El Sevilla est¨¢ seco
El C¨¢diz resiste en el S¨¢nchez Pizju¨¢n con entrega y solidaridad ante un conjunto sin punter¨ªa
El Sevilla salt¨® ayer al c¨¦sped de sus estadio para buscar la gloria de los h¨¦roes y le pas¨® como a Aquiles, que se le recordar¨¢ por su ¨²nico punto d¨¦bil en vez de por sus innumerables proezas. El tal¨®n del equipo de Nervi¨®n es su l¨ªnea de delanteros. Tras el 3-2 de la ida en C¨¢diz, los sevillistas necesitaban marcar para pasar ronda en la Copa. Y eso, hoy por hoy, parece ser pedir demasiado.
Los delanteros sevillistas, adem¨¢s de ineficaces en su trabajo, est¨¢n enfadados. As¨ª, Luis Fabiano afirm¨® el martes que el Sevilla deber¨ªa haberle vendido al club brasile?o que hab¨ªa preguntado a cu¨¢nto estaba el kilo de ariete peleado con el mundo. Luis Fabiano dijo el martes que no se hab¨ªa adaptado ni al f¨²tbol espa?ol ni al club y parec¨ªa que la culpa la tuvieran otros. Luis Fabiano se olvid¨® el martes de que tan s¨®lo ha marcado un gol en la primera vuelta de la Liga y que el Sevilla le paga mucho, mucho. Ayer salt¨® al campo con ganas de demostrar por qu¨¦ se queja tan amargamente.
El atacante suramericano se coloc¨® unos metros por detr¨¢s de Kepa y, mientras el canterano se peleaba en todas las jugadas a¨¦reas, ¨¦l intentaba aprovecharse de la sorpresa rasa, de la llegada inesperada. Al cuarto de hora, chut¨® raso desde el borde del ¨¢rea, pero sin la potencia necesaria para batir al portero cadista. Cinco minutos despu¨¦s, Luis Fabiano se pidi¨® sacar una falta junto a la media luna del ¨¢rea cadista, pero su remate se estrell¨® con la barrera y ¨¦l bal¨®n se fue demasiado arriba. Fingi¨® faltas y se lio en regates. En el segundo tiempo no se le vio. Quer¨ªa demostrar algo, aunque nunca sospech¨® que lo ¨²nico que conseguir¨ªa es subrayar su p¨¦simo momento de forma y el problem¨®n que el Sevilla tiene en su ataque.
En la primera mitad, el Sevilla sali¨® a amedrentar, a pasar por encima de su contrario a lomos del aliento de sus seguidores. Pero no sorprendi¨® a Esp¨¢rrago, que despleg¨® a sus futbolistas imitando la forma de una flecha, aunque, en este caso, la punta no era lo principal. Los cadistas poblaron el centro del terreno de juego seg¨²n indicaba la pizarra de su entrenador, a la que a?adieron entrega y solidaridad en el marcaje y el apoyo. La ¨²nica, y grande, objeci¨®n que se le puede poner al juego cadista es su renuncia al ataque. Apenas dos disparos a puerta en el partido. Y lo peor es que eso le bast¨®.
El club de Nervi¨®n no ha logrado encontrar un patr¨®n fiable del estilo que quiere interpretar. Las cosas no le han ido tan mal, sin embargo. La calidad y las peculiaridades de jugadores como Adriano, Alves, Saviola o Maresca se han traducido en resultados positivos. Pero ayer no apareci¨® ning¨²n individuo. El conjunto de Juande tuvo la pelota tres de cada cuatro minutos, pero apenas hizo f¨²tbol. Con tres delanteros sobre el c¨¦sped y los centrocampistas habituales, el equipo sevillano tan s¨®lo se aproxim¨® al gol con un duro disparo de falta de Mart¨ª que se fue al larguero y un flojo remate de cabeza de Kanout¨¦.
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