Trevor Paglen, el artista que mira donde no podemos ver: de las c¨¢rceles secretas de la CIA a las im¨¢genes que alimentan la inteligencia artificial
El creador conceptual estadounidense exhibe una videoinstalaci¨®n en Matadero Madrid que abundan en los sistemas de visi¨®n inform¨¢tica, utilizados para ense?ar a los ordenadores c¨®mo percibir las im¨¢genes
En un futuro no muy lejano, ya no se desplegar¨¢ en su pantalla un art¨ªculo como este que tiene delante, una pieza id¨¦ntica, con las mismas palabras e iguales im¨¢genes para el lector de Madrid y para el de Buenos Aires. Pronto, la inteligencia artificial producir¨¢ contenido espec¨ªfico para el individuo concreto, una persona con su nombre y apellidos, su metro setenta y cinco cent¨ªmetros de altura, jugadora amateur de balonmano y con un marcado inter¨¦s por los temas relacionados con la ciencia. Si hace unos a?os la mayor parte de aplicaciones de la visi¨®n inform¨¢tica (que ense?a a las m¨¢quinas a comprender las im¨¢genes tal y como hacemos los humanos) y la inteligencia artificial consist¨ªan ¡°en recolectar alg¨²n tipo de dato para procesarlos con el fin de extraer valor de ellos, como entender algo de tu personalidad para venderte algo o instalar un sistema de c¨¢maras para dirigir un dron o un coche, ahora, con la IA generativa, no se trata solo de reunir informaci¨®n para hacer algo con ella, sino de producir im¨¢genes, textos y materiales destinados al consumo de las personas¡±.
Quien advierte de este giro en la vertiginosa evoluci¨®n de la IA es el creador estadounidense Trevor Paglen, que lleva a?os investigando en la intersecci¨®n donde se cruzan el arte y la tecnolog¨ªa. ¡°Puede que a ti te guste el color azul y a m¨ª el verde, de modo que para ti se generar¨¢ una imagen adjunta al art¨ªculo dise?ada para atraer tus gustos y preferencias¡±, explica el artista conceptual frente a un pincho de tortilla en la terraza de Matadero Madrid, donde el pasado jueves d¨ªa 1 imparti¨® una charla titulada Machine Visions, sobre el origen de la IA, y donde tiene una instalaci¨®n de v¨ªdeo visitable hasta el 25 de febrero. ¡°Y eso es solo lo b¨¢sico¡±, subraya. ¡°Los tipos de medios que ganan tracci¨®n en internet son aquellos espec¨ªficamente dise?ados para tirar de nuestras emociones y manipularnos, y creo que la IA generativa abre un mundo de posibilidades que har¨¢ que los algoritmos de Facebook y TikTok parezcan poca cosa en comparaci¨®n. Y eso es algo que me preocupa¡±, agrega, para m¨¢s tarde rematar: ¡°Hay una teor¨ªa de la conspiraci¨®n que se ha vuelto muy popular en la ¨²ltima d¨¦cada, que dice que vivimos en una simulaci¨®n, que nada es real y que todo se manipula, y a veces pienso que eso es verdad¡±.
Nacido y criado en distintas bases estadounidenses y formado como ge¨®grafo, Paglen comenz¨® su trayectoria art¨ªstica enfocado en las im¨¢genes relacionadas con el aparato militar: ha fotografiado lugares y paisajes secretos supuestamente inexistentes, cables submarinos, sistemas de vigilancia, drones y sat¨¦lites¡ En otras palabras, se ha dedicado a hacer visible aquello que suele resultar invisible para nuestros ojos, mirando a los sistemas que nos miran. ¡°Empec¨¦ con las operaciones de la CIA durante la Guerra contra el terrorismo: intentaba comprender c¨®mo funcionaban y d¨®nde se encontraban las c¨¢rceles secretas que la CIA ten¨ªa por el mundo¡±, explica. ¡°De ah¨ª pas¨¦ a trabajar con drones, y pas¨¦ mucho tiempo trabajando con Laura Poitras [directora de documentales como Citizenfour, sobre el denunciante Edward Snowden] en cuestiones relacionadas con la Agencia Nacional de Seguridad de EE UU [NSA por sus siglas en ingl¨¦s] y con el hecho de que internet se estaba convirtiendo en una herramienta de vigilancia masiva. Pero despu¨¦s de un tiempo me di cuenta de que existe algo mucho mayor que la NSA que se llama Google, se llama Amazon, se llama Microsoft¡±.
