Juan Ignacio Vidarte, director del Guggenheim de Bilbao: ¡°?Un consejo para el nuevo director del museo? Que sea muy intransigente con nuestros valores¡±
Tras 28 a?os al frente, el responsable de la instituci¨®n repasa, al dejar el cargo, la historia del centro desde los comienzos hasta el ¨¦xito tras la pandemia
Hay un museo en Bilbao que cambi¨® la ciudad hace tres d¨¦cadas, y a su director, que se retirar¨¢ a finales de a?o, los empleados de ese museo lo van a echar de menos. ¡°Es un acto de generosidad: se va porque quiere dejar paso a las nuevas generaciones, pero podr¨ªa quedarse porque con ¨¦l el museo va como un tiro¡±, repiten varios empleados en los pasillos. El cari?o que le tienen es genuino y lo de ir como un tiro no es una exageraci¨®n. Juan Ignacio Vidarte (Bilbao, 68 a?os) anunci¨® en mayo que dejar¨¢ la direcci¨®n del Guggenheim 28 a?os despu¨¦s de tomar las riendas. Y lo har¨¢ con n¨²meros r¨¦cord: en 2023, 1.324.221 personas visitaron el centro, una cifra que va camino de superarse este 2024. Discreto, educado y envuelto en esa sensaci¨®n de que naci¨® para llevar traje, recibi¨® a EL PA?S el pasado 27 de junio en una sala de reuniones del museo desde la que se ve¨ªa la r¨ªa de la Bilbao (o sea, el centro del mundo) y a Puppy, el florido perro de Jeff Koons que la custodia desde 1992.
Pregunta: ?C¨®mo est¨¢?
Respuesta: Muy bien [se encoge de hombros]. Hombre, es una situaci¨®n un poco especial, pero bien. Por una parte, la vida sigue: sigue habiendo nuevas exposiciones, nuevos actos; pero por otra estamos en esa fase del inicio de la transici¨®n. Cuando lo pienso, bueno¡ pero en el d¨ªa a d¨ªa, ni me acuerdo de que me voy. Hay demasiado trabajo.
P. Es el ¨²nico director que ha tenido el museo. Como dicen en el f¨²tbol, es un one club man.
R. ?Hombre! yo soy del Athletic, y esa es un poco parte de la filosof¨ªa del equipo. No lo hab¨ªa pensado en esos t¨¦rminos, pero es algo similar, s¨ª. Formo parte del proyecto desde el principio y cada movimiento ha llevado al siguiente casi sin darme cuenta. Estuve en las conversaciones iniciales; cuando se lleg¨® a un acuerdo me pidieron que gestionara el proyecto hasta su inauguraci¨®n [en 1992 fue nombrado director del Proyecto Guggenheim Bilbao]; cuando estaba a punto de inaugurarse me dijeron que siguiera como director [en 1996, un a?o antes de inaugurarse] y a partir de entonces, pues ah¨ª he seguido.
P. Usted comienza a pensar en dejar esto en 2017.
R. Bueno, en ese momento, cuando se cumplen 20 a?os, comienzo a pensarlo. Yo estaba bien, ilusionado. Como ahora, que no tengo ning¨²n problema. Pero entonces pens¨¦ que todo tiene fases, y que deb¨ªa dejar paso al siguiente cap¨ªtulo. Pero aquello se demor¨® un poco y entonces lleg¨® la pandemia.
P. Un parteaguas para el mundo y para los museos. ?C¨®mo recuerda aquella ¨¦poca?
R. Fue complicado. Llev¨¢bamos un a?o estupendo hasta marzo, y de repente de la noche a la ma?ana los ingresos caen un 70%. Tuvimos que hacer juegos malabares. Pero te digo algo, fue muy interesante. Tragedia aparte, evidentemente, fue una ¨¦poca formativa: nos oblig¨® a gestionar una situaci¨®n inesperada y a ejercitar todos los mecanismos de flexibilidad y resiliencia. Tambi¨¦n tuvimos suerte: aqu¨ª, al contrario que en Estados Unidos, el tiempo que el museo estuvo cerrado fue muy corto. Si hoy estamos bien es en parte porque esa situaci¨®n nos sirvi¨® para crecer como instituci¨®n.
P. En el sector predominaba el catastrofismo¡
R. ¡°Se acabaron las grandes exposiciones¡±, ¡°esto va a cambiar para siempre¡±. Bueno, yo era m¨¢s positivo. Recuerdo que est¨¢bamos programando una exposici¨®n cuyo comisario era Norman Foster, y ¨¦l me hizo una reflexi¨®n muy acertada. Me dijo: despu¨¦s de los atentados de las Torres Gemelas, la conclusi¨®n fue que se acabaron los rascacielos. Pero desde entonces es cuando m¨¢s rascacielos se han hecho. Dijimos: tenemos que apretarnos el cintur¨®n para ser capaces de salir de esta sin hipotecas y poder ir a tope. Lo hicimos, y ya en el 22 superamos los niveles prepandemia.
