Susana Ye, periodista y poeta: ¡°La extrema derecha ha intentado instrumentalizar a la comunidad china¡±
Miembro de la primera generaci¨®n de chinos nacidos en Espa?a, Ye se ha dedicado al periodismo en torno a los derechos humanos y ahora lanza un poemario que retrata su experiencia como hija de la di¨¢spora
Susana Ye (San Juan de Alicante, 32 a?os) pertenece a la primera generaci¨®n de chinos nacidos en Espa?a. A ese colectivo dedic¨® en 2015 el documental Chi?oles y bananas. Sigue trabajando en el periodismo de Derechos Humanos y justicia social, en documental o por escrito. Desde ni?a ha sido ¡°rata de biblioteca¡± y siempre consider¨® la poes¨ªa como un juego (porque lo es). Ahora, siempre a trav¨¦s de la mirada de una hija de la di¨¢spora, publica el poemario Trashumante en arena movedizas (El rey de Harlem).
Pregunta. Usted tiene dos familias.
Respuesta. S¨ª. Tengo una familia espa?ola blanca y una familia china migrante. Mis padres chinos, migrantes econ¨®micos, estaban siempre trabajando por toda Espa?a y al no haber red de apoyo en los pueblos o ciudades peque?as, era habitual buscar alguien que se ocupase a los ni?os.
P. ?C¨®mo lo vivi¨®?
R. Yo me qued¨¦ con mi rutina, mi colegio, y mis padres se dedicaron a ahorrar y a trabajar hasta alcanzar la estabilidad. Eso ocurri¨® cuando yo ten¨ªa 11 a?os, y volv¨ª con ellos. As¨ª que tengo dos familias. Creo que tener varias capas enriquece la escritura, porque solemos tener narrativas muy superficiales que no recogen la diversidad de realidades que existen.
P. A veces los ni?os no entienden algunas situaciones¡
R. Yo lo viv¨ª con toda normalidad, porque era la ¨²nica realidad que conoc¨ªa. Era consciente de que hab¨ªa razones de peso. Y la relaci¨®n entre mis familias es buena: no me sent¨ªa en medio de dos familias divorciadas y enfrentadas. Mis dos familias entraron en contacto en el restaurante de mis padres, en El Campello [Alicante], y surgi¨® la amistad. Luego dicen que los chinos no se relacionan, no socializan¡ Igual tienes que acercarte t¨² tambi¨¦n.
P. El negocio familiar era un restaurante, pues.
R. Yo denuncio ahora la precariedad laboral, y eso que he tenido muchas facilidades, comparada con mis padres. Ellos pasaron por todos los negocios: tuvieron restaurante, bazar de barrio, trabajaron en ferias ambulantes, como empleados en otros negocios¡ Ese tambi¨¦n es mi legado: soy hija de cada bazar, de cada restaurante. Yo no lo he vivido, pero eso no significa que lo olvide.
P. ?Es el acceso a la educaci¨®n lo que diferencia a la primera generaci¨®n de chinos nacidos en Espa?a?
R. La diferencia no es quienes somos, sino las circunstancias y las posibilidades que se dan. Mi madre y yo somos casi iguales, cada d¨ªa me doy m¨¢s cuenta. La diferencia es que ella no pudo continuar con sus estudios y yo s¨ª. Mi madre vino sin saber el idioma, sin recursos, sin red de apoyo. Yo tengo todo eso.
P. Suena muy duro.
R. Las mujeres feministas tenemos que practicar una empat¨ªa radical hacia nuestras madres, porque no hemos tenido que vivir todo lo que ellas han tenido que vivir. Eso es un avance. Y yo no puedo juzgar a mi madre desde las posibilidades y recursos que tengo ahora.
P. La precariedad: ¡°Cocinar es un lujo de domingos por la tarde y de jornadas intensivas¡±, escribe usted.
R. Cosas tan b¨¢sicas como comer sano o descansar son dif¨ªciles. O¨ªmos hablar de trabacaciones o coliving, que tratan de hacer cool la precariedad o la pobreza. Es el debilitamiento de la lucha laboral colectiva, nos est¨¢n fragmentando cada vez m¨¢s. Nos dicen que querer es poder, que t¨² tienes que gestionar tu estr¨¦s, que con el mindfullnes transformas la realidad que te rodea. ?Pero qu¨¦ me est¨¢s contando?
P. ?Afecta a los j¨®venes de ascendencia china?
R. S¨ª, muchos piensan que mejor quedarse en el negocio familiar, quiz¨¢s moderniz¨¢ndolo, si hasta ahora ha servido para pagar las facturas. Muchas veces hay dificultades para saltar a otros sectores: se busca fuera y se encuentra el mazazo de la precariedad. Pero me parece totalmente respetable continuar con los negocios, claro.
P. ¡°Nunca se descansa en el negocio familiar¡±, dice en otro verso.
R. Esa idea de la cultura del trabajo duro en la comunidad china ya no se mantiene tanto en las nuevas generaciones. Adem¨¢s, se ha relacionado con lo chino, pero tiene que ver con la gente migrante en general: cuando no tienes colch¨®n, cuando no tienes quien te cubra, no te queda otra que trabajar duro. Trabajar sin descanso, sin vacaciones, no es algo que se haga por gusto.
Vivimos el debilitamiento de la lucha laboral colectiva, nos est¨¢n fragmentando cada vez m¨¢s
P. Expl¨ªqueme los t¨¦rminos chi?ol y banana.
R. Chi?ol lo acu?¨® Shaowei, uno de los j¨®venes que protagonizan mi documental de 2015. Es un t¨¦rmino que habla de la hibridaci¨®n de identidades entre lo chino y lo espa?ol. Banana es un t¨¦rmino peyorativo, que viene de Estados Unidos, un juego de palabras: blanco por dentro y amarillo por fuera. Tambi¨¦n se ha usado dentro de la comunidad china para criticar a los que se consideran demasiado occidentalizados y pierden de vista sus ra¨ªces.
P. ?C¨®mo afecta el ascenso de la extrema derecha a la comunidad china?
R. Vox ha intentado instrumentalizar la identidad china migrante. Tiene el t¨ªpico discurso contra la inmigraci¨®n (¡°nos invaden¡±) y al mismo tiempo intenta acercarse. Es el mito de la minor¨ªa modelo: nos usan para perseguir y criminalizar a otras comunidades migrantes. Pero la comunidad china ha sido muy consciente de la trampa y no ha entrado al juego.
P. ?Qu¨¦ siente cuando visita China?
R. Hay gente que siente un clic por dentro y una fuerte pertenencia. A m¨ª no me ha pasado. En realidad, en cada pa¨ªs que visito hay algo que me llevo y algo que dejo. Antes, eso de ¡°soy ciudadana del mundo¡± me parec¨ªa un topicazo, pero cada vez me siento m¨¢s as¨ª. No estoy unida a un pasaporte, a una bandera o a un lugar en especial.
Babelia
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