Todos contentos

El Betis y el Mallorca esquivaron de manera definitiva la posibilidad de descender a Segunda. Las derrotas del Alav¨¦s y del C¨¢diz les proporcionaron tal alegr¨®n. Pero algo se deb¨ªan barruntar, porque el que se supon¨ªa un encuentro a la desesperada, a cara de perro, con un par de duelistas al borde del precipicio, siempre se pareci¨® m¨¢s a una pachanguita. Al final, todos tan contentos. Hasta la afici¨®n del que fuera campe¨®n de Copa el pasado a?o y digno competidor en la Liga de Campeones festej¨® el quite al descenso como si de un t¨ªtulo se tratara. Si es que el f¨²tbol es alegr¨ªa. Aunque haya poco de qu¨¦ alegrarse o festejar.

Con Capi en la media punta y Robert peleando con los centrales mallorquinistas, el Betis arranc¨® con m¨¢s ritmo que su contrincante. La racha de buen juego encadenada por el conjunto balear desde que Gregorio Manzano se hiciera cargo del mismo parec¨ªa no tener ya raz¨®n de ser.

Basinas no le daba la suficiente velocidad a la pelota como para que a la zaga verdiblanca le costara prever su destino. Arango demostraba su calidad en momentos y lugares que no significaban peligro alguno, mientras que Pisculichi corri¨® mucho m¨¢s de lo que jug¨® al f¨²tbol.

Tan s¨®lo el duelo entre Fernando Navarro y Joaqu¨ªn le pon¨ªa algo de tensi¨®n competitiva a lo que suced¨ªa sobre el c¨¦sped del Ruiz de Lopera. Se dieron hasta cera. El lateral catal¨¢n le coloc¨® un codo en la boca al extremo gaditano en la primera mitad y el b¨¦tico le peg¨® un patad¨®n en la frente al mallorquinista en la segunda. Eso s¨ª, se pidieron perd¨®n en ambos casos. La cosa iba de buen rollo.

A los 20 minutos, Assun??o sac¨® una falta desde la izquierda al coraz¨®n del ¨¢rea mallorquinista. Chut¨® duro, con comba y al centro. Nano no lleg¨® a a cabecearlo, pero entre Arango y Pereyra se liaron a la hora de intentar el despeje hasta el punto de que ninguno lo hizo. La pelota rebot¨® en el muslo del argentino y entr¨® en la porter¨ªa de Prats.

Poco menos de un cuarto de hora despu¨¦s, Robert se llev¨® un bal¨®n que nunca deber¨ªa de haberse llevado a m¨ªnimamente atentos que hubieran estado los tres mallorquinistas que le rodeaban y remat¨® la jugada y el partido con un chutazo que se col¨® por la escuadra izquierda de Prats.

En la segunda mitad, cuando los transistores ya les hab¨ªan dicho a ambos conjuntos que seguir¨ªan en Primera, poco m¨¢s pas¨®. Yordi marc¨® para el Mallorca con un espl¨¦ndido cabezazo y bastante orgullo. Luego toc¨® el turno de los homenajes: primero a Prats, nueve a?os guardameta b¨¦tico y despu¨¦s a Ca?as, 15 temporadas de verdiblanco. Y el p¨²blico hasta lo celebr¨®.