Behold These Glorious Times! (?contemplad estos tiempos gloriosos!), la instalaci¨®n de Paglen en Matadero Madrid, propone una inmersi¨®n en los sistemas de inteligencia artificial que utilizan la visi¨®n inform¨¢tica (computer vision), entrenados a base de cascadas de im¨¢genes a las que los humanos no tenemos acceso, porque est¨¢n creadas por ordenadores para el consumo de los propios ordenadores. De nuevo, la paradoja de lo visible que no se puede ver. Pero tambi¨¦n las im¨¢genes como lenguaje y como medio de manipulaci¨®n de masas, ahora fragmentadas en 8.000 millones de personas.
Creada en 2017 (es decir, que podr¨ªa considerarse ya un ¡°dinosaurio¡± en t¨¦rminos de la evoluci¨®n de la IA), esta pieza de v¨ªdeo est¨¢ basada en modelos capaces de reconocer diferentes tipos de flores. Con un sinf¨ªn de im¨¢genes que van sucedi¨¦ndose una tras otra, poco a poco flujo visual ¡°se va haciendo cada vez m¨¢s personal y extra?o¡±. El sistema empieza a ver im¨¢genes de objetos dom¨¦sticos y caras hasta llegar a im¨¢genes ¨ªntimas de personas con sus hijos, o en sus habitaciones. ¡°La instalaci¨®n cuenta la historia de una especie de agregado en la tecnolog¨ªa, un salto desde el punto en que esta se concibe como un medio para clasificar cosas hasta que se convierte en algo dise?ado para extraer alg¨²n tipo de valor del hecho de mirar los momentos m¨¢s ¨ªntimos de tu vida¡±.
Paglen se toma su tiempo para responder a las preguntas. Se detiene, reflexiona y dispara. Al fin y al cabo, habla de temas enormemente complejos, conceptos que se escurren entre los dedos de la mayor¨ªa de los mortales que atravesamos nuestras vidas inmersos hasta el cuello en la tecnolog¨ªa, pero que somos al mismo tiempo profundamente ignorantes de su funcionamiento y sus consecuencias. Con la ley, se dice que su desconocimiento no exime de su cumplimiento, pero en el caso de la inteligencia artificial Paglen cree que, por mucho que cada uno de nosotros alimente incesantemente a la bestia con todo tipo de fotograf¨ªas, v¨ªdeos e informaciones personales, no debemos cargar con la responsabilidad del (mal) uso que las grandes corporaciones hacen de ello.
¡°Los modelos est¨¢n entrenados con datos del pasado, que la gente subi¨® a internet cuando todav¨ªa no hab¨ªa IA, de modo que ?es justo que estas empresas viajen atr¨¢s en el tiempo y te digan que diste tu consentimiento para algo que entonces ni siquiera exist¨ªa?¡±, se pregunta Paglen. ¡°Y esta es una cuesti¨®n que ata?e a todo lo relacionado con las tecnolog¨ªas basadas en la nube, porque normalmente t¨² haces las cosas en un contexto, y este contexto puede cambiar en el futuro¡±.
Podr¨ªa decirse que ese mismo concepto, el de contexto, constituye uno de los pilares maestros que sustentan la pr¨¢ctica art¨ªstica del estadounidense, que trabaja a caballo entre Nueva York y Berl¨ªn (aunque la semana pasada se encontraba de viaje por medio mundo, de Madrid a Texas). ¡°Las cosas no suceden en el vac¨ªo¡±, recalca. ¡°Es decir, aquello que se nos pide que creamos o percibamos siempre viene de alg¨²n tipo de inter¨¦s econ¨®mico o pol¨ªtico, y estos tienden a ser bastante reaccionarios¡±. Aunque los humanos se encuentran detr¨¢s de la inteligencia artificial, es importante saber qui¨¦nes son concretamente esos humanos y qu¨¦ es exactamente lo que buscan. De ah¨ª la importancia de investigar, compartir, sensibilizar. En este caso, con el arte como veh¨ªculo. ¡°Pienso que es muy valioso mirar el mundo desde el mayor n¨²mero de perspectivas posible¡±, apunta Paglen. ¡°Porque creo que posiblemente esa es la mejor manera que tenemos para llegar a algo que se acerque a la verdad. Y para m¨ª, el arte puede ser de enorme ayuda para conseguirlo¡±.
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