La FIL al 50% es Messi al 50%
La Feria de Guadalajara explicada por un periodista ¡®extraterrestre¡¯ que aterriza cada a?o en M¨¦xico
?Cu¨¢l es el mejor jugador del mundo? Messi. ?Y el segundo mejor? Messi lesionado. Este chiste, que circul¨® durante a?os entre los aficionados al f¨²tbol (sobre todo argentinos, barcelonistas o las dos cosas), valdr¨ªa tambi¨¦n para la Feria del Libro de Guadalajara: incluso con todas las restricciones que impone una pandemia, la FIL sigue siendo la mejor del planeta en lengua espa?ola.
Este a?o el aforo en las charlas y presentaciones estaba reducido al 50%, pero el fervor de quienes asistieron segu¨ªa al 100%. Es cierto que 200 personas en una sala del tama?o de un polideportivo ¡ªtodo en la FIL es XXL¨D parecen flotar en el espacio, pero ?a cu¨¢ntos actos literarios en el mundo acuden, una y otra vez, 200 personas? Alguien que visitara la FIL por primera vez tendr¨ªa la misma sensaci¨®n de quien entrara en el Rijksmuseum y se encontrara con 10 rembrandts en lugar de los 20 de costumbre. Los habituales echar¨ªan de menos este Jerem¨ªas o aquel autorretrato, pero el conjunto seguir¨ªa resultando imbatible. Por si faltaba esplendor, en 2022 Guadalajara ser¨¢ Capital Mundial del Libro y los invitados de honor en la feria ser¨¢n el emirato de Sharjan y la cultura ¨¢rabe. Ya lo fueron virtualmente en 2020 y ahora les toca la modalidad presencial.
Para un periodista llegado cada a?o de Espa?a, como el que firma, la FIL es una inmersi¨®n expr¨¦s en la literatura actual y, sobre todo, en la latinoamericana. O sea, la demostraci¨®n de que hay vida m¨¢s all¨¢ del boom y, sobre todo, escritoras m¨¢s all¨¢ de las publicitadas con el boom (ninguna). Tambi¨¦n que hay nombres que, para tener un lugar decisivo en la narrativa del momento, no han necesitado pasar por sellos de Madrid o Barcelona o nacer en pa¨ªses con peso editorial como Argentina, Colombia o M¨¦xico. Ni siquiera escribir una sola novela.
?Un ejemplo? Liliana Colanzi. La cuentista boliviana, toda una referencia para sus pares (y para quien abra cualquiera de sus libros), fue una de las voces destacadas cuando la FIL celebr¨® su 30? edici¨®n. Aquel noviembre de 2016 dedic¨® su espacio de honor a toda Latinoam¨¦rica y program¨® el encuentro Ochenteros con las figuras emergentes de la regi¨®n. De Paulina Flores a Carlos Manuel ?lvarez pasando por Camila Fabbri, Jos¨¦ Adiak Montoya o la propia Colanzi, basta repasar la selecci¨®n para comprobar que el ojo cr¨ªtico del equipo de Laura Niembro ¨Dprogramadora cultural de la feria¨D no tiene nada que envidiar a Bogot¨¢ 39 ni a la lista de Granta. Porque eso es tambi¨¦n la FIL, o sobre todo: un lugar donde los libros se compran para leerlos. O donde se han le¨ªdo antes de exponerlos. No en vano, la organiza una universidad, la de Guadalajara, no un gremio comercial. En los pasillos, la pregunta recurrente no es qui¨¦n vende m¨¢s sino qu¨¦ libro leo.
Para un periodista espa?ol, la FIL empieza en el aeropuerto de Barajas, donde arranca el primer conversatorio informal con novelistas y editoras, y sigue 11 horas m¨¢s tarde, en la Ciudad de M¨¦xico, ya en la puerta de tr¨¢nsito a Guadalajara, con Siri Hustvedt y Javier Cercas haciendo cola pasaporte en mano. Los preliminares pueden terminar en el vest¨ªbulo del Hilton, con Jonathan Franzen planeando una excursi¨®n al lago de Chalapa para mirar p¨¢jaros o con media docena de corrillos comentando la noticia del d¨ªa: la muerte de Fidel Castro. Y todo ello sin poner todav¨ªa un pie en el gigantesco recinto de Expo Guadalajara o en las fiestas del Pal¨ªndromo, La Mutualista o el Veracruz, que era el Messi de los salones de baile.
Adem¨¢s del pol¨¦mico bal¨®n de oro al astro argentino, de las desavenencias de la FIL con AMLO ¨Ddos siglas poderosas¨D o del miedo a que gane la ultraderecha en Chile, la noticia extraliteraria de la feria ¨Del estupor por la muerte de Almudena Grandes no es extraliterario¨D fue que el Veracruz cerr¨® el a?o pasado. Y no por la pandemia sino por ¡°envejecimiento de la clientela¡±. Seiscientos literatos al a?o no alcanzaron a compensar la estad¨ªstica. Aunque solo bailara el 50%.
Babelia
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