El ¨²ltimo baile de Danza Invisible, la banda que lleva 42 a?os cantando al sabor del amor
El grupo malague?o pone punto final a su historia con una gira de despedida que alcanza su ecuador este s¨¢bado en Torremolinos, la ciudad que les vio nacer


Salta, baila, agarra el micro, canta, r¨ªe. A Javier Ojeda se le queda peque?o el metro cuadrado del que dispone en el local del ensayo. Es un estrecho cuarto insonorizado donde comparte espacio con decenas de instrumentos, innumerables cajas, fundas, cables, ordenadores y aparatos de todo tipo. Tambi¨¦n hay otros cinco m¨²sicos. La mayor¨ªa rondan los 60, viejos rockeros con m¨¢s de cuatro d¨¦cadas a la espalda que el 29 de junio dar¨¢n un salto al vac¨ªo: ofrecer¨¢n el ¨²ltimo concierto de Danza Invisible. Ser¨¢ en la localidad c¨¢ntabra de Laredo, pero antes afrontar¨¢n este s¨¢bado una de las citas fundamentales de su gira de despedida, Torremolinos, la localidad malague?a que les vio nacer hace m¨¢s de cuatro d¨¦cadas y les ha dedicado hasta una calle. Su gran noche en casa ya les tiene nerviosos. Y eso que este supondr¨¢ ni m¨¢s ni menos que el concierto n¨²mero 1.400 de su larga trayectoria.
La cifra no es una aproximaci¨®n a voleo. Las cuentas las lleva el propio Ojeda en un documento de Excel en el que apunta cada actuaci¨®n y que muestra desde su tel¨¦fono m¨®vil para disipar las dudas. Lo hace mientras empiezan a sonar los acordes de No habr¨¢ fiestas para ma?ana, tema de 1986 que suena llamativamente actual. ¡°Ha habido algo raro, ?no?¡±, pregunta al acabar el bajista Chris Navas, que junto a Manolo Rubio form¨® el grupo Adrenalina en el Torremolinos de finales de los setenta. Eran punkis y sus pintas llamaron la atenci¨®n de otro chaval, Ricardo Teixid¨®, que se sum¨® al proyecto como m¨¢s tarde lo hizo Antonio Luis Gil, ya bajo el nombre Danza Invisible. Su primer tema fue Tinieblas en negro, que grabaron incluso antes de que un pipiolo con mucha cara les dijera que quer¨ªa cantar con ellos. Era un jovenc¨ªsimo Javier Ojeda que, como era de esperar, fue un desastre en su primer d¨ªa en los escenarios. ¡°Nosotros sab¨ªamos tocar poco, pero ¨¦l no ten¨ªa ni idea de lo que hac¨ªa¡±, dice entre risas Navas, que recuerda que a la segunda les fue mejor. Su padre regentaba entonces el bar El Capote y en su s¨®tano se divert¨ªan, fumaban hach¨ªs y ensayaban sin imaginar lo que vendr¨ªa despu¨¦s.
En 1982 ganaron el concurso de rock de Jerez de la Frontera, donde sorprendieron al p¨²blico que acudi¨® a la Fiesta de la Vendimia. ¡°Ahogados en vino fino, Danza Invisible dej¨® boquiabiertos no solo a los propios del lugar, sino a quienes hab¨ªamos llegado desde lejos para tratar de entender aquello¡±, escrib¨ªa el periodista Jos¨¦ Manuel Costa en su cr¨®nica. En ella contaba que el grupo tocaba ¡°como si cada comp¨¢s y cada acorde hubiera sido el fruto de una atenci¨®n especial, de un cari?o loco¡± y que su cantante era ¡°un tipo ast¨¦nico¡± de voz poderosa que ¡°se mueve por la escena como un demente azogado y elegante¡±. De ah¨ª saltaron a Rockola (Madrid) y Metro (Barcelona), los fich¨® Ariola y sacaron dos discos. El primero fue un fracaso por una producci¨®n ¡°inadecuada¡±. En el segundo la compa?¨ªa quer¨ªa quit¨¢rselos de encima. Les dieron cuatro d¨ªas para grabar y la carta de libertad. ¡°Entonces ¨¦ramos lo peor. La li¨¢bamos siempre parda. Un d¨ªa me tom¨¦ un tripi y quem¨¦ la habitaci¨®n de un hotel. Y en las entrevistas dec¨ªa que todos los grupos de Madrid eran una mierda salvo Radio Futura, que eran colegas. Se cansaron de nosotros¡±, confiesa Ojeda.

