanto ¨¦xito y millonaria. Pero aburrida: no ten¨ªa amor¡±. As¨ª se sent¨ªa Lola unos meses antes de sellar su relaci¨®n con Antonio Gonz¨¢lez.
Desgarrador Perd¨®name
Lola Flores estuvo trabajando hasta poco antes de morir, a pesar de que el c¨¢ncer la devoraba. En los ¨²ltimos programas de Ay Lola, Lolita, Lola (grabado en 1995 para TVE, semanas antes de fallecer), interpret¨® Perd¨®name, de Armando Manzanero. Aunque es un playback, ella se entrega.
El piropo de Piaf
En M¨¦xico, a finales de los cincuenta, coincidieron ?dith Piaf y Lola Flores. Se colmaron de elogios. La francesa dijo: ¡°Lola tiene fuego en su arte¡±.
El tablao que abri¨® en Madrid
Lola Flores abri¨® con su marido un tablao en el centro de Madrid llamado Caripen. Por all¨ª se pasaba todo el flamenco de la ¨¦poca. Camar¨®n de la Isla, Paco de Luc¨ªa, Paquera de Jerez, Roc¨ªo Jurado¡ Beb¨ªan, cantaban y tocaban. Hoy todav¨ªa sigue abierto, ya sin la propiedad de los Flores, como restaurante y local nocturno.
Rosal¨ªa ama a Lola
El legado y la leyenda de Lola Flores sigue palpitante. Miren lo que dec¨ªan estas j¨®venes cantantes en el reciente documental (2021) Lola: ¡°No ha habido alguien as¨ª. No la habr¨¢. Es que ella era ¨²nica. Por eso todo el mundo se enamor¨® de ella y sigue enamorado¡± (Rosal¨ªa); ¡°Es pasi¨®n, es garra, es desenfreno¡± (Nathy Peluso), o ¡°Yo cuando busco poder¨ªo, Lola Flores¡± (Mar¨ªa Jos¨¦ Llergo).
La carga sexual de Que me coma el tigre
Una de las canciones m¨¢s populares de Lola fue Que me coma el tigre, escrita por el colombiano Eugenio Garc¨ªa Cueto y tocada como una especie de vallenato por varios artistas. Lola y El Pesca¨ªlla la convirtieron en una rumba fiestera que ambos interpretaron en la pel¨ªcula El taxi de los conflictos (1969). Lola pon¨ªa toda su guasa cuando ataca estos versos de tanta carga sexual: ¡°T¨² lo que quieres es que me coma el tigre, que me coma el tigre, mis carnes morenas. / T¨² lo que quieres es que me coma el tigre, que me coma el tigre, mis carnecitas tan buenas¡±.
Umbral y Lola: empezaron mal, acabaron fenomenal
La relaci¨®n entre el escritor Francisco Umbral y Lola Flores puede servir de ejemplo para retratar c¨®mo cambi¨® la opini¨®n de muchos espa?oles sobre la artista. Primero acogida como amiga del franquismo para luego retractarse y abrazarla como referente art¨ªstico de una Espa?a racial y reivindicable. En una columna para EL PA?S de 1977, el escritor la defini¨® como ¡°esfinge sobredorada del antiguo r¨¦gimen¡±. Con los a?os y el roce, Umbral comprendi¨® mejor a la figura de Lola Flores. Sirva de ejemplo de su conexi¨®n una entrevista que le hizo ella a ¨¦l en el programa que la folcl¨®rica presentaba a principios de los noventa, Sabor a Lolas.
Una copa con todos los espa?oles
De su aireado comentario cuando tuvo que pagar una multa a Hacienda y que sirvi¨® de chascarrillo al atribuirle la invenci¨®n del crowdfunding o micromecenazgo (¡°si una peseta diera cada espa?ol¡¡±), lo realmente relevante es c¨®mo termin¨® esa petici¨®n: ¡°Y yo luego me ir¨ªa a un estadio con todos los que han dado una peseta (o 100) para tomarme una copa con ellos y llorar de alegr¨ªa¡±. As¨ª manejaba a las masas La Faraona. De una situaci¨®n tan apurada ella organiz¨® una fiesta. Pura filosof¨ªa Lola Flores.
En contra de la moral imperante
Lola Flores vivi¨® una vida sentimental con la libertad por bandera, en muchas ¨¦pocas contraviniendo las morales imperantes. Tuvo relaciones con toreros, futbolistas, actores, m¨²sicos¡ Y las ha contado (casi) todas.
