¡®Altsasu¡¯: as¨ª es la obra sobre la violencia en el Pa¨ªs Vasco que Vox no quiere que se represente en Madrid
¡°Es necesario asumir el pasado en el teatro para poder empatizar¡±, asegura la dramaturga y directora bilba¨ªna Mar¨ªa Goiricelaya frente a las cr¨ªticas de ¡°puro adoctrinamiento nacionalista¡± del partido de extrema derecha
Siendo una adolescente, Mar¨ªa Goiricelaya guardaba 15 minutos de silencio detr¨¢s de una pancarta atendiendo a las convocatorias que Gesto por la Paz realizaba en el Pa¨ªs Vasco para mostrar su rechazo por cada muerte por violencia. Lo hac¨ªa en el patio de su escuela durante el recreo. Hoy, esta dramaturga y directora bilba¨ªna, que cre¨® con la actriz Ane Pikaza la compa?¨ªa independiente La Dram¨¢tica Errante, recuerda aquellos momentos mientras se prepara para presentar la semana que viene en el Teatro de la Abad¨ªa de Madrid su obra Altsasu, un espect¨¢culo de teatro documento en torno a la violencia que durante tantos a?os ejerci¨® ETA en el Pa¨ªs Vasco. Y para ello eligi¨® lo que sucedi¨® el 15 de octubre de 2016 a las puertas del bar Koxka en el pueblo de Alsasua (Navarra), un altercado violento en el que se vieron implicados varios vecinos del pueblo con dos agentes de la Guardia Civil y sus parejas. ¡°No se puede dejar atr¨¢s el pasado. Es necesario asumirlo en el teatro para poder empatizar. Nadie es portador del monopolio del dolor¡±, asegura la directora, de 41 a?os, que obtuvo el premio Max 2023 a mejor adaptaci¨®n teatral por Yerma, de Federico Garc¨ªa Lorca.
Altsasu se estren¨® en 2021 y desde entonces ha realizado 70 funciones por todo el territorio espa?ol y tambi¨¦n en el extranjero (Montevideo, Medell¨ªn y Bogot¨¢). Cuando pas¨® por Vitoria, en noviembre de 2021, el grupo municipal del PP en el Ayuntamiento de esa ciudad, gobernado por el PNV, intent¨® que se cancelara la obra, algo que no consigui¨®. Dos temporadas despu¨¦s la historia se repite en Madrid, aunque en esta ocasi¨®n el que ha pedido su retirada de la programaci¨®n de la Abad¨ªa (cuyo principal financiador es la Comunidad de Madrid) ha sido Vox. El partido present¨® en diciembre dos preguntas en la Comisi¨®n de Cultura y en el pleno de la Comunidad de Madrid, gobernado por el PP de Isabel D¨ªaz Ayuso, para mostrar su rechazo por la representaci¨®n de la obra en la Abad¨ªa porque, en opini¨®n de la diputada Ana Velasco Vidal-Abarca, ¡°justifica los ataques y agresiones que sufrieron los guardias civiles y sus parejas y que es puro adoctrinamiento nacionalista¡±. Vox lleg¨® a pedir incluso que se retirara la subvenci¨®n a la Abad¨ªa. Parad¨®jicamente, ahora ha sido el PP el que ha rechazado la enmienda: el Gobierno madrile?o ¡°siempre estar¨¢ del lado de las v¨ªctimas¡±, pero ¡°tambi¨¦n siempre al lado de la libertad de expresi¨®n, de la libertad creativa y de la libertad del p¨²blico para elegir qu¨¦ quiere ir a ver¡±, dijo el consejero de Cultura, Mariano de Paco.
