Antonella Marty, polit¨®loga: ¡°Si eres nazi la sociedad libre te va a cancelar, porque busca ser democr¨¢tica¡±
La escritora argentina analiza el devenir de las ideolog¨ªas pol¨ªticas y el gran desorden y confusi¨®n que se da entre ellas en tiempos cada vez m¨¢s polarizados
Antonella Marty (Buenos Aires, 32 a?os), escritora y polit¨®loga (tambi¨¦n diplomada en F¨ªsica), acaba de publicar el ensayo Ideolog¨ªas (Deusto). Es un repaso de la evoluci¨®n de las corrientes de pensamiento pol¨ªtico donde describe una ¨¦poca en la que volvemos a ideologizarnos; aunque ese proceso de reideologizaci¨®n suceda en un ¡°completo desorden¡± y provoque polarizaci¨®n. Es tambi¨¦n autora de El manual liberal (2021) y Todo lo que necesitas saber sobre¡ (2022), ambos publicados en Deusto. ...
Antonella Marty (Buenos Aires, 32 a?os), escritora y polit¨®loga (tambi¨¦n diplomada en F¨ªsica), acaba de publicar el ensayo Ideolog¨ªas (Deusto). Es un repaso de la evoluci¨®n de las corrientes de pensamiento pol¨ªtico donde describe una ¨¦poca en la que volvemos a ideologizarnos; aunque ese proceso de reideologizaci¨®n suceda en un ¡°completo desorden¡± y provoque polarizaci¨®n. Es tambi¨¦n autora de El manual liberal (2021) y Todo lo que necesitas saber sobre¡ (2022), ambos publicados en Deusto. Visit¨® Madrid y present¨® su libro en la Fundaci¨®n Rafael del Pino.
Pregunta. Usted es, o era, liberal.
Respuesta. Lleg¨® un momento en el que decid¨ª que no pod¨ªa seguir defendiendo una palabra insalvable, muy relacionada ahora con los movimientos de la nueva derecha. Javier Milei dice que es liberal, que es libertario, usa s¨ªmbolos con los que yo ya no quiero que me vinculen. Habla de liberalismo, pero es un liberalismo sin libertad. Un sinsentido.
P. ?C¨®mo se define, pues?
R. No s¨¦ qu¨¦ palabra usar. En t¨¦rminos econ¨®micos tampoco aprecio ese dogmatismo de mercado que ahora veo. O esos anarcocapitalistas que dicen que el Estado tiene que desaparecer, que no tiene que haber subsidios. Yo creo que el Estado es importante y debe tener presencia. He estado muchos a?os dentro de lo que se llama movimiento liberal y he visto que es pr¨¢cticamente una secta.
P. ?C¨®mo que una secta?
R. Una secta en el que un grupo de viejos amigos deciden si entras o no, y si eres mujer, imaginate, peor. Si hablas de feminismo, sos la loca; si hablas de libertad migratoria, olvidate, porque se est¨¢ contaminando la pureza de la que hablan; si hablas de legalizaci¨®n de las drogas, tampoco; si hablas de derechos y libertades LGTB, te dicen que sos una marxista cultural. En alg¨²n momento ten¨ªa que parar. Eso no era lo m¨ªo. Hay un fundamentalismo de todo, menos de la libertad.
P. ?C¨®mo funciona esta ¡°secta¡±?
R. Es una red de fundaciones cuyos principales donantes son de la derecha trumpista estadounidense. De ah¨ª se deriva lo que hay en Vox, en la Fundaci¨®n Disenso, la Carta de Madrid. Muchas fundaciones liberales est¨¢n hoy en esa especie de nacionalismo cristiano que intenta unir a la religi¨®n al poder otra vez. Te critican la Agenda 2030, para ellos todo es un complot, lo woke a destruir el mundo.
