D¨ªas enteros en Avi?¨®n
En el festival franc¨¦s ha habido ¡°descubrimientos felices¡±, todos esos asombros ante la fuerza de Liddell, o ante el veloz nuevo mundo de Sophie Calle
En la ma?ana del pasado lunes 8, justo al d¨ªa siguiente de la victoria del Frente Popular en Francia, llegu¨¦ a Avi?¨®n. Reconozco que llevaba tiempo queriendo escribir una frase como la que acabo de escribir, esa ¡°frase aut¨¦ntica¡± que recomendaba Hemingway que coloc¨¢ramos al inicio de una historia si quer¨ªamos que la narraci¨®n marchara bien.
Llegu¨¦ a Avi?¨®n imaginando que protagonizaba una secuencia parecida a la que abre Rel¨¢mpago sobre agua cuando de un taxi, que se detiene frente a la casa de Nicholas Ray, desciende Wim Wenders y la voz en off de este nos dice: ¡°Llegu¨¦ a Nueva York en el fr¨ªo amanecer del 8 de abril de 1979¡¡±.
Hab¨ªa estado antes ya dos veces en Avi?¨®n. Una en el verano del 64, la primera salida de mi vida al extranjero. Todo un mes de julio con otros escolares, en una residencia de los jesuitas y que fui incapaz de encontrar cuando volv¨ª a Avi?¨®n hace ocho a?os y la b¨²squeda de un simple claustro y de una capilla acab¨® convirti¨¦ndose en un hecho frustrante.
?Hubo verano del 64? El pasado martes, en el marco del festival de teatro de la ciudad, durante mi conversaci¨®n en p¨²blico con la gran Laure Adler en el centro del jard¨ªn del claustro de Saint Louis, me fui dando cuenta, con el natural y grand¨ªsimo asombro, de que me encontraba nada menos que en aquel ¨Ccentral en mi vida¨C recinto jesu¨ªtico que tanto hab¨ªa buscado.
Tantas vueltas para acabar llegando al centro mismo del jard¨ªn del pasado. Se cierra un c¨ªrculo, dijo Sophie Calle cuando le coment¨¦ lo que hab¨ªa reencontrado en el tiempo y en el espacio. Est¨¢bamos los dos en ese momento en otro c¨ªrculo, el que se hab¨ªa formado en torno a Ang¨¦lica Liddell, que ven¨ªa de declarar en comisaria por una denuncia de ¡°injurias p¨²blicas¡± tras su intensa, dura, imponente representaci¨®n, ante el Palacio de los Papas, de la obra D?mon. El funeral de Bergman (en Barcelona, en el Lliure, del 19 al 21 de este mes).
Y me pareci¨® ver que la actual Sophie Calle, admiradora de la ¡°nueva escritura dram¨¢tica¡± de Liddell ¨Ctan visible en Vud¨² (La U?a Rota, 2024)¨C, encaja cada d¨ªa m¨¢s en la concepci¨®n bergmaniana del Arte, la que le exige a este ser libre, desvergonzado e irresponsable. Encaja, s¨ª, aunque ya solo sea porque asombra verla a Sophie d¨ªas enteros re¨ªrse continuamente de todo lo que sucede, de todo lo que pasa, escucha, o llega a ver, del mismo modo que asombra que proyecte reunir en una exposici¨®n los 42 proyectos art¨ªsticos que comenz¨®, pero nunca acab¨®.
Me acuerdo de que para Mar¨ªa Negroni el asombro ¡°nos comunica con los descubrimientos felices, los ¨²nicos que cuentan¡±. Y tambi¨¦n de que siempre dije que muchos de mis viajes comienzan cuando regreso, cuando empiezo a leer sobre el lugar donde he estado y descubro que no he visto nada. En el caso de estos d¨ªas enteros de Avi?¨®n, no he visto mucho, pero ha habido ¡°descubrimientos felices¡±, todos esos asombros ante la fuerza de Liddell, o ante el veloz nuevo mundo de Sophie Calle, artistas a las que fui a ver a Avi?¨®n y las vi, pero que me han dejado pasmado de lo mucho que ahora de ellas me queda por ver.
Babelia
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