Ringo Starr, torero y antitaurino
El exbater¨ªa de The Beatles, como los otros miembros del grupo, se vistieron de luces durante su viaje a Espa?a en 1965 para dar dos conciertos, pero no consta que acudieran entonces a ning¨²n festejo taurino
El pasado 29 de diciembre, Ringo Starr, exmiembro de The Beatles, recordaba en una entrevista en este peri¨®dico la visita de su grupo a Espa?a en 1965 y se?alaba: ¡°Los toros fue lo m¨¢s triste que vi all¨ª, porque en mi cultura no exist¨ªa algo como aquello¡±.
No existe constancia escrita ni gr¨¢fica de que los componentes de la banda brit¨¢nica m¨¢s famosa de todos los tiempos acudieran a un festejo taurino en el fugaz viaje que realizaron entre el 1 y el 4 de julio de 1965 para celebrar sus dos ¨²nicos conciertos en Espa?a: el d¨ªa 2 en la plaza de Las Ventas, en Madrid, y al d¨ªa siguiente en la Monumental de Barcelona.
Los cuatro bajaron del avi¨®n en la capital catalana calados con una montera y una mu?eca flamenca en las manos y se fotografiaron despu¨¦s vestidos de luces, chaquetilla bordada en oro, camisa blanca y corbat¨ªn. Ringo Starr, con un capote de paseo sobre los hombros; Lennon, con otro en sus brazos, y McCartney, con un estoque en su mano derecha. La imagen no respond¨ªa a una supuesta afici¨®n taurina de los m¨²sicos, sino a la importancia capital que la tauromaquia ostentaba en aquel momento en Espa?a.
Sin embargo, parece que la asistencia de The Beatles a una plaza como espectadores hab¨ªa sucedido dos a?os antes y estuvo motivada por la inclinaci¨®n taurina de su representante, Brian Epstein, asiduo a las ferias de Sevilla y Jerez, y que lleg¨® a proteger y apoderar a Henry Higgins, un torero ingl¨¦s afincado en Almer¨ªa. Epstein intent¨® sin ¨¦xito acercar a sus m¨²sicos a la fiesta de los toros, pero su insistencia permiti¨®, al menos, que los cuatro se sentaran en un tendido con motivo de unas vacaciones en Espa?a en 1963.
El representante y John Lennon hab¨ªan viajado esa primavera a Torremolinos, mientras los dem¨¢s miembros del grupo prefirieron las playas de Santa Cruz de Tenerife. Unos y otros pasaron desapercibidos en Espa?a, donde a¨²n no eran famosos, aunque ya hab¨ªan alcanzado el n¨²mero 1 en Inglaterra con su primer ¨¢lbum, Please Please me. Parece confirmado que as¨ª tuvieron los cuatro su bautismo torero en la Costa del Sol y Canarias ¡ªentonces se celebraban corridas en las islas¡ª, y de ah¨ª el recuerdo de Ringo Starr, quien, en 2018, coment¨® en una entrevista de la agencia Efe: ¡°Me suena que fuimos a una corrida de toros y ese d¨ªa me volv¨ª vegetariano¡±. Sea como fuere, entre The Beatles y los toros se estableci¨® una relaci¨®n motivada por la afici¨®n desmedida de su manager.
En primer lugar porque los conciertos de 1965 se hab¨ªan fraguado un a?o antes en la Feria de Sevilla, en un encuentro entre Brian Epstein y Francisco Berm¨²dez, empresario de ¡°espect¨¢culos internacionales¡±, que tuvo la singular idea de contratar a un grupo de ¡°melenudos y degenerados¡±, como los calificaba la prensa franquista, lo que supon¨ªa todo un reto en el oscuro y encorsetado ambiente del r¨¦gimen pol¨ªtico de la ¨¦poca. Gracias a la ayuda financiera del cantante Raphael, a quien Berm¨²dez representaba, y a la providencia de que la reina Isabel II hab¨ªa nombrado a los cuatro m¨²sicos miembros de la Orden del Imperio Brit¨¢nico, el Ministerio de la Gobernaci¨®n, dirigido por Camilo Alonso Vega, permiti¨® la celebraci¨®n de los conciertos solo una semana antes de la fecha anunciada.
John, Paul, George, Ringo y Brian llegaron a las 17.40 del 1 de julio de 1965 al aeropuerto de Barajas, entre una extraordinaria presencia policial para evitar altercados de orden p¨²blico, y se encerraron en el hotel F¨¦nix. Esa noche acudieron a un tablao flamenco, acompa?ados por el periodista Alfredo Amestoy, y de vuelta a sus habitaciones, bien entrada ya la noche, apareci¨® Manuel Ben¨ªtez, El Cordob¨¦s, acompa?ado de un fot¨®grafo, con la intenci¨®n de inmortalizar su imagen con los brit¨¢nicos, pero los m¨²sicos ya estaban descansando y el torero se march¨® de vac¨ªo.
