Teresa Figueroa, ex jefa de prensa: ¡°Mel Gibson era mentalmente un adolescente gamberro. Oliver Stone, algo peor: un grosero¡±
La responsable durante dos d¨¦cadas de la promoci¨®n en Warner Bros. publica sus memorias y sus an¨¦cdotas con las estrellas. Se declara fan de Antonio Banderas y recuerda la locura de Steven Seagal
De 1984 a 2005 Teresa Figueroa (Quito, 76 a?os) tuvo uno de los trabajos m¨¢s locos que se puedan imaginar en el mundo del cine, el de jefe de prensa de Warner Bros. Espa?a. No solo ten¨ªa que lidiar con la prensa, sino que organizaba las visitas de promoci¨®n, en aquel tiempo numeros¨ªsimas, a Espa?a de los equipos de pel¨ªculas internacionales, sino que a partir de los Juegos Ol¨ªmpicos de 1992, muchas promociones europeas se realizaron en Barcelona, lo que multiplic¨® su labor. Fueron adem¨¢s d¨¦cadas preinternet; se convocaban los pases de pel¨ªcula para la prensa por carta y fax, el material (diapositivas, casetes y v¨ªdeos) se enviaba por correo y a las entrevistas se citaba por tel¨¦fono.
Con todo, lo mejor y lo peor vino con las estrellas, y sobre ellas ha escrito un libro, Diario de una publicista (autoedici¨®n), que h¨¢bilmente se subtitula An¨¦cdotas, caprichos y antojos de las estrellas de Hollywood. En sus p¨¢ginas, Figueroa mantiene su imagen eterna de ¡°se?ora¡±: jam¨¢s escribe prostitutas ni coca¨ªna, pero encuentra las suficientes grietas literarias por las que cuela la descripci¨®n de esos caprichos y que entienda que s¨ª, que Steven Seagal no solo hac¨ªa luz de gas a su esposa, Kelly LeBrock (de la que fue guardaespaldas antes que consorte), sino que pens¨® que pod¨ªa acostarse con Ana Obreg¨®n: usando dinero de Warner le compr¨® una pulsera y se present¨® en casa de la actriz, solo para descubrir que Obreg¨®n le esperaba con toda su familia, y lo que hab¨ªa sido convocado como un acto social era, efectivamente, un encuentro social. Seagal devolvi¨® la pulsera, aunque en sus siguientes visitas a Espa?a mantuvo sus majader¨ªas.
Pregunta. ?Cu¨¢nto no ha contado?
Respuesta. He contado lo que hab¨ªa que contar. Cuando empec¨¦ a recopilar el material elabor¨¦ un bruto de este libro. Pero una tiene que ser lo suficientemente responsable para saber qu¨¦ dices y c¨®mo lo dices. Fui despedida de manera muy brusca, cierto. Sin embargo, mi vida personal y familiar siempre se diferenci¨® de mi trabajo. A m¨ª lo de estar en un hotel de lujo o con estrellas me ha dado siempre lo mismo.
P. Estudi¨® Empresas tur¨ªsticas y lleg¨® a su puesto desde la distribuci¨®n cinematogr¨¢fica. ?Eso le ayud¨® en su trabajo de prensa?
R. Me ayud¨® a qu¨¦ era muy ordenada, con cuadernos y agendas con todo anotado. As¨ª pude escribir este libro.
P. Su gran lamento es no haber conocido a Sean Connery por una semana, la que le faltaba de baja por maternidad. A cambio, escribe entre sus alegr¨ªas que cen¨® con Charlton Heston. Es usted una cl¨¢sica.
R. Pues s¨ª, no te enga?o.
P. No les perdona ni una a Seagal, Mel Gibson y Oliver Stone.
R. El primero solo ten¨ªa una cosa en la cabeza. Y a¨²n recuerdo la llamada del pobre ch¨®fer cont¨¢ndome lo de la pulsera pagada con tarjeta de la empresa que ten¨ªa que guardar en su casa para devolver por la ma?ana a la joyer¨ªa. En las siguientes visitas, Seagal me impuso las manos para compartir energ¨ªas. En fin... Gibson era, mentalmente, un adolescente gamberro. En una entrevista con Rosa Montero se dedic¨® a tirarle papelitos, hac¨ªa cosas as¨ª. Oliver Stone siempre fue peor: un grosero.
