El largo camino hacia un teatro despatriarcalizado
Los ¨²ltimos informes constatan una mayor presencia de voces femeninas en la autor¨ªa y direcci¨®n, pero los centros de poder y decisi¨®n siguen siendo masculinos
¡°Han cambiado algunas cosas, se ha evolucionado, pero todav¨ªa queda mucho por hacer¡±. Esta frase se repite en todas las conversaciones mantenidas para la realizaci¨®n de este reportaje. Hay voluntad por casi todas las partes, pero cuando se ampl¨ªa la imagen se ven los escollos y las inercias patriarcales estructurales. Tirando del t¨¦rmino que la activista boliviana Mar¨ªa Galindo enarbol¨® en su libro ?A despatriarcar! (2014), como sucede en muchas esferas de nuestra sociedad, en las artes y en el teatro en particular tambi¨¦n se emprenden movimientos hacia la despatriarcalizaci¨®n.
Este mi¨¦rcoles, el Ministerio de Cultura presenta el Plan de Igualdad en la Cultura 2024-2026, una iniciativa que viene a sumarse al nuevo ¡°protocolo de actuaci¨®n frente al acoso sexual y por raz¨®n de sexo¡±, que entr¨® en vigor en octubre en todas las dependencias del Ministerio de Cultura, o a la puesta en marcha el d¨ªa 10 del mismo mes, junto a la Academia de Cine, de la Unidad de Prevenci¨®n y Atenci¨®n contra las Violencias Machistas en el Sector Audiovisual y Cultural. El jueves, la Red Espa?ola de Teatros, Auditorios, Circuitos y Festivales P¨²blicos dar¨¢ a conocer su propio plan de igualdad como primer resultado del observatorio de g¨¦nero que puso en marcha en 2023. El organismo naci¨® tras una radiograf¨ªa que la propia Red realiz¨® durante el periodo 2022-2023 para comprobar que solo el 31,7% de los espacios esc¨¦nicos asociados contaba con pol¨ªticas de igualdad espec¨ªficas y consolidadas, mientras que un 28,3% carec¨ªa de ellas, m¨¢s all¨¢ de los marcos legislativos de la administraci¨®n competente. Las conclusiones de aquel informe revelan que ¡°el predominio masculino se mantiene en las posiciones de liderazgo y toma de decisiones, as¨ª como en cargos de gesti¨®n¡±.
Este predominio masculino se viene visibilizando desde hace una d¨¦cada con el trabajo de asociaciones como Dona¡¯m Escena en Catalu?a con sus radiograf¨ªas o Cl¨¢sicas y Modernas con sus Temporadas de Igualdad en colaboraci¨®n con la Fundaci¨®n SGAE. Este ¨²ltimo fue un estudio pionero que sirvi¨®, en palabras de Nieves Mateo, vicepresidenta de artes esc¨¦nicas en Cl¨¢sicas y Modernas, ¡°para conocer con datos reales el mapa de la desigualdad¡±. El ¨²ltimo informe publicado data de la temporada 2018-2019, donde tras el an¨¢lisis de la programaci¨®n de 24 teatros espa?oles, se vio que solo el 22% de las obras estaba escrito por mujeres y el 25% dirigido por ellas.
No ha habido m¨¢s informes desde entonces, debido en gran parte al freno que supuso la pandemia en 2020 (aunque tienen un pr¨®ximo estudio en preparaci¨®n sobre la temporada 2023-2024 que se presentar¨¢ el pr¨®ximo 8 de marzo), pero una mirada a la temporada actual en algunos importantes festivales y teatros p¨²blicos del Estado espa?ol da una sensaci¨®n de mayor presencia femenina que anima a un cierto optimismo; sin embargo, la cautela se impone cuando el an¨¢lisis traspasa la esfera meramente cuantitativa.
Seg¨²n datos oficiales del Ministerio de Cultura, de las 72.000 personas que trabajan en creaci¨®n art¨ªstica y de espect¨¢culos, el 29,4% son mujeres. El 43% de las obras literarias inscritas en el Registro General de la Propiedad Intelectual est¨¢n escritas por mujeres. Las mujeres suponen el 70% del alumnado en estudios de arte dram¨¢tico (el 92% si hablamos de danza) y la asistencia a espect¨¢culos de artes esc¨¦nicas es de un 55% frente a un 45% de hombres.
En la presente temporada 2024-2025, el teatro Lliure de Barcelona ha programado a 10 autoras y a 15 autores, 13 directoras y 12 directores. En el Arriaga de Bilbao las autoras programadas suponen un 16% y las directoras en torno a un 30%. En el Centro Dram¨¢tico Nacional est¨¢n pr¨¢cticamente al 50%, y el Espa?ol de Madrid ha programado a tres autoras (ninguna de ellas en la sala principal) frente a nueve autores (cinco de ellos en la sala grande) y seis directoras (solo una en sala grande) frente a 10 directores.
