El Gobierno publica un inventario de 5.000 piezas incautadas durante la Guerra Civil y la dictadura con ocho meses de retraso
Cultura detecta lienzos, joyas, cer¨¢micas, muebles y otros objetos en las colecciones de museos estatales que proceden de embargos y nunca fueron devueltos por el r¨¦gimen. La investigaci¨®n abre la puerta a decenas de reclamaciones de las familias propietarias, que lamentaban la inacci¨®n del Ejecutivo
Por fin hoy mi¨¦rcoles, con casi ocho meses de retraso respecto a las promesas de la Ley de Memoria Democr¨¢tica, el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, ha presentado uno de los inventarios m¨¢s esperados por tantas familias castigadas por el franquismo: la investigaci¨®n de la Direcci¨®n General de Patrimonio Cultural y Bellas Artes ha documentado que 5.126 piezas, entre lienzos, joyas, cer¨¢micas, esculturas, muebles u otros objetos incluidos en las colecciones de los museos estatales gestionados por Cultura, proceden principalmente de incautaciones realizadas por la Rep¨²blica para salvaguardar los bienes art¨ªsticos durante la Guerra Civil, que nunca fueron devueltos a sus due?os por la dictadura cuando acab¨® el conflicto. Muchos terminaron en museos, pero tambi¨¦n universidades, paradores, iglesias y distintos edificios p¨²blicos, o incluso privados. Lejos, en todo caso, de sus propietarios.
Este mismo martes, Pilar Alegr¨ªa, portavoz del Gobierno, reiteraba que este ¡°est¨¢ comprometido con la Memoria Democr¨¢tica¡±. Tanto que aprob¨® una ley ad hoc, en octubre de 2022. En el art¨ªculo 3, ampliaba la condici¨®n de v¨ªctima a quienes ¡°padecieron la represi¨®n econ¨®mica con incautaciones y p¨¦rdida total o parcial de bienes, multas, inhabilitaci¨®n y extra?amiento¡±. Y en el 31 reconoc¨ªa ¡°el derecho al resarcimiento de los bienes incautados¡±. Adem¨¢s, promet¨ªa en un a?o una ¡°auditor¨ªa¡± de todo lo sustra¨ªdo. A partir de entonces, sin embargo, la misma ley que abri¨® la puerta e hizo florecer las reclamaciones empez¨® a ralentizarlas.
El tiempo pas¨®, mientras los tres abogados consultados por este peri¨®dico, responsables de al menos seis peticiones de restituci¨®n, denuncian que segu¨ªan chocando con evasivas. Cultura lanz¨® una web con informaci¨®n sobre un pu?ado de casos. Pero no ha sido hasta hoy cuando esa plataforma se ha llenado por fin con un material a la altura de las reclamaciones de las v¨ªctimas. Con la digitalizaci¨®n, adem¨¢s, de documentaci¨®n tanto de la Junta Delegada de Madrid en la ¨¦poca republicana como del Servicio de Recuperaci¨®n Art¨ªstica, instituci¨®n franquista encargada, al final de la guerra, de devolver las piezas incautadas. ¡°Hab¨ªa muchas familias e historiadores interesados en que desbloque¨¢ramos esto. Y adem¨¢s estamos haciendo un acto de justicia hist¨®rica¡±, ha declarado Urtasun.
La lista de los centros donde la investigaci¨®n de Cultura ha hallado alguna pieza expoliada incluye el Museo del Traje, el Arqueol¨®gico Nacional, el Museo del Romanticismo, el de Antropolog¨ªa, el Museo de Am¨¦rica y el Sorolla, en Madrid; el Museo Nacional de Cer¨¢mica y Artes Suntuarias Gonzalez Mart¨ª, en Valencia; y el Nacional de Escultura, en Valladolid. Adem¨¢s, en el inventario figura una pintura con el mismo origen que descansa en la propia sede de Cultura. En el Museo de Artes Decorativas, el estudio ha encontrado los ¨²nicos fondos de su informe que proceden de expolios llevados a cabo directamente por el franquismo: varias obras de la colecci¨®n Weissberger, apellido del coleccionista y marchante al que fueron incautadas por el Tribunal de Responsabilidades Pol¨ªticas.