Con el tercer disco, M¨²sica de contrabando, ya con la independiente Twins, alcanzaron los 20.000 ejemplares y su siguiente ¨¢lbum, doble y en directo, arras¨® en ventas. Con A tu alcance (1988) el giro fue radical. Todo cambi¨®. Su vida, la m¨²sica espa?ola y el p¨²blico de sus actuaciones: los j¨®venes de aires oscuros dieron paso a adolescentes y jovencitas que gritaban. Quer¨ªan escuchar Sabor de amor. El n¨²mero de veces que han cantado su gran hit desde entonces no cabe en un Excel. Aquella canci¨®n les catapult¨® al estrellato: sal¨ªan en la tele, eran famos¨ªsimos. Justo lo que Ojeda no pretend¨ªa. ¡°Todo el mundo quer¨ªa entrar en los camerinos, no pod¨ªa ni comprar el pan o salir a la calle¡±, rememora con pocas ganas quien incluso dud¨® si dejarlo. El ¨¦xito sigui¨® con los a?os, pero desde aquel momento el grupo se fue alejando lenta y dulcemente de las listas de ¨¦xitos para pasar a una ¡°maravillosa segunda divisi¨®n¡±. Nunca han parado, salvo el a?o sab¨¢tico de 2023. Su historia qued¨® recogida en 2021 el documental A este lado de la carretera, dirigido por Regina ?lvarez y Jos¨¦ Antonio Hergueta
De los escenarios a la huerta
Entre preguntas y respuestas, la banda contin¨²a su trabajo. Es el turno de Si t¨² no est¨¢s qu¨¦ poco tengo y Reina del Caribe, otro de sus cl¨¢sicos. La que no sonar¨¢ durante la sesi¨®n es Sabor de amor, aunque s¨ª estar¨¢ en el concierto: la banda quiere ensayarla de vez en cuando; pero Ojeda preferir¨ªa no hacerlo jam¨¢s. ¡°En directo da gusto cantarla, me encanta, pero odio ensayarla¡±, afirma el artista, que asegura que mientras m¨¢s la prepara m¨¢s se equivoca, con una letra que se sabe media Espa?a, porque pierde la concentraci¨®n. El ensayo de esta tarde es pura alegr¨ªa y vitalidad a pesar de que va camino de las tres horas. ¡°Esto es como para un deportista el entrenamiento: hay que coger fondo y tono muscular¡±, destaca Miguelo Bat¨²n, bater¨ªa que se uni¨® al grupo hace 15 a?os, como hizo hace veinte Nando Hidalgo a la guitarra y los coros.

El buen ambiente reina cuando se cruzan con los m¨²sicos que acuden a los locales contiguos o salen a fumar a la calle. Las risas se suceden y las canciones se repiten las veces que haga falta. Los errores se reconocen sin rencor y todo parece fluir. ?Por qu¨¦ se retiran entonces? ¡°Son ya m¨¢s de 40 a?os con la banda. Y, salvo en 2023, nunca hemos parado¡±, reconoce Antonio Luis Gil, ya cansado y que prefiere dedicarse a cuidar los tomates de su huerta en Pizarra, localidad a las afueras de M¨¢laga. El resto continuar¨¢ ligado de una manera u otra a la m¨²sica, como el propio Ojeda, con numerosas actuaciones en solitario y socio de proyectos como el Fulanita Fest.
Dicen que no saben qu¨¦ pasar¨¢ la noche del 29 de junio cuando suelten las guitarras y no haya m¨¢s conciertos a la vista con su banda de toda la vida. Prefieren no pensarlo y tienen la mente en el concierto de Torremolinos y el resto de la peque?a gira de despedida, titulada Sin decir adi¨®s. ¡°Danza Invisible llevaba demasiados a?os con el piloto autom¨¢tico, siendo solo una banda de directo y no un proyecto creativo¡±, escribe Javier Ojeda en su blog. ?Ser¨¢ realmente la ¨²ltima de la banda? ¡°Nunca se puede decir que abandonas por completo porque luego puede surgir alguna cosa excepcional, pero la gente puede estar segura de que desaparecemos como proyecto conjunto¡±, explican todos pr¨¢cticamente al un¨ªsono. A su despedida malague?a le seguir¨¢n Zaragoza, Sevilla, Salamanca y la sala La Riviera en Madrid, para despu¨¦s llegar a Granada y por fin en Laredo. Siete escenarios en los que Ojeda, a sus reci¨¦n cumplidos 60 a?os, s¨ª tendr¨¢ espacio para correr, saltar, gritar y todo lo que se le ocurra ante un p¨²blico que tendr¨¢ la ¨²ltima oportunidad de saborear a Danza Invisible en directo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma
