El fil¨®sofo Michael Ignatieff, premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales 2024: ¡°El riesgo de la democracia son las personas que se sit¨²an al margen de lo constitucional¡±
El pensador canadiense, que ha estudiado a fondo el nacionalismo y el liberalismo, cuenta con una larga trayectoria acad¨¦mica y particip¨® en la pol¨ªtica de su pa¨ªs durante casi una d¨¦cada
El fil¨®sofo y escritor canadiense Michael Ignatieff (Toronto, 77 a?os), conocido sobre todo por sus ensayos sobre el nacionalismo, el liberalismo y los derechos humanos, ha obtenido este mi¨¦rcoles el Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales 2024, ha informado la fundaci¨®n que otorga los galardones. Defensor ac¨¦rrimo del liberalismo, Ignatieff lleva cerca de medio siglo de actividad intelectual, entre las aulas de Oxford y Harvard, varios ensayos reconocidos y celebrados, el periodismo o la pol¨ªtica en el Parlamento canadiense, como diputado y candidato del Partido Liberal durante casi una d¨¦cada. En una videoconferencia con la prensa desde Viena, donde reside, ha dicho, preguntado por la situaci¨®n en Catalu?a, que ¡°si se opta por planteamientos unilaterales, se destruye la confianza y se sit¨²a al margen de lo constitucional¡±.
El intelectual, sin embargo, ha matizado que ¡°el error que podr¨ªa cometer Espa?a es pensar que hay una soluci¨®n definitiva a este asunto¡±. ¡°La aspiraci¨®n catalana es de hace siglos, es una identidad profunda y deber¨ªamos entender que estas identidades nos van a acompa?ar y lo responsable es dialogar unos con otros. Estos problemas no se resuelven, se gestionan¡±. Ignatieff ha comentado que se enter¨® de la noticia del premio al aterrizar en Viena procedente de Madrid, donde el martes imparti¨® la conferencia La democracia en las urnas: cuando el sistema se convierte en el problema, en la Fundaci¨®n Areces.
Muy sonriente, el ensayista ha se?alado tambi¨¦n sobre la actualidad espa?ola que le preocupa ¡°la polarizaci¨®n y el que parezca que todo gira en torno a a la identidad¡±. Interrogado sobre la situaci¨®n europea por la invasi¨®n rusa de Ucrania, ha a?adido que ¡°la cuesti¨®n es saber si se va a extender el conflicto, creo que los pa¨ªses del Este tienen raz¨®n cuando dicen que si no se detiene a Putin en Ucrania, no podremos estar seguros en el resto de fronteras de la Uni¨®n Europea¡±. ¡°Rusia es parte de Europa y deber¨ªamos tener buenas relaciones con ellos, pero tienen que entender que no se pueden cambiar las fronteras a la fuerza¡±.
Preguntado por el creciente populismo en el mundo, y espec¨ªficamente por la posibilidad de que Donald Trump vuelva a ser presidente de EE UU, ha precisado: ¡°No deber¨ªamos llamar a alguien populista porque no nos guste lo que diga. El riesgo de la democracia es la gente que se sit¨²a al margen de lo constitucional¡±. Y se ha preguntado: ¡°?Trump aceptar¨¢ el resultado de las elecciones si pierde? Esa es la clave¡±.
Colaborador habitual en la prensa, ha manifestado su ¡°amor¡± por el periodismo, del que ha negado que est¨¦ en crisis. ¡°El periodismo no se debe convertir en un arma de los partidos, debe servir para que los ciudadanos decidan libremente qu¨¦ hacer¡±. Sin embargo, ha enfatizado que ¡°el problema est¨¢ en la esfera digital, que es un reino de esc¨¢ndalos¡±. Ha tildado a las redes sociales de ¡°zoo que difama, donde se ataca y se dicen barbaridades¡±. No obstante, se ha mostrado esperanzado: ¡°Al final, la gente se harta de eso y quiere algo mejor. El zoo digital se va a limpiar por s¨ª solo¡±.
Este intelectual, que se dej¨® tentar por la pol¨ªtica, lo relat¨® en el ensayo autobiogr¨¢fico El ¨¢lbum ruso (1987). Su abuelo fue ministro de educaci¨®n del ¨²ltimo gabinete del zar Nicol¨¢s II, su abuela era una princesa cuya familia formaba parte de la ¨¦lite aristocr¨¢tica rusa. Contar aquella vida era contar un pa¨ªs, pero aquel mundo termin¨® arrasado por la Revoluci¨®n de 1917. El abuelo quedar¨ªa en tierra de nadie porque era un mon¨¢rquico liberal. Se march¨®. De Petrogrado al C¨¢ucaso, lejos de la zona de guerra, luego Constantinopla, direcci¨®n Inglaterra y salto a Canad¨¢.
