Lisette Lomb¨¦, poeta nacional de B¨¦lgica: ¡°Aunque crezca la ultraderecha, no se pueden parar los avances progresistas¡±
La escritora de origen congole?o, destacada en la escena del ¡®slam¡¯, se adentra en la novela con ¡®Eunice¡¯, una historia arrebatada sobre la p¨¦rdida de los padres y las inc¨®gnitas familiares
Durante la pandemia, cuando se celebraban muchos funerales y con muchas limitaciones, cuando algunos ten¨ªan lugar en soledad por las restricciones en el contacto social, Carl Norac, poeta nacional de B¨¦lgica, ide¨® lo que llam¨® flores de funeral: las personas que perd¨ªan un ser querido pod¨ªan solicitar por correo electr¨®nico un poema en memoria de los que se iban. Poetas de todo el pa¨ªs se pusieron al servicio de la ciudadan¨ªa para honrar a sus muertos.
Para eso sirve el poeta nacional en B¨¦lgica: un cargo de dos a?os de duraci¨®n que entiende al poeta como un servidor p¨²blico. Desde el pasado 28 de marzo hay una nueva poeta nacional: Lisette Lomb¨¦ (Namur B¨¦lgica, 46 a?os), belga de origen congole?o, estrella de la escena del slam (una disciplina de la poes¨ªa esc¨¦nica), que visit¨® Madrid en los ¨²ltimos compases de la Feria del Libro, invitada por la Delegaci¨®n General Valonia-Bruselas en Espa?a y la Comisi¨®n Europea, para presentar su novela Eunice (Demipage). Eunice, como se llaman otras poderosas mujeres negras, como la atleta nacida en Sierra Leona Eunice Barber y como la cantante Eunice Kathleen Waymon, tambi¨¦n conocida como Nina Simone.
¡°Creo en la poes¨ªa en 360 grados¡±, dice la escritora, ¡°puede ser danza, collage, libros, tambi¨¦n libros para ni?os, talleres de escritura, art¨ªculos¡ Trato de poner poes¨ªa en todo lo que hago: la poes¨ªa es un aliento¡±. Precisamente su novela, m¨¢s que una prosa convencional, es un largo texto de slam cortado en cap¨ªtulos. Narra la historia de Eunice, una joven de 19 a?os cuya madre, de 45, muere ahogada durante una juerga. Este suceso iniciar¨¢ una investigaci¨®n sobre los secretos familiares y acompa?ar¨¢ un arquet¨ªpico proceso de iniciaci¨®n en la sexualidad, el activismo o el consumo de sustancias en raves. El texto es fresco, r¨ªtmico, duro, po¨¦tico, por eso podr¨ªa ser perfectamente declamado, con ¨¦xito, en una sesi¨®n de slam. Porque al leerlo resuena dentro del cr¨¢neo.
No es una historia autobiogr¨¢fica, pero s¨ª inspirada por su biograf¨ªa. Lomb¨¦ se cay¨® por las escaleras de su casa cuando bajaba, de noche, a chequear un sonido extra?o. Fue un accidente dom¨¦stico, pero la ca¨ªda fue muy grave. ¡°Casi me mato: eso me hizo reflexionar sobre c¨®mo ser¨ªa para mis tres hijos perder a su madre¡±, dice la escritora. ?Qu¨¦ era aquel amenazante sonido misterioso que le hizo bajar las escaleras en la oscuridad? La lavadora del vecino. Nunca se sabe d¨®nde se encuentran las m¨¢s absurdas formas de morir.
Los problemas de la madre de Eunice para afrontar la mediana edad podr¨ªan asimilarse a la propia Lomb¨¦, que se encuentra en esa fase vital. ?Es as¨ª? ¡°Si envejecer nos puede parecer injusto, es doblemente injusto para una mujer¡±, dice. Lomb¨¦ empez¨® tarde a escribir y tambi¨¦n tarde en el slam. ¡°Soy tard¨ªa, empec¨¦ con 36 a?os, y estoy rodeada de gente muy joven. De ni?a ten¨ªa una m¨¢quina de escribir, el hecho de escribir ahora me da nostalgia de aquellos tiempos en los que pod¨ªa haber empezado y no empec¨¦¡±, cuenta.
