¡®Polvo ser¨¢n¡¯: intenso y pretencioso musical sobre el amor y la muerte digna
El cuarto largometraje de Carlos Marqu¨¦s-Marcet se centra en una pareja (Alfredo Castro y ?ngela Molina) que decide someterse a un suicidio asistido por la enfermedad terminal de la esposa
No son pocos los casos de muertes casi consecutivas en el seno de las parejas en edad avanzada. Fallece uno de ellos y el otro, sin luz ni est¨ªmulos, se deja arrastrar. Muerte a causa de la pena. Para contrarrestar esa posibilidad (indemostrable cient¨ªficamente), y ante la enfermedad terminal de su esposa, el protagonista de Polvo ser¨¢n, cuarto largometraje de Carlos Marqu¨¦s-Marcet, ha decidido acompa?arla. Pese a la existencia de unos hijos y unos nietos, a su perfecto estado de salud y una edad lejos de la ancianidad, viaja a Suiza con ella para someterse ambos a un doble suicidio asistido.
Tercera pel¨ªcula espa?ola en apenas cinco semanas en tratar las distintas variantes de lo que se viene en llamar ¡°muerte digna¡±, tras Los destellos, de Pilar Palomero, y La habitaci¨®n de al lado, de Pedro Almod¨®var, Polvo ser¨¢n tiene un requiebro m¨¢s, y este es de los gordos: es un musical. Un musical amargo sobre el deceso, el amor, la incapacidad de vivir en la tristeza y el legado familiar, en el que los personajes bailan su aflicci¨®n (y hasta la cantan) en tono sombr¨ªo de danza contempor¨¢nea. Una obra valiente, casi insensata, volc¨¢nica, pretenciosa, vociferante, apasionada (aunque no apasionante), que, pese a todo, merece una lectura reposada. Un baile desesperado (y por momentos, desesperante), agarrado de la mano del ¨²ltimo trance, acompa?ado de la m¨²sica de tonos disonantes de Maria Arnal y de las coreograf¨ªas del colectivo La Veronal.
Dividida en tres actos (el dolor del tumor que lleva hasta el fin y la toma de decisiones; la boda tard¨ªa de la pareja junto a hijos y nietos, que es m¨¢s un entierro que una fiesta; y la soluci¨®n final en una aislada casa en las monta?as suizas), la pel¨ªcula juega a la representaci¨®n, pues eso son precisamente sus criaturas: un director de teatro y una actriz, interpretados con fe doliente por el chileno Alfredo Castro y por ?ngela Molina. Y en ese sentido, el del onirismo, la l¨ªrica, el arte y el espect¨¢culo, el de los parones de la acci¨®n principal para la expresi¨®n de los sentimientos de los personajes, la obra entronca con otros tres t¨ªtulos relevantes de la historia del cine. Dos musicales formidables, y un desvar¨ªo po¨¦tico con incomprensible prestigio en algunos ¨¢mbitos: Empieza el espect¨¢culo (All that Jazz, 1979), de Bob Fosse; Bailar en la oscuridad (2000), de Lars von Trier; y El lado oscuro del coraz¨®n (1992), de Eliseo Subiela.
Como en la de Fosse, Polvo ser¨¢n tiene un n¨²mero con plumas y lentejuelas, e incluso Marqu¨¦s-Marcet se atreve con un par de planos de homenaje a lo Busby Berkeley, y sus caracter¨ªsticos cenitales formando figuras geom¨¦tricas con sus bailarines. Sin embargo, la reflexi¨®n sobre la muerte nunca la alcanza, y algo semejante ocurre con la estruendosa negrura de Von Trier. Por desgracia, en varios n¨²meros de baile la pel¨ªcula se desv¨ªa hacia el esp¨ªritu de Subiela, el hombre que convirti¨® algunos de los poemas m¨¢s hermosos de Mario Benedetti en una lamentable detonaci¨®n de lo cursi.
La parte central, la de la reuni¨®n con el resto de la familia, es la mejor con diferencia. Es ah¨ª cuando el dolor se hace m¨¢s palpable y la decisi¨®n, m¨¢s discutible, sobre todo en dos magn¨ªficas conversaciones con las hijas (¡°?Por qu¨¦ no puede morirse normal, como todo el mundo?¡±). Por el contrario, en la parte final, junto a una agradecible delicadeza, el papel de la asociaci¨®n de ayuda, m¨¢s cercana a una secta que a una ONG, enturbia un conjunto en el que nunca se sabe si Marqu¨¦s-Marcet va de la mano de su pareja protagonista o la est¨¢ hundiendo (y esto no queda claro si es virtud o defecto). La meritoria, pero a veces extempor¨¢nea, intensidad de su cine, el de sus tres trabajos anteriores, 10.000 km, Tierra firme y Los d¨ªas que vendr¨¢n, se hace carne en este tercer acto. En el momento en que una lista de Spotify para bien morir parece la ¨²ltima pijada que sustituye a la naturaleza del ser humano y a una muerte verdaderamente digna.
Polvo ser¨¢n
Dirección: Carlos Marqués-Marcet.
Intérpretes: Ángela Molina, Alfredo Castro, Mónica Almirall, Patricia Bargalló.
Género: drama musical. España, 2024.
Duración: 106 minutos.
Babelia
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