Torrebruno y el vino
Al d¨ªa siguiente, la casa Domecq llev¨® al hotel unos toneles de vino de Jerez para que The Beatles estamparan su firma y se estrenaran con escaso tino como ocasionales venenciadores. La cita en Las Ventas era a las 20.30. El presentador del concierto fue Torrebruno, popular cantante y showman italiano afincado en Espa?a; y como teloneros, Los Pekenikes. No se vendieron m¨¢s que 10.000 localidades ¡ªalgo menos de la mitad del aforo¡ª por los altos precios de las entradas y la abundante presencia policial dentro y fuera del recinto.
El concierto fue breve, solo 12 canciones, el sonido era muy deficiente y se escuchaba con m¨¢s nitidez la algarab¨ªa del p¨²blico que a los propios cantantes, pero un s¨ªmbolo de modernidad hab¨ªa superado las suspicacias de los adeptos a Franco. No obstante, el NoDo (Noticiarios y Documentales) del momento destac¨® el escaso tir¨®n de la taquilla y que ¡°los Beatles pasaron por Madrid sin demasiada pena ni demasiada gloria¡±.
De Madrid a Barcelona, en un ambiente m¨¢s relajado ¡ªmenos despliegue de las fuerzas de seguridad¡ª, las monteras toreras sobre las cabezas de los cuatro protagonistas y las mu?ecas flamencas en las manos al bajar la escalerilla del avi¨®n, m¨¢s p¨²blico en los tendidos de la Monumental, Los Sirex como teloneros, Torrebruno de nuevo y una muchedumbre expectante en los alrededores de la plaza de toros, hoy clausurada.
Y ah¨ª acab¨® la visita de The Beatles a Espa?a y la gira europea del grupo brit¨¢nico, que se hab¨ªa iniciado el 20 de junio en Par¨ªs e incluy¨® 15 conciertos. En el avi¨®n de vuelta a Londres, los toros otra vez, con varios ejemplares del libro Toros y toreros, con ilustraciones de Picasso y textos del torero Luis Miguel Domingu¨ªn.
Al a?o siguiente, 1966, John Lennon, Ringo Starr y George Harrison volvieron a Espa?a, pero por motivos cinematogr¨¢ficos y taurinos. El primero recal¨® en Almer¨ªa para el rodaje de la pel¨ªcula C¨®mo gan¨¦ la guerra, dirigida por Richard Lester, y los dem¨¢s, junto a Epstein, viajaron hasta C¨®rdoba, donde celebraron una reuni¨®n con El Cordob¨¦s con la intenci¨®n de rodar una pel¨ªcula juntos. El proyecto no sali¨® adelante por desacuerdos econ¨®micos; se ha dicho que el torero pidi¨® 30 millones de pesetas y que los brit¨¢nicos quer¨ªan quedarse con la mitad de esa cantidad porque eran cinco, a lo que El Cordob¨¦s respondi¨® que por su parte eran ocho, incluidos los tres banderilleros, los dos picadores, el mozo de espada y el ayuda. No hubo pel¨ªcula, pero s¨ª armon¨ªa regada con champ¨¢n Don Perignon, que corri¨® por cuenta del torero de la tierra.
Y ese mismo a?o, en un tendido de La Maestranza, Epstein conoci¨® a Henry Higgins, un ingl¨¦s nacido en Bogot¨¢, con vocaci¨®n torera y que lleg¨® a tomar la alternativa en 1970 en la plaza de Fuengirola (M¨¢laga) de manos de Juan Carlos Beca Belmonte y con Pepe Luis Rom¨¢n como testigo. Epstein le prest¨® ayuda econ¨®mica, pero no fue suficiente para hacer realidad su sue?o de figura. Higgins, tambi¨¦n conocido como Enrique Ca?adas, falleci¨® en 1978 en un accidente de ala delta.
El 27 de agosto de 1967, a la edad de 32 a?os, el representante de The Beatles fue hallado muerto en su mansi¨®n de Londres. En 1975, McCartney se hizo vegetariano y defensor de los derechos de los animales y, ahora, sesenta a?os despu¨¦s, Ringo Starr recuerda los toros como lo m¨¢s triste que vivi¨® en Espa?a.
The Beatles, j¨®venes toreros de luces por amistad y publicidad, y antitaurinos en su vejez. Tan respetables entonces como ahora.
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