P. El a?o pasado fue el a?o con m¨¢s visitantes.
R. Y este lleva camino¡
P. Volviendo a la pandemia: cuando pasa, retoma la idea de dejarlo.
R. S¨ª, en 2022, pero Richard Armstrong [director del Guggenheim de Nueva York) dice que lo va a dejar], y tampoco era cuesti¨®n de simultanear ambas salidas. Hoy ya puedo hacerlo. La reflexi¨®n racional es correcta. El conflicto est¨¢ ah¨ª, claro, el coraz¨®n me pedir¨ªa seguir, pero es hora de dejar paso a otro.
P. ?C¨®mo dir¨ªa que un museo como este ha cambiado a toda la ciudad?
R. Hombre, de la ciudad de 1991 a la ciudad del 2024 hay una transformaci¨®n enorme. El museo ha sido crucial para esa transformaci¨®n, pero no ha sido lo ¨²nico. Desde fuera mucha gente piensa que Bilbao era el patito feo y que lleg¨® el Guggenheim y lo transform¨® como con una varita m¨¢gica, y no es as¨ª. El museo es fundamental, pero tambi¨¦n la creaci¨®n del metro, el saneamiento de la r¨ªa¡ El museo ha tirado de ese plan integral para cambiar esta zona de Bilbao.
P. ?C¨®mo era esta zona antes?
R. En 1989 y 1990 la ciudad viv¨ªa una crisis econ¨®mica muy profunda, con la reconversi¨®n industrial. En 1991 ETA mat¨® a 46 personas. En la margen izquierda hab¨ªa una tasa de paro del 46%. Y surge un diagn¨®stico colectivo para hacer que el Bilbao del futuro no se pareciera a ese Bilbao. El museo ha sido un actor, pero ya digo ha habido otros muchos.
P. ?C¨®mo definir¨ªa su legado en el museo?
R. Pues no te s¨¦ responder. Me gustar¨ªa pensar que mi legado es haber ayudado a hacer posible un proyecto que estaba muy definido hace 30 a?os. Trasladar aquella idea a una realidad. Pienso en la programaci¨®n que hemos desarrollado, en la gran colecci¨®n que tenemos¡ y en que es una instituci¨®n que va como una moto. Yo he jugado un papel, s¨ª, pero es solo un papel: hay todo un equipo detr¨¢s.
Mi legado es haber ayudado a hacer posible un proyecto que estaba muy definido hace 30 a?os¡±
P. Un equipo que le echar¨¢ de menos, dicen.
R. Bueno, no s¨¦ yo¡ [r¨ªe].
P. ?Cu¨¢l es el reto del museo para el futuro?
R. Seguir siendo relevante a nivel mundial.
P. ?La exposici¨®n que recuerda con m¨¢s cari?o?
R. M¨¢s que una exposici¨®n te digo una obra: La materia del tiempo [la gigantesca estructura laber¨ªntica de acero de Richard Serra].
P. ?Se le ha escapado alguna?
R. S¨ª. Pero de verdad, yo no pienso en las oportunidades perdidas. Y siempre se abre una puerta: quiz¨¢ no ha llegado alguna exposici¨®n que quer¨ªa, pero eso ha propiciado que llegaran otras. Pasa en la vida, a veces haces cosas estupendas que nunca hubieras hecho si otra cosa anterior no hubiera fracasado.
P. ?Cu¨¢l es su rinc¨®n favorito del museo?
R. Mmmm¡ pues en la tercera planta hay una terracita escondida entre los vol¨²menes desde la que se ve una vista fant¨¢stica del atrio.
No pienso en las oportunidades perdidas. Y siempre se abre una puerta: quiz¨¢ no ha llegado alguna exposici¨®n que quer¨ªa, pero eso ha propiciado que llegaran otras¡±
P. ?Qu¨¦ planes tiene ahora? Por lo que se dice, no va a dirigir el Guggenheim de Abu Dabi.
R. No, no, no tendr¨ªa sentido. Continuar¨¦ vinculado a este museo cuando termine el proceso de sucesi¨®n como director em¨¦rito de este museo y responsable de estrategia global de la Fundaci¨®n Guggenheim.
P. Menciono lo de Abu Dabi no tanto por su futuro sino porque esa regi¨®n est¨¢ haciendo mucho ¨¦nfasis en el arte. ?Vira el ecosistema art¨ªstico del mundo hacia all¨ª?
R. Bueno, en esa zona se est¨¢ creando un foco muy importante de instituciones culturales. Como por otro lado ha pasado siempre: los lugares con un determinado desarrollo econ¨®mico invierten en sus propias instituciones culturales.
P. ?Qu¨¦ calendario maneja para conocer al nuevo director, o directora, del Guggenheim?
R. Est¨¢ comenzando el proceso de selecci¨®n, y para finales de oto?o yo creo que se sabr¨¢ qui¨¦n es.
P. ?Y qu¨¦ consejo le dar¨ªa?
R. Que sea muy fiel a los objetivos y valores del museo. Que sea muy intransigente con la misi¨®n del museo, que es ser relevante a nivel internacional, transformar su comunidad y, claro, comprometerse con la m¨¢s alta calidad.
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