Fuera del campo de actuaci¨®n de Cultura, sin embargo, queda much¨ªsimo por indagar. En el inventario publicado, los investigadores no destacan ninguna pieza especialmente valiosa. Se sabe que las hay, pero en otros sitios: museos auton¨®micos y municipales, universidades, otros ministerios o instituciones p¨²blicas. De hecho, la ley promet¨ªa que la auditor¨ªa bucear¨ªa tambi¨¦n en ¡°los bienes inmuebles y derechos de contenido patrimonial de los que fueran titulares los Ateneos, Cooperativas y entes asimilados¡±. Aun as¨ª, he aqu¨ª, al fin, hechos. Y la primera respuesta concreta a las cr¨ªticas.
¡°Estamos muy sorprendidos, porque siendo [Miquel] Iceta, antes, y ahora Urtasun ministros de izquierdas, no se hayan esforzado para que el proceso se agilizara. Nos hubi¨¦ramos esperado que, aparte de la reparaci¨®n moral, se mojaran aplicando la ley¡±, tercia Laura S¨¢nchez Gaona, abogada de Caliope Art Law Boutique, encargada de al menos tres casos de reclamaciones. Incluido el de Pedro Rico, ¡°que encima fue alcalde republicano de Madrid¡±, lamenta. Y que fue celebrado en un acto homenaje a varias v¨ªctimas, en octubre del a?o pasado, por el presidente del Gobierno, Pedro S¨¢nchez. Un relato cercano al de los otros casos estudiados por este diario: personas o instituciones represaliadas; obras de arte secuestradas de las que se pierde el rastro; hasta que un heredero, en busca de justicia, acude a un letrado. Aunque, durante meses, tuvieron que sumar al dolor del pasado una nueva frustraci¨®n: afrontar el silencio o incluso ¡°la resistencia¡± del Gobierno.
Adem¨¢s, Rico apareci¨® entre los primeros citados en la web donde Cultura recopilaba datos, y donde le atribuy¨® tres cuadros, hoy en el Museo Nacional del Romanticismo y en el del Traje, reclamados por S¨¢nchez Gaona. Junto con lienzos en los museos de Bellas Artes de Asturias y Valencia, entre otros. Y con cinco obras en el Museo Casa de Col¨®n de Las Palmas, sobre cuya devoluci¨®n el Cabildo de Gran Canaria abri¨® un expediente ¡°de restituci¨®n de material¡±, bloqueado desde que esta instituci¨®n plante¨® a Cultura a qui¨¦n correspond¨ªa la competencia, seg¨²n la abogada.
Su asombro aument¨® cuando el Ayuntamiento de Burgos, dirigido por el PP con el apoyo de Vox, partidos contrarios a la ley la Memoria Democr¨¢tica, devolvi¨® recientemente a la familia De la Sota y Llano un retrato requisado por los sublevados franquistas en 1938. ¡°Han ido mucho m¨¢s r¨¢pidos que el Estado¡±, tercia Rafael Mateu, del despacho que llev¨® la exitosa reclamaci¨®n, Ram¨®n y Cajal. Y que ahora solicita a la Secretar¨ªa de Estado de Turismo que entregue dos cuadros (Retrato de una dama y Retrato de un caballero, del pintor Felipe Diricksen), expuestos en el Parador de Almagro, a su due?o ¡°leg¨ªtimo¡±, Nicol¨¢s S¨¢nchez-Albornoz. Tanto ¨¦l como su fallecido padre, Claudio, a quien fueron incautadas las obras, sufrieron persecuciones y el exilio por el franquismo, como subraya la petici¨®n oficial, que alega documentos de la ¨¦poca para demostrar la propiedad. De hecho, S¨¢nchez-Albornoz tambi¨¦n fue homenajeado en otro acto con la presencia del presidente del Gobierno, en octubre de 2022.
