Revuelta en el fotomat¨®n: c¨®mo un artefacto aburrido puede hacer fotos de autor
El d¨²o art¨ªstico Ampparito e Irene Luna captan ¨¢ngulos muertos de Espa?a y reivindican otro modo de usar la m¨¢quina de peque?os retratos
?Puede un fotomat¨®n ser honesto? ?Podemos atribuirle una mirada moral y est¨¦tica a una cabina que sirve para hacer fotograf¨ªas autom¨¢ticamente?
La pareja art¨ªstica Ampparito e Irene Luna han convertido en autor a un aparato dise?ado para fabricar aburrimiento, para disciplinar rostros. Durante cuatro a?os han ido a centenares de fotomatones de Espa?a y con un truco t¨¦cnico ¡ªun espejo trapezoidal que pon¨ªan frente a la c¨¢mara de la m¨¢quina¡ª han desviado su tiro fotogr¨¢fico hacia fuera, retratando, en vez de caras, anodinos espacios alrededor del anodino artefacto. El resultado es un retrato accidental de Espa?a: un ejercicio de antipaisajismo, una serie antipostal.
¡°Los espacios donde se ponen los fotomatones se eligen por razones pr¨¢cticas. Al lado de una comisar¨ªa, en un centro comercial, en una esquina donde no molesten... Es un objeto dise?ado con una noci¨®n de maximizaci¨®n econ¨®mica. Carece de criterio est¨¦tico y ah¨ª encontramos una cierta forma de honestidad fotogr¨¢fica¡±, explica Ampparito, firma art¨ªstica de Ignacio Nevado, en la sala de exposiciones OTR., en Madrid, donde se expone por primera vez el proyecto Foto-en-fotomat¨®n.
Para Luna, trabajar con la mirada no-est¨¦tica del fotomat¨®n es ¡°liberador¡±. Habla de ¡°relajo¡± creativo. La cabina los sustrae del mandato art¨ªstico de lo bello o de lo original, del peso de la autor¨ªa. En un texto sobre su trabajo escriben: ¡°Parte de la idea de liberar a esta popular caja fotogr¨¢fica de su condena burocr¨¢tica: retratos de carnet¡±. Se podr¨ªa a?adir que, a su vez, la caja, con su simplicidad productiva, los libera a ellos de la ansiedad creativa.
Libera tambi¨¦n preguntas en torno al valor-sentido de la imagen y de la fotograf¨ªa. Entre las 166 revelaciones de fotomat¨®n que exponen (de las 700 que forman el archivo del proyecto) hay tomas que se pueden considerar fotograf¨ªa y tomas que solo cabr¨ªa considerar simples im¨¢genes, pero ocurre que unas y otras han sido realizadas por el mismo autor, el fotomat¨®n, y son igualmente fruto del instante: de lo que suced¨ªa alrededor del aparato en el momento en que le dieron al bot¨®n. Luna y Ampparito procuraron ejecutar la operaci¨®n con neutralidad, sin atender a que estuviese pasando algo especial.
De modo que uno de los atractivos conceptuales de Foto-en-fotomat¨®n es que al ir viendo una toma detr¨¢s de otra, dispuestas a lo largo de una fina estanter¨ªa corrida alrededor de todo el espacio de la sala, se difumina la distinci¨®n entre fotograf¨ªa e imagen, entre la representaci¨®n de la realidad y su registro t¨¦cnico. ¡°Las hemos colocado en una l¨ªnea continua para que ninguna imagen tenga m¨¢s protagonismo que otra. Todas son igual de importantes. Por ejemplo: una que es un fot¨®n y otra que es una mierda, tienen el mismo valor en la obra¡±, explica Luna.
En el montaje han colaborado la artista Elsa Paricio y el due?o de OTR., el coleccionista Jos¨¦ Trujillo, que entre otras cosas destaca la diversidad est¨¦tica en el conjunto de fotos: se?ala una de unas falleras que estaban junto a un fotomat¨®n en Valencia y otra, de austeridad geom¨¦trica, de unas baldosas verdes. Dos inocentes tiros de fotomat¨®n que son dos g¨¦neros art¨ªsticos: costumbrismo y minimalismo.
OTR. es una sala singular. Abierta en 2008 y con reputaci¨®n de espacio con criterio propio, y buen criterio, suele hacer solo dos exposiciones al a?o sin fines comerciales. Las abre en fechas contadas, pero con la presencia de los artistas y del due?o para conversar con detenimiento sobre las obras. La pr¨®xima vez que se puede visitar Foto-en-fotomat¨®n en ORT. es este viernes, 10 de mayo, de siete a nueve de la tarde. Trujillo bromea con que abren ¡°cuando nos sale del occipucio¡±. Tambi¨¦n lamenta que su espacio no suela salir en la prensa: ¡°Nos dicen que siempre la tenemos cerrada¡±.
Nevado y Luna tienen 32 y 31 a?os, respectivamente. Son hijos del actual tiempo digital, en el que la captaci¨®n, acumulaci¨®n y reproducibilidad de la imagen se ha vuelto infinita, poniendo en cuesti¨®n la posibilidad misma de la fotograf¨ªa en tanto que representaci¨®n finita y original ¡ªhumana¡ª de la realidad, en tanto que arte. El fotomat¨®n, una m¨¢quina sin inteligencia, casi humana de tan primaria, les ha ayudado a realizar su tierno y sagaz gesto po¨¦tico-conceptual, su justa revuelta fotogr¨¢fica. Luna y Nevado defienden con este proyecto una utop¨ªa: que la fotograf¨ªa a¨²n es posible.
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