La pintura abstracta de Cy Twombly se reinventa en Roma
El m¨²sico Devendra Banhart expone sus dibujos en el festival ¡®Un/veiled¡¯, que homenajea al artista estadounidense a trav¨¦s de obras de artistas a los que ha inspirado
Hay c¨®cteles culturales que sientan mucho mejor que un gin tonic. Por ejemplo, arte abstracto del siglo XX con un buen chorro de m¨²sica indie del XXI, condimentado con tumbas modernas, templos cl¨¢sicos, poes¨ªa y veneraci¨®n. El c¨®ctel se sirve actualmente en Roma, una ciudad en la que gracias al peso del Vaticano hay casi 900 iglesias, m¨¢s que en ninguna otra del mundo. En pr¨¢cticamente todas ellas reposan, en su viaje hacia la eternidad, cl¨¦rigos, nobles italianos de todo pelaje o dioses renacentistas como Rafael Sanzio. Sin embargo, en una de esas iglesias, la Chiesa Nuova, tambi¨¦n est¨¢ enterrado, desde su muerte en 2011, alguien aparentemente alejado de ese contexto hist¨®rico, pero cuya conexi¨®n con Roma a¨²n pervive: el pintor estadounidense de arte abstracto Cy Twombly, quien vivi¨® en la capital italiana durante cuatro d¨¦cadas y a cuyo legado se le dedica all¨ª este mes un festival, Un/veiled, Inside the creative process (after Cy Twombly), en la Fundaci¨®n Nicola del Roscio.
Hasta la Chiesa Nuova acudi¨® a visitar a Twombly, durante su estancia en Roma a finales de mayo, otro estadounidense peculiar, Devendra Banhart (Houston, 43 a?os). Menos c¨¦lebre como artista pl¨¢stico que como m¨²sico indie-folk, Banhart fue el encargado de inaugurar Un/veiled. Lo hizo no solo con un concierto intimista y semisecreto al que acudieron unos 200 privilegiados, sino con una luminosa exposici¨®n de dibujos abierta hasta el 5 julio (fecha que conmemora el aniversario de la muerte del homenajeado).
La historia del arte del siglo XX no puede comprenderse sin los trazos y signos obsesivos de los lienzos de Cy Twombly. Perteneci¨® a aquel m¨ªtico grupo de creadores que pas¨® por el Black Mountain College en los a?os 50, junto a Robert Rauschenberg, Robert Motherwell o Jasper Jones, y que a trav¨¦s del arte abstracto rob¨® el protagonismo art¨ªstico a Par¨ªs para colocarlo en Nueva York tras la II Guerra Mundial.
¡°Cy Twombly no solo es arte. Cuando vi sus obras por primera vez pens¨¦: ¡®As¨ª suena la m¨²sica que yo quiero hacer¡¯. Tambi¨¦n vi emociones y me dieron ganas de buscar mi identidad como artista¡±. Banhart, sencillo y encantador en el trato, convers¨® con EL PA?S durante la v¨ªspera de su concierto rodeado por sus dibujos, poco conocidos para esos fans a los que hace dos d¨¦cadas dej¨® embobados con discos como Cripple Crow o Smokey Rolls Down Thunder Canyon, donde mezclaba todo un abanico de ritmos, voces, melod¨ªas y letras juguetonas en ingl¨¦s y espa?ol (creci¨® en Venezuela).
¡°Igual que he seguido haciendo discos¡± ¡ªel ¨²ltimo, Flying Wig, se public¨® en 2023¡ª ¡°he seguido dibujando y escribiendo, pero, al contrario que mi m¨²sica, mis dibujos apenas salen de casa porque a¨²n no tengo galer¨ªa¡±, se lamenta. Precisamente por eso se sinti¨® halagado al ser invitado por la Fundaci¨®n Nicola del Roscio para inaugurar una propuesta multidisciplinar dedicada al legado de su admirado Twombly y donde adem¨¢s participan, con espect¨¢culos a lo largo del mes, la pianista Myra Melford, el poeta Dear Rader, la core¨®grafa Michele Murray y los m¨²sicos Eraldo Bernocchi y Rita Marcotulli, todos ellos ¡°tocados¡± por la mano de Twombly, seg¨²n explica la comisaria Eleonora di Erasmo. ¡°Las obras del pintor tienen la capacidad de hablarle a diferentes generaciones. Cada uno de los artistas escogidos ha interiorizado su lenguaje y lo ha llevado a su territorio. En el caso de Banhart, la repetici¨®n casi obsesiva nos transporta a las repeticiones que el propio Twombly propon¨ªa a trav¨¦s de obras marcadas por diferencias apenas imperceptibles¡±, dice Di Erasmo, quien trabaj¨® en el cat¨¢logo razonado del pintor.
