La NBA besa la lona ante Argentina
En un memorable partido de la albiceleste, Estados Unidos perdi¨® su imbatilidad tras 58 triunfos consecutivos
La selecci¨®n de Argentina, en una noche memorable, con la determinaci¨®n de los grandes de verdad y un juego esplendoroso, infligi¨® su primera derrota a Estados Unidos desde 1992 cuando su selecci¨®n empez¨® a estar formada por jugadores de la NBA.
Despu¨¦s de 58 triunfos consecutivos, de ganar tres Juegos Ol¨ªmpicos y un Mundial, Estados Unidos fue a caer en casa, en Indian¨¢polis. Y lo hizo ante el representante de un pa¨ªs donde el baloncesto es m¨¢s bien poca cosa y en el que todos sus internacionales han tenido que emigrar para ganarse el jornal en ligas m¨¢s competitivas dada la falta de estructura y la escasez de medios agravados por la terrible crisis econ¨®mica que se vive all¨ª.
Cuando Scola, reci¨¦n iniciado el partido coloc¨® un tap¨®n monumental al hier¨¢tico Jermaine O'Neal y el pegajoso marcaje de Sconochini hizo salirse de sus casillas a Pierce, empez¨® a entreverse que algo grande estaba ocurriendo en el Conseco Fieldhouse, la encantadora sede de los Pacers de Indiana. Desde luego que la selecci¨®n que dirige George Karl no es la mejor de las posibles. Faltan los aut¨¦nticos n¨²meros uno, Shaquille O'Neal, Bryant, McGrady, Duncan, Kidd y unos cuantos m¨¢s, aunque no muchos m¨¢s. Porque sin ser el mejor posible, el estadounidense s¨ª es un excelente equipo. Exist¨ªa el convencimiento general de que era lo bastante bueno como para no pasar tantos apuros en este Mundial. Pero, a las primeras de cambio, China y Alemania ya le dieron dos toques de atenci¨®n aunque no resistieron el tir¨®n de los locales en los tramos decisivos de sus partidos. Tal vez eso hizo que Estados Unidos confiara ayer m¨¢s de la cuenta en su capacidad para revertir nuevamente su nefasto inicio.
P.Rico
N. Zelanda
20.00
00.00
EE UU
Espa?a
Alemania
22.30
Brasil
Argentina
Cuando los "nba" intentaron recapacitar, los argentinos ya les sacaban una ventaja tremenda, que lleg¨® a ser de 20 puntos aunque mengu¨® ligeramente al llegar al descanso (37-53). Eran muchos puntos, pero hab¨ªa todav¨ªa algo m¨¢s importante a¨²n, la consistencia que demostraba Argentina, su agresividad en defensa, su acierto en ataque -nada menos que 34 puntos anot¨® en el primer cuarto- y la manera en que dominaba especialmente dentro de la zona donde acab¨® sumando 46 puntos, 14 m¨¢s que Estados Unidos. Fall¨® m¨¢s de la cuenta en el tiro exterior -s¨®lo un 21% de acierto en tiros de tres-, pero lo compens¨® sobradamente con su labor bajo los aros, donde evit¨® el muro estadounidense doblando balones y en irrupciones inesperadas de sus hombres exteriores. De esta forma se entiende tambi¨¦n que sumara 23 asistencias.
Hubo algo m¨¢s, algo con lo que tal vez tampoco contaban los estadounidenses a pesar de que Argentina ya estaba dando avisos muy perceptibles a lo largo del extraordinario campeonato que ven¨ªa realizando. Y ese algo es que fue capaz de actuar con la intensidad y la variedad de recursos que antes distingu¨ªa precisamente a los estadounidenses. Por momentos el juego argentino tuvo muchos puntos de similitud con el del TAU, el campe¨®n de la Liga ACB, en el que el a?o pasado actuaron cinco de los jugadores que ayer derrotaron a Estados Unidos: Oberto, Scola, Nocioni, Sconochini y Fern¨¢ndez.
Siempre mand¨® Argentina porque redujo a la nada los da?os que pudieran hacerle los p¨ªvots estadounidenses y porque hizo insuficientes los que le infligi¨® la bater¨ªa de hombres exteriores, empezando por Pierce, pese a todo m¨¢ximo anotador del partido con 22 puntos. Estados Unidos recort¨® diferencias en el tercer cuarto con un parcial de 23-15 pero as¨ª y todo entr¨® en el ¨²ltimo todav¨ªa con ocho puntos de desventaja (68-60). Los argentinos administraron el bot¨ªn aunque por momentos pareci¨® que iban a ser devorados por la tensi¨®n del momento cuando perdieron cinco veces la posesi¨®n, cinco, y Estados Unidos intent¨® el asalto final.
Ya era demasiado tarde para enjugar tanta diferencia (81-73 a minuto y medio para el final) con los plomos medio fundidos por el desgaste, O'Neal eliminado y, a excepci¨®n de Baron Davis, reducidos a bien poquita cosa los jugadores de banquillo: s¨®lo dos rebotes de Wallace, s¨®lo cinco puntos Miller y tres Antonio Davis, por no hablar de la floj¨ªsima aportaci¨®n del titular Brand: un rebote y cero puntos.
El deporte tiene sus mitos, y el de la NBA es uno de ellos. El baloncesto hasta ahora ten¨ªa dos mundos, el de la NBA y, a distancia, a a?os luz hasta muy poco, el del resto. El maravilloso Dream Team de Barcelona'92 marc¨® por primera y ¨²nica vez la distancia sideral que separaba a unos de otros. Las posteriores selecciones de la NBA fueron perdiendo progresivamente calidad e intimidaci¨®n. De admirables, pasaron a intratables, despu¨¦s a invencibles y finalmente, en los dos ¨²ltimos a?os, desde que Lituania estuvo a punto de dejar fuera de la final de los Juegos Ol¨ªmpicos de Sydney a la encabezada por Kidd, Garnett y Mourning, se convirtieron en vulnerables.
Faltaba saber cuando, c¨®mo y qui¨¦n iba a ser capaz de derrotar a una selecci¨®n de la NBA. Pues bien, fue un 4 de septiembre -s¨®lo seis d¨ªas antes de que se cumpla otro infeliz aniversario para los estadounidenses, los treinta a?os de su primera derrota en los Juegos Ol¨ªmpicos en una pol¨¦mica final ante la URSS-, en Indian¨¢polis -lugar donde hab¨ªa perdido por ¨²ltima una selecci¨®n estadounidense a domicilio, en los Juegos Panamericanos de 1987 ante Brasil- y la protagonista del ¨¦xito fue la prometedora selecci¨®n de Argentina.
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