La lista electoral del partido de Lola
Hay que tener mucho arte para interpretar una rumba de ley con una tem¨¢tica sobre unas elecciones pol¨ªticas. Y quedar de lujo: guasona y fren¨¦tica de ritmo. Fue en 1966 y el pleno franquismo se celebraba el refer¨¦ndum sobre la Ley Org¨¢nica del Estado. Lola y El Pesca¨ªlla crearon El partido por la mitad, donde la cantante propon¨ªa a sus candidatos: El Cordob¨¦s, presidente o gobernador; Juanito Valderrama de embajador de Lisboa; el tenista Manolo Santana, ¡°en un buen puesto de senador¡±; el torero Antonio Ord¨®?ez, director de gobernaci¨®n; un ¡°puesto para Marisol en el gobierno¡±, y otro a Carmen Sevilla¡ Y, por supuesto, ella: ¡°Que voten por Lola Flores para ocupar la Gobernaci¨®n¡±. Una maravilla. Por cierto, esta era la canci¨®n que estaba interpretando cuando perdi¨® unos valiosos pendientes mientras actuaba en un programa de televisi¨®n con p¨²blico y dijo el famoso: ¡°Ustedes me lo vais a devolver que mi trabajito me cost¨®¡±.
Una enfermedad de dos d¨¦cadas
El 1973 le diagnosticaron un c¨¢ncer de pecho. Convivi¨® con ¨¦l 22 a?os hasta que la mat¨® en 1995.
Otra demostraci¨®n de la vigencia de la jerezana
Incluso su nombre se ha convertido en un concepto: alegr¨ªa de vivir, fuera las penas. Un ejemplo. Acaba de editarse la nueva canci¨®n del ilicitano Miguel Campillo titulada De fiesta con la Lola Flores. El exl¨ªder de Elbicho afirma: ¡°Est¨¢ dedicada a todas esas personas que nos dejaron, pero no se fueron¡¡±.
Un contrato digno de Messi
Seguramente Lola Flores sea la primera artista espa?ola que firm¨® un contrato tan suculento en lo econ¨®mico. Fue a principios de los cincuenta, cuando decidi¨® romper con Manolo Caracol, tanto laboral como sentimentalmente. Entonces el productor Ces¨¢reo Gonz¨¢lez le sell¨® un compromiso por el que le abon¨® seis millones de pesetas (de los cincuenta del siglo pasado, recordemos): por actuar en Latinoam¨¦rica y rodar cinco pel¨ªculas.
Y que toma y que dale
Si se quiere apreciar el particular arte de Lola Flores, sobre todo el de su etapa m¨¢s histri¨®nica y burlona de los ochenta, solo hay que escuchar Tanguillos de la abuelita. Como si fuese una improvisaci¨®n, la cantante va recitando (y bailando) una serie de disparatados mensajes que citan los porros, la fiesta, los ¡°hombres rumbosos¡± que le gustan o la cachiporra. Y que toma, que toma y que toma. Este v¨ªdeo emitido en 1982 en un programa de Valerio Lazarov y grabado con p¨²blico en un vag¨®n de tren es impagable.
Confes¨® que ¡°solo rob¨® una vez en la vida¡±
Le sustrajo de la chaqueta 500 pesetas a un tipo en una fiesta. Lo cont¨® muchos a?os despu¨¦s y asegur¨® que siempre tuvo un gran cargo de conciencia por aquello. Lo hizo porque su hermana estaba enferma y necesitaban comprar medicinas. Y a?adi¨®: ¡°Si la persona a la que rob¨¦ me escucha, que se pase por El Lerele [su casa de La Moraleja]: se lo devuelvo con intereses y le invito a comer¡±.
?Lola Flores artista total, a lo Da Vinci?
Algo de eso hay. Porque tambi¨¦n pintaba, unos lienzos de car¨¢cter pop y ¨¦tnico (?se invent¨® el racial pop?) que sac¨® a la palestra para recolectar dinero cuando apret¨® Hacienda. Una de sus obras acoge una historia propia de ella. Una pintura de mujeres morenas de pelo largo con la zamarra del Athletic de Bilbao en un campo de f¨²tbol y con una copa de campeonas. Lo llamativo es que faltar¨ªan a?os para que el Athletic tuviese secci¨®n femenina. ¡°Fue una visionaria. No solo visualiz¨® que el Athletic tendr¨ªa equipo femenino, sino que ser¨ªa campe¨®n¡±, dijo a Marca el responsable del museo del equipo, donde se exhibe la pintura.
Ten¨ªa los brazos y el cuello hinchados, pero...
El coraje de La Faraona le sali¨® hasta en su momento f¨ªsico m¨¢s bajo. Esto lo cont¨® para EL PA?S, Eduardo Lago Chirro, productor de Ay Lola, Lolita, Lola, el ¨²ltimo programa en el que particip¨®: ¡°Estuvo trabajando hasta el ¨²ltimo suspiro. La ve¨ªas sentada en el camerino y estaba realmente mal. Parec¨ªa que se iba a morir. Ten¨ªa los brazos y el cuello hinchados. Pero cuando le dec¨ªan ¡®Lola, hay que salir¡¯, dibujaba una sonrisa en su cara e irrump¨ªa en el plat¨®. Era incre¨ªble la energ¨ªa que ten¨ªa¡±.
