Diez pel¨ªculas por las que recordar a Donald Sutherland

Con la muerte de Donald Sutherland a los 88 a?os este jueves 20, desaparece uno de los actores m¨¢s d¨²ctiles de una generaci¨®n especialmente camale¨®nica, capaz de encarnar a un esp¨ªa nazi, a un presidente dictatorial, a un m¨¦dico en la guerra de Corea, a un legendario seductor de hace siglos o a cualquier tipo corriente. El canadiense vivi¨® una d¨¦cada colosal, la de los a?os setenta, en la que hizo trabajos legendarios, aunque curiosamente solo lleg¨® a los premios Oscar cuando recibi¨® el de Honor en 2018. Entre sus casi 200 pel¨ªculas y series de televisi¨®n, aqu¨ª van diez filmes con los que Sutherland dej¨® su huella. S¨ª, las nuevas generaciones le conocen como el presidente Snow en Los juegos del hambre, pero Sutherland es m¨¢s, mucho m¨¢s.

Doce del pat¨ªbulo (1968). Sutherland se hab¨ªa hinchado a hacer personajes en series de televisi¨®n y secundarios en pel¨ªculas de terror de la productora Hammer, cuando le lleg¨® su gran oportunidad: dar vida a Vernon L. Pinkley, el prisionero n¨²mero 2 del pelot¨®n lanzado a una misi¨®n casi imposible en Doce del pat¨ªbulo. Gracias al ¨¦xito de este drama b¨¦lico, con bastante sorna, Sutherland abandon¨® Londres y se mud¨® a Los ?ngeles.

M*A*S*H* (1970). Hoy es complicado explicar lo revolucionaria que fue esta comedia de Robert Altman sobre el equipo m¨¦dico de un hospital de campa?a (Mobile Army Surgical Hospital, de ah¨ª las siglas en ingl¨¦s que bautizan la pel¨ªcula) durante la guerra de Corea. Tan ir¨®nica y salvaje como antibelicista.

Klute (1971). Muchos recuerdan de este thriller de Alan J. Pakula ¡ªun maestro en lo de reflejar la paranoia en el cine¡ª a Jane Fonda encarnando a una prostituta neoyorquina, pero el Klute del t¨ªtulo era Sutherland, un detective de un peque?o pueblo que busca a un hombre desaparecido, y cuya ¨²nica pista es esa prostituta.

Amenaza en la sombra (1973). Nicolas Roeg adapta un texto de Daphne Du Marier, una aproximaci¨®n exquisita al dolor psicol¨®gico a trav¨¦s de la historia de un matrimonio (Sutherland y Julie Christie), que viaja a Venecia tras la muerte accidental de su hija. El marido va a restaurar una iglesia, y all¨ª se encuentra con dos hermanas, una de las cuales les comunica una advertencia del m¨¢s all¨¢.

Novecento (1976). El gran friso hist¨®rico de Bernardo Bertolucci, que combin¨® actores europeos y estadounidenses para retratar la historia de Italia. Sutherland encarna a Attila, un capataz fascista de maneras crueles, y que acabar¨¢ ejecutado por sus cr¨ªmenes. La mirada seca y la altura encajaban perfectamente con el papel.

Casanova (1976). Federico Fellini le permiti¨® dar rienda suelta a su chuler¨ªa en esta aproximaci¨®n al mito de Giaccomo Casanova, el gran seductor libertino. Por cierto, el italiano le contrat¨® porque ¡°tiene los ojos de un masturbador¡±.

La invasi¨®n de los ultracuerpos (1978). Desde el espacio exterior llega una invasi¨®n que reemplaza a los humanos con r¨¦plicas. Si toda la pel¨ªcula es angustiosa, en ese San Francisco convertido en una selva urbana, el ¨²ltimo plano ¡ªque protagoniza Sutherland¡ª hunde al p¨²blico en una pesadilla sobrecogedora.

El ojo de la aguja (1981). El mismo a?o en que particip¨® en la ganadora del Oscar Gente corriente, Sutherland dio vida a un esp¨ªa nazi, absolutamente fr¨ªo y despiadado, que intenta abandonar Gran Breta?a con informaci¨®n crucial sobre el desembarco de Normand¨ªa.

Seis grados de separaci¨®n (1993). La pel¨ªcula que demostr¨® que Will Smith sab¨ªa actuar. Un chaval logra enga?ar a la clase alta de Manhattan haci¨¦ndose pasar por hijo ileg¨ªtimo de Sidney Poitier. El matrimonio que le abre las puertas a los pisazos de la Quinta Avenida est¨¢ encarnado por Sutherland y Stockard Channing, que con dulzura y humor van contando a sus amigos c¨®mo el chaval les tim¨®.

Space Cowboys (2000). La ¨²ltima cabalgada hacia el atardecer espacial de un cuarteto de viejas glorias lideradas delante y detr¨¢s de las c¨¢maras por Clint Eastwood, cuatro astronautas a los que la NASA recluta de nuevo porque ?qui¨¦n es capaz de ponerse al mando de una nave obsoleta? Sutherland encarna al ingeniero de vuelo, cuya memoria infinita le sirve para trampear y pasar el control m¨¦dico.