Anabel Alonso: ¡°Ahora le digo a mi hijo todos los ¡®te quiero¡¯ que no le dije a mi madre¡±
La actriz, que en 2024 cumple 60 a?os de vida, 40 de carrera y el cuarto aniversario de su hijo Igor, se confiesa en el mejor momento de su vida en v¨ªsperas de estrenar ¡®La Celestina¡¯ en teatro en Madrid despu¨¦s de girar con la funci¨®n por toda Espa?a.
Charlamos a media ma?ana en el ambig¨² del teatro Reina Victoria, en pleno centro de Madrid, donde la noche del 18 de abril se volver¨¢ a meter en el pellejo de La Celestina, despu¨¦s de haberla representado por toda Espa?a. Debe de gustarle su aspecto caracterizada como el personaje de la alcahueta m¨¢s c¨¦lebre de la literatura espa?ola, puesto que, durante un tiempo, su perfil de WhatsApp era una foto maqueada de tal guisa. Nada que ver con la actual¨ªsima imagen que luce hoy Alonso: traje pantal¨®n extragrande de pana color hueso y zapatillas deportivas. Su voz y su presencia, reconocible para varias generaciones de espectadores que la han visto como la Pruden, de Los ladrones van a la oficina, la Diana de Siete vidas o la Benigna de Amar es para siempre, rol que acaba de dejar despu¨¦s de 10 a?os en antena, son los mismos. Alonso est¨¢ de aniversarios redondos. Este a?o cumple 60 a?os de vida, 40 de profesi¨®n y 4 como madre de su, por ahora, ¨²nico hijo, ?gor, con su esposa, la dramaturga argentina Heidi Steinhardt. Est¨¢ que exulta.
?Ley¨® ¡®La Celestina¡¯ en el instituto?
S¨ª, en segundo de BUP, con 15 a?os. Me pareci¨® un co?azo. No me interes¨® nada. Primero porque fue por obligaci¨®n y, cuando algo es obligado, te fastidia, aunque de mayor reconozcas que es un pedazo de libro. Y luego porque no entend¨ªa nada, ni el lenguaje, ni la acci¨®n, nada. Lo le¨ª para aprobar y aprob¨¦. Ahora lo he vuelto a leer, para enriquecer mi papel y el personaje, y he puesto mogoll¨®n de notas a pie de p¨¢gina. Es gracioso, hoy Celestina ser¨ªa ¡®Celestinder¡¯.
?Es muy de documentarse sobre el personaje?
No soy muy te¨®rica, soy m¨¢s de tripas. Los personajes no dejan de ser personas, sean reales o ficticios, de ¨¦poca o de ahora, y los paso siempre por m¨ª misma. Creo que les da m¨¢s humanidad y verosimilitud. En eso, este trabajo es una maravilla: cuantas m¨¢s cosas te pasan, m¨¢s abierta tienes la cabeza y m¨¢s comprendes al personaje. Empec¨¦ muy joven, haciendo teatro aficionado, y fui aprendiendo a hostias, porque la vida me hizo as¨ª, como a Jeanette.
?Rebelde?
Tambi¨¦n, pero con causa. Las hostias no son agradables, pero son lo que m¨¢s ense?a: a ser m¨¢s fuerte, a sobrellevar los reveses, a no ahogarte en un vaso de agua.
Pero usted fue popular¨ªsima muy pronto. ?No se puso insoportable?
No creas. Mi eclosi¨®n fue en el 93, a los 28. Me hab¨ªa puesto ese tope. Si para entonces no lograba vivir de esto, me hac¨ªa gu¨ªa, que para eso estudi¨¦ Turismo. Mis padres quer¨ªan que estudiara algo serio, porque yo quer¨ªa hacer teatro. A los 28 se me apareci¨® la virgen y el santoral en pleno con Los ladrones van a la oficina. Imag¨ªnate, para una t¨ªa desconocida de Santurce, como yo, trabajar con Fern¨¢n G¨®mez, L¨®pez V¨¢zquez, Manuel Aleixandre, Agust¨ªn Gonz¨¢lez, Resines, Fernando Rey, Lola Flores, Paco Rabal. Por all¨ª pas¨® todo Dios de esta profesi¨®n. No me puse insoportable porque luego ten¨ªa que sacar al perro a pasear y recoger las cacas a mano. Y luego, hay que mantenerse.
Algo tendr¨¢ cuando la bendicen.
Pues mira, que soy una actriz ninini: ni guapa ni fea, ni gorda ni flaca, ni alta ni baja, ni canto ni bailo. Ser singular, que no haya nadie como t¨², ese es el hecho diferencial. Y aqu¨ª sigo. Llevo 58 a?os cotizados, casi los que tengo, con eso de las duplicaciones y tal. No he parado de currar en la vida.
?Su vis c¨®mica ha sido un lastre para hacer otro tipo de papeles?
Hacer re¨ªr es un don, el mejor, y se tiene o no se tiene. Esa vis c¨®mica me ha dado mucho trabajo. El 90%. Adem¨¢s, la comedia es un g¨¦nero con muchos estilos y muchas formas de hacer y muy gratificante. La gente me ve por la calle y me sonr¨ªe, eso no tiene precio. Me gusta lo que soy. Por dentro y por fuera. Pero, s¨ª, aqu¨ª parece que la comedia es la hermana fea, la cenicienta.
Y no cosecha tantos premios como el drama.