¡°Estamos viendo una profusi¨®n de voces femeninas en direcci¨®n y autor¨ªa¡±, comenta Mar¨ªa Velasco, ganadora del Premio Nacional de Literatura Dram¨¢tica este a?o con su obra Primera sangre, ¡°pero los centros de poder y decisi¨®n son plenamente masculinos. Y la presencia de mujeres no significa contar con los mismos medios, lo que tambi¨¦n compromete la libertad art¨ªstica; todav¨ªa hay un sesgo, un techo. Yo necesit¨¦ autoproducirme, emprender, autoemplearme, para desarrollar mi po¨¦tica, por esa maldita etiqueta de artista emergente que impide que seas reconocida en igualdad de circunstancias. Si no hubiera dado ese paso, no habr¨ªan llegado la visibilidad, los escenarios y los reconocimientos¡±.
La etiqueta de artista emergente persigue tambi¨¦n a Berta Prieto, que a sus 26 a?os ya ha removido los cimientos de la ficci¨®n audiovisual con la serie Autodefensa y que ha estrenado como autora y directora en noviembre en la sala Beckett de Barcelona Del fandom al troleig. Una s¨¤tira del bla bla bla. En su caso, reconoce haberse sentido m¨¢s condicionada por ser joven que por ser mujer, aunque advierte de que hay una especie de moda, de tendencia, que consiste en llevar mujeres j¨®venes a las carteleras teatrales: ¡°Lo problem¨¢tico¡±, dice ¡°es entrar como artista objeto en este consumo bul¨ªmico de cultura donde siempre se busca la nueva voz, el nuevo relato, la nueva perspectiva. Ahora todo el mundo quiere la nueva voz femenina en su teatro, pero la idea de cumplir con un determinado cupo le hace un flaco favor a la despatriarcalizaci¨®n, quedamos reducidas a un lugar com¨²n, a un clich¨¦, a una cosa de nicho¡±.
Para ir m¨¢s all¨¢ de la paridad, como se?ala Hacia un teatro feminista, una gu¨ªa para incorporar la perspectiva de g¨¦nero en el sector teatral que ha confeccionado NUS Cooperativa desde Barcelona, ¡°es necesario repensar la cultura en clave feminista e inclusiva¡±. Este objetivo debe atravesar todas las parcelas de la escena, desde la dramaturgia al trabajo t¨¦cnico, desde la direcci¨®n y la interpretaci¨®n, hasta la producci¨®n y distribuci¨®n de espect¨¢culos, desde la formaci¨®n a la comunicaci¨®n. Porque el teatro lo hace mucha gente y muy diversa. Jimena Fern¨¢ndez, que trabaja como regidora en el Centro Dram¨¢tico Nacional, se felicita por la exhaustividad del nuevo protocolo contra el acoso sexual del Ministerio de Cultura, al tiempo que recuerda que ese mismo ministerio sigue sin reconocer la brecha salarial que hay entre las secciones feminizadas (sastrer¨ªa, maquillaje, peluquer¨ªa, producci¨®n y regidur¨ªa) y las masculinizadas en la parte t¨¦cnica de los teatros.
Dice Mar¨ªa Velasco: ¡°La lucha feminista es transversal y tambi¨¦n anticapitalista. Despatriarcar pasa a veces por escindirse del mercado, lo cual supone pagar un alto precio. La gente identifica m¨¢s una autor¨ªa, no femenina sino feminista, con las tem¨¢ticas, y para m¨ª tiene mucho m¨¢s que ver con las maneras de hacer, con las nuevas reinterpretaciones desde las que se asume la autoridad en la direcci¨®n femenina, por ejemplo¡±. Parece que importa m¨¢s abordar los mal llamados temas de mujeres que proporcionar la condici¨®n igualitaria en el desarrollo de una carrera art¨ªstica.
En ese sentido, Ana Contreras, directora esc¨¦nica y profesora de la RESAD de Madrid, organizadora desde hace 12 a?os de las Jornadas de Teatro y Feminismos junto a la tambi¨¦n profesora Alicia Blas, comenta c¨®mo se dan por feministas obras sobre v¨ªctimas, ¡°mujeres maltratadas o asesinadas que se cuentan desde una perspectiva patriarcal, que no son denuncias sino perpetraciones. Hasta qu¨¦ punto nos ha calado el patriarcado, como dice Rita Segato, que en el fondo hay una pedagog¨ªa de la crueldad que lo que indica es que eso est¨¢ mal, pero se puede hacer¡±. Un ejemplo de esto podr¨ªa ser Ella, la obra que estrenar¨¢ en febrero de 2025 Albert Boadella sobre una mujer violada, a juzgar por lo que adelant¨® el director en la presentaci¨®n de temporada de los Teatros del Canal de Madrid.