Su padre, nacido en 1913 San Petersburgo, se form¨® con brillantez entre Canad¨¢ e Inglaterra. Durante la II Guerra Mundial se afili¨® a la Artiller¨ªa Real y fue asistente del Alto Comisionado de Canad¨¢ en Reino Unido. Se convertir¨ªa en uno de los diplom¨¢ticos canadienses m¨¢s destacados de la segunda mitad del siglo XX. Se cas¨® con una mujer que pertenec¨ªa a los mejores c¨ªrculos de su nuevo pa¨ªs. ¡°La familia de mi madre era tan ambiciosa como la familia Ignatieff y compart¨ªa la misma vocaci¨®n de servicio p¨²blico¡±, escribi¨® el fil¨®sofo. Michael fue el primero de dos hijos. Naci¨® en 1947 en Toronto.
Los hitos de su formaci¨®n lo descubren como un l¨ªder. Delegado de estudiantes, capit¨¢n del club de deporte, editor del anuario de la escuela, pronto voluntario del Partido Liberal. En alguna entrevista ha contado que, a mediados de los sesenta, durante un concurso de oratoria, afirm¨® que un d¨ªa ser¨ªa primer ministro de Canad¨¢, pero ¨¦l tardar¨ªa en dedicarse a la pol¨ªtica.
Estudi¨® historia en el Trinity College de Toronto y complement¨® su formaci¨®n en Oxford, donde Isaiah Berlin lo distingui¨® como uno de sus disc¨ªpulos predilectos. Ignatieff, en 1998, publicar¨ªa la biograf¨ªa de Berlin, analizando cu¨¢l hab¨ªa sido la aportaci¨®n del fil¨®sofo a la idea y la pr¨¢ctica de la libertad.
Es un liberal cosmopolita que ha querido entender las virtudes c¨ªvicas y los peligros convivenciales del nacionalismo. Su experiencia como periodista en los Balcanes le marc¨®. En 1994 public¨® el excelente Sangre y pertenencia. Viajes al nuevo nacionalismo. All¨ª defini¨® la naci¨®n como una comunidad de ciudadanos iguales y portadores de derechos, unidos en el apego patri¨®tico a un conjunto compartido de pr¨¢cticas y valores pol¨ªticos. No dejar¨ªa de analizar los conflictos del presente en libros posteriores.
¡°?Est¨¢s listo?¡±, le preguntaron en 2005 cuando daba clases en Cambridge (Massachusetts). Dijo que s¨ª. Un s¨ª que era coherente con su biograf¨ªa: se comprometi¨® en pol¨ªtica, volvi¨® a su pa¨ªs. Tras el paso de St¨¦phane Dion por el liderazgo del Partido Liberal, Ignatieff asumi¨® el relevo.
Durante ese per¨ªodo, preparando la candidatura a la presidencia de su pa¨ªs, public¨® un art¨ªculo que revela que m¨¢s que un pol¨ªtico siempre ha sido un intelectual. Si en su d¨ªa apoy¨® la invasi¨®n norteamericana de Irak, en 2007 tuvo el coraje c¨ªvico de reconocer su equivocaci¨®n en The New York Times: ¡°He aprendido que adquirir un buen juicio en pol¨ªtica comienza con saber cu¨¢ndo admitir tus errores¡±. Ese aprendizaje le llev¨® a precisar cu¨¢l es la diferencia fundamental entre la actividad intelectual y la pol¨ªtica. ¡°La responsabilidad de un intelectual por sus ideas es seguir sus consecuencias dondequiera que conduzcan. La responsabilidad de un pol¨ªtico es dominar esas consecuencias y evitar que hagan da?o¡±. Esa tensi¨®n est¨¢ en la base de uno de sus mejores libros: Fuego y cenizas. ?xito y fracaso en pol¨ªtica. En 2011 dimiti¨®.
Volvi¨® a la academia, entre Harvard y Toronto, hasta que en 2014 dio el paso de convertirse en presidente y rector de la Universidad Centroeuropea de Budapest, financiada por George Soros. El Gobierno h¨²ngaro de Viktor Orban no dej¨® de atacarla. ¡°Es la primera vez desde 1945 que un Estado europeo intenta cerrar una universidad libre¡±, declar¨® tras reunirse con el vicepresidente de la Comisi¨®n Europea Frans Timmermans. Cuando Orban lo consigui¨®, Ignatieff no se call¨®: ¡°Una instituci¨®n estadounidense ha sido expulsada de un pa¨ªs que es aliado de la OTAN, una instituci¨®n europea ha sido expulsada de un Estado miembro de la UE¡±.
En ese contexto se public¨® Las virtudes cotidianas. Ante la amenaza de la democracia liberal, el intelectual volvi¨® a ser honesto, como se?alaba en una entrevista con EL PA?S: ¡°Nadie comprende en su totalidad lo que estamos viviendo. No le voy a contar una bonita historia que ate todos los cabos porque no creo que sea posible¡±. Pero no dejaba de buscar una interpretaci¨®n de lo que ocurre para preservar los valores de la ilustraci¨®n. Valores c¨ªvicos y valores ¨¦ticos. Los que analiz¨®, con conocimiento y sensibilidad, en su ¨²ltima gran obra, En busca del consuelo: una b¨²squeda y divulgaci¨®n de ese sistema operativo moral que es el que ha querido encarnar con su obra y con su biograf¨ªa.
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