De profesi¨®n, homicida enamorado: la vida de Ger¨®nimo Rauch como ¡®fantasma de la ¨®pera¡¯
El int¨¦rprete, que encarna al famoso personaje en Madrid desde 2023 tras interpretarlo dos a?os en Londres, seguir¨¢ en el musical en una gira por Espa?a que durar¨¢ hasta 2027
Si los jueves se le hacen cuesta arriba, piense que hay un hombre que ese d¨ªa tiene entre sus obligaciones el secuestrar a una soprano, chantajear a sus jefes, matar a un tramoyista de la ¨®pera y lanzar una l¨¢mpara de ara?a sobre un patio de butacas a rebosar. Si el viernes la semana parece no acabar nunca, tenga en cuenta c¨®mo sigue esta rutina: colarse disfrazado de ¨¢ngel de la muerte en un cementerio, manipular y amenazar de muerte a la soprano y...
Si los jueves se le hacen cuesta arriba, piense que hay un hombre que ese d¨ªa tiene entre sus obligaciones el secuestrar a una soprano, chantajear a sus jefes, matar a un tramoyista de la ¨®pera y lanzar una l¨¢mpara de ara?a sobre un patio de butacas a rebosar. Si el viernes la semana parece no acabar nunca, tenga en cuenta c¨®mo sigue esta rutina: colarse disfrazado de ¨¢ngel de la muerte en un cementerio, manipular y amenazar de muerte a la soprano y sus allegados, ahorcar hasta casi la asfixia a un arist¨®crata en una ¨®pera en llamas, descubrir el poder de la compasi¨®n, desaparecer. Ese d¨ªa, por cierto, todo esto se hace dos veces. ?Los fines de semana? No se perdona ni un d¨ªa.
Ger¨®nimo Rauch (Buenos Aires, 46 a?os) encarna al fantasma de El fantasma de la ¨®pera cinco veces por semana desde el estreno de esta obra, el musical de m¨¢s ¨¦xito de p¨²blico de todos los tiempos, en Madrid el 4 de septiembre de 2023. Su jornada laboral supone recorrer el oscuro arco de uno de los personajes m¨¢s aplastantes del g¨¦nero funci¨®n tras funci¨®n. ¡°Soy como un futbolista que tiene que jugar todos los d¨ªas¡±, defiende el argentino, afincado en Madrid desde hace a?os, una ma?ana en el teatro Alb¨¦niz, donde por ahora se representa de la obra.
Rauch ha pasado por esta historia cientos de veces en este periplo, que terminar¨¢ el 20 de abril, y seguir¨¢ en ella cuando, en junio, la producci¨®n comience a girar por toda Espa?a hasta 2027: ese mes ir¨¢ por Torrevieja, Burgos y Vigo; seguir¨¢ en julio y agosto por Valencia, Gij¨®n, Cuenca y Valladolid y se afincar¨¢ en Barcelona durante cuatro meses en el teatro T¨ªvoli hasta el 1 de febrero del a?o que viene. La gira terminar¨¢ en enero de 2027 en Gran Canaria.
Al final, Rauch habr¨¢ interpretado al fantasma en Espa?a durante tres a?os, a a?adir los otros dos, entre septiembre de 2012 y agosto de 2014, que pas¨® con la m¨¢scara puesta en el West End de Londres. A este paso, acabar¨¢ bordeando las mil funciones como el compositor m¨¢s homicida de Par¨ªs. Es un honor y, tambi¨¦n, un reto para cualquier artista. ¡°La ¨²nica forma de mantener un personaje tanto tiempo es si sientes que puedes seguir d¨¢ndole algo, o si te sigo dando algo a ti¡±, aclara. ¡°Yo voy vibrando, utilizando el personaje seg¨²n mis emociones de ese d¨ªa, seg¨²n lo que me inspira Christine [la soprano de la que se enamora el Fantasma] o Ra¨²l [el arist¨®crata al que ella ama, interpretado en Madrid por Guido Balzaretti]. Es un personaje muy ciclot¨ªmico, tiene much¨ªsimos contrastes¡±.
La versi¨®n madrile?a ha acercado a Rauch a una estirpe muy singular del teatro: actores capaces de defender la misma funci¨®n a?o tras a?o, temporada tras temporada. Pasa con las obras de mayor aguante en cartelera, que suelen ser musicales, especialmente con la santa trinidad de El fantasma de la ¨®pera (en el West End entre 1985 y 2020), Los miserables (39 a?os en el West End y contando) y El rey le¨®n (27 a?os en Broadway y sin vistas de detenerse). Broadway tuvo el mismo fantasma, Howard McGillin, durante toda una d¨¦cada, de 1999 a 2009, 2.500 funciones, de un mundo con Torres Gemelas a otro con Obama en la Casa Blanca. Brad Little: entre Broadway y diferentes giras internacionales, 2.200 funciones. El gal¨¦s John-Owen Jones: fantasma en el West End unas 1.500 veces por rachas entre 2001 y 2013. Que en Espa?a tengamos un fantasma de cabecera es simb¨®lico de cu¨¢nto se ha asentado el g¨¦nero en este pa¨ªs en los ¨²ltimos a?os.
