So?ar con una piscina
El libro ¡®Piscinosof¨ªa¡¯ recoge historia, mito, datos, an¨¦cdotas, reflexiones y vivencias en todo tipo de albercas y piletas
¡°Agua dentro del agua¡±, las piscinas Le?a de Palmeira, que se comen el Atl¨¢ntico en Matosinhos (Oporto) no parecen dibujadas por un arquitecto. Pero ?lvaro Siza, cobr¨® ¡°1.000 euros por hacer la piscina de su pueblo¡±. La Piscine Molitor de Par¨ªs tiene, en cambio, tanta mitolog¨ªa como agua. Ambas salpican las p¨¢ginas de ¡°Un no-s¨¦-qu¨¦ sobre piscinas¡±, as¨ª pensaba la periodista y ensayista Anabel V¨¢zquez ¡ª¡±dedicada a narrar la cara bonita de la vida¡±¡ª titular su Tratado acu¨¢tico y desordenado sobre piscinas reales e imaginadas. Piscinosof¨ªa (Libros de K.O.), un refrescante chapuz¨®n en aguas tan diversas como la historia de la moda, la de la arquitectura, la de la propia autora, la del cine o la de algunas ciudades contadas a partir de la posibilidad de nadar, o flotar, en ellas.
V¨¢zquez ha recorrido cinco continentes persiguiendo piscinas. Pero est¨¢ m¨¢s relajada que obsesionada. Ese es el regalo de este libro fresco y festivo. Tenga uno o no piscina, el ensayo celebra lo que ocurre junto al agua, dentro, sobre, bajo o mir¨¢ndola: la vida. De modo que V¨¢zquez no ha viajado solo buscando arquitectura, o burgues¨ªa. Ni siquiera ¡ªa pesar de su trayectoria de esteta¡ª glamour. Se dir¨ªa que, sobre todo, persiguiendo piscinas ha buscado so?ar. Y, sabedora de que lo que ¡°pensamos es tan cierto como lo que vivimos¡±, se ha fijado tambi¨¦n en los sue?os de quienes se sientan al borde de una piscina con los pies colgando.
¡°Llevamos menos de un siglo ba?¨¢ndonos entre vecinos¡±. La primera piscina comunitaria de un edificio residencial de Espa?a se construy¨® en 1952. En la finca Ferca de Valencia. Las primeras privadas de Estados Unidos eran interiores y fueron construidas en 1895, en Carolina del Norte. Ese es uno de los mensajes del libro: la humanidad empez¨® a nadar por diversi¨®n hace poco, en el siglo XX. Antes del XIX, si uno no era soldado, nadar era una ocupaci¨®n extra?a. En esa ¨¦poca, cuenta V¨¢zquez, las piscinas flotantes se extendieron por los r¨ªos del norte de Europa. Ella ha estado en esos r¨ªos. Tambi¨¦n en el Sena.
Y es que Francia es el pa¨ªs europeo con m¨¢s piscinas. En 2022 se contaron tres millones. En ciudades del sur, como Burdeos o Montpellier, uno de cada cinco franceses ha construido una alberca en su jard¨ªn. Seg¨²n la Asociaci¨®n Espa?ola de Profesionales del Sector Piscinas (Asofap), Espa?a cuenta con 1,3 millones de piletas privadas. Es el segundo en el ranking europeo. El cuarto a nivel mundial.
Pero tambi¨¦n hay piscinas que no salpican. Una la recort¨® Matisse cuando, harto de pasar calor, decidi¨® dibujar gente buceando. Est¨¢ en el MoMA desde 1972. Como algunas de las que inmortaliz¨® David Hockney, el gran pintor de piscinas.
Este es un libro de agua, salud, memoria y tanta nostalgia como alegr¨ªa. Piscinosof¨ªa consigue trazar una anatom¨ªa emocional de la piscina. Tanto del deseo de tener piscina como de la haza?a de colarse en una, la que da vida al relato m¨¢s conocido sobre piscinas, escrito por John Cheever y nadado por Burt Lancaster (El nadador), que V¨¢zquez describe como ¡°un bar¨®n rampante acu¨¢tico¡±.
Pero con todos los ingenios, sue?os, memoria, referencias e im¨¢genes que baraja el libro, su autora no elude el problema de las piscinas: el agua, nuestra escasez de agua. ?Qu¨¦ dice de nosotros hoy tener una piscina? ¡°En Benissa, Alicante, una de cada dos personas tiene una¡±. As¨ª, V¨¢zquez es meticulosa anotando informaciones, imaginativa buscando todo tipo de aguas y certera en sus m¨²ltiples observaciones: ¡°El agua iguala¡± o ¡°Toda ciudad termal tiende a aferrarse m¨¢s al pasado que al futuro¡±.
Tal vez por su amor al chapoteo ¡ª¡±soy una sommelier acu¨¢tica¡±¡ª es tambi¨¦n una optimista. No oye a los ni?os que lloran yendo a clase de nataci¨®n, no atiende a los miedos al agua ¨Cseguramente porque ha logrado domar los suyos-, tampoco ve a muchachas envueltas en toallas por miedo (otro) a mostrarse. Su mirada, festiva, es la de quien disfruta el biquini. Su conclusi¨®n: que la piscina es el lugar donde todo el mundo sonr¨ªe.
Babelia
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