Rachel Zegler, protagonista de ¡®West Side Story¡¯, consigue ser invitada a los Oscar tras quejarse en Instagram

Con solo 1,70 de altura, Steven Spielberg tiene una colosal fuerza gravitacional en Hollywood. Esto quedaba claro hace algunas semanas, durante la comida de los nominados a los premios Oscar. Actores, actrices, productores y t¨¦cnicos se acercaban al legendario director para saludarle, hacerle alguna pregunta o tomarse una fotograf¨ªa. No todos los que trabajan con el ganador de tres estatuillas, que buscar¨¢ su cuarto premio la noche del domingo, tienen su misma suerte. Lo supo Rachel Zegler, la Mar¨ªa de la versi¨®n de Spielberg del musical West Side Story, que no estaba invitada a la gala. Despu¨¦s de una pol¨¦mica en las redes sociales, la joven actriz y cantante ha sido incorporada a la ceremonia como presentadora. La figura de Zegler, que no est¨¢ nominada, ha quedado opacada por la de su compa?era Ariana DeBose, quien se llev¨® el Globo de Oro y el Bafta y es la gran favorita en la categor¨ªa de actriz de reparto. Es habitual que los cineastas no nominados tengan un asiento reservado entre las butacas del teatro Dolby, si su participaci¨®n es relevante en t¨ªtulo aspirante al Oscar a mejor pel¨ªcula. En 2019, por ejemplo, la actriz Marina de Tavira, protagonista de Roma, desfil¨® junto a la nominada Yalitza Aparicio. Dentro del teatro estuvieron tambi¨¦n actores que tuvieron papeles breves como suspiros en el drama de Alfonso Cuar¨®n que distribuy¨® Netflix.

Zegler ha podido comprobar que los premios son una de las citas m¨¢s exclusivas de Los ?ngeles, incluso para las celebridades en pleno ascenso como ella. El domingo, un seguidor de la int¨¦rprete, de ra¨ªces polacas y colombianas, le pregunt¨® en Instagram qu¨¦ vestido llevar¨ªa en la ceremonia. ¡°No estoy invitada, as¨ª que pantalones de ch¨¢ndal y una franela [camiseta] de mi novio¡±, respondi¨® Zegler, que participa en Londres en una nueva versi¨®n de Blancanieves para Disney. El descuido log¨ªstico con la protagonista de un filme nominado a siete premios de la Academia del cine se hizo viral en poco tiempo. ¡°Gracias por la sorpresa e indignaci¨®n¡±, dijo Zegler despu¨¦s de la tormenta. ¡°Yo tambi¨¦n estoy decepcionada, pero est¨¢ bien. Estoy orgullosa de la pel¨ªcula¡±, a?adi¨® en un mensaje posterior.

Un publicista que conoce el trabajo de las campa?as del Oscar, que prefiere no revelar su nombre para hablar con libertad, considera que la ¡°pataleta¡± de la actriz pudo haberse manejado fuera de foco y haber conseguido el mismo resultado mediante una petici¨®n interna en Disney, el gigante medi¨¢tico due?o de 20th Century Fox, el estudio que produjo la nueva versi¨®n del musical.

La Academia invita cada a?o a los nominados, que pueden acudir a la gala junto a un acompa?ante. Este a?o hay 230 aspirantes en 23 categor¨ªas. Incluso aquellos cineastas con m¨²ltiples nominaciones, por ejemplo la directora Jane Campion (guion, direcci¨®n, mejor pel¨ªcula), tienen derecho a dos entradas por cada categor¨ªa (la neozelandesa tendr¨ªa, por lo tanto, seis). Los organizadores las reparten tambi¨¦n a integrantes de las producciones y a ejecutivos de los estudios. Dependiendo del n¨²mero de nominaciones, las grandes favoritas pueden llegar a acaparar entre 40 y 60 tickets para la gran noche de Hollywood. Disney, gracias a muchas de las subsidiarias que controla, como Searchlight y Pixar, tiene derecho a decenas de entradas por sus nominadas: West Side Story, Nightmare Alley: El callej¨®n de las almas perdidas, Luca, Encanto, Los ojos de Tammy Faye. La compa?¨ªa ha guardado silencio en la controversia de la actriz.