La mediana edad tambi¨¦n es la sensaci¨®n de estar llegando tarde a las cosas, de ir mal de tiempo, de urgencia por vivir todo lo que hay que vivir. ¡°Me llama la atenci¨®n que esta gente que me rodea se haya decidido tan pronto, haya iniciado su carrera art¨ªstica con 17 a?os, muchas veces sin seguir el camino prefijado de estudiar, emparejarse, formar una familiar, etc.¡±, explica. ¡°Me dan envidia los que lo tienen tan claro desde el principio¡±.
Agresiones racistas
Sus comienzos en la poes¨ªa se dieron por la confluencia de una crisis de burnout (el s¨ªndrome de desgaste laboral que produce el estr¨¦s sostenido) y una agresi¨®n racista en un tren. Regresando de una manifestaci¨®n contra las pol¨ªticas de austeridad se top¨® con un hombre que dec¨ªa que los extranjeros ten¨ªan que ser esterilizados, que no deb¨ªan reproducirse.
¡°Mi padre me hab¨ªa educado en callarme y aguantar, pero aquel d¨ªa yo me levant¨¦ y plant¨¦ cara. ?l me dijo que yo no sab¨ªa leer. Yo le dije que era profesora de lengua. ?l me dijo que me fuera a mi pa¨ªs. Yo le dije que era belga y le ense?¨¦ mi documento de identidad. En realidad, era como una sesi¨®n de slam¡±, recuerda. As¨ª lo descubri¨® cuando una directora de teatro le anim¨® a contar su experiencia de forma po¨¦tica. Y tuvo ¨¦xito. ¡°Me encontraba mal, en busca de sentido, y la escritura logr¨® conectarme¡±, explica.
En sus talleres literarios, de los que le gusta mucho hablar, Lomb¨¦ instruye a personas alejadas del ¨¢mbito literario, presos, ni?os, migrantes aprenden el idioma¡ ¡°La poes¨ªa les sirve para expresar sus emociones de otra manera. Pueden decir que est¨¢n quemados o angustiados, pero es m¨¢s gr¨¢fico decir que se sienten como un barco a la deriva, como un banco con tres patas o que llevan un abrigo que les aprieta¡±, dice la poeta.
¡°?C¨®mo ser una ni?a del Congo en el pa¨ªs de Tint¨ªn?¡±, se pregunt¨® un periodista ante la figura de Lomb¨¦. Las relaciones de B¨¦lgica con el racismo y el colonialismo son conflictivas: entre los siglos XIX y XX el rey belga Leopoldo II perpetr¨® en el llamado Estado Libre del Congo un gran genocidio colonial relacionado con las pr¨¢cticas esclavistas para la extracci¨®n del caucho. A base de torturas, castigos, asesinatos y enfermedades murieron entre 10 y 15 millones de congole?os. Ahora B¨¦lgica lidia con ese pasado, por ejemplo, descolonizando sus museos y deshaci¨¦ndose de s¨ªmbolos y monumentos coloniales. Pero el racismo persiste. Curiosamente, la obra Tint¨ªn en el Congo, publicada por el h¨¦roe de la cultura belga Herg¨¦ en 1931, es conocida por reproducir estereotipos colonialistas y racistas.
Lomb¨¦ trata de llevarlo con filosof¨ªa, vivir en una ciudad progresista como Lieja ayuda. ¡°Antes sent¨ªa una c¨®lera que no llegaba a manifestar, ahora tengo cierta tranquilidad porque puedo enfrentarme a esto a trav¨¦s de los talleres y de la poes¨ªa, donde se puede hablar sosegadamente de la situaci¨®n¡±, dice. Practica, siempre desde la escucha, un feminismo interseccional. ¡°Interseccional porque tiene en cuenta las diferentes opresiones seg¨²n el g¨¦nero, la raza, la clase: por ejemplo, yo sufro la opresi¨®n por ser una persona racializada [dice ser ni blanca, ni negra, sino blanca y negra], pero tambi¨¦n gozo del privilegio de tener estudios¡±, explica. Al tiempo, la extrema derecha avanza en el continente, seg¨²n se vio en las ¨²ltimas elecciones europeas. ¡°Pero creo que no se pueden parar las fuerzas progresistas, eso es imposible. Hasta en los pa¨ªses m¨¢s duros la gente encuentra v¨ªas para que se respeten sus derechos¡±, concluye.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.