R. No hay nada m¨¢s woke que la idea de liberalismo tal y como yo la concibo. El despertar del pensamiento, que cuestiona las cosas. No hay nada malo en cuestionar, pero a ese movimiento liberal la duda no le gusta.
P. ?De d¨®nde sale esta derecha?
R. De la idea de un pasado al que quieren volver. La nostalgia por lo que ellos entienden por Occidente, que no comparto, porque se refieren a los tiempos previos a la Ilustraci¨®n. A m¨ª me interesa el Occidente que busca sociedades m¨¢s libres y abiertas, que cuestiona unas relaciones de poder que ellos niegan. Tambi¨¦n les une la construcci¨®n de enemigos en com¨²n, la teor¨ªa conspirativa.
P. El liberalismo cl¨¢sico ha estado a veces en un territorio borroso entre la izquierda y la derecha.
R. Para m¨ª el liberalismo jug¨® tradicionalmente fuera de ese eje izquierda-derecha. Cuando apareci¨®, no cuestionaba a la izquierda, sino a la derecha, a las ideas teocr¨¢ticas, para separar la religi¨®n del Estado y el poder. Ahora quieren unir de nuevo los valores religiosos al poder. Y sabemos lo peligroso que es eso.
P. ?C¨®mo encaja con el feminismo?
R. Hay quien dice que el feminismo liberal es lo importante, que solo importa el de la primera ola¡ pero para m¨ª todas las olas son importantes, todas tienen algo que decir. Se le acusa de victimizar a la mujer, pero es que la mujer est¨¢ siendo v¨ªctima todav¨ªa de un modelo heteropatriarcal que marca a estas nuevas derechas y que las hace, por ejemplo, ir contra el aborto. El gobierno de Milei dice que los hijos de los padres divorciados rinden peor en las escuelas, que el aborto es la agenda socialista que causa muerte, genocidio, qu¨¦ se yo. Es la imposici¨®n de una moral.
Cuando apareci¨®, eliberalismo no cuestionaba a la izquierda, sino a la derecha, para separar la religi¨®n del Estado y el poder
P. A finales del siglo XX se habl¨® del fin de las ideolog¨ªas y hasta del fin de la historia. ?El mundo est¨¢ hoy m¨¢s ideologizado?
R. S¨ª. Antes se divid¨ªa en capitalismo y comunismo, uno pod¨ªa identificar esas ideolog¨ªas con facilidad. Pero hoy han aumentado las etiquetas y vivimos en una biblioteca completamente desordenada. No sabemos d¨®nde est¨¢n los libros, ni de qu¨¦ trata cada uno: todo est¨¢ mezclado. Hoy el liberalismo se identifica en ocasiones con el supremacismo o el nacionalismo blanco, con la derecha alternativa. Eso dice mucho del desorden ideol¨®gico.
P. El miedo al comunismo tambi¨¦n resurge.
R. Todo parece ser comunismo para ciertos sectores. Absolutamente todo. ?Pero d¨®nde hay comunismo? Nicol¨¢s Maduro habla de ¡°patria o muerte¡± que es lo mismo que dicen Milei o Victor Orban. Milei repite que el socialismo est¨¢ tomando el mundo, todo el rato, como una frase de Twitter. Muchos j¨®venes caen en eso y no se animan a cuestionarse a s¨ª mismos. Yo, cuando hablo de Michel Foucault, que me parece un autor fundamental para entender el poder y el deseo, me consideran una marxista total, una representante de Marx y Engels. No creo que ni siquiera que se entienda la obra de Ludwig Von Mises o Ayn Rand.
P. ?Qu¨¦ une esas nuevas derechas desordenadas?
R. La idea de que vivimos en el caos, en las garras del comunismo, de la decadencia cultural de Occidente. Llaman decadencia, por ejemplo, a las teor¨ªas de g¨¦nero, que ni siquiera han le¨ªdo. El rechazo al feminismo algo de los que les une. El feminismo es decisivo en este proceso: busca cuestionar esas ideas sobre c¨®mo tiene que ser una mujer, c¨®mo tiene que comportarse.