No me quejo, yo me siento muy querida por el p¨²blico. A m¨ª, como espectadora, me cuesta mucho re¨ªrme. Yo lloro con los anuncios de turrones, pero la risa es insobornable. Normalmente, los actores de comedia pasan bien al drama, pero al rev¨¦s es complicado.
Es querida, pero en Twitter tambi¨¦n tiene ¡®haters¡¯. ?Por qu¨¦ se mete en tantos charcos pol¨ªticos?
Porque soy una ciudadana y opino de lo que creo oportuno, a mi estilo. En las redes, a veces, dices ¡°buenos d¨ªas¡± y te responden ¡°ser¨¢n para ti, roja subvencionada¡±. Cualquier cosa que digas se te puede volver en contra. Intento encajar las cr¨ªticas. Cuando me llaman ¡°Charo¡±, o ¡°vieja¡±, les respondo ¡°cu?ados¡±, o ¡°Hulio¡±. No me ofenden. Ojal¨¢ lleguen a mi edad.
?Cree, como algunos colegas suyos, que en los 80 hab¨ªa m¨¢s libertad?
Bueno, cada uno cuenta la feria como le fue. Igual, si estabas en un entorno geogr¨¢fico y social concreto pod¨ªas hacer lo que te diera la gana, pero, en otros, no, esa es la historia del mundo. Igual recordamos el pasado como m¨¢s bonito porque ¨¦ramos m¨¢s j¨®venes, sal¨ªamos del franquismo y lo ve¨ªamos todo de otro color.
?Usted, siendo lesbiana, se sent¨ªa m¨¢s libre?
Nunca estuve en ning¨²n armario y siempre he vivido como he querido. Pero ya digo que depende del ambiente en que te muevas. Yo ahora veo a chicos con chicos, y chicas con chicas de la mano, o bes¨¢ndose por la calle, aunque estemos dando pasos atr¨¢s. En mi ¨¦poca, desde luego, no ¨ªbamos de la mano, por m¨¢s libertad que dijeran que hab¨ªa. Cada una tiene su momento para sentirse liberada y hacer visible su orientaci¨®n. Yo he vivido y vivo mis amores con cotidianidad y normalidad. No hay por qu¨¦ hacer un comunicado. Cada uno hace lo que puede y lo que le sale, y bien hecho est¨¢.
?Sus padres sab¨ªan?
Sab¨ªan, pero no se hablaba de ello. Igual que nunca se hablaba de mi carrera. Para ellos siempre fui Ana, o la cr¨ªa. Mi padre muri¨® en 2015 y mi madre el a?o pasado, con 94 a?os. Afortunadamente, pudo conocer a mi hijo, pero poco tiempo. Lo que pasa es que yo he sido madre de mis padres durante mucho tiempo. Ser hija ¨²nica no es f¨¢cil. Y menos en mi caso, que hubo tragedias familiares muy duras previas [murieron sus dos hermanos mayores]. Mi madre arrastraba muchas amarguras y, a veces, lo pagas con quien tienes delante, nunca est¨¢s satisfecho, no eres nunca lo suficientemente buena como hija. Ahora que soy madre, hago todo lo contrario con mi hijo.
O sea, que lo mima a base de bien.
Potencio todo lo que hace, le aplaudo con las orejas, trato de reforzarlo. Lo estamos educando sus madres, dos mujeres, y verlo crecer y aprender es algo fascinante y maravilloso. El otro d¨ªa nos dijo que estaba ¡°cansada¡±, porque, claro, nos oye a mi mujer y a m¨ª decirlo cuando llegamos a casa, y lo reproduce. Es maravilloso. Ahora le digo a mi hijo todos los ¡°te quiero¡± que no le dije a mi madre.
?Nunca se lo dec¨ªa?
Pero, qu¨¦ dices. En mi casa nunca nos hemos dicho ¡°te quiero¡±. Jam¨¢s, en mi vida. Somos vascos, tenemos esa especie de pudor por expresar los sentimientos, y m¨¢s la gente de su generaci¨®n. Pero, bueno, miento. Empec¨¦ a decirle ¡°te quiero¡± a mi madre, bajito, f¨ªjate lo que es el pudor, en la residencia, cuando perdi¨® la cabecita. Pero en plena posesi¨®n de sus facultades nunca, jam¨¢s. Ni ellos a m¨ª ni yo a ellos.
En septiembre cumple los 60. ?C¨®mo se queda?
[Pone caretos]. F¨ªjate, yo nunca he tenido crisis, ni la de los 40, ni la de los 50, pero reconozco que ese 6, me impresiona. Igual porque est¨¢ relacionado con la tarjeta dorada de Renfe y todo eso. Yo qu¨¦ s¨¦. Yo me veo much¨ªsimo m¨¢s joven que esas se?oras y se?ores.
'CELESTINDER'
Anabel Alonso (Santurtzi, Bizkaia, 59 años) cursó la carrera de Turismo para contentar a sus padres, que querían que estudiara "algo serio" para ganarse la vida, pero ella lo que quería era actuar sobre las tablas del teatro. La "graciosa de la clase", según definición propia, sigue sobre ella, en una carrera que dura más de 40 años y que ha tenido grandes picos de popularidad por su presencia en legendarias series de televisión y películas, como Kika, de Pedro Almodóvar. Ahora, vuelve a meterse en el pellejo de La Celestina, en Madrid, después de representarla por teatros de toda España.
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