¡°Twombly nos ha influido a todos¡± dice Banhart. ¡°Es como Grace Jones, como los Beatles, uno de esos artistas que te cambian profundamente, fundamentales para cualquier otro artista, de cualquier disciplina¡±, explica un m¨²sico que estudi¨® artes visuales en el Instituto de Arte de San Francisco. Pese a no tener galer¨ªa, las obras de Banhart se han expuesto en ferias internacionales como Art Basel Miami o museos como el MOCA de Los ?ngeles o el Museo de Arte Moderno de San Francisco, aunque eso no significa que las artes visuales le den de comer. ¡°?Por qu¨¦ un artista contin¨²a trabajando? No tiene nada que ver con el dinero porque es ruinoso. De vez en cuando vendo una pieza pero¡ ?t¨² sabes lo que cuesta producir un disco? Dime¡ ?cu¨¢ndo fue la ¨²ltima vez que compraste m¨²sica?¡±, inquiere. (Respuesta: a?os). ¡°Los artistas seguimos creando porque no podemos evitarlo, es una pulsi¨®n¡±, a?ade.
En un recorrido por su exposici¨®n, donde tambi¨¦n hay portadas de algunos de sus discos, el artista se detiene frente a una serie de 16 dibujos donde la silueta de una esfinge se convierte en m¨²ltiples interpretaciones de lo que podr¨ªa ser el latido de una c¨¦lula que vio dentro de un coraz¨®n en un v¨ªdeo que lleva en el tel¨¦fono. Porque Banhart es as¨ª, encuentra ideas en todas partes y ahora esa c¨¦lula late en sus dibujos. ¡°Mientras hac¨ªa mis primeras exposiciones compuse mi primer disco. Hacer m¨²sica en realidad era un veh¨ªculo para jugar con las palabras. Me gustaba componer y tocar aunque no lo dominaba. Y a menudo ten¨ªa que hacer dibujos para terminar las canciones. Es como una trenza, todo est¨¢ conectado. M¨²sica, arte, poes¨ªa, nunca he dejado de hacer ninguna de las tres cosas¡±, explica.
Budista practicante, dice que hoy trata sobre todo de ¡°sanarse¡±, un verbo entendido en el sentido de ¡°cambiar¡±. ¡°El mundo se niega a aceptar los cambios porque sanar duele¡±, dice. ¡°El a?o pasado viaj¨¦ a Venezuela y cant¨¦ vestido de mujer, como hago casi siempre desde que descubr¨ª que la ropa femenina me hacer sentir sexy, sin ninguna connotaci¨®n sexual, pero all¨ª era importante, porque hay mucha homofobia y quer¨ªa mostrar a los j¨®venes algo que no se pod¨ªa ver cuando yo era ni?o. Y s¨ª, subido a un escenario me aceptan, pero si voy a cenar con falda, incluso en ciudades burbuja como Nueva York o Los ?ngeles, me insultan por la calle¡±.
Entonces ?cree que a¨²n falta libertad? ¡°Creo que la gente como Trump simplemente tiene miedo al cambio, por eso vivimos tiempos oscuros, porque pocos quieren cambiar, aunque el planeta lo necesite¡±. ?Hay que comprometerse pol¨ªticamente? ¡°No hay recetas. Yo he llorado igual escuchando a las madres de ambos lados de una guerra. Puedo dibujar una camiseta y recaudar dinero para ni?os hambrientos, pero no me pidas que salga a dar un mitin. Sin embargo, que no lo d¨¦ no significa que en mi peque?o universo no est¨¦ haciendo cosas para contribuir al cambio¡±. Acciones quiz¨¢ imperceptibles a simple vista pero, como los signos y l¨ªneas que trazaba Twombly, poderosas.
?Por qu¨¦ Cy Twombly est¨¢ enterrado en la Chiesa Nuova, de Roma?
Cy Twombly nunca habló de religión. No era creyente. Antes de morir pidió ser cremado y que sus cenizas reposaran en una urna en la oficina de Gaeta (Italia) donde se preparaba su ‘Catalogo Razonado’, desde la que se veía la Bahía de Gaeta, su vista favorita, donde él tuvo su estudio.
Sin embargo, el mismo año de su muerte, alguien robó el féretro de Mike Bongiorno, un célebre presentador de televisión italiano. Nunca se supo quién fue, aunque los rumores apuntaban a la mafia. Con toda Italia conmocionada por el robo, la familia de Twombly tuvo miedo de que alguien asaltara la oficina de Gaeta y se llevara las cenizas de Twombly para pedir un rescate.
Entonces, a través de conocidos en el Vaticano, se negoció enterrar sus cenizas en la Chiesa Nuova, y ahora reposan ahí, en una columna dentro de una cajita de plata donde también hay un pequeño pincel con el que Twombly pintó su última serie de cuadros.
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