Mariana Enriquez: ¡°El cuerpo de la mujer tiene sus miedos muy particulares¡±
La escritora argentina regresa al mundo inquietante de fantasmas y fen¨®menos paranormales con una nueva colecci¨®n de relatos
La cita con Mariana Enriquez (Buenos Aires, 51 a?os) es unas horas antes de que termine la larga gira de presentaci¨®n por ocho ciudades espa?olas de su nuevo libro, Un lugar soleado para gente sombr¨ªa (Anagrama), la colecci¨®n de relatos con la que la autora de Nuestra parte de noche ha regresado a ese mundo inquietante de fantasmas y fen¨®menos paranormales que ella logra insertar en la realidad cotidiana con genio, humor e inteligencia. Los devotos de Enriquez son legi¨®n. Esta ma?ana viste una camiseta que le hizo una fan con la imagen de Orfeo y habla entusiasmada del circuito off de procesiones en Sevilla (las no reconocidas por el arzobispado), que otro de sus lectores le llev¨® a conocer. Por delante tiene en los pr¨®ximos meses charlas y encuentros con lectores en Estados Unidos, Puerto Rico, Lituania, Irlanda, Finlandia, Francia, Grecia y Noruega. Y volver¨¢ a Madrid y Barcelona a finales de mayo.
Pregunta. Los carteles de su gira en las calles parec¨ªan anunciar conciertos m¨¢s que charlas literarias. ?Decidida a demostrar que los escritores pueden ser estrellas de rock?
Respuesta. La editorial lo pens¨® y yo acept¨¦. Hay una tradici¨®n de escritores que hac¨ªan estas giras: Oscar Wilde, Garc¨ªa Lorca, Dickens... Y antes estuve todo un a?o haciendo lecturas en teatros en Argentina. El espect¨¢culo se llamaba No traigan flores, y lo hac¨ªa con un dibujante.
P. ?Le sorprende el fen¨®meno fandom que rodea su literatura?
R. Entiendo que una escritura m¨¢s pop genere eso. En mi caso me parece extra?o porque, m¨¢s all¨¢ de los libros de terror, tengo la biograf¨ªa de Silvina Ocampo, cosas raras, toda la colecci¨®n de periodismo, los viajes a cementerios. Pero no tengo fans pesados por ahora, y es muy emocionante.
P. En Mis muertos tristes, el primer cuento del nuevo libro, la protagonista le dice a su exmarido que ¡°el fascismo empieza con miedo y se transforma en odio¡±.
R. Lo escrib¨ª y publiqu¨¦ en ingl¨¦s hace un a?o y medio, pero el texto dialoga con el presente. Esa tendencia hacia la derecha conspiparanoica viene de hace muchos a?os. Hay fantasmas que no se pueden apaciguar.
P. ?Cree en los fantasmas?
R. No, pero porque no vi ninguno. Deben existir. Los del cuento son esa disoluci¨®n social.
P. ?La literatura permite entender desde otro lugar las din¨¢micas que tensan la cuerda?
R. Cada autor es libre de escribir de lo que tenga ganas, pero es un poco inevitable. Mira Hamnet, un libro sobre la mujer de Shakespeare y que finalmente habla sobre problemas de algunas mujeres contempor¨¢neas.
P. ?El terror es la mejor manera de retratar el presente o es su manera?
R. Es mi manera, pero, en tanto g¨¦nero popular, tiene que hablar de los miedos contempor¨¢neos, de lo contrario no funciona.
P. ?Es premonitorio?
R. A su pesar s¨ª, porque est¨¢ investigando corrientes inconscientes. El miedo es una sensaci¨®n inasible y cuando la tocas das con algo que despu¨¦s termina ocurriendo.
P. En el relato Metamorfosis, escribe sobre la menopausia. ?Para las mujeres el pavor es el cuerpo?
R. El cuerpo de la mujer tiene sus miedos muy particulares. El cambio del climaterio es una etapa muy larga de la vida. Qu¨¦ ocurre con el envejecimiento, c¨®mo se siente la piel, qu¨¦ pasa con el sexo, qu¨¦ pasa con los cambios de humor, qu¨¦ pasa con los calores, son un mont¨®n de cosas. Tu cuerpo deja de tener la capacidad de dar a luz, vos est¨¢s cargando con la muerte, te anuncia el fin de una manera mucho m¨¢s clara.
P. ?Hay que hablar m¨¢s de esto?
R. Creo que s¨ª, porque estamos muy focalizados en un periodo de maternidad y juventud, y solo dura hasta los 40 a?os. Tambi¨¦n entiendo a las que no quieren hablar, porque es un momento que tiene algo de terror¨ªfico, de duelo, que es dif¨ªcil de enfrentar.
P. Tras la victoria de Milei, que clon¨® a su perro, y tiene un brujo para hablar con ese mast¨ªn, parece que hab¨ªa algo de realismo en su novela Nuestra parte de noche.
R. ?Viste? Es la segunda vez que tenemos un l¨ªder espiritista, el primero fue L¨®pez Rega, que en sus c¨ªrculos se hac¨ªa llamar Hermano Daniel. Per¨®n muri¨® y su secretario qued¨® gobernando con Isabel Per¨®n. Yo no hab¨ªa nacido, pero ese fue mi modelo de pol¨ªtica y esoterismo folcl¨®rico argentino. Y de repente pasa de vuelta. Claramente, hay algo de captar la idiosincrasia argentina, pero tambi¨¦n es muy expl¨ªcito: el perro, la clonaci¨®n, pasar una mente a otro cuerpo. Aunque Milei es un fen¨®meno que se gest¨® en pandemia, con las redes.
P. ?Qu¨¦ pasa con las redes?
R. Es un momento dif¨ªcil. Hablar es siempre someterse al malentendido, pero en las redes es someterse al linchamiento. Hice un posteo para decir que hablar tiene este costo. Yo puedo sentir algo de ansiedad con esto, pero se me olvida y me pongo a pensar en el disco que est¨¢ por salir.
P. ?Qu¨¦ disco espera?
R. Espero tres con muchas ganas: el del actor y m¨²sico Caleb Landry Jones, el de Taylor Swift y el de Nick Cave.
P. ?Es swifty?
R. Bastante. Tiene letras que son mejores que cuentos. Su canci¨®n Tolerated, esa agudeza hac¨ªa a?os que no la escuchaba. La ten¨ªa Joni Mitchell, pero es un icono de la contracultura y Swift est¨¢ en un estadio de 70.000 personas cantando una canci¨®n de desamor sutil. Es elegante, ley¨® a Scott Fitzgerald y se nota.
P. ?Y Nick Cave?
R. Eso es religi¨®n. Toda su est¨¦tica, toda su b¨²squeda de trascendencia. ?l odia que lo llamen g¨®tico, pero lo es porque es catedralicio.
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