La Real sigue siendo el cuarto equipo m¨¢s antiguo de Primera
Las ¨²ltimas jornadas de cualquier liga se definen por la emoci¨®n en los marcadores simult¨¢neos de los distintos partidos. Todos contra todos, como ocurri¨® en Anoeta. Lo malo es cuando los otros partidos, los que el espectador no ve, determinan que el resultado es apropiado y no conviene arriesgar nada. As¨ª Anoeta vivi¨® distintas pulsiones de ¨¢nimo.
La Real se salv¨®, primero porque ganaba 2-0, gracias a dos regalos: uno del influenciable ¨¢rbitro Fern¨¢ndez Borbal¨¢n y otro del lastimoso lateral Diego Placente. Despu¨¦s, porque cuando el Celta le remont¨®, casi sin querer, con otro regalo de Fern¨¢ndez Borbal¨¢n y una pizarra en el contragolpe (bien es verdad que Baiano hab¨ªa fallado otro gol impropio de su clase), resulta que el resto de equipos se hundieron y las derrotas del Racing y del C¨¢diz le pon¨ªan a la Real en bandeja la permanencia.
Por eso Bakero quit¨® al delantero centro y sac¨® otro central (Labaka), y la Real defend¨ªa con 11 en su ¨¢rea y no llegaba a la porter¨ªa de Pinto ni por asomo, empe?ada en controlar el bal¨®n y ver correr el tiempo. Al Celta tambi¨¦n le parec¨ªa bien la situaci¨®n. Segu¨ªa con opciones europeas, abandonando la idea de la Champions hasta que fue el Racing y dio la vuelta. Y el Celta ech¨® a correr, pero ten¨ªa el puls¨®mtero parado.
Se entend¨ªa que la Real, a ra¨ªz del penalti a Mark Gonz¨¢lez, tan dudoso como exagerado en las formas, jugase con el reloj en la mu?eca y el miedo en el cuerpo. Se entend¨ªa peor la falta de energ¨ªa del Celta que aspiraba a cotas mayores y exhib¨ªa, sin embargo, una endeblez defensiva que no se sab¨ªa si ten¨ªa m¨¢s que ver con la actitud o con las cualidades de sus jugadores. En dos despistes, la Real consigui¨® dos goles y tuvo el partido so?ado. Incluso pudo hacer m¨¢s a poco que hubiera afinado la punter¨ªa, mientras el Celta parec¨ªa un equipo resignado a no disputar nada. El gol de Baiano, en la prolongaci¨®n de la primera mitad, en otro penalti tan infinitamente dudoso como el primero, le meti¨® en el partido.
Y luego el juego del videomarcador hizo el resto. Que si ahora, s¨ª, que si ahora, no. Y cuando era que s¨ª, el Celta estaba que no y el partido se muri¨® con la Real defendiendo con todo en su ¨¢rea y celebrando que sigue siendo el cuarto equipo m¨¢s antiguo de Primera Divisi¨®n.
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