Morir en casa
Cuando le dijeron los m¨¦dicos que le quedaba poco de vida y que seguramente estaba mejor atendida en el hospital, ella dijo: ¡°Morir oliendo a penicilina, no. Me voy a mi casa¡±.
Su ¨²ltimo deseo musical
Semanas antes de morir, Lola le daba vueltas a c¨®mo relanzar su carrera musical. Quer¨ªa hacer un disco con Ketama.
Su pico creativo
Aunque las generaciones que la conocieron en los setenta y los ochenta la reconocen cantando y bailando rumba o flamenco, para muchos su pico art¨ªstico lo tuvo en los cuarenta y los cincuenta, interpretando copla y canci¨®n espa?ola. Y citan tres canciones: ?Ay, pena, penita, pena!, A tu vera y La Zarzamora.
La oferta de Almod¨®var
Nunca se sinti¨® satisfecha con ninguna de sus casi 40 pel¨ªculas. Siempre se consider¨® desaprovechada. Pedro Almod¨®var le ofreci¨® un papel para una participaci¨®n en una de sus primeras pel¨ªculas, pero ella lo rechaz¨® porque le pareci¨® poco relevante.
El tubo de pastillas
¡°Me sentaron en el banquillo como si fuera una asesina durante tres d¨ªas. A punto estuve de tomarme un tubo de pastillas¡±, dijo sobre su juicio por no declarar a Hacienda de 1982 a 1985. Tuvo que vender su casa madrile?a de Mar¨ªa de Molina y un terreno para pagar una multa que finalmente se qued¨® en 52 millones de pesetas. ¡°Fui un conejillo de Indias para dar ejemplo para que el resto empezase a pagar¡±, dijo.
Su gran baile
Lola Flores cant¨® mucho y habl¨® por los codos. Sin embargo, uno de los momentos m¨¢s recordados de su carrera es ese en el que no dice una sola palabra. Es en esta filmaci¨®n de dos minutos y 50 segundos para la pel¨ªcula Sevillanas (1992), de Carlos Saura. Un baile rebosante de est¨¦tica y garra.
La pelea entre Carmen Sevilla y Lola
La rivalidad no siempre amistosa con Carmen Sevilla se agudiz¨® durante los a?os setenta, con balance netamente favorable para la entonces mujer del compositor Augusto Alguer¨®. El ilustre Pedro Olea se qued¨® en Sevilla para la apreciable No es bueno que el hombre est¨¦ solo (1972) porque La Faraona ped¨ªa 100.000 pesetas m¨¢s que su rival y acab¨® prefiriendo ese mismo a?o el papel protagonista de El asesino no est¨¢ solo, irrelevante pel¨ªcula de Jes¨²s Garc¨ªa de Due?as. Sevilla tambi¨¦n arrebatar¨ªa consecutivamente a Flores otros dos largos, La noche de los cien p¨¢jaros y Las siete cucas. ¡°Ella tiene amigos en el cine y yo, no¡±, resolver¨ªa la escocida perdedora de esta confrontaci¨®n.
La psicolog¨ªa de Schommer
El 28 de julio de 1974, el diario Abc public¨® una imagen de Lola a cargo de uno de los fot¨®grafos m¨¢s influyentes del siglo, Alberto Schommer, que incluy¨® a la tonadillera dentro de una serie a la que hab¨ªa bautizado Fotos psicol¨®gicas. Y la visi¨®n con que reflej¨® a la retratada da idea de que en aquel momento proyectaba una imagen de mujer algo anacr¨®nica y venida a menos: la protagonista porta una hogaza de pan en la mano izquierda y un cuadro de la Virgen de las Angustias en la derecha mientras, en un segundo plano, un torero y un futbolista sostienen una pancarta que reza ¡°?Viva Espa?a!¡±.
Se fue en los brazos de Carmen
Ninguno de los tres hijos ni el marido tuvo el privilegio de vivir el ¨²ltimo aliento de la artista. Como confirm¨® Lolita, su madre muri¨® ¡°en los brazos de Carmen Mateo, su secretaria, confidente y amiga¡±.
Morir de pena
Tras su muerte y la de su hijo Antonio 14 d¨ªas despu¨¦s, El Pesca¨ªlla cay¨® en una profunda depresi¨®n. Muri¨® en 1999, cuatro a?os despu¨¦s de la mujer con la que hab¨ªa estado 38 a?os. Falleci¨® de una enfermedad hep¨¢tica, y de pena.
Cada d¨ªa m¨¢s viva
La leyenda de Lola Flores no termina con estas 100 historias. En 2021, 26 a?os despu¨¦s de su muerte, protagoniz¨® el anuncio m¨¢s visto de la temporada, con 600 millones de visualizaciones. Gracias a la tecnolog¨ªa la artista resucit¨® para volver a ser referente de la autenticidad. Nadie como ella.