Natalia ?lvarez-Sim¨® sucedi¨® a Boadella en la direcci¨®n de Canal y luego ha comandado hasta esta temporada el Centro de Cultura Contempor¨¢nea Condeduque de Madrid. ¡°Yo no hab¨ªa notado mi condici¨®n de mujer trabajadora hasta que llegu¨¦ a un puesto de direcci¨®n ¨Dcomenta¨D, todos los d¨ªas me recordaban que yo era una mujer. Por suerte, ahora nadie entra en mi despacho diciendo d¨®nde est¨¢ el director, en eso hemos avanzado mucho, pero me tuve que sobreponer a todas las voces que me dec¨ªan que ten¨ªa que masculinizarme¡±.
Como espacio gozosa y alegremente feminista se define el Teatro del Barrio de Madrid, ¨²ltimo Premio Nacional de Teatro, lo cual no supone ¡ªdice su directora art¨ªstica, Ana Bel¨¦n Santiago¡ª estar fuera del marco del patriarcado: ¡°Ojal¨¢ fu¨¦ramos ese oasis, pero no. De momento, reivindicamos lo colectivo, lo comunitario, un estado constante de escucha, el apoyo, cuidado y reconocimiento de toda diversidad, de la libertad y dignidad de todas las personas, entren en el canon estad¨ªstico o no. Y precisamente por esta conciencia feminista de lo humano, asumimos el error, nos podemos equivocar, podemos escuchar e imaginar soluciones juntas, imaginar mundos m¨¢s amables para vivir una buena vida¡±. Hace tres a?os pusieron en marcha las Sesiones Teta, casi un programa piloto que intentaba asumir el patio de butacas como un lugar vivo donde podr¨ªa haber beb¨¦s o ni?os peque?os siempre, no solo en obras infantiles.
Las dificultades que planteaba esta iniciativa no se han resuelto todav¨ªa. Son acciones parecidas a las llamadas funciones relajadas del Mercat de les Flors en Barcelona o los talleres de conciliaci¨®n del Centro Dram¨¢tico Nacional, donde se puede dejar a los ni?os durante la representaci¨®n puntualmente, no en todas las funciones. En el Centro Dram¨¢tico Nacional llevan a rajatabla no solo la paridad en la programaci¨®n, sino otros asuntos del d¨ªa a d¨ªa, porque, como se?ala su directora adjunta, Fefa Noia, ¡°lo pernicioso, lo problem¨¢tico, no es tanto el machismo espectacular de Trump, que tambi¨¦n es terrible, sino esa gotita micromachista que hace mella cada d¨ªa en la cotidianidad¡±. ¡°Por eso nos gusta cuidar los peque?os detalles constantemente, el lenguaje inclusivo por ejemplo, porque a veces se pierde esa constancia, las cosas parecen superadas, y no, se pueden dar la vuelta enseguida¡±, agrega.
Y los hombres, ?qu¨¦ deben hacer con todo esto? De fondo est¨¢ la temida reacci¨®n patriarcal, que siempre ha saltado a la yugular cuando se pon¨ªan en entredicho sus privilegios (en este sentido, el libro Reacci¨®n, de Susan Faludi, es muy pertinente). Pas¨® en la Edad Media, pas¨® en el siglo XVIII y est¨¢ pasando de nuevo a nivel global tras la cuarta ola feminista. ¡°Despatriarcalizar las instituciones esc¨¦nicas¡±, se?ala Alfredo Ramos, autor del libro Perforar las masculinidades, ¡°pasa por alterar la jerarqu¨ªa de valores. La parte masculina de todo esto b¨¢sicamente tiene que cambiar las maneras de trabajar. Las cuotas est¨¢n bien, siempre son necesarias, igual que garantizar los derechos de las personas que han sufrido violencias machistas, pero para asegurar el cambio real hay que trascender la pol¨ªtica de la presencia, hay que ir a las condiciones de creaci¨®n, abandonar la idea de que la organizaci¨®n art¨ªstica est¨¢ hecha para el genio creador, tradicionalmente masculino, que tiene todo el tiempo del mundo a su disposici¨®n para crear y se pasan por alto su autoritarismo y la humillaci¨®n gratuita. Eso no ha generado mayor creatividad nunca, sino miedo y sumisi¨®n¡±.
En su serie de 2004 titulada Der Wanderer (La caminante), la artista visual finlandesa Elina Brotherus emulaba conscientemente el ic¨®nico cuadro de un pintor que ha sido inspiraci¨®n constante para ella, Caspar David Friedrich. El caminante sobre un mar de nubes es una pintura perturbadora que refleja la acci¨®n de mirar, la observaci¨®n, la contemplaci¨®n, como experiencia est¨¦tica y casi m¨ªstica. La obra se ha explicado a menudo como representaci¨®n del hombre frente a su destino insondable, el hombre frente a la naturaleza sublime, inabarcable, o el hombre triunfante sobre todas las cimas. El hombre, siempre el hombre. ¡°El canon de la historia del arte es muy masculino¡±, dice Brotherus. ¡°Yo tambi¨¦n pod¨ªa estar en la cima de esa monta?a que ha ocupado el hombre para dominar el mundo con su mirada. Y decid¨ª colocarme ah¨ª, en ese lugar que la historia del arte ha reservado siempre a los hombres¡±.
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