La ceremonia de este a?o, sin embargo, est¨¢ marcada por un problema mayor. Forzada por la cadena ABC, que retransmite los premios, la Academia modific¨® la estructura del evento para hacer el directo m¨¢s ¨¢gil. Ocho premios ser¨¢n repartidos una hora antes de que comience la emisi¨®n, lo que ha provocado el repudio de muchos profesionales, que consideran que el cambio crea una divisi¨®n entre premios de primera y segunda categor¨ªa. Un productor que se encuentra entre los aspirantes a Mejor corto de animaci¨®n asegura que este a?o recibieron 12 entradas para la ceremonia. Los nominados en esta categor¨ªa recib¨ªan en a?os pasados, en promedio, unas ocho. El gesto de generosidad puede interpretarse como culpa por un hecho que ha despertado ganas de protesta. Jessica Chastain, una de las favoritas al Oscar a mejor actriz, ha dicho que no caminar¨¢ por la alfombra roja porque estar¨¢ dentro del teatro apoyando a las nominadas de Maquillaje y Peluquer¨ªa de su pel¨ªcula, Los ojos de Tammy Faye.

Aforo limitado y vacunas

El teatro Dolby tiene una capacidad para 3.300 personas. La de este domingo marca el regreso de la ceremonia a la que ha sido la casa de los premios desde 2001. El a?o pasado, los Oscar se celebraron en la estaci¨®n de trenes de Union Station, en una noche limitada por la pandemia. El recinto no se llenar¨¢ al 100% en esta gala. Solo ser¨¢n asignados entre 2.500 y 2.600 asientos para mantener la distancia social. La Academia sigue las reglas sanitarias adoptadas por la industria y el sindicato de actores, que exigen a los asistentes tres vacunas contra la covid (el refuerzo incluido) y dos pruebas PCR negativas, una de estas en la misma fecha de la gala.

Unas 800 entradas estaban disponibles para nominados y presentadores en ediciones anteriores. El resto se repart¨ªa entre invitados de la cadena ABC, patrocinadores, empleados de la Academia, medio centenar de puestos de la organizaci¨®n (que tiene las funciones de un consejo de administraci¨®n) y algunos invitados externos, entre ellos pol¨ªticos y donantes del nuevo Museo del cine. Adem¨¢s, entre 500 y 800 entradas se sorteaban entre integrantes de la Academia, que ha pasado de 3.000 miembros a casi 10.000 en tres a?os. Ese reparto no se llev¨® a cabo este a?o para no saturar el teatro. Conseguir una entrada se ha convertido para muchos artistas en un sue?o. La actriz latina Rosie Perez confes¨® el a?o pasado su frustraci¨®n a Variety: no ha acudido a una ceremonia desde 1994, cuando fue nominada por Sin miedo a la vida (Fearless).

Mucho ha llovido desde la primera ceremonia, celebrada con 250 personas en el sal¨®n Blossom del hotel Hollywood Roosevelt, en la acera de enfrente del Dolby, en Hollywood Boulevard. La entrada entonces, en mayo de 1929, cost¨® 10 d¨®lares. La Academia vende un pu?ado de entradas cada a?o para el evento. Las m¨¢s caras, en la zona de la orquesta, rebasan los 700 d¨®lares (636 euros), mientras que los m¨¢s econ¨®micos pueden adquirirse por 150 d¨®lares para sentarse en los pisos superiores, junto a periodistas, publicistas, agentes y otros integrantes de la audiencia que bien podr¨ªan verlo desde la comodidad de casa.