No lean la contraportada
Decenas de autores han debatido en el II Congreso de Escritores de Puerto Rico sobre literatura y el acceso a p¨²blicos m¨¢s j¨®venes inmersos en las redes
?Escribir sigue teniendo sentido? ?Qu¨¦ motiva a un autor? ?Van a incorporarse los j¨®venes habitantes obsesivos de las redes a la comunidad lectora o hay que tirar la toalla? M¨¢s de treinta autores de m¨²ltiples pa¨ªses han debatido sobre todo esto en el II Congreso Internacional de Escritores de Puerto Rico, una fiesta para entrar en contacto con los estudiantes curiosos de la nueva generaci¨®n. Especialmente desde un rinc¨®n del mundo que se ha levantado tras el dram¨¢tico paso del ...
?Escribir sigue teniendo sentido? ?Qu¨¦ motiva a un autor? ?Van a incorporarse los j¨®venes habitantes obsesivos de las redes a la comunidad lectora o hay que tirar la toalla? M¨¢s de treinta autores de m¨²ltiples pa¨ªses han debatido sobre todo esto en el II Congreso Internacional de Escritores de Puerto Rico, una fiesta para entrar en contacto con los estudiantes curiosos de la nueva generaci¨®n. Especialmente desde un rinc¨®n del mundo que se ha levantado tras el dram¨¢tico paso del hurac¨¢n Mar¨ªa, que mat¨® a casi 5.000 personas y extendi¨® un sentimiento de abandono por parte de Washington desde este Estado Libre asociado plantado entre el Caribe y el Atl¨¢ntico.
Y es que los grandes protagonistas del Congreso no fueron los autores, o no solo, sino cientos de j¨®venes de colegios p¨²blicos de Puerto Rico que se sentaron en las gradas y lanzaron preguntas de largo aliento a las estrellas, desde el Nobel franc¨¦s Jean-Marie Gustave Le Cl¨¦zio al premio Cervantes Sergio Ram¨ªrez, el Pulitzer Hern¨¢n D¨ªaz, destacadas autoras como Mariana Enriquez, Guadalupe Nettel o Rita Indiana, entre otros llegados de Espa?a, Nicaragua, Argentina, Cuba, Colombia, M¨¦xico, Rep¨²blica Dominicana y el pa¨ªs anfitri¨®n, Puerto Rico.
¡ª?Qu¨¦ le motiv¨® a escribir?¡ª, pregunt¨® una estudiante de secundaria portorrique?a a Le Cl¨¦zio.
¡ªCuando era ni?o no hab¨ªa cine, ni nada, solo guerra. Est¨¢bamos como presos enjaulados, las calles estaban minadas y los canadienses bombardeaban Niza, mi ciudad, que estaba tomada por los alemanes¡ª, asegur¨® el nobel franc¨¦s.¡ª Recuerdo que cay¨® una bomba en mi jard¨ªn. Yo ten¨ªa tres a?os y ese fue mi primer recuerdo y mi primera motivaci¨®n. Ten¨ªa que contarlo. Lo hice en los cuadernos de racionamiento con un l¨¢piz de carpintero. Una bomba era un buen motivo para escribir.
El Nobel Le Cl¨¦zio, que cumpli¨® 84 a?os en pleno Congreso de Escritores, hizo un generoso ejercicio de aproximaci¨®n a los estudiantes de secundaria de Caguas (Puerto Rico) al recordarles que literatura es El Quijote, como literatura es el intercambio oral entre los ind¨ªgenas de una selva de Panam¨¢ en la que vivi¨® o lo que ellos, activos comunicadores a trav¨¦s de las redes, pueden contarse en ellas. ¡°Un libro es una voz, manda un mensaje, una mirada del mundo, invita a compartir y eso no es muy diferente de lo que hac¨ªan los ind¨ªgenas en la selva o lo que os cont¨¢is en las pantallas. Es una necesidad importante para el ser humano: sea hoy, en tiempos de Homero o de Cervantes¡±.
El padre de Le Cl¨¦zio naci¨® en Isla Mauricio, que bien podr¨ªa haber sido esa ¨ªnsula Barataria que Quijote prometi¨® a Sancho para que le siguiera en su misi¨®n. La imaginaci¨®n hizo el resto.
Tambi¨¦n coincidi¨® en ese camino heterodoxo para llegar a la literatura la mexicana Laura Niembro, directora de Contenidos de la Feria del Libro de Guadalajara (FIL), que reparti¨® consejos entusiastas para elegir el libro apropiado: ¡°No lean las contraportadas. El libro les va a hablar por s¨ª solo, se lo prometo. Abran el libro y lean cualquier p¨¢rrafo. Si en ese p¨¢rrafo hay algo que les llama la atenci¨®n, ese ser¨¢ un libro para ustedes. Lo importante no es si est¨¢ escrito en tablillas de arcilla, papel o digital, lo importante es la historia, su sustrato inmaterial¡±, respondi¨® a quienes preguntaron c¨®mo elegir un libro en medio de una oferta masiva en la que se sienten perdidos.
Particular furor caus¨® la argentina Mariana Enr¨ªquez, due?a de una voz propia que ha esculpido con historias de terror. ¡°Yo uso lo real como punto de partida, pero la realidad no se parece nada al realismo. La realidad es una barbaridad, un disparate. Eso s¨ª, me sirve para arrancar con algo conocido y despu¨¦s distorsionarlo¡±, confes¨® la autora de Nuestra parte de noche (Anagrama). ¡°Usamos la ficci¨®n para nombrar aquello para lo que no tenemos palabras¡±, asegur¨® Rita Indiana. La escritora dominicana, tambi¨¦n m¨²sica, relat¨® c¨®mo el heavy metal la ayud¨®, le sirvi¨® de b¨¢lsamo y terapia cuando su padre fue asesinado, un hecho que se rode¨® de silencio cuando su familia no lo comunic¨® en su escuela y que ella empez¨® a procesar inmersa en su m¨²sica. Iron Maiden se sum¨® a la mitolog¨ªa griega y la Biblia que, como asegur¨®, es lo m¨¢s metal que puede hallarse. ¡°Todos esos mundos empezaron a encontrarse¡±.