Los herederos del coronel Jos¨¦ Sicardo tambi¨¦n tienen razones evidentes para reclamar. Entre otras, su propia firma. ¡°Colecci¨®n Sicardo¡± escribi¨® el militar en el reverso de algunos cuadros que adquiri¨®. Y todav¨ªa hoy puede leerse, como asegura su nieto, Carlos Col¨®n. Lo comprob¨® a trav¨¦s de fotos, eso s¨ª, porque los lienzos ya no est¨¢n en manos de la familia. Desde hace ocho d¨¦cadas. Es decir, desde que, en mayo de 1939, el franquismo las incaut¨® en el domicilio que Sicardo, gobernador militar de Alicante durante la Guerra Civil, compart¨ªa con su esposa, Mariana Carderera.
Ella tambi¨¦n era due?a de un tesoro, entre otras cosas porque su antepasado Valent¨ªn fue bi¨®grafo de Goya y coleccionista de sus lienzos. Pero debieron exiliarse. Tras muchas vicisitudes, recalaron en Puerto Rico. La abuela, seg¨²n el nieto, logr¨® esconder algunos durero y van dyk en el forro de las maletas. Sin embargo, decenas o cientos de piezas quedaron en su hogar. Y el servicio de recuperaci¨®n del patrimonio art¨ªstico nacional (SPDAN) se llev¨® ¡°todos los objetos de arte y de valor¡±, seg¨²n las actas citadas en la reclamaci¨®n que el despacho Cremades y Calvo Sotelo present¨® hace un mes en nombre de Col¨®n y otros siete herederos ante Cultura. Algunos lienzos, seg¨²n los protestantes, han ido a parar incluso a las paredes de un ministerio.
Los abogados achacan los retrasos a falta de voluntad o inter¨¦s del Gobierno, o el temor de ¡°abrir la caja de Pandora¡± y recibir ¡°una lluvia de reclamaciones¡±. ¡°Me temo que hay una resistencia y opacidad para ofrecer datos¡±, apunta el catedr¨¢tico Arturo Colorado Castellary, principal investigador del expolio durante la Guerra Civil y el franquismo. Mientras segu¨ªan faltando inventarios oficiales, sus indagaciones despejaron el camino para algunas de las reclamaciones. En un informe que le encarg¨® el Prado, Colorado hall¨® al menos 70 obras sustra¨ªdas injustamente a sus due?os en la colecci¨®n del museo. Entre otras, Escena de majos y celestina y Asalto a la diligencia, ambas atribuidas a Eugenio Lucas Villaamil y pertenecientes a Pedro Rico. Y un sorolla del Marqu¨¦s de Villaronga, as¨ª como piezas de las iglesias de Yebes y Pareja, en Guadalajara, todas ellas reclamadas por Laura S¨¢nchez Gaona en nombre de los herederos.
Aunque las pesquisas del profesor contin¨²an: ¡°Hubo un movimiento de obras como jam¨¢s se ha producido en Espa?a. El franquismo devolvi¨® una parte, pero otra la entreg¨®¡±. Colorado celebra al Prado como ejemplo de colaboraci¨®n. Aunque cita unos cuantos casos de museos, universidades y administraciones en el sentido opuesto. Y apunta a decenas de miles de obras por toda Espa?a que esperan a volver a casa. O, al menos, a que sus due?os sepan d¨®nde se encuentran y vean reconocida su propiedad, antes de decidir igualmente donarlas a un museo o dejarlas donde est¨¢n.
Las fuentes consultadas a?aden otra explicaci¨®n de los prolongados retrasos: presuntas disputas internas entre el Ministerio de Pol¨ªtica Territorial y Memoria Democr¨¢tica y el de Cultura. Desde el primero, dirigido por el socialista ?ngel Victor Torres, contestan: ¡°Se indic¨® a cada ministerio cu¨¢les eran sus tareas en relaci¨®n con la aplicaci¨®n de la ley. La cuesti¨®n de obras art¨ªsticas expoliadas compete a Cultura¡±. Y agregan: ¡°Un inventario de todo tipo de incautaciones es una tarea ardua, no abarcable en un espacio corto de tiempo como se preve¨ªa¡±.