¡°La libertad de expresi¨®n es una l¨ªnea inquebrantable en democracia. Cualquier acto de censura no forma parte del proceso democr¨¢tico. Abrir la puerta a la censura es abrir la puerta a un ataque directo contra los derechos y las libertades de las personas¡±, se?ala Goiricelaya. Altsasu naci¨® dentro del proyecto Cicatrizar, una propuesta internacional de creaci¨®n dramat¨²rgica dirigida por Jos¨¦ Sanchis Sinisterra y Carlos Jos¨¦ Reyes con el objetivo de promover el conocimiento y la reflexi¨®n sobre el pasado reciente y fomentar los valores del derecho a la memoria. La elecci¨®n de los sucesos de Alsasua por parte de Goiricelaya se debi¨® a que en aquel momento el caso Alsasua estaba en pleno apogeo judicial, con manifestaciones y actos varios por parte de ciudadanos, pol¨ªticos e instituciones. ¡°Estaba muy presente entonces en la sociedad vasca. Era una cicatriz abierta¡°, se?ala la directora, quien centra principalmente la funci¨®n en el proceso judicial del caso. ¡°Es un material muy rico a la hora de plantear una dramaturgia que fuera r¨¢pida, contundente, r¨ªtmica y que tuviera tensi¨®n y emoci¨®n. Es un caso muy susceptible de llevar al teatro para generar reflexi¨®n y generar encuentro o desencuentro¡±, a?ade.
Altsasu, que se representar¨¢ en la Abad¨ªa del 18 al 28 de enero, se desarrolla en un ¨²nico espacio di¨¢fano y seis banquetas que van configurando los distintos lugares en el escenario. Interpretada por Nagore Gonz¨¢lez, Egoitz S¨¢nchez, Aitor Borobia y Ane Pikaza, que encarnan m¨¢s de 30 personajes, la obra combina transcripciones exactas del proceso judicial con di¨¢logos ficcionados sobre las relaciones personales de los protagonistas. Los actores hacen tanto de v¨ªctimas como de agresores, de abogados defensores o de fiscales o jueces, de madres de unos y de otros, encarnando a personas con distintas ideolog¨ªas y muy contradictorias. ¡°Creo que es un reto para el p¨²blico. Cuando el agredido se convierte en el agresor es una manera de ponerse en la piel del otro¡±, explica Goiricelaya, que adem¨¢s de autora del texto tambi¨¦n dirige el espect¨¢culo.
La dramaturga quiere pensar que la sociedad vasca no es ahora son¨¢mbula, pero que lo fue en el pasado. ¡°Es una sociedad de silencios impuestos. Me reconozco ah¨ª, en c¨ªrculos donde hablar o expresar tu ideolog¨ªa resultaba peligroso. Yo misma no s¨¦ a qui¨¦n vota mi padre o mi madre, tampoco lo que votan mis amigas m¨¢s ¨ªntimas. Algo hemos superado, pero est¨¢ claro que arrastramos una especie de cola donde todav¨ªa no acabamos de sentarnos, mirarnos a los ojos y hablar de nuestros dolores¡±, explica en una sala de la Abad¨ªa, despu¨¦s de un acto sobre memoria y justicia junto al soci¨®logo vasco Imanol Zubero.
¡°El olvido no puede nunca cerrar heridas. La memoria humana es selectiva y necesitamos olvidar algunos dolores para poder sobrevivir. Hay cosas que yo no quiero olvidar porque son parte de mi pasado y van a conformar mi futuro. Si no conocemos de d¨®nde venimos no sabremos hacia d¨®nde queremos ir. Soy partidaria de no olvidar. Todo lo que he vivido en mi adolescencia, c¨®mo suenan las bombas, detalles casi imperceptibles que est¨¢n grabados en mi memoria. A m¨ª personalmente no me apetece avanzar olvidando algunas cosas. Probablemente he olvidado algunas cosas, pero hay otras que quiero recordar porque definen quien soy¡±, dice la directora, para quien el teatro s¨ª es un espacio donde poder curar y paliar las heridas abiertas. ¡°Yo vivo en la utop¨ªa, soy una persona optimista, pero ojal¨¢ este espect¨¢culo sirva para cerrar heridas y nunca m¨¢s tengamos que vivir cosas que vivimos, para que nos hagamos cargo de nuestro pasado para no repetir aquello que sucedi¨®. Invitamos al espectador a deshacerse de certezas y a empatizar con el que tenemos enfrente¡±.
Babelia
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