Las 27 mujeres que acusaron a Eduard Cort¨¦s de acoso sexual: ¡°La sociedad tiene que entender por qu¨¦ muchas denuncias no se hacen a la polic¨ªa¡±
¡°No buscamos venganza, sino sanar¡±, aseguran en un comunicado acompa?ado de un v¨ªdeo en el que la fot¨®grafa Silvia Grav pone voz a las personas que la contactaron para denunciar al cineasta
Las 27 mujeres entrevistadas por EL PA?S que acusaron al director de cine Eduard Cort¨¦s de acoso sexual han hecho un comunicado en el que se?alan ¡°las grietas en la sociedad, en la industria, y en el sistema legal¡± que, en sus palabras, explican por qu¨¦ ¡°muchas denuncias [de violencia sexual] no se hacen a trav¨¦s de la polic¨ªa¡±.
¡°Los cr¨ªmenes prescriben, ocurren en la intimidad, o no siempre dejan pruebas f¨ªsicas. Adem¨¢s, el abuso de poder es dif¨ªcilmente punible si no hay un contrato firmado. Estas limitaciones legales dejan a las v¨ªctimas en una posici¨®n de indefensi¨®n que no se deber¨ªa tolerar¡±, se puede leer en el texto y a la vez escuchar en palabras de Silvia Grav. La fot¨®grafa, ahora portavoz, fue la primera en denunciar al cineasta, dos veces nominado al premio Goya y director de las populares series Merl¨ª y Ni una m¨¢s, el pasado 26 de octubre en su cuenta de Instagram, decenas de mujeres se sumaron despu¨¦s a ese testimonio desde sus cuentas en redes sociales.
El texto est¨¢ firmado por Las 27, con una aclaraci¨®n: ¡°Por cierto. No somos 27; sino 52¡å. Tal y como aclara Silvia Grav en el v¨ªdeo, 27 fueron las mujeres que dieron su testimonio a este diario y 52 las que se pusieron en contacto con ella para compartir su experiencia con el cineasta.
El ¡°comunicado de las 27¡å, como se titula el texto enviado por estas mujeres, comienza expresando su ¡°m¨¢s profundo agradecimiento por el apoyo recibido¡± despu¨¦s de que EL PA?S publicara el pasado 18 diciembre la investigaci¨®n sobre el caso Cort¨¦s. ¡°Sin embargo, tambi¨¦n sentimos la necesidad de hacer este comunicado para se?alar¡±, entre otros asuntos, que ¡°los protocolos dentro de las industrias y academias deben ir m¨¢s all¨¢ de la creaci¨®n de comisiones, libros blancos, d¨ªas especiales, premios, y mesas redondas. Las investigaciones deben realizarse sin importar el estatus de afiliaci¨®n; el abuso no deber¨ªa depender del rango del agresor¡±.
A finales de octubre, la Academia de Cine Catal¨¢n anunci¨® que abrir¨ªa una investigaci¨®n tras las denuncias publicadas en redes, pues Cort¨¦s era miembro de esa entidad. El proceso no se llev¨® a cabo. El director comunic¨® su baja a finales de noviembre a trav¨¦s de un email, antes de que esta instituci¨®n le pudiera citar a declarar para que as¨ª se iniciara el procedimiento, seg¨²n explic¨® a EL PA?S Laia Aubia, directora de la academia catalana, y confirm¨® Cort¨¦s.
Desde la Academia catalana les recomendaron a las mujeres entrevistadas por EL PA?S acudir al despacho de Carla Vall, un bufete privado que colabora con esta instituci¨®n en un servicio independiente para la atenci¨®n a v¨ªctimas. Fue esta abogada la que ofreci¨® asesor¨ªa jur¨ªdica a las denunciantes cuyos costes no pueden asumir, seg¨²n explicaron varias de ellas a este peri¨®dico. ¡°Denunciar es caro¡±, argumentan las mujeres en su comunicado. ¡°Las v¨ªctimas enfrentan altos costos emocionales, legales, de revictimizaci¨®n, y econ¨®micos al intentar defenderse. Para poder ayudar a todas las v¨ªctimas, es urgente retomar iniciativas que quedaron paralizadas, como la reforma de la Ley de Asistencia Jur¨ªdica Gratuita (Ley 1/1996), cuyo plazo venci¨® en octubre de 2023 y que el Gobierno a¨²n no ha completado¡±.
Posteriormente, varias acudieron a la oficina de la Academia de Cine espa?ola: a la reci¨¦n creada unidad de atenci¨®n a v¨ªctimas de violencia machista en el sector cultural gestionada por la fundaci¨®n Aspacia (financiada por el Ministerio de Cultura). Desde esta organizaci¨®n explicaron a EL PA?S que: ¡°Se dej¨® claro que se trata de un servicio de primera atenci¨®n y nunca se plante¨® como un servicio para la tramitaci¨®n de denuncias individuales ni colectivas¡±.
Una semana despu¨¦s, estas mujeres insisten en que ¡°las denuncias p¨²blicas tambi¨¦n son denuncias. En muchos casos, son la ¨²nica manera de romper el silencio, evidenciar un patr¨®n, y generar la catarsis necesaria para cuestionar y cambiar aquello que no funciona. Se ha demostrado que nuestro abuso no es un hecho aislado, sino una consecuencia de un sistema que lo permite¡±.
El comunicado concluye: ¡°No buscamos venganza, sino sanar. Que las que ya est¨¢n y las que est¨¢n por llegar no tengan que sufrir lo que vivimos nosotras. Aqu¨ª nos encontrar¨¦is trabajando para construir un sistema que no solo prometa justicia, sino que la haga realidad¡±.
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