El acto de caminar o la coreograf¨ªa m¨¢s sencilla del mundo
¡®P¨®mulo y lejan¨ªa¡¯, debut literario de Stefan¨ªa Caro, es una conmovedora y po¨¦tica novela que toma referencias de la danza para expresar la lucha de sus protagonistas por no caerse
Escribir una novela como si se montara una coreograf¨ªa, ¡°la coreograf¨ªa m¨¢s sencilla del mundo, una l¨ªnea recta hacia el Este¡±, cuenta Stefan¨ªa Caro (Pamplona, 43 a?os) que fue el impulso que la llev¨® a escribir P¨®mulo y lejan¨ªa (Consonni), su debut literario. Caro no es bailarina ni core¨®grafa, sino periodista y escritora, y en la actualidad tambi¨¦n profesora de secundaria, pero ha practicado diversos tipos de danza desde peque?a. En esta novela, lo f¨ªsico y la palabra se funden en una sola cosa que funciona a trav¨¦s de una luminosa calidad literaria, en la que derivas po¨¦ticas alrededor de la p¨¦rdida y el vac¨ªo van marcando una l¨ªnea recta que la protagonista recorre (f¨ªsicamente, atravesando la ciudad) con su madre, que aparece en el libro nombrada solo con la inicial T.
Se puede decir que P¨®mulo y lejan¨ªa es una coreograf¨ªa escrita por las ausencias (¡°cada d¨ªa saco un metro y empiezo a tomar medidas a la ausencia¡±, reza la novela). ¡°La protagonista es una mujer que duda porque tiene que tomar decisiones y no sabe verse en el futuro. Se ha dedicado a la danza toda su vida y la danza es puro presente donde el gesto se desvanece. Pero sabe que es el momento de avanzar y decide echarse a caminar para convertir el espacio en tiempo, como dijo el escritor Robert Walser¡±. La autora refuerza el tono po¨¦tico estableciendo un paralelismo vital entre las dos protagonistas: T. es una mujer que un d¨ªa decidi¨® dejar de caminar y su hija, una mujer que ha renunciado a la danza y a una posible maternidad. Las dos echan a andar en busca de un futuro con, tal vez, menos renuncias. ¡°T. debe salir de su sof¨¢, yo debo saltar hacia el futuro¡±, se lee en el libro.
La novela comienza con un nombre propio de la danza, el de Susan Buirge, una bailarina norteamericana que en 1976 ¡°so?¨® con una danza que reflejara la magnitud del espacio que sent¨ªa bajo su piel¡±. Para ello, Buirge traz¨® una coreograf¨ªa en l¨ªnea recta hacia el Oriente que la llevar¨ªa, durante diez a?os, a visitar diversos pa¨ªses de los que extrajo, por ejemplo, c¨®mo caminaba la gente. El acto de caminar como material coreogr¨¢fico se introdujo en la danza unos a?os antes, en la d¨¦cada de los sesenta del siglo pasado, como parte del credo de la Judson Dance Theater, un movimiento iniciado en el Greenwich Village, en Nueva York, que entre otras cosas liber¨® a la danza de espacios convencionales e introdujo el gesto cotidiano como material danc¨ªstico. El core¨®grafo Steve Paxton fue quien vio en lo de caminar un n¨²cleo de estudio danc¨ªstico y lo introdujo, por primera vez, en una pieza coreogr¨¢fica.
Luego llegaron otras personalidades de la danza que jugaron con esos peque?os movimientos del d¨ªa a d¨ªa, como la caminata, para convertirlos en danza. Como Pina Bausch, en varios de sus trabajos; Olivier Dubois, en su fabulosa Trag¨¦die; m¨¢s reciente y m¨¢s cerca geogr¨¢ficamente, la creadora brasile?a afincada en Espa?a Natalia Fernandes, con el sugerente solo La femme qui marche, y ya en otra l¨ªnea menos esc¨¦nica, Michael Jackson y su famoso moonwalk, heredado del core¨®grafo de musicales Bob Fosse. ¡°Dir¨ªa que este ha sido un libro muy caminado, m¨¢s que bailado¡±, cuenta Stefan¨ªa Caro. ¡°Cuando estaba escribi¨¦ndolo y caminaba, surg¨ªan las ideas. Entonces me sentaba en un banco para anotarlas y observaba c¨®mo se mov¨ªa la gente, c¨®mo andaba¡±.