Cultura ofrece otra perspectiva. Asegura que la auditor¨ªa lleva ¡°semanas¡± lista, y que tan solo la coincidencia con tantas campa?as electorales impidi¨® que se anunciara antes. Urtasun ha subrayado durante la presentaci¨®n que el suyo es el ¡°primer ministerio en cumplir con el mandato de la Ley de Memoria Democr¨¢tica¡±. Y atribuye el retraso tambi¨¦n a otras razones: ¡°Desde que asum¨ª el cargo, en noviembre, fue una prioridad absoluta. No lo hemos presentado hasta que estuviera todo el material y ha sido un trabajo inmenso¡±. Adem¨¢s, el ministro quiso esperar un informe de la Abogac¨ªa del Estado que aclarara los criterios generales para las devoluciones. El documento matiza, por ejemplo, que la exposici¨®n ¡°p¨²blica, notoria y pac¨ªfica¡± del bien durante a?os puede haber dado pie a la reversi¨®n de la propiedad hacia el Estado. Aunque habr¨¢ que tener en cuenta tambi¨¦n hasta qu¨¦ punto el due?o original lo sab¨ªa. M¨¢s f¨¢cil parece la cuesti¨®n de obras guardadas en dep¨®sitos. Habr¨¢ que ir, en definitiva, caso por caso. Aunque el informe permite reclamar por la v¨ªa civil, sin esperar a¨²n m¨¢s, al desarrollo legislativo de la Ley de Memoria Democr¨¢tica.
Urtasun subray¨® la firme intenci¨®n del ministerio de devolver todos aquellos bienes cuyos propietarios puedan ser identificados, a partir de ya mismo. Aunque, tras la publicaci¨®n tard¨ªa, los reclamantes a¨²n guardan escepticismo. Exigen rapidez. Y el apoyo que no han sentido hasta ahora. ¡°Mis abuelos tuvieron que salir de Espa?a para salvar sus vidas. Perdieron propiedades, y una colecci¨®n importante. Es frustrante ver que encima tenemos nosotros que contratar a unos abogados para que nos devuelvan lo que por ley tendr¨ªa que ser nuestro¡±, se queja Col¨®n.
El heredero de los Sicardo-Carderera apunta que han renunciado a perseguir las obras que est¨¢n en manos privadas. Como aquellas que, seg¨²n le consta y denunci¨® Colorado, se qued¨® la falsa marquesa de Arnuossa, que al parecer aprovech¨® el caos de esos a?os para llevarse un bot¨ªn de alg¨²n almac¨¦n simplemente alegando que las piezas eran suyas. ¡°No queremos perjudicar a terceras personas que no tuvieron nada que ver con lo que hicieron sus antepasados. Nos centramos en las que est¨¢n en manos p¨²blicas. Los Gobiernos s¨ª son herederos de los pecados de los anteriores¡±, alega Col¨®n.
¡°Al haber desaparecido las obras de su entorno, nuestros clientes necesitan que el Estado les haga un inventario. Es lo primero que ped¨ªa nuestra reclamaci¨®n. Luego, que les devuelvan las obras que se identifiquen que les pertenec¨ªan. Y, si no se puede, que se les compense¡±, tercia Encarnaci¨®n Roca Tr¨ªas, del despacho Cremades y Calvo Sotelo. Los herederos de los Sicardo-Carderera creen que en su colecci¨®n figuraban, por lo menos, alg¨²n goya y un sorolla. Aunque precisamente eso tambi¨¦n suele complicar el asunto, seg¨²n la abogada y exvicepresidenta del Tribunal Constitucional: el arte se asocia con los ricos, y el pudor de ser identificado como tal frena los deseos de reclamaci¨®n de unas cuantas familias.
¡°Al final, son personas tratando de cerrar una herida¡±, resume Laura S¨¢nchez Gaona. Y Roca Tr¨ªas se?ala que muchos ni siquiera piden realmente el cuadro de vuelta, sino solo el reconocimiento: ¡°Algo as¨ª como ¡®Si est¨¢ en un museo, simplemente que ponga debajo que es m¨ªo¡±. El coronel Sicardo, por si acaso, ya lo hab¨ªa dejado claro en el reverso.
Babelia
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