El relato de c¨®mo cada uno de los autores lleg¨® a la literatura y encontr¨® en ella las herramientas para vivir y expresarse fue diverso y se multiplic¨® con cada ponente. Hern¨¢n D¨ªaz, por ejemplo, autor nacido en Argentina pero afincado en Brooklyn desde hace 25 a?os, narr¨® el impacto que ha tenido en ¨¦l el canon estadounidense a la hora de escribir. Premio Pulitzer y autor de Fortuna, libro del a?o en Babelia y en numerosos medios culturales de todo el mundo, D¨ªaz ha documentado c¨®mo ¡°algo en la naturaleza de EE UU invita a la ficci¨®n¡±. ¡°Uno puede ser lo que quiera y esto convierte a las personas en personajes. Hubo el pionero, el explorador solitario que doma los elementos, el emprendedor, el capitalista, el mito del hombre que logra sobreponerse, que subyuga la naturaleza, que es autosuficiente, que no le debe nada a nadie¡±, asegur¨®. ¡°La cultura popular est¨¢ llena de personajes por encima del orden legal, de justicieros, h¨¦roes frente al sherif y hasta superh¨¦roes, que por desafiar desaf¨ªan incluso las leyes de la f¨ªsica¡±. Lo curioso, hizo notar D¨ªaz, es que el canon con el que se construye la ficci¨®n estadounidense empez¨® a labrarse desde fuera, con las voces de Tint¨ªn, Lucky Luke, Conan Doyle, Stevenson y hasta de Kafka, por autores que nunca hab¨ªan pisado el pa¨ªs. Y que luego los estadounidenses incorporaron a su relato.
El nicarag¨¹ense Sergio Ram¨ªrez, hoy exiliado en Espa?a por la persecuci¨®n del r¨¦gimen de Daniel Ortega, tambi¨¦n ofreci¨® su particular mirada sobre la literatura y el oficio de escritor: ¡°La sensibilidad de un escritor es la misma de quien quiere cambiar el mundo. El hombre de acci¨®n lo hace actuando en la realidad. El escritor lo hace a trav¨¦s de la imaginaci¨®n¡±, asegur¨®. ¡°Nuestros personajes son los hijos de esa sensibilidad¡±. De personajes tambi¨¦n demostr¨® saber la colombiana Laura Restrepo, que narr¨® la intimidad que establece con ellos: ¡°La escritura es una permanente convivencia con esos seres que salen de ti y a a la vez tienen su vida propia. Algunos son d¨®ciles y te dejan explorarlos. Otros son rebeldes, te contradicen y est¨¢n de mal genio contigo porque creen que no los interpretas. Conocer a un personaje no se diferencia mucho de conocer a una persona de carne y hueso¡±, asegur¨®. La cubana Mayra Montero a?adi¨® humor al debate: ¡°No hay personaje con el que no se duerma, que no significa acostarse, aunque tambi¨¦n¡±. La autora cubana aconsej¨® a los chicos ¡°leer obsesivamente, es el ¨²nico consejo. Y leer buena literatura. Si leen van a ligar m¨¢s y mejor, tendr¨¢n recursos para conquistar y seducir¡±, asegur¨® con tanta broma como seriedad. ?M¨¢s consejos para esos j¨®venes que preguntaban una y otra vez? Restrepo fue clara: ¡°El consejo es: h¨¢gale, empiece, h¨¢gale. Y que el material salga de lo profundo de las entra?as, y que sea pol¨ªticamente incorrecto¡±.
¡ª ?Y no tienen miedo a hacer da?o a su familia al escribir? ?Qu¨¦ hacen con ese miedo?¡ª, pregunt¨® una estudiante a Guadalupe Nettel.
¡ª La mejor estrategia es escribirlo como si nadie lo fuera a ver, porque te lo debes a ti misma. Como un diario secreto. Y despu¨¦s ya ver¨¢s qu¨¦ cortas, si lo quemas, pero hay que hacerlo. Poner un candado a lo que escribes, para empezar¡ª, respondi¨® la autora mexicana.
Jos¨¦ Manuel Fajardo, coordinador del festival, reconoci¨® que la conexi¨®n con los j¨®venes es su obsesi¨®n: ¡°?C¨®mo salto este foso, el que vemos y sentimos con ellos? ?C¨®mo transmitir el amor a la literatura a las nuevas generaciones?¡±, se pregunt¨® el autor de Odio. A lo que Helena Sampedro, autora portorrique?a, remat¨® con palabras claras: ¡°Nunca se rindan¡±.
Lo queer estuvo tambi¨¦n muy presente en d¨ªas de avance de la ultraderecha gracias al portorrique?o Hu¨¢scar Robles, que confes¨® c¨®mo enferm¨® al escribir sobre la experiencia de las terapias de conversi¨®n en su ni?ez hasta que logr¨® tomar las riendas y superar el obst¨¢culo que supon¨ªa ¨¦l mismo. O la propia Rita Indiana, que defendi¨® c¨®mo la disidencia sexual hab¨ªa salvado su mirada, una mirada que la ayud¨® a convertirse en artista y autora. La salv¨® del conservadurismo que hab¨ªa heredado de su familia.
La literatura, finalmente, como dijo el portorrique?o Cezanne Cardona, es ¡°mejor cuanto m¨¢s peligrosa¡±. As¨ª sea.