P. Ese enemigo com¨²n tambi¨¦n sirve como pegamento ideol¨®gico.
R. S¨ª, quieren ser el macho alfa dominante del heteropatriarcado que viene a restaurar un momento nost¨¢lgico, un pasado cuando las cosas estaban bien. Pero¡ ?para qui¨¦n estaban bien? Por eso est¨¢ bien que las mujeres hablen, que se hable de los abusos, el #metoo¡
La nueva derecha se une contra el feminismo y por la idea de que la sociedad occidental est¨¢ en decadencia, de que todo es comunismo
P. ?Ser de derechas se ve como nueva rebeld¨ªa?
R. Es cuesti¨®n de ciclos. Los hubo de liberaci¨®n de la mente y cuestionamiento del sistema, como en los a?os 60 y 70. Pero luego vuelve lo que critica todo eso, lo que quiere volver a un pasado, a los a?os 50, donde no se cuestiona, donde se acalla al disidente. La juventud tiene un rol important¨ªsimo.
P. ?De qu¨¦ modo?
R. En Argentina muchos repiten lo que dice Milei por esa idea de la rebeld¨ªa. Est¨¢ de moda lo reaccionario, incluso el uso de la violencia y el rechazo de la empat¨ªa. Decir que los pobres lo son porque se lo merecen. Muchos se asocian a la religi¨®n. Milei dice que ¨¦l es el le¨®n, el elegido por Dios para salvar el mundo. Jugar con estos s¨ªmbolos es peligroso, porque no sabes qu¨¦ pueden despertar.
P. ?D¨®nde queda la derecha tradicional, el centro derecha de toda la vida?
R. Esos espacios pol¨ªticos se est¨¢n derechizando. En Argentina, por ejemplo, le dan plenos poderes a Milei, ese hombre que da conciertos mientras el pa¨ªs est¨¢ en una situaci¨®n catastr¨®fica o que viaja a Espa?a a un acto partidario y ni siquiera se re¨²ne con el gobierno oficial. Todos sus viajes han sido actos partidarios o giras religiosas. Es como si viviera en una realidad paralela. Ellos creen que hay un derecho a ofender, pero para m¨ª no existe: el bullying no es libertad de expresi¨®n. Y luego se quejan de las consecuencias, como la cancelaci¨®n: si sos racista u hom¨®fobo te van a cancelar. Si eres nazi la sociedad libre te va a cancelar, porque busca ser democr¨¢tica. Pero se ponen en el papel de v¨ªctimas.
P. ?Qu¨¦ pinta la izquierda en este panorama?
R. Los reg¨ªmenes que se dicen de izquierda como Cuba, Venezuela o Corea del Norte, m¨¢s que de izquierda t¨ªpica se han convertido en nacionalismos de izquierda, y creo que el nacionalismo, de cualquier signo, es el gran peligro de nuestra ¨¦poca.
P. ?Y dentro de la izquierda ¡°t¨ªpica¡±?
R. En Argentina, al menos, las corrientes m¨¢s de izquierdas, socialistas, comunistas, son las que est¨¢n hablando ahora mismo de las cosas m¨¢s coherentes: hablan de Estado de Derecho, de rep¨²blica, de no dar poderes a un tipo desquiciado como Milei. Es donde se entiende la defensa de la democracia. Yo creo que a la socialdemocracia hay que verla m¨¢s hoy en d¨ªa como una rama de la democracia que como una versi¨®n del socialismo. Desde movimiento liberal se la critica mucho, pero tiene aspectos totalmente salvables. Los pa¨ªses a los que mejor les va son los n¨®rdicos, que tienen un modelo que entiende algo de ambas cosas: de la libertad y de lo social. As¨ª se logran sociedades que avanzan, en las que la gente puede vivir bien.