Rauch explica que, para ¨¦l, navegar cada funci¨®n es, a estas alturas, entrar en una especie de trance. Empieza poco despu¨¦s de que el fantasma entre en escena, pasado un cuarto del primer acto, cuando termina de cantar el m¨ªtico dueto El fantasma de la ¨®pera. ¡°Y cuando acabamos, yo ya¡±, aqu¨ª Rauch chasca los dedos, ¡°como que me olvido. Ya estoy totalmente dentro de la funci¨®n. Ya no la suelto. Puedo estar en el camerino respondiendo un mensaje y siguiendo todo lo que sucede¡±, prosigue. Gente que trabaja con Rauch asegura que es normal verlo aparentemente tranquilo, con su mate en la mano, escasos segundos antes de saltar al escenario a aterrar al personaje de turno.
?l defiende ¡ªy el p¨²blico parece refrendarle¡ª la excelencia de la partitura. ¡°En ese trance ya me lanzo a la siguiente canci¨®n, La m¨²sica de la oscuridad. La gente piensa qu¨¦ tonter¨ªa cantar esto. No, no, tiene que ser tan elegante: va de lo peque?ito a la intensidad pura y luego vuelve a lo peque?ito. Es realmente muy dif¨ªcil. Ya hago esa canci¨®n estando dentro del Fantasma¡±.
Cuando el compositor Andrew Lloyd Webber estren¨® El fantasma de a la ¨®pera en 1986, la obra se convirti¨® en un descomunal ¨¦xito en parte gracias a un detalle de perspectiva. S¨ª, contaba la misma historia de terror que la novela de Gaston Leroux, publicada en 1910: un hombre de cara deforme y gran sensibilidad musical, oculto en las catacumbas de la ¨®pera de Par¨ªs, que asesina y aterra a la compa?¨ªa hasta tenerlos doblegados. Pero el musical permite sentir cierta compasi¨®n por el fantasma. Es m¨¢s, bien interpretado, este monstruo puede resultar hasta sexi: quien es fan del musical (y se cuentan por millones) est¨¢ del lado del protagonista. ¡°Mira, a m¨ª hay una frase que me da toda la creaci¨®n del personaje: cuando ¨¦l dice que lo primero que hizo su madre fue taparlo antes de acunarlo¡±, explica Rauch. ¡°Soy argentino, he hecho terapia toda la vida, siempre freudiano: la madre, la madre, la madre, todo es la madre. Siempre digo: ac¨¢ hay tela para trabajar¡±.
Ese cari?o es esencial para que no se desmorone toda la partitura y el reto de la funci¨®n en la era Me Too es no perderlo, aunque visto desde el presente el fantasma parece menos antih¨¦roe hipn¨®tico en su oscuridad y m¨¢s un buen abusador y manipulador sexual. ¡°Lo trabajo como si fuera un ni?o, un Asperger¡±, prosigue Rauch. ¡°Trabajo mucho la repetici¨®n de movimientos¡±, aqu¨ª se frota los muslos con los nudillos compulsivamente, ¡°como si el fantasma se estuviera calmando. Es como un adolescente que no entiende el mundo que le rodea. No tuvo una mam¨¢ y un pap¨¢ que le dieran amor. No ha tenido l¨ªmites. Los ¨²nicos l¨ªmites fueron rechazo de la sociedad, el rechazo de la gente, nunca alguien le dijo, esto est¨¢ bien, esto est¨¢ malo. Vivi¨® enjaulado, expuesto en un circo, como un bicho raro. Entonces, claro, desde ese lugar hay una inmensidad de posibilidades que pueden llegar a suceder¡±.
Antes de recalar en este viaje, Rauch ya conoc¨ªa las exigencias de un megamusical. En el a?o 2000 se puso por primera vez en la piel del Jean Valjean de Los miserables, el ¨²nico megaprotag¨®nico capaz de hacerle sombra al Fantasma en exigencia musical, en Buenos Aires. ¡°Todos los valjeans que yo conozco pueden hacer el fantasma, pero no todos los fantasmas pueden hacer de Valjean¡±, alerta. ?l repiti¨® como Valjean en las representaciones madrile?as y barcelonesas de la obra, entre 2010 y 2012, y a partir de ah¨ª, Cameron Mackintosh (¡°el productor teatral m¨¢s poderoso, exitoso e influyente del mundo¡±, seg¨²n The New York Times) le llev¨® a Londres. Hizo estos dos papeles en el West End y se hizo un hueco en el mundillo. Es m¨¢s, actualmente intenta traer a Madrid un nuevo musical de Frank Wildhorn, compositor de Jekyll & Hyde. No suelta prenda sobre de qu¨¦ va. ¡°Pero ser¨ªa hacer aqu¨ª el estreno mundial¡±, subraya.
Hasta entonces, estar¨¢ en la ¨®pera de Par¨ªs, frot¨¢ndose los nudillos, aprendiendo desde el mayor de los ego¨ªsmos el poder de la compasi¨®n. ¡°Al final, despu¨¦s de todo el viaje, el fantasma termina entendiendo que el amor es otra cosa, y no es la obsesi¨®n que siente ¨¦l. Es un thriller psicol¨®gico, y a m¨ª me resulta fascinante¡±.