El agridulce panorama vasco, cinco a?os despu¨¦s de la disoluci¨®n de ETA
La deslegitimaci¨®n del terrorismo se ha impuesto, pero coexiste con la ausencia de una memoria cr¨ªtica compartida
Cinco a?os despu¨¦s de la disoluci¨®n de ETA, el Pa¨ªs Vasco presenta un panorama agridulce. La deslegitimaci¨®n del terrorismo en la sociedad es evidente, pero tiene, pese a los innegables esfuerzos institucionales, un contrapunto: la ausencia de una memoria cr¨ªtica m¨ªnimamente compartida sobre el pasado violento. El problema, apuntado ya con el anuncio del cese definitivo del terrorismo en 2011, sigue pendiente, y su ¨²ltima expresi¨®n ha procedido de las p¨¢ginas web de seis ayuntamientos gobernados por Bildu en las que un informe sobre las ¡°vulneraciones de derechos¡± en el Pa¨ªs Vasco equipara a las v¨ªctimas del terrorismo con los presos etarras por el sufrimiento vivido. Las asociaciones de v¨ªctimas y los gobiernos central y vasco han exigido la retirada de ese informe digital, avalado, adem¨¢s, por la Sociedad de Ciencias Aranzadi.
Expertos consultados por EL PA?S como Mar¨ªa Silvestre, coordinadora del Deustobar¨®metro; Gaizka Fern¨¢ndez, jefe de Investigaci¨®n del Memorial de V¨ªctimas del Terrorismo; Izaskun S¨¢ez de la Fuente, del Centro de ?tica Aplicada de la Universidad de Deusto, y Luis Castells, catedr¨¢tico de Historia de la UPV, coinciden en ese diagn¨®stico de claroscuros, cuando est¨¢ a punto de cumplirse el quinto aniversario del fin de ETA.
Mar¨ªa Silvestre, apoy¨¢ndose en los datos del Deustobar¨®metro, resalta la creciente deslegitimaci¨®n de ETA: el 89% de los vascos asegura que la violencia con fines pol¨ªticos es injustificable, 10 puntos m¨¢s que hace ocho a?os; la preocupaci¨®n por ETA es cero y la de la convivencia ocupa el n¨²mero 22 en una lista encabezada por la subida de los precios y la sanidad.
Silvestre ve, adem¨¢s, un aspecto positivo en la r¨¢pida mejora del clima social que ha acompa?ado a la desaparici¨®n del terrorismo. Sin embargo, apunta una seria preocupaci¨®n: la insuficiente memoria cr¨ªtica del pasado terrorista. ¡°Muchas familias han querido olvidar para perdonarse y proteger a sus hijos del pasado violento, y la educaci¨®n no ha cubierto la ausencia¡±, explica. El 44% de los vascos no se siente libre de expresar su opini¨®n pol¨ªtica ¡°para evitar situaciones inc¨®modas¡±.
Gaizka Fern¨¢ndez coincide en que ¡°parte de la sociedad vasca vive como si ETA no hubiera existido¡±. ¡°Pero hay otra que quiere saber, lo que explica el ¨¦xito de libros y pel¨ªculas sobre ETA y sus consecuencias¡±, subraya. ¡°Ha habido olvido en todos los pa¨ªses afectados por la violencia. Aqu¨ª sucedi¨® con la Guerra Civil y hemos visto que, si no se asume una memoria cr¨ªtica del pasado, reaparece. En Irlanda, donde las v¨ªctimas son invisibles, la violencia no desaparece. Tenemos que evitar que suceda aqu¨ª¡±. En la batalla por la memoria cr¨ªtica, Fern¨¢ndez percibe como obst¨¢culo principal el discurso de algunas sociedades privadas ¡ªen alusi¨®n a Aranzadi¡ª y especialmente de Bildu.
Castells, muy cr¨ªtico, habla incluso de ¡°retroceso¡±. ¡°Con el trasfondo de una sociedad en la que muchos quieren olvidar un pasado inc¨®modo, cuela m¨¢s f¨¢cil el nuevo discurso de la izquierda abertzale, una vez que ha asumido la imposibilidad de justificar expl¨ªcitamente a ETA. Lo intenta hacer por la puerta de atr¨¢s al apelar a todas las memorias y a todos los sufrimientos y, con el apoyo de Aranzadi, diluir la responsabilidad principal del terrorismo etarra¡±.
S¨¢ez de la Fuente precisa: ¡°El gran escollo para una memoria cr¨ªtica compartida es la ausencia de autocr¨ªtica de Sortu por su pasada complicidad con ETA. Instituciones y partidos tienen que exig¨ªrselo pensando en las v¨ªctimas y en los j¨®venes. Percibo en estos a¨²n mucho desconocimiento y existe un d¨¦ficit importante en la transmisi¨®n de una memoria cr¨ªtica que compite con falsedades y medidas verdades en las redes¡±. Silvestre recuerda que Bildu tiene un techo electoral por su ausencia de autocr¨ªtica. ¡°Tras el PP es el partido al que m¨¢s vascos aseguran que nunca votar¨¢n¡±.
Aclara S¨¢ez de la Fuente que la exigencia a Bildu no debe acarrear el uso partidista que la derecha pol¨ªtico-medi¨¢tica hace de sus acuerdos parlamentarios, ajenos a temas relativos al terrorismo, para atacar a sus rivales. Le parece especialmente peligrosa su tesis de la ¡°derrota del vencedor¡±: que el ¨¦xito democr¨¢tico por la participaci¨®n parlamentaria de Bildu, unida a la desaparici¨®n del terrorismo, sea calificado como derrota del Estado de derecho. Y anota el ¡°populismo punitivo¡±, la venganza frente a la reinserci¨®n de los presos, como otro peligro para la convivencia.
Son varias las asociaciones de v¨ªctimas, como la mayoritaria vasca Covite, que critican el uso partidista del terrorismo, mientras la Fundaci¨®n de V¨ªctimas, en un borrador enviado a todas las asociaciones, propone mantenerse al margen de la pol¨ªtica.
S¨¢ez insiste en que ¡°queda mucho por hacer¡±. Recuerda los centenares de casos sin resolver. ¡°Aunque muchos est¨¢n prescritos, puede hacerse m¨¢s para satisfacer el derecho a la verdad, justicia y reparaci¨®n de las v¨ªctimas. Adem¨¢s del trato igualitario a todas ellas, fueran cuales fueran sus verdugos¡±.
Gaizka Fern¨¢ndez remarca que ¡°queda mucho por hacer¡±. Pero tambi¨¦n se?ala que ¡°la situaci¨®n ha empezado a cambiar¡±. ¡°Antes del fin del terrorismo mejor¨® sensiblemente el reconocimiento a las v¨ªctimas coloc¨¢ndolas en el centro de atenci¨®n. Los ¨²ltimos gestos son tan significativos como la colocaci¨®n en las capitales vascas de placas con los nombres de las v¨ªctimas all¨ª donde fueron asesinadas¡±. ?l resalta que ¡°en los ¨²ltimos seis a?os, adem¨¢s de la creaci¨®n del Memorial de V¨ªctimas, visitado por 50.000 personas, 500 profesores han recibido cursos especializados; se han publicado las unidades did¨¢cticas para los centros escolares sobre el terrorismo y han proliferado las v¨ªctimas educadoras en las aulas¡±. ¡°Es pronto para conocer los resultados¡±, afirma.
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