Muere a los 89 a?os Bernard Pivot, el periodista que llev¨® la alta literatura a la televisi¨®n de masas
Al frente de ¡®Apostrophes¡¯, el comunicador model¨® durante d¨¦cadas los gustos literarios de los franceses con ¨¦xito de audiencias y grandes autores
Bernard Pivot, el periodista que durante d¨¦cadas model¨® los gustos literarios de los franceses con su programa Apostrophes y demostr¨® que se pod¨ªa hablar de libros en televisi¨®n con ¨¦xito de cr¨ªtica y p¨²blico, ha muerto este lunes en Neuilly-sur-Seine, cerca de Par¨ªs. Ten¨ªa 89 a?os.
Mil veces quisieron imitarlo, en Francia y m¨¢s all¨¢ de sus fronteras, pero nunca nadie dio con la f¨®rmula. Un estudio de televisi¨®n con p¨²blico, un grupo de contertulios hablando de libros, pele¨¢ndose a veces, riendo, bebiendo. Una mesa baja, las c¨¢maras filmando en directo. Lo que los salones literarios eran en el siglo XIX lo fue Apostrophes en el ¨²ltimo tercio del XX. En medio de aquel sal¨®n, el perfecto director de orquesta: Pivot, ingenioso y socarr¨®n, h¨¢bil en el manejo de los egos presentes en el estudio y capaz de mediar entre ellos y el telespectador. Sus programas ¨DApostrophes entre 1975 y 1990; Bouillon de culture entre 1991 y 2001¨D eran profundos y entretenidos.
Hubo un tiempo en Francia, all¨¢ por los a?os ochenta, en el que un tercio de los libros que se vend¨ªan en librer¨ªas era porque hab¨ªan hablado de ellos Pivot y su banda. El programa ten¨ªa entre 2,5 y 6 millones de espectadores. All¨ª nac¨ªan y mor¨ªan glorias literarias. La n¨®mina de invitados es un qui¨¦n es qui¨¦n de la literatura francesa y occidental. Algunas de las entrevistas de Apostrophes ¨Dla entrevista era un formato excepcional, pues lo habitual era la tertulia sobre novedades literarias¨D son cl¨¢sicos del g¨¦nero, de visi¨®n obligada para lectores y fans: Vlad¨ªmir Nabokov, Alexander Solzhenitsin, Marguerite Yourcenar, Georges Simenon, por citar a unos pocos. Hay otros programas memorables, que no dejan de circular por las redes sociales y youtube. La borrachera en directo de Bukowski. O Serge Gainsbourg increpando al cantautor Guy B¨¦art. Tambi¨¦n desfilaron pol¨ªticos por Apostrophes ¨Duna cita obligada si quer¨ªan demostrar que eran le¨ªdos¨D, desde Mitterrand hasta Felipe Gonz¨¢lez.
¡°Su ¨¦xito se explica porque era el int¨¦rprete de la curiosidad p¨²blica, pero no lo hac¨ªa como intelectual sino como hombre del pueblo¡±, dice por tel¨¦fono el escritor Pierre Assouline, amigo suyo. ¡°Es alguien con quien cualquier franc¨¦s podr¨ªa identificarse. Y esta era una singularidad, porque la mayor¨ªa de personas que hace programas culturales son intelectuales. ?l no. Era ante todo un periodista.¡±
El historiador Pierre Nora, en el pr¨®logo de un libro de entrevistas con Pivot, califica de ¡°¨²nica¡± su trayectoria. ¡°?nica en la historia de la televisi¨®n (...), ¨²nica en el paisaje editorial y literario que ¨¦l contribuy¨® profundamente a orientar y ordenar (...), ¨²nica tambi¨¦n en la historia literaria y period¨ªstica (...), ¨²nica finalmente por su duraci¨®n.¡±
Fueron 25 a?os de televisi¨®n literaria, una media de cinco autores semanales, 250 libros al a?o, libros que ¨¦l se le¨ªa a la a a la z en sesiones de hasta 12 horas diarias. No en vano el libro con el historiador Nora se titulaba Le m¨¦tier de lire (El oficio de leer). All¨ª revelaba algunas de sus recetas privadas. De entrada, hablar con los autores de una manera ¡°m¨¢s bien distendida, espont¨¢nea y popular¡±.
