Antonio Arias: cuando el viejo ¡®indie¡¯ pesa m¨¢s que el nuevo
Es uno de esos m¨²sicos en la trastienda del negocio que destaca por esforzarse en explorar antes que por epatar. Una premisa no siempre agradecida en una escena actual donde todo se busca m¨¢s masticado
Dice Antonio Arias que siempre fue t¨ªmido, menos cuando cog¨ªa una guitarra y se pon¨ªa a tocarla. De chaval, ese ¡°escudo¡±, tal y como dec¨ªa Paco de Luc¨ªa de su amor por la guitarra, le ayud¨® a que le fuera bien con las chicas y en las pandillas de colegas y, al final, a mejorar su destreza para comunicarse con un instrumento. Es una regla no escrita, pero suele pasar que los t¨ªmidos de nacimiento terminan por ser profusos creadores. Al menos, muchas veces superan las barreras de la timidez con saltos en los que se fijan otros.
Cuesta imaginar a un Antonio Arias t¨ªmido, con esa capacidad que tiene para transmitir tanta energ¨ªa bien concentrada y acaparar la atenci¨®n con sus palabras siempre instruidas. Antonio Arias es una de las mentes m¨¢s inquietas y admirables de la m¨²sica espa?ola. Conocerle es entrar en contacto con un ser que se distingue por tener un estilo propio, eso que es tan dif¨ªcil y tan buscado.
Adentrarse en este estilo de Antonio Arias, a trav¨¦s de sus propias palabras, es f¨¢cil ahora gracias al libro En el sat¨¦lite de Lagartija Nick. Conversaciones con Antonio Arias, publicado por Muzikalia. Un trabajo que repasa la trayectoria y la vida del m¨²sico granadino a partir de las entrevistas hechas por el periodista ?scar Cabrera.
La m¨²sica independiente espa?ola tiene en Antonio Arias a un maestro del oficio de crear canciones. Composiciones como animales libres y salvajes, a la b¨²squeda de musas, papeles viejos y trastos rotos y, como dec¨ªa Caballero Bonald sobre la poes¨ªa, que son esgrimidas ¡°contra los desahucios de la raz¨®n¡±. Porque Arias es uno de esos m¨²sicos en la trastienda del negocio que destaca por esforzarse en explorar antes que por epatar. Una premisa que siempre es agradecida para los oyentes menos perezosos, pero no tanto para un negocio donde todo se busca m¨¢s masticado, que sangre menos.
Es curioso c¨®mo, de un tiempo a esta parte, el mercadeo del indie espa?ol tiende a consagrar propuestas musicales bastante moldeadas e inofensivas y, sin embargo, renuncia a elevar m¨¢s a personalidades menos complacientes, que arriesgan m¨¢s y buscan ensanchar los m¨¢rgenes. La m¨²sica independiente siempre fue otra cosa desde los tiempos de la contracultura y, en Espa?a, el indie era otra cosa en los noventa. Hab¨ªa una ¨¦tica, una filosof¨ªa y una verdadera forma de trascender desde la lucha alternativa y fuera de los postulados de las corporaciones y oyentes medios, de lo industrial. Esta filosof¨ªa ahora se diluye en los tiempos l¨ªquidos y se confunde con una glorificaci¨®n de lo pop que, muchas veces, apaga o merma a las combustiones espont¨¢neas, aut¨¦nticas y singulares.
Con la perspectiva que da el tiempo, Lagartija Nick son ya unos cl¨¢sicos de la escena independiente espa?ola, pero su impacto medi¨¢tico y comercial siempre queda alejado de lo deseable, m¨¢s bien de lo m¨ªnimo esperable. Antonio Arias es alma pura de Lagartija Nick y solo por eso deber¨ªa figurar en un lugar destacado. Como The Band con Bob Dylan, Lagartija Nick acompa?aron a Enrique Morente en esa apasionante cruzada art¨ªstica llamada Omega. Son palabras mayores y, con todo, tampoco deben tapar toda la trayectoria de un grupo inclasificable, atento a su propia identidad underground y noise, capaz de no perderse en modas y seguir sacando discos sobresalientes como El perro andaluz, publicado en 2022.
Del libro de Oscar Cabrera se pueden conocer buenas an¨¦cdotas de esos a?os de Arias en Lagartija Nick, que se repasan disco por disco, pero tambi¨¦n en 091, banda indispensable con la que comenz¨® su singladura a los 16 a?os despu¨¦s de haber hecho unos pinitos en un grupo que form¨® llamado Ego. Un libro que nos ofrece tambi¨¦n una panor¨¢mica de toda esa m¨²sica indie de vieja escuela, con sus conexiones con la erudici¨®n underground anglosajona, sus referentes de otro siglo y su parte de ideolog¨ªa cultural. Una esencia que, hoy por hoy, parece quedar lejos en el circuito actual y es muy dif¨ªcil de hallar en un indie vendido como un anuncio de centro comercial.
Los homenajes tienen que llegar en vida. Como las reivindicaciones. La reivindicaci¨®n de Antonio Arias no es nueva ni ser¨¢ la ¨²ltima. Es uno de los nombres importantes de una lista no tan larga en la que se confirma que el viejo indie pesa m¨¢s que el nuevo. Si es que al nuevo, en ese caj¨®n desastre que se agranda durante dos d¨¦cadas en el siglo XXI, realmente se le puede llamar indie.
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