P. Ellas no piden tantos caprichos como ellos.
R. Y a veces las comprendes m¨¢s. Glenn Close fue a San Sebasti¨¢n en plena batalla de su divorcio y con su hija peque?a, pendiente de si su marido aparec¨ªa. Fue muy fr¨ªa, aunque la entend¨ª. Luego conoces gente como Sandra Bullock o Jodie Foster que son de una tranquilidad, de una naturalidad, y que disfrutan del momento y todo les va bien. Nicole Kidman tenia una piel transparente, por eso era tan dif¨ªcil de fotografiar, iniciaba su carrera hacia Hollywood porque iba a rodar con Tom Cruise... Con el tiempo su vida y su f¨ªsico se estropearon.
P. Hay poca droga en su libro.
R. Puede que no me la pidieran a m¨ª, sino a mis jefes o a sus guardaespaldas.
Hab¨ªa chicas de clase A, modelos; de clase B, que ya se tomaban una copa y charlaban, y de clase C. De eso se encargaban unas agencias y se organizaba por encima de m¨ª. En mis inicios ni me lo cre¨ªa¡±
P. Y es curiosa su clasificaci¨®n de las chicas que eran invitadas a las fiestas.
R. Las hab¨ªa de clase A, modelos; de clase B, que ya se tomaban una copa y charlaban, y de clase C. De eso se encargaban unas agencias, y se organizaba por encima de m¨ª. En mis inicios ni me lo cre¨ªa.
P. ?La pel¨ªcula que m¨¢s disfrut¨® promocionando?
R. La misi¨®n. ?Qu¨¦ pel¨ªcula! Adem¨¢s fue una de las promos m¨¢s grandes en las que he trabajado, junto a la saga Harry Potter. Y Noviembre dulce, me gusta el cine de ese g¨¦nero. Vino, impresionante, Charlize Theron con su madre, y en la rueda de prensa lo primero que hicieron fue afrontar la muerte de su padre [La actriz ten¨ªa 15 a?os cuando una noche su padre, alcoh¨®lico, dispar¨® a trav¨¦s de la puerta de la habitaci¨®n en la que se escond¨ªa con su madre. Ella respondi¨® en defensa propia y le mat¨®] para desactivar el problema y seguir con la promoci¨®n.
Kevin Costner tiene unos ojos muy bonitos... que no transmiten nada. A Russell Crowe le ve¨ªas y no entend¨ªas nada de su fama. Eso s¨ª, abr¨ªa la boca ?y qu¨¦ voz! Cher daba miedo¡±
P. Se declaran fan de Antonio Banderas.
R. Como todos, ?no? A¨²n ten¨ªa casa en la calle Mayor y en la promoci¨®n de Los reyes del mambo quer¨ªa ir andando a los sitios, rechazaba el coche... Siempre ha sido encantador, comprende todos los problemas que surgen y ayuda a resolverlos. En Londres, con Asesinos, enga?aba a su publicista para dedicar m¨¢s tiempo a la prensa espa?ola.
P. Tambi¨¦n tiene sus propios ¡°ins¨ªpidos¡±.
R. Kevin Costner tiene unos ojos muy bonitos... que no transmiten nada. A Russell Crowe le ve¨ªas y no entend¨ªas nada de su fama. Eso s¨ª, abr¨ªa la boca ?y qu¨¦ voz! Cher daba miedo, no se le mov¨ªa ni un m¨²sculo. Yo observaba mucho cuando me presentaban al inicio de las promociones. Yo estaba siempre calladita, no contaba m¨¢s que lo suficiente y procuraba ser muy concisa para que no tuvieran que darme muchas vueltas y hacer cambios. Porque para m¨ª los cambios significaban tener a todo un equipo patas arriba para dos tonter¨ªas. Y quiero dejar claro una cosa: la prensa espa?ola ten¨¦is una fama estupenda en el resto del mundo, sal¨ªan encantados de las entrevistas por lo preparados que ven¨ªs.
Babelia
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