Se impuso normas: ¡°preguntas cortas¡±; considerar que ¡°cualquier respuesta, incluso decepcionante, es m¨¢s importante que la pregunta¡±; ¡°no olvidar nunca que es tambi¨¦n el telespectador quien pregunta y es ¨¦l tambi¨¦n quien escucha la respuesta.¡± Y a?ad¨ªa: ¡°En cada programa parto de este postulado: el p¨²blico no sabe nada, yo tampoco, y los intelectuales y escritores saben muchas cosas. Sin embargo, habiendo yo le¨ªdo sus libros, s¨¦ lo suficiente como para ser el mediador entre la ignorancia de unos, que no piden otra cosa que aprender, y el conocimiento de los dem¨¢s, que no piden otra cosa que transmitir su saber. Un programa de Apostrophes de ¨¦xito es aquel en el que los telespectadores salen mejor informados, m¨¢s cultos, menos ignorantes de lo que eran antes del programa, sienten el deseo irresistible de saber m¨¢s y, para ello, compran y leen los libros sobre los que hemos conversado durante 75 minutos¡±.
De todo se habl¨® en sus programas, y de todo se dijo durante tantos a?os en antena; tambi¨¦n hubo episodios que seguramente quiso olvidar. En 1990, Pivot invit¨® a Apostrophes a Gabriel Matzneff, que acaba de publicar uno de sus diarios donde narraba sus relaciones con adolescentes. ¡°?C¨®mo es que usted se ha especializado en las colegialas y las chiquillas?¡±, le preguntaba Pivot a Matzneff. Hab¨ªa risas entre el p¨²blico y los invitados. Entre los invitados, solo la escritora canadiense Denise Bombardier, pens¨® que hab¨ªa algo an¨®malo: ¡°Me parece que vivo en otro planeta... El se?or Matzeneff me parece despreciable¡±. Matzeff replic¨®: ¡°Se?ora, no sea agresiva¡±. Cuando en 2020 Vanessa Springora public¨® El consentimiento, en el que narraba la relaci¨®n abusiva con Matzneff cuando ella ten¨ªa 15 a?os y ¨¦l 50 , Apostrophes sali¨® malparada. ¡°Evidentemente, lo lamento¡±, escribi¨® Pivot en la prensa, ¡°porque adem¨¢s pienso que no pronunci¨¦ las palabras que habr¨ªa debido¡±.
Pivot naci¨® en una familia de tenderos en Lyon. Pas¨® la guerra en la regi¨®n del Beaujolais: acabar¨ªa escribiendo un Diccionario amoroso del vino. ¡°No frecuenta escritores, prefiere el f¨²tbol y el vino¡±, dec¨ªa Nora. Su ¨²nico escritor amigo, le confes¨® a Nora, hab¨ªa sido Jorge Sempr¨²n. Despu¨¦s de estudiar periodismo en Par¨ªs, en 1958 entr¨® en el suplemento literario de Le Figaro, donde aprendi¨® el oficio de lo que ¨¦l llamaba ¡°gacetillero¡± cultural. Jam¨¢s se consider¨® un cr¨ªtico. Combinar la curiosidad, las lecturas y la divulgaci¨®n del gacetillero le armar¨ªa para crear Apostrophes en los a?os setenta y m¨¢s tarde Bouillon de culture. Vivi¨® una segunda vida tras jubilarse de la televisi¨®n al frente de la Academia Goncourt, el m¨¢s prestigioso de los premios literarios franceses. Tambi¨¦n organizaba los concursos de dictados que tanto ¨¦xito tienen en Francia: ¨¦l acab¨® encarnando la literatura y la lengua francesas, aut¨¦ntico n¨²cleo de la identidad de Francia.
Pivot era puro esprit franc¨¦s. Franc¨¦s y cosmopolita. ?Exportable? Cuenta en Le m¨¦tier de lire que, en sus viajes al extranjero, a menudo le preguntaban: ¡°?Por qu¨¦ no tenemos nosotros un programa como Apostrophes?¡±. Y ¨¦l les respond¨ªa: ¡°?Porque no quieren!¡±.
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