Junto a Susan Buirge, Margaret Severn (¡°Apuntes para este cuaderno. Caminar como Susan Buirge. Desenmascararme como Margaret Severn¡±, se lee en la novela) y los Ballets Suecos, otra gran personalidad de la danza aparece en P¨®mulo y lejan¨ªa para sostener la idea de la verticalidad y la horizontalidad, tan ligada a la existencia de las mujeres de este libro y, por supuesto, de la danza. Se trata de Martha Graham, para quien la columna vertebral era el ¡°¨¢rbol de la vida¡±; gracias a ella evitamos la ca¨ªda y, a continuaci¨®n, se puede bailar. ¡°Todas las protagonistas tienen esa lucha por no caerse, de seguir erguidas. La madre teme que la ley de la gravedad deje de cumplirse y por eso no cuelga cuadros ni nada de las paredes. Todos los personajes tienen miedo a caer y ¨¦sta es una de las preocupaciones de la danza. C¨®mo nos sostenemos, qu¨¦ nos mantiene en pie. Por eso me gusta tanto el cambr¨¦ (postura o figura del ballet), en el que el bailar¨ªn inclina el torso hacia atr¨¢s, pero se mantiene de pie: rodillas, caderas y pies rectos, pero pecho, garganta y ojos, curvados hacia atr¨¢s y mirando hacia el cielo. Tiene algo de volar y derrumbarse a la vez. Y todas las mujeres de este libro est¨¢n en ese intento que en cualquier momento puede vencerse¡±, explica la autora.
?Y c¨®mo reacciona el cuerpo de una persona acostumbrada a ejercitarlo en la danza cuando se enfrenta a contarlo sobre el papel? ¡°Bueno, me he dado cuenta de que la escritura me cuesta mucho m¨¢s que la danza, que es algo m¨¢s inmediato, espont¨¢neo y libre para m¨ª¡±, responde Caro. Al margen de los costoso que pueda resultar el proceso de escritura, que lo es, destaca de esta primera novela de Caro una gran calidad literaria marcada por el tono po¨¦tico de su prosa. ¡°El aplomo y la madurez¡±, como declar¨® el escritor Eloy Tiz¨®n durante la presentaci¨®n de P¨®mulo y lejan¨ªa en el Back to the Book Festival, celebrado en Madrid el pasado 14 de septiembre.
¡°Hay algo de mapa, una idea de lo cartogr¨¢fico que atraviesa este libro que parece querer darle permanencia a la ausencia¡±, declar¨® el autor de T¨¦cnicas de iluminaci¨®n, maestro del relato corto. Stefan¨ªa Caro realiz¨® un taller con Tiz¨®n, aunque confiesa que su verdadero aprendizaje ha pasado por el acto de escribir, borrar y escribir. ¡°La escritura para m¨ª es un proceso intenso, un trazo muy complicado, de borradores, de tirar, de coser historias muy distintas. He tenido que deshacerme de muchas ideas porque entorpec¨ªan el texto. Tambi¨¦n ha habido algo muy instintivo que me llevaba a preguntarme si hab¨ªa verdad en lo que estaba contando, algo esencial para m¨ª¡±. Sobre el t¨ªtulo, cuenta la autora que est¨¢ extra¨ªdo de una conferencia sobre el g¨¦nero de la nana, de Federico Garc¨ªa Lorca, que ilustraba perfectamente su historia en diversas capas. ¡°Caminar de lado, ser un solo p¨®mulo¡±.
Babelia
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