Ancianos y obesos
Talavante cort¨® una oreja al ¨²nico toro con clase de una desfondada corrida de Juan Pedro Domecq; Morante y Aguado solo mostraron detalles con el capote
Las tres primeras faenas de muleta comenzaron con fuerza¡, con la fuerza de una gaseosa que tras el estampido inicial las burbujas desaparecen al instante. Las tres, como un deslumbrante fuego artificial que pronto se apaga y abre paso a la penumbra.
Morante y Aguado de id¨¦ntica manera, con una inspirada mezcolanza de trincherazos, molinetes y remates por bajo elegant¨ªsimos que en ambos casos abrieron la espita de la esperanza; y Talavante, de rodillas, en los medios, con cuatro derechazos un poco atolondrados y, ya en posici¨®n vertical, una trincherilla y un pase de pecho emocionantes.
Pero en los tres casos se desmoron¨® la ilusi¨®n a causa de la falta de casta y de fuerza de los toros de Juan Pedro Domecq, que, con la excepci¨®n del quinto, ofrecieron un desfile de kilos, carne fofa, ideal para el matadero, muy escasa de bravura y codicia. Los seis toros, cinque?os, y un par de ellos a pocos meses de cumplir los seis a?os, muy c¨®modos de cara, eso s¨ª, e inservibles para la lidia. Ancianos, que es una condici¨®n y no un defecto, y obesos, que no figura entre las necesarias caracter¨ªsticas del toro bravo.
Morante escuch¨® una bronca de campeonato en el que abri¨® plaza. Y lo que ocurri¨® fue que lo recibi¨® de capa y, al primer intento de ver¨®nica, el toro huy¨® de su lado hasta la puerta de cuadrillas. En esto que aparece Curro Javier, miembro de su cuadrilla, y el animal se encari?a con ¨¦l, de modo que humill¨® de mil amores en los tres o cuatro preciosos capotazos que dibuj¨® el torero. Volvi¨® Morante y qued¨® claro que no hab¨ªa entendimiento entre los dos, entre el enga?o por alto y la cara del toro por las nubes. Tras lucirse en banderillas Joao Ferreira con un buen segundo par, Morante quiso recuperar la amistad perdida con su oponente y ah¨ª se produjo ese inicio venturoso de faena, pero estaba claro que no hab¨ªa atracci¨®n mutua. Tras una primera tanda en la que el toro solt¨® la cara en su embestida, el torero desisti¨® y pidi¨® la espada de verdad. La plaza, mientras tanto, se levant¨® en armas y la bronca fue sonora.
Despu¨¦s, lo intent¨® de veras en el cuarto, otro descastado sin ¨¢pice de fortaleza, pero todo qued¨® en una buena intenci¨®n.
Antes, en el tercer toro, se atrevi¨® con un quite a la ver¨®nica en el que pudo m¨¢s el deseo que la ejecuci¨®n, al que respondi¨® Aguado con templadas chicuelinas.
Tambi¨¦n se par¨® ese toro, con el que Aguado traz¨® algunos muletazos tan limpios como fr¨ªos, y ni siquiera eso pudo conseguir ante el marmolillo sexto que carec¨ªa de vida. A este, no obstante, lo recibi¨® con un manojo de lent¨ªsimas ver¨®nicas, que evidenciaron, sobre todo, el muy escaso poder¨ªo del animal.
Y Talavante, que tambi¨¦n se estrell¨® con la ausencia de casta de su primero, al que recibi¨® con un abanico de ver¨®nicas y chicuelinas muy jaleadas por el p¨²blico, lleg¨® a tocar la gloria con los dedos en el quinto, el de m¨¢s peso, curiosamente.
Ese fue el ¨²nico toro potable, con clase y cumplidor en el caballo, de toda la corrida, y lleg¨® al tercio final con movilidad y humillaci¨®n en su embestida. El torero comenz¨® con ayudados por alto, y acto seguido encaden¨® dos tandas de naturales intermitentes, acelerados, sin reposo ni hondura, limpios, s¨ª, pero sin grandeza alguna, a pesar de los excesivos v¨ªtores que mostr¨® el p¨²blico presente. Hubo una tanda de derechazos con poco mando y otra final por naturales aceptables, cerrados con tres molinetes. Unos pases por bajo con la pierna genuflexa precedieron a una estocada baja que, por fortuna, dejaron el premio en una sola oreja.
Domecq / Morante, Talavante, Aguado
Toros de Juan Pedro Domecq, con exceso de peso (entre 578 y 672 kilos), muy cómodos de cara, mansurrones en los caballos, muy nobles, blandos, descastados y desfondados en el tercio final. Cuarto y quinto cumplieron en varas, y este último destacó por su clase en la muleta.
Morante de la Puebla: tres pinchazos y un descabello (bronca); pinchazo hondo y estocada corta caída (silencio).
Alejandro Talavante: dos pinchazos, estocada y un descabello (silencio); estocada baja (oreja).
Pablo Aguados: dos pinchazos, estocada, un descabello -aviso-, y dos descabellos (silencio); dos pinchazos y un descabello (silencio).
Plaza de Las Ventas. 29 de mayo. Decimoséptima corrida de la Feria de San Isidro. Lleno de "no hay billetes" (22.964 espectadores, según la empresa).
Babelia
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